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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Buenos, llegamos al penúltimo capítulo, disfruten :"3

Capítulo 45

Sacrificios

De repente sus sentidos se encendieron y la sangre aceleró por todo su cuerpo. Un fuerte respiro y un salto de la cama lo hizo darse cuenta de su realidad. Rápido, personas entraron al lugar en el que se encontraba. Solo podía percibir flashes de blancos y azules correr a todos lados. Alguno de ellos presionó sobre su hombro para hacerlo acostarse de nuevo.

⁃ Onodera-san, cálmate por favor, estás a salvo todo está bien

Aquella voz le parecía familiar, pero no era la que quería escuchar.

⁃ Takano … ¡Takano-san! ¡Takano!

Gritaba, gritaba y pataleaba intentando librarse del agarre de aquellos hombres, que cada vez eran más. La última imagen que recordaba se materializaba frente a sus ojos cerrados. Veía claramente como la sangre se mezclaba con el agua salada, cómo el pelinegro tomaba fuertemente su brazo, como si fuera a evitar que se cayera si lo hacía. Takano estaba mal, Takano seguía en peligro.

⁃ ¡Takano está bien! La herida no fue tan profunda, tú lo salvaste Onodera, por favor, respira

El que Nowaki le dijera aquello lo calmó, al menos un poco. Así que se dejó caer en la cama mareado y dejó escapar un suspiro de alivio. Solo en ese momento se hizo consciente de su propio dolor. Esa punzada le atravesaba la mitad de la espalda, era horrible. Su vista que aclaró y finalmente le dio rostro a sus acompañantes. Tanto Nowaki, como Kurose como Tatsumi checaban aquí y allá los signos vitales, el suero, la sangre, el monitor de su corazón. Pero Nowaki era el único que lo veía, lo veía entre aliviado y preocupado, le sonreía para intentar calmarlo.

⁃ … Kusama-san, Takano … ¿donde está?

⁃ Él no está aquí, como te digo sus heridas eran superficiales, salió con un grupo especial para seguir buscando los vaporizadores

Aquello hizo que su piel se erizara en alerta. Saltó de nuevo de la cama y el medidor cardiaco comenzó a pitar de forma errática.

⁃ ¡Están en peligro! ¡Tienen que hacerlos volver ahora mismo! ¡No los dejen ir! ¡No salgan de aquí!

⁃ ¡Wowowo! ¡Tranquilo! ¿Al menos estás consciente de lo que dices? Te dieron dos disparos en la espalda y estuviste a punto de morir por desangrarte, primero descansa y después tomaremos tus declaraciones

Tatsumi, con los pies bien puesto en la tierra como siempre, habló como si lo estuviera regañando. Fue hasta ese momento que el castaño fue consciente de lo que le había ocurrido. Sorprendido, miró a Nowaki en busca de más información.

⁃ Lo que dice senpai es cierto Onodera-san, si nos hubiéramos tardado más probablemente no estaríamos conversando justo ahora. Perdiste mucha sangre, pero salvaste la vida de Takano, así que te mereces descansar, deja que otros se encarguen de la misión

Nowaki le sonreía para intentar tranquilizarlo, pero era imposible en ese punto. Por supuesto que no iba a abandonar la misión, aunque no hubiera mucho que pudiera hacer. Intentó sentarse en la cama, pero un inmenso dolor lo hizo soltar un quejido y caer de nuevo en su lugar. Los médicos, preocupados, lo rodearon para evitar que volviera a levantarse.

⁃ Hablamos en serio Onodera, no estás en condiciones ni de moverte en estos momentos. Se tomará tu declaración después pero los jefes han decidido que ya cumpliste con tu parte, no hay nada de que preocuparse

Ahora era Kurose el que hablaba, manteniendo sus palabras en total neutralidad. Y justo lo que el de ojos azules decía era el problema, que no sabían toda la historia, y no había hecho suficiente. Aquella imagen de reojo lo atacó de repente, esa foto de la torre Asami con un mensaje importante para su reunión. Con temor de haber perdido su cita, preguntó en voz alta.

—…¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?

Los médicos se miraron entre ellos. Tatsumi miró sus registros un momento.

—Ingresaste el primero de enero a las 12:35 de la tarde, despertaste el día 3 a las 9:52 de la noche, aproximadamente estuviste inconsciente por 59 horas

Definitivamente. Tenía que salir de ahí a cómo diera lugar.

—…¿P-podría dormir un poco?

—¡Claro claro! Descansa todo lo que necesites

La voz entusiasta de Nowaki lo hizo sentir un ligero remordimiento por lo que estaba a punto de hacer, pero no iba a desistir. En cuanto los médicos salieron de la habitación comenzó a maquinar su plan. Aguantando el dolor más horrible del mundo se sentó en la cama, buscó algo para escribir en el buró al lado de su cama y comenzó a redactar. Tendria 15 minutos una vez saliera del cuarto antes del siguiente chequeo, si bien le iba, si se daban cuenta antes tendría apenas ocho minutos para lograrlo, pero nadie le iba a frenar el escapar de Marukawa.



⁃ Maldición … mierda ¡mierda! ¡¡Quiero matar a ese cabrón hijo de perra!!

De una sola patada el vaporizador frente a él se destrozó. A sus espaldas, Yokozawa y Kirishima se veían de reojo sin saber muy bien que hacer.

⁃ …Bueno Takano, creo que es momento de que tomemos unos segundos para respirar

Kirishima intentó acercarse al pelinegro, pero una mano en su hombro lo detuvo. Acercarse a él en ese estado de perro rabioso no era buena idea, y Yokozawa lo sabía muy bien.

⁃ ¡Que respire ese malnacido mientras pueda! ¡Juro que lo voy a matar! ¡¿Cómo se atreve a hacerle eso a Ritsu?!

Ahora estaba golpeando la pared, Yokozawa y Kirishima se vieron nuevamente.

⁃ Masamune, estás comenzando a cansarme con esas rabietas de niño pequeño, ¿al menos nos vas a contar bien que paso?

Kirishima hizo una mueca con su boca al escuchar a Yokozawa, este último fingió no darse cuenta.

⁃ ¡Ya te dije! ¡¿A ti que te importa?!

Gritó Takano al borde del colapso, era todo. Yokozawa respiró profundamente, levantó ligeramente su brazo, y sin mayor esfuerzo, dio un golpe en la cara a Takano que lo hizo volar al otro extremo del acueducto en el que estaban. Kirishima parpadeó rápido intentando recuperarse de la sorpresa, luego dio un paso hacia atrás. Yokozawa fingió no ver eso tampoco.

⁃ ¡¡Entonces deja de querer llamar la atención maldita sea!! ¡No has dejado de lloriquear desde que llegamos aquí! ¡Pero ni siquiera fuiste bueno para declarar lo que pasó durante la noche! ¡Ese pobre chiquillo llegó al borde de la muerte y ni siquiera has sido bueno para encontrar los malditos vaporizadores! ¡Me tienes harto!

Yokozawa gritaba desesperado, Kirishima lo veía cansado y Takano sorprendido. Sin más, ahí recargado en la sucia pared, el pelinegro comenzó a llorar de forma desesperanzadora. Los otros dos no podrían creer lo que veían.

⁃ Él se interpuso para que no me lastimaran … reaccionó antes que yo y me cubrió la cabeza antes de que pudiera darme cuenta. Esas balas eran para mi, ese sujeto quería matarme, pero Ritsu … él … a él no le importó sacrificarse por mi, siempre hace lo mismo, siempre lo ha hecho, ese idiota …

Los sollozos continuaron. Los otros dos se miraron entre ellos, se estaban dando cuenta de lo que Takano había querido negar en apenas unos segundos.

⁃ Cuando lo vi en la camilla, sin color en su piel y sus ojos hundidos, sentí que iba a morir, yo debía estar ahí y no él, yo no podría seguir viviendo sin él … yo no… yo no puedo.

Abrazó sus piernas y ocultó su cara entre ellas, se sentía como un niño pequeño, desprotegido, abandonado, confundido.

⁃ …Lo peor es que no estoy realmente enojado con Asami, si no con él por ponerse constantemente en peligro, y conmigo, que no he hecho nada por él aunque él lo ha dado todo por mi

Una mano amigable acarició su hombro, al levantar la mirada se encontró con esos ojos azules que lo habían levantado en más de una ocasión. Yokozawa lo miraba comprensivo, entendiendo todo sin necesidad de explicarlo con palabras.

⁃ Se que puede ser frustrante, pero al parecer él te ha salvado de manera desinteresada y porque se preocupa por ti, lo mejor que puedes hacer en este momento si quieres ayudarlo es mantenerte sereno y cumplir con la misión, si detenemos a Asami obtendrá su merecido

Los consejos del que aveces se comportaba como una madre fueron interrumpidos por un pitido constante proveniente del reloj del pelinegro. Los tres vieron extrañados el nombre del médico en la pequeña pantalla, Takano pensó lo peor.

—Takano, contesta

Ordenó su mejor amigo. Takano tragó saliva he intentó controlar el temblor en su cuerpo. Armándose de valor, presionó el botón rojo dispuesto a preguntar por el estado de salud de su pareja, pero antes de que pudiera pronunciar una palabra la voz de Nowaki los aturdió.

—“¡Takano! ¡Onodera desapareció del hospital! ¡Tienen que volver ahora mismo!”



“El agente 00427 se encuentra desaparecido dentro de las instalaciones por favor capturar y resguardar a la brevedad”

Un estruendo metálico rebotó entre las paredes de aquella enorme galera. Con cuidado, y apoyándose del único brazo que no dolía como mil clavos en su piel, Onodera bajó desde un ducto de ventilación, cayendo lo más suave que pudo. No había sido fácil llegar ahí, primero tuvo que salir de su habitación arrastrando con él aquella molesta manguera que mandaba suero y sangre a su sistema, ocultando su rostro con una mascarilla para pasar desapercibido en medio del pasillo. Luego llegó a la bodega del área de cirugías, donde robó aquel traje azul de médico que llevaba puesto todavía. Ya caracterizado, fingió no sentir dolor mientras caminaba seguro hacia la salida. Justo cruzando la puerta pudo escuchar como Kurose gritaba su nombre.

⁃ ¡Onodera no está!

Apenas escucharlo, corrió despavorido con todas las fuerzas que sus piernas podían darle. Era cuestión de segundos para que la noticia se corriera y comenzara una persecución, por lo que el mejor escape fue escabullirse por ese laberinto de ductos que conectaban todo el edificio. Aquel mensaje computarizado no había dejado de repetirse en bucle a través de todas las estancias, seguramente todos en el lugar lo estarían buscando, por lo que tenía que cambiar nuevamente de apariencia.

“El agente 00427 ha escapado del área hospitalaria, lleva un traje azul completo de cirujano, capturar y resguardar a la brevedad”

No fue tan difícil pensar en su pobre víctima, pues en toda la organización eran pocos con los que compartía talla. Se paseaba apresurado en medio de los casilleros del área de entrenamiento buscando aquellos números que le concederían la libertad. “01210” era lo que se repetía en su mente una y otra vez hasta encontrar aquel número grabado en una de las puertas de metal. Lo sentía por Yoshino, ya se lo compensaría. Dando un golpe con el codo pudo desprender el candado sin problema, y como era de esperarse, dentro encontró un conjunto de traje negro y camisa blanca que les obligaban a todos a tener en esos casilleros.

“El agente 00427 fue visto por última vez en el sector BH1, resguardar y retornar a la brevedad”

La voz femenina de los parlantes lo ponía cada vez más nervioso. Torpemente se colocó aquel traje ligeramente ajustado, sentía que estaban cerca, debía apresurarse.

“El agente 00427 está herido de gravedad y fuera de servicio, capturar y resguardar a la brevedad”

Con cautela se asomó por la puerta principal de los vestidores en los que estaba oculto. Afuera todo era un caos. No muchos metros adelante estaba aquel enorme lobby repleto de agentes, algunos estaban en grupos hablando, otros se movían entre salas de manera apresurada, era obvio que todos lo estaban buscando. Sus opciones se reducían pero ya no podía parar, tenía que llegar a su cita. Pensando en que podía ayudarle, peinó una parte de su cabello hacia atrás y llevó el resto hacia un lado, dejando cubierta su frente solo de manera parcial. Y así, tras soltar un pesado suspiro avanzó hacia la boca del lobo.

Confiaba en la idea de ocultarse a simple vista, si se mezclaba entre el resto y fingía seguirlos lograría pasar desapercibido, o eso pretendía. Las miradas curiosas dirigidas hacia la persona que parecía estar tranquila en medio del desenfreno no tardaron en llegar, aunque lo dejaban pasar al ver que no coincidía con la vestimenta anunciada. Ya no estaba muy lejos del elevador, lo veía frente a él, sin nadie que se interpusiera. Sentía su corazón acelerarse, sus manos sudorosas y sus cuerpo tembloroso de los nervios. Un poco más, tan solo un poco más.

⁃ ¡Agh!

Y cayó al suelo, justo sobre su brazo lesionado. Había tropezado con alguien.

⁃ ¡Oh! Lo siento amigo, no te ví ¿te encuentras bien?

No pudo mirar a la persona que amigablemente le ofrecía su mano para levantarse, el dolor no lo permitía.

⁃ ¿Hola? ¿Necesitas ayuda?

Debía salir de ahí antes de levantar sospechas. Con el cuerpo tembloroso a causa del dolor se incorporó, acomodando su traje como si nada hubiera pasado.

⁃ Muchas gracias por su preocupación, pero estoy bien

Contestó sin mirar al desconocido. Avanzó firmemente hacia el elevador y presionó unos cuantos botones. La espera parecía eterna. Podía sentir cómo el sudor frío bajaba de su frente al ver el número descendiendo sobre su cabeza. Finalmente las puertas se abrieron, reteniendo la respiración, entró.

⁃ ¿Ricchan?

Escuchó una voz conocida, algo que, inevitablemente lo hizo voltear. No muy lejos de él en medio del lobby, Kisa y Yukina lo miraban sorprendidos.

⁃ ¡Ahí está! ¡Es él!

A su alrededor todos intentaron ingresar al elevador, pero las puertas se cerraron antes de que pudieran alcanzarlo. Estaba entrando en pánico, ¿que debería hacer ahora?

“¡Atención! El agente “00427” fue localizado saliendo del cuartel, ¡capturar a toda costa!”

Tras escuchar el aviso en los parlantes del elevador, unas horribles sacudidas lo mandaron directo al suelo. El número en la pantalla no cambiaba más.

⁃ ¡Tsk! ¡Maldición!

Se puso de pie de un salto y escaló hasta el techo del elevador, de donde mandó a volar una compuerta de metal. Justo iba saliendo cuando las puertas se abrieron.

⁃ ¿Que? ¡No está aquí!

⁃ ¡Escapó!

Podría escuchar aquellas voces masculinas mientras se escondía en el ligero hueco que quedaba entre el elevador y la pared, afrentándose a la tubería para poder llegar hasta abajo, dejándose caer de un salto cuando sintió ya estaba a una altura segura. A pesar de sus lesiones, usó toda su fuerza para abrir las enormes puertas metalizadas. Lo había conseguido, estaba muy cerca de salir de ahí. Corrió como desquiciado hacia el área de motocicletas del estacionamiento, donde intentó encender una usando unos cables cortados. Un conjunto de voces lo distrajo, por la puerta de la editorial salían cientos de agentes buscándolo entre los vehículos.

⁃ ¡Ricchan por favor regresa!

⁃ ¡Ritsu! ¿Que intentas hacer!

Kisa y Yukina encabezaban el grupo, gritando de forma desesperada por encontrarlo. Por fin la moto encendió, e importándole poco si lo podían atrapar o no, aceleró quedando expuesto frente al grupo de agentes que corrían sin sentida detrás suyo.

⁃ ¡Ricchan! ¡Regresa!

⁃ ¡Usami-San! ¡Atrápelo!

¿Usami san? Al regresar la vista al frente, ya tenía al albino a centímetros. Frenó bruscamente haciendo que la parte trasera de la motocicleta se alzara mientras derrapaba, Usami frente a ella hacía presión son ambos brazos para intentar detenerla, haciéndolo deslizarse algunos metros hacia atrás. Finalmente hizo que la moto rebotara de nuevo contra el suelo y se detuviera.

⁃ ¡Usami-san! ¡Por favor déjame ir!

⁃ Dieron una orden Onodera, por favor baja, no quiero lastimarte

⁃ ¡Por favor! ¡Dejé una nota en mi habitación explicándolo todo, pero tengo que ir! ¡Si no lo hago toda Marukawa podría estar en peligro!

Los gritos y pisadas se escuchaban cada vez más cerca corrriendo hacia ellos. No lo había logrado, todo había acabado. Miró de nuevo al menor de los Usami, suplicando con sus ojos llenos de lágrimas.

⁃ ¡Takano y mi familia corren peligro! Por favor, confía en mi …

Usami le sostuvo la mirada, fría y sin expresión. Contra todo pronóstico, vio como las manos que tomaban firmemente la parte delantera de la motocicleta se separaban del metal y quedaban colgantes en el aire. Finalmente, Akihiko se hizo a un lado.

⁃ Solo regresa vivo, idiota.

Los ojos de Onodera se abrieron grandes sin podérsela creer, y sin poder evitarlo sonrió.

⁃ ¡¿Akihiko que haces?! ¡Atrápalo!

La voz de Isaka gritando bastante cerca lo trajo de nuevo a la realidad, pisando el acelerador sin consideraciones hasta desaparecer completamente del laberinto de autos de aquel estacionamiento. Finalmente, el grupo de personas llegó hasta el de cabellos platinados, jadeando y enojados.

⁃ ¿Se puede saber por qué hiciste eso? ¿Bakahiko?

Isaka lo miraba con los brazos cruzados, muy cerca se mantenía Asahina, Yukina y Kisa, quienes no podían entender las acciones de ese par. Usami en cambio, parecía muy tranquilo.

⁃ Dijo que confiáramos en él, si mal no recuerdo, tú me diste la orden de creerle

Isaka lo vió sorprendido por un momento.

⁃ Te recuerdo que está lesionado, no tenía por qué salir, ¿ahora como sabremos dónde está?

Isaka habla serio, lo más serio que se le había escuchado nunca. Kisa y Yukina solo se miraban entre sí, preocupados por su amigo.

⁃ Tranquilo, no lo hubiera dejado ir sin saber nada, vayamos a su habitación y veamos que tenía que decirnos.

El de ojos lilaseos comenzó a caminar despreocupado de vuelta al edificio, todos estaban confundidos, tanto que ni siquiera se movieron de su lugar.

⁃ Además — agregó Usami deteniéndose. — coloqué un rastreador en su motocicleta



La velocidad con la que conducía sólo era equiparable al bombeo de su corazón. La noche caía sin pena ni gloria sobre la cuidad de Tokio, no podía dejar de pensar en lo que estaba a punto de pasar con toda esa gente inocente, pero tampoco podría dejar de lado a su familia. Esquivaba coches y personas, se metía a través de callejones solitarios y volaba entre las calles sin parar ni en los semáforos. Pronto llegó a ese elegante y alto edificio, iluminado por millares de reflectores. Grande fue su sorpresa al ver la calle cerrada y acordonada. La gente se aglomeraba alrededor exigiendo explicaciones, curioso, bajó de la moto y se acercó. Había varios hombre trajeados custodiando los dos extremos de la calle, no parecía haber nada en medio, pero no dejaban pasar a nadie.

⁃ ¡Esto es estúpido! ¡Al menos avisen cuando vayan a cerrar las calles!

⁃ ¡¿quien dio permiso para esto?! ¡Estamos en plenas vacaciones!

La gente alegaba con razones. Mientras se entretenían discutiendo, Ritsu buscaba alguna forma de escabullirse.

⁃ ¡Hey tu!

La voz grave y desconocida hizo que se sobresaltara, al voltear, uno de esos hombres trajeados se dirigía a él. Le hizo una seña con la mano para que se acercara, y así lo hizo, pasando por la cinta amarilla en contra de todas las quedas de las personas que antes reclamaban.

⁃ Acompáñeme

Fue lo único que dijo el hombre para empezar a caminar hacia el edificio. Al parecer lo estaban esperando, pues había cuatro hombre custodiando la puerta principal, dos de cada lado, con esos trajes y lestes de sol que cubrían sus intenciones. Al entrar, su acompañante lo tomó del hombro y empujó ligeramente hacia adelante, ese simple acto le dolió como el infierno. Bruscamente se separó.

⁃ P-puedo caminar solo

Reclamo y siguieron así hasta el elevador principal, donde otros dos hombres aguardaban. Uno de ellos presionó los botones del elevador, por supuesto, y cuando las puertas se abrieron solo él ingresó. Cuando las puertas se cerraban vio la cantidad descomunal de guardias que ahora cubrían la puerta y lo miraban muy atentamente, eso le provocó escalofríos. Era curiosos, no se había sentido asustado hasta ese momento, su corazón latía a toda máquina y sus labios se secaban, aún no podía creer que todo terminaría ahí, tanto para bien como para mal.

⁃ Takano-san, perdóname …

Susurró para él mismo, apretando sus puños y sus ojos. No lo volvería a ver, eso era seguro, pero al menos se aseguraría de mantenerlo a salvo, era un sacrificio que estaba dispuesto a hacer. Las puertas se abrieron nuevamente, frente a él más hombres trajeados y armados lo esperaban, uno de ellos habló.

⁃ Por aquí por favor

Salió del elevador y lo siguió, el pasillo no tenía más que una puerta al fondo, ya abierta, en donde aquel hombre se detuvo sin decir nada. No necesito otra indicación para saber que ahí se encontraría con Asami, pues desde el pasillo podía ver los edificios lejanos de la cuidad. Era el momento. Armándose de valor, salió a la azotea, pero no vio nada. Extrañado miró alrededor, pero su vista solo se topaba con la cuidad nocturna. ¿A caso era una broma? ¿Se habría equivocado? No, si no fuera así no lo habría esperado con un ejército de matones. Entonces, la puerta detrás suyo se cerró.

⁃ Veo que lo lograste, no me equivoqué

Aquella voz, tan conocida y misteriosa al mismo tiempo hizo que todo en su interior temblara y le robara el aliento. Lentamente volteó, encontrándose con esa mirada fría, observándolo hacia abajo. Ahí estaba Asami, en el techo de una pequeña cabina, de donde salía una antena. No dijo nada, no sabía que decir, solo lo veía.

⁃ Lamento tu pérdida, debió ser difícil enterrar a tu novio

Los ojos de Onodera se abrieron grandes en sorpresa, pero no dijo nada, si creía que Takano estaba muerto era mejor para él. Así qué sólo bajó la cabeza, intentando externar toda la melancolía que en realidad si sentía, al menos así sería más convincente.

⁃ Por cierto, te quiero presentar a mi juguete favorito, Akihito

Detrás de él, caminando pesadamente, un bello chico rubio se asomó, con aquella mirada perdida en algún punto del suelo hasta que sus ojos se encontraron, sin vida, sin luz. Onodera sintió un escalofrío.

⁃ Tranquilo, no es celoso. El sabe lo que pasó entre nosotros y está advertido en lo que seguirá pasando. Después de él, tú eres el único que me ha hecho sentir tan satisfecho

Burlón, encendió un cigarrillo y comenzó a fumar. Onodera tragó en seco ante aquella declaración. Miró al chico, pero él ya no lo miraba. Sintió pena por él, pero no era como si su situación fuera muy distinta.

⁃ … No he aceptado el trabajo todavía, vine a negociar, ¿recuerda?

Dijo lo más firme y seguro que pudo. Asami sonrió malicioso.

⁃ Proteger a tu familia y a tu noviesito, eso era lo que querías, ¿no? Que lastima que lo último no se pueda concretar

La burla en su voz sólo lograba enojarlo más.

⁃ ¿No cree que es algo injusto? Usted tiene a Akihito, pero a mi me arrebató a quien más quería

La fuerza que ejercía al apretar sus puños lo hacía temblar, por un momento parecía que caería al suelo envuelto en llanto.

⁃ La vida no es justa, mi pequeño Ritsu. Además, te necesito al 100 para mi, un amante sería una distracción.

Dio una calada al cigarro, tranquilo.

⁃ No sé en que tipo de grupo estés, si es una mafia o algo, pero debo aceptar que me metieron en aprietos al destrozar casi todos los vaporizadores del país

Por un momento, la esperanza se asomó por los brillantes ojos verdes que se engrandecieron al escuchar esa declaración. Al menos había esperanza de haber detenido sus planes.

⁃ Se que eres bueno en lo que haces, desde el momento en que mandé a mi mejores hombres y nunca pudieron atraparte lo supe, así que te propongo esto

Asami se puso de cuclillas, como intentando acercarse más al castaño, pero Onodera no se movió, lo seguía observando desde la distancia, estoico.

⁃ Este mundo va a cambiar en pocos minutos, todos estarán a nuestra merced, incluyéndote

Le sonrió.

⁃ Es peligroso dejar suelta a alguien tan hermosamente letal como tú, ¿no lo crees? Tanto para ti como para el mundo.

Soltó el humo que había retenido y se puso de pie.

⁃ Por supuesto, trabajarás para mi haciendo misiones, mataras gente, me traerás a otros, lo que ya haces supongo

La alta figura se paseaba de un lado a otro de la cabina tranquilamente. El chico rubio se mantenía detrás con la mirada baja.

⁃ A cambio, tendrás seguridad de que nada te pasará por traicionar a tu grupo, tampoco podrán meterse con tu familia. Estarás a salvo de todo lo malo del mundo, y créeme, el tener protección lo será todo en unas horas.

Sus ojos dorados, tan penetrantes, brillaron de una manera tenebrosa. Ritsu volvió a temblar.

⁃ ¿Algo que quieras agregar?

Preguntó Asami, llevando su cigarro a la boca. Onodera calló por algunos segundos.

⁃ Necesito que me prometas que tanto los Onodera como los Kohinata estarán a salvo, sin importar que, y que sus negocios no se verán afectados o atacados de ningún modo, y por supuesto, que seguirán siendo de ellos, para siempre.

Asami lo miró serio, luego soltó una risita.

⁃ Bueno, tenía planeado casarme contigo para unir nuestras empresas, pero bueno, si deseas seguir viviendo en ese lujo mediocre no soy quien para cambiarlo, trato hecho.

Entonces tiró el cigarrillo y lo pisó. Onodera observaba atentamente sus movimientos, buscando un punto, un ángulo, un atajo, algo, algo que pudiera ayudarlo a derrotar a Asami en ese momento. Lo vió mirar atentamente el reloj en su muñeca, lo vio sonreír victorioso, aquello no auguraba nada bueno. Recordó la carta que dejó en la habitación del hospital, donde declaraba con punto y coma el acercamiento con Asami y la cita que tenían, pero nunca dijo en donde se encontrarían, planeaba acabar con todo solo, pero de aparco sus esperanzas desaparecían.

⁃ Bueno, Onodera Ritsu, dale la bienvenida a la nueva era.

Tras soltar aquellas palabras, los relojes de la cuidad que marcaban las doce comenzaron a sonar. De repente la adrenalina subió por su cuerpo, sus sentidos se alteraron y su piel se erizó. Vio entonces cómo la antena detrás de Asami se alzaba aún más arriba, perdiéndose en las nubes que ya no estaban muy lejos.

⁃ Tranquilo, dolerá sólo por un rato

Tras soltar aquella declaración, cientos de explosiones a lo largo de la cuidad comenzaron a hacer eco en sus oídos. A la distancia podía ver cómo desde la punta de todas las torres un humo verde era esparcido por el aire. Era todo, habían perdido. El estruendo de la propia torre Asami hizo a Onodera saltar en su lugar mientras cubría sus oídos con las manos. Rápido, aquella neblina le limitó la vista, intentó retener la respiración, pero sabia que era imposible. Abrazando su destino inhaló, arrepintiéndose enseguida, pues aquel vapor entraba por sus fosas quemando su nariz, su frente, retumbando en su cerebro. Un grito desgarrador, desde lo más profundo de su ser aturdió a sus acompañantes. Podía sentir cómo su garganta quemaba, cómo sus ojos ardían, inevitablemente cayó al suelo. Sentía su sangre hirviendo recorriendo todo sus sistema, y todos los órganos de su cuerpo retorciéndose desde dentro. Quemaba, dolía, lo ahogaba. Inhalaba bocanadas de aire contaminado con la necesidad de respirar, pero lo que entraba en sus pulmones solo lograba quemarlo más.

⁃ Resiste, puedes con eso y más

Lanzó Asami condescendiente, viéndolo sin expresión alguna desde lo alto, retorciéndose, como un vil gusano.

⁃ ¡M-maldito! ¡Aaaagh!

Sus heridas hormigueaban y ardían, como si le hubieran arrojado aceite hirviendo. Ya no sabía que hacer, abrazaba su estómago retorciéndose del dolor en el suelo, sus ojos soltaron lágrimas sin control alguno, sus dientes chirreaban entre ellos al presionarlos. Podía escuchar los gritos de cientos, de miles, personas en toda la cuidad que estaban experimenta el mismo infierno. Vio a Asami desde abajo, mostrándole todo el odio que sentía en aquellos ojos verdes que irradiaban una luz amarillenta. Asami sonrió, lo había logrado.

⁃ Akihito … pásame el control

El sumiso chico se acercó lentamente, pero antes de cumplir con lo que el otro pedía, uno de los guaruras abrió abruptamente la puerta de la azotea, interrumpiéndolos.

⁃ ¡Nos emboscaron! ¡Vienen hacia acá!

Por primera vez, lo ojos de Onodera contemplaron el desconcierto en los de Asami. Aquel galante hombre que siempre se mostró sereno lo miró con todo el odio del mundo. Ahí acababa todo.

Notas finales:

Creo Que ya todos aquí sabíamos que no íbamos a ganar :( tenia que pasar. El siguiente capítulo va a tardar un poco más, porque se subirá al mismo tiempo que el primer capítulo del siguiente libro. ¡Por fin un omegaverse más en regla! Pero les daré más detalles en el siguiente cap, solo quería preguntarles si les interesaría un especial de preguntas y respuestas, ya se de los personajes o del mundo que se está creando, les leo :3 Nos vemos para el final de este libro, pero no de esta historia jsjsjsj


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