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92. Plumas y Piel (06) por dayanstyle

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Jong Hyun guardó el arma, de nuevo, antes de Jung Shin la volviera a tomar. El cisne tenía que tener un deseo mortal para apuntarle, con la maldita cosa. Pero él tenía otras preocupaciones, además de la fascinación de su compañero con las armas de fuego. No sabía cuándo Kamijo se mostraría, y con Jung Shin a su lado se dividiría su atención.

Necesitaba llamar a un viejo amigo, la única persona en la que había confiado con su vida. Esperaba que todavía pudiera. No había hablado con el shifter conejo, en casi sesenta años, y la única manera de encontrar a Kenta Sasabe, era volar a otro estado y cazarlo.

El problema era, que no estaba muy seguro de que Jung Shin fuera a aceptar la idea. El hombre se veía, como si estuviera listo para saltar de la camioneta. Que se subiera a un avión, llevaría mucho convencimiento.

Regresar a Villa Kim, no era una opción, y tarde o temprano Kamijo lo encontraría. Como no quería seguir huyendo por el resto de su vida, el detenerlo era su única opción.

Y para hacer eso, necesitaría la ayuda de alguien tan capacitado como él.

- ¿Qué tan reticente eres a la idea de volar?

- Sólo porque soy un cisne, no significa que me gusta hacerlo.

- ¿Un cisne que no vuela?

- Le temo a las alturas.

Su compañero lo miró como desafiándolo a burlarse.

- En un avión.

Jung Shin frunció el ceño. - ¿Por qué iba a subirme a un avión?

- Debido a que es la forma más rápida de viajar, si vas lejos.

 

- ¿Me estás pidiendo que viaje contigo?

- Tal vez.

- ¿Vas a ponerte críptico de nuevo?- Preguntó Jung Shin.

- Estoy empezando a pensar que eres un espía o algo parecido.

Jong Hyun se quedó en silencio. Decirle la verdad, no era una opción.

- He estacionado, en lo de Jong Bin- dijo su compañero.

- ¿Conoces el camino? Jong Hyun negó con la cabeza.

 

Escuchó como Jung Shin lo guiaba, preguntándose si podría coger un vuelo esta noche. Dalton Falls no tenía un aeropuerto. Tendrían que conducir a Sugar Creek. Después de eso, sería como tratar de encontrar una aguja en un pajar. Kenta era muy bueno para ocultarse y si el chico no quería ser encontrado, Jong Hyun no lo hallaría.

Su viaje sería una apuesta arriesgada, pero Jong Hyun tenía que intentarlo. Su vida y la de Jung Shin dependían de ello.

- ¿A dónde iríamos?

Jong Hyun parpadeó y miró a Jung Shin. - ¿Eh?

- Nuestro viaje - dijo Jung Shin. - ¿A dónde quieres llevarme?

Se quedó un largo rato, mirando al cisne. El tipo era realmente glorioso. Bajo, rubio, y delgado. Justo de la forma, en que a le gustaban sus hombres.

Sus ojos color avellana, se complementaban con gruesas pestañas rubias, haciendo que Jung Shin lo mirara, con ojos seductores. Los pantalones de Jong Hyun comenzaron a estar demasiado apretados, cuando su pene se engrosó. Se apartó del cisne, concentrándose en su tarea, tratando de no pensar en cómo se vería desnudo y retorciéndose debajo de él.

 

 

- Anyang.

- ¿Negocios o placer?

- Negocios.

- Qué tipo de negocios.

- Haces demasiadas malditas preguntas.

- ¿Quieres que vuele contigo, cuando no tengo ni idea del por qué? - Preguntó Jung Shin.

Jong Hyun lo miró, para ver la terquedad dibujada en los ojos del hombre. Si no le decía a su compañero por qué, no lograría que se subiera al avión.

- Tengo que cazar a un viejo amigo.

- ¿Tu viaje tiene algo que ver con mis recuerdos?   

Jong Hyun quiso golpearse la cabeza contra el volante. Jung Shin era como  un  perro  con  un  hueso.  No  lo  dejaría pasar. Jong Hyun  entendía por qué. Si tuviera borrosos recuerdos, también querría respuestas. Solamente era, que no tenía ninguna para darle al hombre.

- ¿Irías conmigo?

Jung Shin frunció los labios, mientras lo miraba muy fijamente. Prácticamente podía ver las ruedas girando en la cabeza del hombre.

- Haré un trato. Voy a ir contigo, pero tienes que prometer explicarme todo una vez que encuentres a tu amigo.

Jong Hyun no podía hacer esa promesa, ya que no tenía idea de lo que le había pasado. - Te diré lo más que pueda.

Odiaba mentir, pero era su única opción.

Su compañero entrecerró los ojos. - Estoy tratando de encontrarte en la mitad del camino, en esto. ¿Alguna vez has oído hablar de compromiso?

- Confía en mí, estoy comprometido.

Contarle algo a Jung Shin sobre su anterior vida, era como pedir que su compañero fuera asesinado.

Pero de todas formas, Kamijo iba tras ellos, así que ¿qué daño podía hacer contarle lo básico?

Jong Hyun había pasado las últimas dos semanas tratando de localizar al hombre, pero Kamijo era tan hábil como él, y se había escabullido cada vez que se le acercaba. No quiso correr ningún riesgo, de que el bastardo resbaladizo lo hubiera seguido hasta aquí. Jong Hyun quería a Jung Shin fuera de la ciudad.

Llegaron a lo de Jong Bin, Jong Hyun escaneó el área, mientras ambos se bajaban del camión y Jung Shin se deslizó en su coche. Tenía un mal presentimiento y no podía quitárselo. Se acercó el coche del cisne, todavía topografiando la zona.

- Te seguiré. Ve directo a tu casa y empaca para unos pocos días.  

Antes de que Jung Shin pudiera hacerle cualquier tipo de pregunta, regresó a su camión. No tenían tiempo que perder, y que Jung Shin lo golpeara con un aluvión de preguntas, sólo los retrasaría.

Manejar a lo de Jung Shin, les llevó menos de cinco minutos. Su compañero aparcó detrás del edificio de apartamentos y se bajó. Jong Hyun se estación, y estuvo al lado del cisne en cuestión de segundos.

- No recuerdo haberte invitado a subir - dijo Jung Shin con un sonsonete en la voz. - Espero que no estés contando con sexo post-cena.

Bajo otras circunstancias, Jong Hyun podría tener que coaccionar y cortejar a su compañero, para hacer exactamente eso. La atracción entre ellos, era innegable. Se sentía preparado y listo para tomar al cisne.

 

Su sangre se calentaba, por el pequeño macho, y le tomó toda la fuerza de voluntad que poseía mantener las manos quietas. El cisne olía tan exquisito, como ambrosía en una caliente noche de verano.

Jong Hyun quería probar al hombre, tocarlo, besarlo, y tener suficiente tiempo, para explorar cada pulgada del cuerpo de Jung Shin. Por desgracia, no lo tenían, y tanto como Jong Hyun quería hacer el amor con su pareja, tenían que ponerse en movimiento.

Jong Hyun había abierto la boca, para responder a la observación de Jung Shin acerca del sexo, cuando notó una sombra en el otro lado del aparcamiento. Parecía que no estaba tan oxidado, como había pensado en primer lugar, porque su instinto y formación regresaron de una patada. Agarró el brazo de Jung Shin y tiró de él hacia atrás, hacia su camión apresurando el paso.    

- ¿Qué demonios estás haciendo? - Jung Shin exigió, mientras trataba de soltarse.

Jong Hyun cayó al pavimento, llevando a Jung Shin con él, cuando la ventana trasera de la cabina más próxima a ellos se hizo añicos. Jung Shin gritó cuando Jong Hyun lanzó a su compañero hacia su camión.

- ¡Quédate abajo!

Jung Shin se deslizó debajo del camión cuando Jong Hyun se giró en la cama, empuñó su arma, y miró por encima de la puerta del maletero. Su ventana trasera explotó. Jong Hyun se dejó caer. Tenía que sacar de allí a Jung Shin. Necesitaba determinar la ubicación del tirador y atrapar al bastardo.

El fallo del objetivo, le dijo a Jong Hyun que no era Kamijo. El asesino no lo habría perdido. Lo que significaba que tenía un cómplice, era algo extraño ya que los asesinos generalmente trabajaban solos. La gravedad de la situación se hundió en él.

 

Necesitaba salir de Dalton Falls y encontrar a Kenta. Era su única oportunidad de mantenerse vivo y a Jung Shin.

- ¿Se ha ido?- Preguntó Jung Shin, sacando a Jong Hyun de sus pensamientos y regresándolo de nuevo a tierra.

- No- A pesar de que el tirador había perdido su objetivo, el tipo no había huido. No había ninguna duda, de que Kamijo le había pagado el hombre generosamente, y no iba a parar hasta terminar el trabajo.

Había sólo un resultado en la mente de Jong Hyun. Tenía que matar al hombre, antes de que el chico atinara.

Tuvo su oportunidad, cuando un vehículo entró en el estacionamiento. Tan pronto como lo sobrepasó, saltó a la cama y se dejó caer al lado de su camioneta, apuntó, y esperó a que el coche pasara. Tan pronto como lo hizo, disparó. Vio la sombra caer.   

- Vamos - Sacó a de Jung Shin de debajo del camión y empujó a su compañero, hacia la puerta del conductor. Tomó segundos para que Jong Hyun sacara sus llaves, encendiera el camión, y saliera rápidamente

- ¿Qué demonios está pasando? - Jung Shin le gritó, cuando se volvió en su asiento y miró por la ventana trasera, o lo que solía utilizar como una. Ahora no era nada más que un gran agujero.

- ¿Ese tipo nos acaba de disparar?

Cuando Jung Shin se volvió y se sentó nuevamente, Jong Hyun vio lo mal que las manos le temblaban mientras permanecían sobre sus rodillas. Alcanzó a su compañero, y puso su mano sobre la de él. No estaba seguro de lo receptivo que el cisne sería al tacto, pero, para su satisfacción, Jung Shin no se apartó.

- Trata de permanecer lo más calmado posible - dijo Jong Hyun en un bajo y suave tono.

Jung Shin se frotó la palma de la mano libre en su ojo.

- Tal vez podría procesar esto mejor, si supiera lo que está pasando. No entiendo por qué ese tipo nos disparó. ¿Está detrás de ti o de mí? Dado que no recuerdo haber hecho cualquier cosa que ruin a alguien, tiene que ser que está detrás de ti.

Su compañero dejó caer la mano y se giró hacia Jong Hyun.

- ¿En qué me metiste?

- Acordamos que te diría, una vez me encuentre con mi amigo.

- ¿Por lo tanto, se supone que debo sentarme y dejar que un maníaco me use como objetivo de práctica?

Si la situación fuera a la inversa, Jong Hyun exigiría respuestas.

Jung Shin tenía todo el derecho a exigirlas también. Él no podía dárselas, no ahora. Tenía que ser capaz de confiar en el cisne, y por el modo que Jung Shin se sentía por él, no sería pronto.

- Sé que esto es difícil para ti, y no tienes ninguna razón para confiar en mí, pero te pido que lo hagas.

Jong Hyun tomó el camino que salía de la ciudad, siguiendo la señal que lo llevaría a Sugar Creek. No estaba seguro de si había matado al tirador o lo hirió gravemente, pero no se iba a quedar a averiguarlo. Necesitaba poner distancia entre él y el estacionamiento. Era imposible saber si Kamijo contrató a un sólo individuo, o si había más esperando en los pabellones.

- ¿Puedes al menos decirme, si sabes quién era ese tipo? Jong Hyun podría proporcionarle mucha. - No, no lo conozco.

- No debería confiar en ti - dijo Jung Shin.

- La mitad de esa noche, está en blanco y tengo recuerdos que están tratando de resurgir. Pero no recuerdo que parte.

 

- Sé que estás involucrado de alguna manera, y si me entero de que eres el malo de la película, no sólo voy a freírte las bolas hasta que se marchiten y se caigan, sino también voy a llamar a mi tío para enterrar tu cuerpo.

Eso fue un infierno de amenaza. Jong Hyun tenía la sensación, de que Jung Shin la llevaría a cabo. Se removió en su asiento, incómodo. Pensar en que lo golpeara con la pistola eléctrica le hizo hacer una mueca.

- No tomo amablemente el ser amenazado.

- Y yo no tomo amablemente, perder una noche, ser obligado a confiar en un hombre que podría quererme muerto y que me disparen. No me importan tus amenazas sobre mi dilema.

El tipo tenía un punto. - Te dije que no voy a hacerte daño.

- Y mi madre me dijo que existía Santa Claus. La gente miente.

Jong Hyun ocultó su sonrisa, mientras conducía por la oscura carretera. Encontró al chico muy divertido, hasta que la pequeña mierda sacó su pistola eléctrica y la agitó hacia él.

- Por lo tanto, si intentas algo, estate preparado para las consecuencias.

- Si activas la maldita cosa, te ato al capó de mi camión - lo amenazó. El verla, hizo que su pecho doliera en donde le había disparado.

- No voy a activarla - Jung Shin entrecerró los ojos.

- Pero estoy observándote. Un movimiento en falso y voy a asar tus castañas, con alto voltaje.

- Eres un poco raro, ¿verdad?

Jung Shin se encogió de hombros. - Mi psiquiatra dice que lo estoy haciendo mucho mejor.

No estaba seguro de si el cisne estaba bromeando o era serio al respecto. - ¿Tienes un psiquiatra?

 

- ¿Tú no? - Preguntó Jung Shin.

Por Dios. Justo lo que necesitaba, un compañero loco.

- ¿Tomas medicamentos?

- No - Jung Shin sacudió la cabeza.

- Las voces y yo volamos en solitario.

Jong Hyun comenzó a preocuparse, hasta que vio a su compañero luchando por no sonreír.

La pequeña mierda le había estado tomando el pelo.

- ¿Alguna cosa más que debería saber de ti?

Cuando Jung Shin volvió a mirarlo, vio el agotamiento en los ojos del hombre. La noche estaba pasándole factura al cisne.

¿Qué esperaba? Jung Shin no sabía nada de esta vida.

El chico parecía cansado, asustado y él daría cualquier cosa, por tomarlo entre sus brazos y ofrecerle comodidad.    

- Si vamos a jugar “llegar a conocerse entre sí”, entonces tienes que responder a las preguntas - dijo Jung Shin.

- Sabes que no puedo - dijo Jong Hyun.

- ¿Por qué? - Preguntó Jung Shin.

- No veo por qué estás siendo tan reservado conmigo. ¿Qué podría pasarte si te pregunto acerca de tus padres o hermanos?

Jong Hyun suspiró.

- Soy hijo único, pero tengo un primo. Mi padre es un tema que prefiero no discutir, y prefiero no hablar de mi madre tampoco.

Jong Hyun no había hablado con ella en más de seis décadas.

¿Cómo podía mantenerse en contacto con la mujer que había sido responsable de la masacre de su comunidad?

 

 

Esa fue la razón por la que, Cory y los demás habían huido. Había sido una manada de lobos la que atacó a su pueblo, pero detrás de escena, había sido la madre de Jong Hyun la que les había ordenado hacerlo. Había sido por pura fuerza y suerte que los hombres con los que actualmente vivía, lograran salir con vida.

Si sabían que era la madre de Jong Hyun, quien había causado la pérdida y devastación de tantos, lo matarían lenta y dolorosamente.

Jong Hyun había vivido con esa culpa, todos estos años. No había sido él quien asesino a la gente, a sus amados y apreciados amigos, pero estaba relacionado con quien lo hizo.

Ahora que Kamijo lo había encontrado, Jong Hyun nunca podría volver a casa.

Tendría   que   permanecer   lejos   de   sus   amigos,   para mantenerlos a salvo. Eso lo mató, pero no tenía otra opción.   

Así Dalton Falls estaba fuera de cuestión. Se negaba a llevar ese tipo de dolor y sufrimiento a los niños que había visto crecer, y convertirse en hombres fieros y leales.

No tenía ningún sitio a donde ir y tenía un compañero que proteger.

 

continuara...


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