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Confusa Realidad por camilita4045

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Notas del capitulo:

Nos encontramos nuevamente. Espero que sea de su agrado el siguiente capítulo.

— La basura debe ser… — Poco a poco blandía su katana y se lanzaba desde aquella gran altura hasta caer a unos pares de metros tras de Tobirama y los gemelos. — Exterminada. — Se colocó en guardia con su katana en manos observando hacía su principal objetivo, aquel albino.

Tobirama sintió la presencia caer, pero ni siquiera se había inmutado hasta que escuchó la última palabra, desvainando allí mismo su propia katana y dando la vuelta para ver quien lo estaba amenazando. Logró ver por completo la apariencia del chico que se aproximaba en su edad. El traje completamente negro acompañado por aquella gabardina que era abierta por un corte en medio de las piernas tanto adelante como atrás. El sombrero en su cabeza al estilo militar y el emblema del Sharingan en su brazo derecho.

— ¿Sabes? Normalmente no me gusta partir a los jóvenes que tienen casi mi edad. — El semblante serio nunca se retiró del rostro de Tobirama al igual que su mirar mortal. Con fuerza el miembro del Mokuton apoyó las getas de sus pies en el suelo y se impulsó hacia su contrincante para dar un corte fijo hacia el vientre del miembro del Sharingan. Para la desgracia de Tobirama el golpe había sido bloqueado por la katana del contrario hasta que retrocedió de un salto. — Además prefiero ser más formal con mis víctimas.

— Izuna, Izuna Uchiha. — Se presentó con una sonrisa de soberbia mientras volvía a atacar, dando con su katana una estocada justo hacia el rostro del albino, cual con rapidez logró esquivarlo al mover hacia un lado su rostro y bloquear con su katana de manera vertical la katana contraria.

La batalla que al inicio comenzó con algo simple poco a poco se volvía más y más brutal. El choque de ambos metales de ambas armas se podía escuchar repetidas veces debido a que incluso estaban acordes a los movimientos del contrario. Por otro lado, los hermanos Oro y Plata se retiraron de allí al ver la batalla, no deseaban toparse con más miembros del Sharingan así que optaron por dejar a su suerte al miembro del Mokuton.
En momentos de la batalla Tobirama parecía tener más ventaja contra Izuna ya que este último se perdía en el mirar del primero. Desde aquel cruel y despiadado mirar de ojos rojos hasta el detallado en maquillaje que estaba bajo esos. También lograba divisar en la piel de Tobirama las marcas que poseían los miembros de esa mafia, marcas que Izuna no lograba comprender que significaban.
Poco a poco la batalla comenzaba a flaquear por parte de Izuna hasta el punto de llegar a tener en su cuello un arma enemiga, pero no específicamente la katana, sino la boca de fuego de un revolver. Sin que Izuna se percatará en medio de la batalla Tobirama sacó de su otra manga aquella arma de fuego.

— ¿Qué sucede? ¿Acaso eres débil ante lo contrario? — Izuna no podía comprender aquella interrogante que le dio el Senju hasta que comprendió que tanto su oficio como sus colores eran completamente diferentes. — Yo también soy cortes… Puedes decirme Tobirama.

Esperaba que el asesino le arrebatará la vida así que cerró los ojos y soltaba su katana, alzando ambas manos en forma de derrota, ni él entendía porque se estaba rindiendo ante ese maldito ser. Esperaba que su contrario arremetiera contra su vida, pero no lo hizo, al abrir los ojos no había visto a nadie ante él. ¿Se había ido?

Tobirama decidió dejar vivir a su contrincante, era la primera vez que podía conseguir su propio enemigo como habían logrado obtener los demás miembros de su familia. A pesar de haber pasado un buen rato desde lo que le dijo Ginkaku aun sus palabras sonaban en su cabeza. Su hermano mayor era especial al resto de la familia, era igual a su padre. Un monstruo, un bicho raro.

— … ¿Por qué a ellos les afecto de tal manera el entrenamiento? — Soltó para sí mismo aquella interrogante mientras corría hacía un rumbo fijo.

El asombro de Hashirama no podía retirarse de su rostro ante lo que acababa de escuchar de Madara. ¿Madara un miembro de Sharingan? ¡No podía creerlo!

— ¿¡Es en serio!? — Hashirama volvió a interrogar a su compañero, viéndolo como si fuese el objeto más radiante del mundo. Sin embargo, Madara ya estaba harto de repetir la misma respuesta más de una vez.

— Si, cabeza de hongo — Madara lo llamó por su antiguo apodo, ganándose un mohín por parte de Hashirama. — Ya ya, no hagas un berrinche. Puedo dejar que escuches la conversación que tendré del trabajo y que veas los criminales si te mantienes callado.

Madara estaba esperando una llamada urgente de Sharingan, la llamada consistía en recolección de datos e identidad.
Luego de varios minutos obtuvo un archivo en su correo electrónico y una llamada en su móvil, llamada que respondió, pero colocándola en voz alta para que su mejor amigo escuchara.

— Niisan, ¡Tengo la identidad del tercero! ¡Aún fracasamos con la identidad de los dos más peligrosos! — Era la voz de Izuna cual parecía completamente feliz al saber únicamente un nombre.

Madara al abrir el archivo mientras le hacía una seña a Hashirama pudo ver tres rostros en los cinco cuadros que se mostraban.
Bajo el nombre de Tobirama se podía ver la foto de aquel albino con varios decorados de maquillaje en su rostro. A la segunda foto solo pertenecía la palabra “Kawa”, la silueta del chico era similar a la del primero, sin embargo, sus ojos eran diferentes al igual que el color de cabello, piel y el maquillaje que portaba en el rostro, tal maquillaje hacía una cruz en una de sus mejillas. Y por último la foto de un chico que parecía tener la mitad de su cuerpo vendado y una máscara a la mitad. Su foto se encontraba bajo la palabra “Ita”.

— Oh, así que el blanquito está ahora… Pero necesitamos de los otros dos inmediatamente, sabes que el primero incluso causo la muerte de nuestra madre cuando eras apenas un bebé de un mes — Comentó Madara mientras veía determinadamente las fotos, más pudo notar como la respiración de Hashirama parecía ir más rápido, así que decidió colocar en silencio la llamada y ver a su compañero, a quien ya podría considerar pareja. — ¿Hashirama?... — Soltó la interrogante con preocupación. A pesar de mostrar su preocupación por él, Hashirama ni siquiera le respondió, de hecho, ni siquiera se limitó a verlo, simplemente salió de la habitación corriendo mientras cubría con ambas manos su propia boca, como si quisiera aguantar las ganas de vomitar.

La preocupación de Hashirama no lo dejo concentrarse en la llamada una vez que volvió a retomar la misma. Madara se mantenía completamente preocupado por su pareja, poco a poco actuaba extraño… Demasiado extraño.

Entrando por el Iriguchi de aquel dojo ingresaba Kawarama, encontrándose a su hermano Tobirama en el rouka, aquel pasillo sin columnas. Los gritos de horror desgarraban los oídos de cualquiera mientras que desde la puerta se podía ver por las hojas de papel como esas mismas se manchaban de sangre. Entre los gritos reconocía los de su propia madre y los de su propio tío.

— ¿Qué está pasando? — Kawarama preguntó a Tobirama sin preocuparse en lo absoluto por su progenitora.

— Ella y los demás presenten sabían que para él la sangre es un ligero factor a su detonante… Aun así, lo invitaron para ver como decapitaban a un traidor… — La explicación de Tobirama hizo que Kawarama abriera la boca con asombro. — Tal parece que al morir los superiores… Él queda como superior, seguido de nuestro hermano mayor.

— ¡Hashirama apenas tiene consciencia de lo que hace con nosotros! ¡Es un bicho raro! — Antes de que Kawarama siguiera diciendo cosas aberrantes sobre su hermano mayor, rápidamente Tobirama habló.

— Y es uno de los más fuertes en su estado de delirio, también es el futuro heredero de toda esta mafia. Somos Senjus, nacimos para esto y para estar con odio eterno hacia los Uchihas.

— Él sale con un Uchiha…

— Del amor al odio hay un solo paso Kawarama…

Sin embargo, la charla de ambos fue cortada por un horrible llanto que provenía de donde estaba sucediendo la masacre… Parecía que él había dejado de divertirse y cobró parte de la cordura. A la escena junto con los hermanos había ingresado Hashirama quien se encontraba totalmente pálido, quedando aún más blanco de lo que ya estaba al escuchar aquel horrible llanto. Antes de que pidiera alguna explicación, Tobirama se la dio.

— Madre está muerta por él. Ahora puedes sentirte más libre.

Ante esa confesión dada por Tobirama, los recuerdos abordaron la mente de Hashirama.

— Mi dulce Hashirama… — Decía con tono maternal la mujer al ingresar a la sala de ese Dojo conocida como Keikojo, viendo como varios hombres se retiraban del lugar. Su primogénito de apenas unos seis años se encontraba con un traje de entrenamiento, pero a pesar de poseer vestimenta estaba completamente herido. Brutales cortes y heridas cubrían todo su cuerpo. Su rostro parecía deformado debido a la hinchazón y los moretones que tenía por los recientes golpes de los subordinados de su madre. — Poco a poco te moldearé como lo hicieron con mi amado y serás incluso mejor, la mejor arma de los Mokuton.

Un alivio parecía abordar el alma de Hashirama por aquello, sin embargo, sabía que no debía de pensar en la sangre así que pensó en lo único que lo aferraba a tener cordura… Su amado Madara. La relación que debían mantener oculta de los demás miembros del Mokuton.

— ¿Dónde está Itama? — Hashirama soltó de la nada aquella interrogante para cambiar de tema. No quería saber nada con respecto a la situación y lo que deparaba el destino para él porque ya lo sabía.

— Él sigue en curación, sabes que madre le destrozo la vida al quemarle la mitad del cuerpo con tanta brutalidad solo por sentir asco de que parte de su cabello se estaba tornando blanco como el de ella… Creo que la noticia lo hará muy feliz.

— Pero eso no se compara a lo que te hicieron a ti Hashirama. — Soltó rápidamente Tobirama. — Y creo que lo de nuestro padre supera las escalas de lo tuyo. Él todavía no tiene cura contra su locura… Y allí está la prueba. — Tobirama señaló justamente donde había pasado la masacre.

(…)

— ¡BUENO, PERO ES UN PROGRESO! ¿¡NO!? — Gritó Izuna tratando de calmar la situación entre su padre y su hermano.

— ¡NO LO ENTREGARÉ COMO SOSPECHOSO! ¡NO HAY PRUEBAS! — Gritó Madara con odio ahora hacia su hermano menor.

Le había contado a Izuna en confianza que su pareja se había comenzado a portar mal con respecto a lo que le había mostrado. Nunca pensó que su hermano lo traicionaría contándole a su padre que salía con un chico y que ese reaccionaría mal al ver las fotos de los asesinos.

— Por lo menos dinos el nombre para liberarte de todo esto y dejarlo impune. — Pidió su padre de manera calmada.

Por varios momentos Madara se quedó pensando si debía hablar o no, hasta el momento que decidió únicamente soltar el nombre de Hashirama. A pesar de llevar unos años de relación oculta con su compañero de habitación y mejor amigo de la infancia, Hashirama jamás había revelado su apellido, ni siquiera quien era su familia. Lo único que sabía era que siempre Hashirama le decía que quería sentirse más humano.

— Hashirama.

Notas finales:

Sin más, nos vemos en el proximo capitulo


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