Capítulo 4. La familia Uzumaki.
Los primeros rayos de sol atravesaban la ventana posándose sobre el rostro de Harry. Se removió un poco en la cama y finalmente abrió los ojos. No tardó en incorporarse dispuesto a salir de la habitación. ¿Se habría levantado ya Naruto?
Con la varita en el bolsillo del pijama salió de la habitación y bajó las escaleras hasta la cocina, de donde venían algunos ruidos.
- Buenos dias. -Saludo Harry. Naruto llevaba un bol de ramen instantáneo en cada mano.
- Buenos dias. Justo a tiempo, acabo de preparar el desayuno. -Saludo Naruto mientras dejaba el ramen sobre la mesa.
- Gracias. -Harry se sentó a la mesa frente a Naruto, mientras pensaba en el ramen “Me gusta, pero se me hace muy raro desayunar esto por la mañana”, pero no quería ser maleducado así que no dijo nada y se lo comió mientras hablaba un poco con Naruto.
Tras el desayuno Naruto le dijo que le iba a presentar a alguien que le sirviese de guía, ya que él tenía que volver al trabajo. De modo que tras ducharse y cambiarse de ropa (desde que era auror y tras la experiencia con Ron y Hermione buscando los Horrocruxes, siempre llevaba encima una bolsita de tela con cosas que le pudiesen resultar útiles en sus misiones o por si surgía algún imprevisto, por lo que llevaba ropa de recambio), Harry seguía a Naruto para encontrarse con su guía.
Finalmente llegaron a una casa tradicional enorme, casi del tamaño de un palacio. Naruto entró a la casa y Harry le siguió. Tras cruzar la puerta de había un camino que daba al edificio principal, y un pequeño jardín a cada lado del camino. Una vez dentro del edificio se encontraron a una chica que parecía trabajar en la casa.
- Séptimo. -Dijo la chica- Si busca a la señorita Himawari está entrenando en el patio.
- Muchas gracias. -Dijo Naruto dedicándole una sonrisa a la chica.
Llegaron al patio donde había una chica con el pelo azul de unos 13 años peleando con otra mujer de pelo castaño, lo que a Harry le llamó la atención fueron los ojos de estas, eran blancos, y parecía que se les marcaban las venas alrededor de los ojos.
- ¡Naruto! Que grata sorpresa verte por aquí.
- Hiashi, me alegro de verle.
Harry se giró a ver a un hombre mayor de pelo largo y canoso y con los ojos iguales al de las chicas pero sin las venas marcadas, que estaba sentado al borde del pasillo de madera que daba al patio de tierra.
- ¡Papa! -La chica de pelo azul había dejado de entrenar para abalanzarse sobre Naruto feliz.
- ¿Que tal el entrenamiento Hima? - Le preguntó Naruto tiernamente acariciándole la cabeza.
- Mejora a pasos agigantados - Dijo la mujer con la que entrenaba Himawari hacía escasos momentos mientras caminaba hacia ellos. Cuando llegó hasta ellos miró hacia Harry - ¿No nos presentas a tu amigo? - Himawari se alejó un poco de su padre para mirar también hacia Harry curiosa.
- Este es Harry Potter. - Dijo Naruto haciendo las presentaciones. - Harry, esta es mi hija Himawari, su tía Hanabi Hyuga y su abuelo Hiashi Hyuga.
- Encantado. -Saludó Harry.
- Creo que deberíamos sentarnos, necesito tu ayuda Hima, pero antes debo contaros algo. -Dijo Naruto. Tras acomodarse, Naruto relató resumidamente la procedencia de Harry y lo que había pasado el día anterior con Zetsu y William. - Por ese motivo de momento no quiero que cunda el pánico hasta que sepamos algo más, y creo que Hima sería la persona ideal para hacer de guía de Harry hasta que se acostumbre a Konoha. Harry podrá preguntar cualquier cosa que necesite saber ya que Hima sabe su procedencia, y se con seguridad que Hima guardará el secreto hasta que este sea revelado.
- ¡Cuenta conmigo papá! - Dijo Himawari segura, y feliz de que su padre le confiase esa misión.
- Disculpad las molestias que estoy causando. - Dijo Harry.
- Para nada. - Contestó Naruto. - Quizás la situación no es la ideal, pero es muy interesante haber descubierto la existencia de los magos. - Naruto rebusco en sus bolsillos hasta sacar una bolsita de tela que ofreció a Harry. - Imagino que las monedas de Londres serán distintas a las de Konoha, así que deberías llevar algo de dinero de aquí por si te hiciese falta.
- Muchas gracias. -Dijo Harry aceptando el dinero con el pensamiento de usarlo solo si realmente era necesario.
- Ahora me tengo que ir. Hima, confio en ti, si hay algún problema informame enseguida.
- ¡Si! -Himawari dio un último abrazo a Naruto antes de que este se fuera tras despedirse del resto.
Himawari fue a ducharse y cambiarse de ropa para salir y enseñarle la villa a Harry. Mientras Harry la esperaba y respondía las preguntas de Hiashi y Hanabi sobre la sociedad mágica.
El resto de la mañana la paso con Himawari haciéndole un tour por Konoha, le mostró las cabezas de piedra de los Hokages, la academia de ninjas, el campo de entrenamiento al que ella a veces acudía, y nuevas instalaciones como el primer centro comercial de Konoha. Tras el tour Himawari compró algunos ingredientes en una tienda y volvieron a casa para preparar la comida.
Mientras Himawari preparaba la comida Harry esperaba sentado en la mesa. A pesar de que Harry se había ofrecido a ayudar con la comida, Himawari había insistido en que el era el invitado, por lo que finalmente acabó esperando sentado a que la comida estuviera hecha.
Mientras esperaba se fijó en una foto en la que salía Naruto sonriendo con una Himawari más pequeña en brazos, y a su lado una mujer parecida a Himawari con las manos sobre los hombros de una versión de Naruto más joven (por lo que Harry dedujo que serían la madre y el hermano de Himawari).
- ¿Esos son tu madre y tu hermano? -Preguntó Harry señalando la fotografía. La cocina era abierta, así que Himawari podía ver lo que Harry señalaba sin problema.
- Sí… -Respondió tras unos segundos de silencio. Harry se arrepintió por la pregunta, la pequeña parecía triste tras ver la foto. - Hace tres años vinieron dos representantes del clan Otsutsuki a llevarse el chakra del Kyubi que esta en el interior de mi padre.
- ¿Kyubi?
- Es el zorro de nueve colas que fue sellado en el interior de mi padre nada más nacer para evitar que la aldea fuera destruida por el Kyubi. Mis abuelos dieron su vida para sellar al zorro en su interior y así salvar a la aldea y mi padre -Harry recordó que Naruto había mencionado algo sobre eso mientras cenaban la noche anterior. - El chakra del Kyubi da un gran poder, por eso desde joven mi padre ha tenido que luchar con enemigos que intentaban hacerse con el chakra. El zorro de nueve colas es una de las nueve bestias conocidas como Bijuus, cada bestia tiene un número diferente de colas, y todas ellas vienen originalmente del clan Otsutsuki al igual que el chakra de todos los ninjas, son como dioses. Hace tres años vinieron en busca de ese poder, con la intención de recuperar todo el chakra del mundo shinobi, lo que habría causado la destrucción de nuestro mundo.
Naruto le había contado algo de eso en el despacho cuando le contó la procedencia de Zatsu, había mencionado que Kaguya Otsutsuki le había creado, y que la habían sellado en la cuarta guerra ninja supuestamente junto Zatsu.
- Cuando hace tres años el clan Otsutsuki vino por el chakra del Kyubi mi padre intentó proteger a la aldea, no podía luchar a su máximo poder ya que habría destruido Konoha, y finalmente le capturaron. -Himawari hizo una pequeña pausa- Boruto, mi hermano, intentó evitar que se lo llevarán pero no era lo suficiente poderoso, todavía era muy joven. Mi madre intentó protegerle del bijuudama que le lanzaron… -No pudo terminar la frase.
- Lo siento. -Dijo Harry sinceramente, imaginando el desenlace de ese ataque.
- En cierta manera ya lo he superado, por su puesto siempre están en mis pensamientos y les echo mucho de menos. Pero me entristece sobre todo mi padre... Creo que aún se sigue culpando por lo ocurrido y aunque quiera mostrarse feliz y actuar normal yo se que es un peso que lleva siempre encima.
Ninguno de los dos dijo nada más hasta que la comida estuvo lista. Harry no quería ni pensar en lo que sería perder a alguno de sus hijos, es cierto que había perdido a muchos seres queridos, y había sufrido mucho su pérdida, pero sólo imaginar perder a Lily, James o Albus… Un quemazón en la pierna le hizo interrumpir sus pensamientos. Metió la mano en el bolsillo y sacó la moneda que compartía con sus amigos, leyó lo que decía el mensaje: “Investigando”.