El rubio se mueve al compás de la música, dejándose llevar por aquel estrepitoso sonido de electrónica, alzando las manos y moviendo sus caderas de forma provocativa. Naruto disfruta del ambiente de la discoteca. No es un Omega que suele asistir a fiestas; de hecho, es todo lo contrario, pero había algo que lo hacía sentir diferente esa noche, como si estuviera a la espera de alguien. Bailó sensualmente, marcado el ritmo con sus pies, mientras es observado con deseo por varios Alfas presentes en el lugar; mismos que no perdieron el tiempo en acercarse para tener contacto con él. Sin embargo, no dudó en rechazarlos porque quería entregarse a cada canción.
Su mirada expresiva se enfocó en aquellos ojos negros que lo veían al acecho, la oscuridad ayuda a ocultar los rasgos de aquel misterioso hombre, quien no perdía detalle del rubio. Naruto por su parte, decidió ir a un sitio menos concurrido y siguió contoneándose, sin esperar un imprevisto acompañante que no desaprovechó el momento en recorrer con sus manos el contorno de su figura. El Alfa aprisionó su atlética complexión contra el chico, depositando una senda de besos por el largo de su cuello y percibiendo en el proceso, su cautivante aroma. Uzumaki trató de darse vuelta y enfrentar al sujeto, pero el moreno no se lo permitió. Se aferró a su cintura para desplazarse parsimoniosamente al son de la melodía.
—Jamás he podido olvidarme de ti —susurró en su oído, Naruto se estremeció ante la voz, reconociéndola de inmediato, solo alguien que él conoce puede hacerlo sentir de esa manera; su corazón desbocado latiendo a velocidad y una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.
—Sasuke… —musitó el joven, disfrutando pronunciar el nombre del Alfa.
El Alfa de apellido Uchiha, volvió apegarse a la silueta del rubio, deleitándose gratamente por la proximidad, acariciando con mesura la espalda de Naruto; entretanto el Omega solo pudo dejarse llevar, compartiendo con el supuesto extraño las atenciones recibidas.
—De todos los lugares, no imaginé encontrarte en este local —Sasuke sonrió ladino, observando embelesado la piel descubierta del rubio—. Aunque, no creo en supersticiones, debo de agradecer al destino por traerme a ti, Naruto.
—Tenemos tanto por hablar… —comentó Naruto, sintiendo un pequeño beso en uno de sus hombros.
El Omega no es capaz de controlar las reacciones de su cuerpo, y más por el Alfa de orbes oscuros, que sabía dar uso de su atractivo, torturándolo con el roce. Sasuke no necesita de trucos absurdos para provocar a Naruto, sabe cada uno de sus secretos; desde simples banalidades, hasta intimidades que solo ellos lograron experimentar por la conexión que los une. El moreno curvó sus labios con gracia, aproximándose al oído del chico y proseguir con su juego de seducción.
A la vista de todos, son una encantadora pareja Alfa/Omega cediendo al entorno relajado, un panorama bastante agradable para muchos, pero Naruto es totalmente distinto. Sentir las imponentes miradas de la multitud lo incómoda en demasía, lo suficiente como huir sin remordimientos. Las memorias de lo que una vez fue, vino a su mente, frenando la diversión que nuevamente se exhibía en compañía de Sasuke. Soltó un profundo suspiro, quitando las manos que aprisionan su cintura, sorprendiendo al mayor.
—No quiero volver a lo mismo —aseguró Naruto con tranquilidad.
El Omega encaró a Sasuke quedando frente a él, estudiando sus gestos minuciosamente; el Alfa viste ropas muy finas, su chamara de cuero a juego con un suéter color blanco ceñido a su torso, complementado por unos pantalones oscuros junto a una gruesa cadena y demás accesorios como lo eran: un par de anillos, collares y pulseras, resaltan con su estilo. Su cabello mucho más largo y con un flequillo cubriendo el lado izquierdo de su rostro.
Naruto entreabrió sus delgados labios a modo de sorpresa, descubriendo el aspecto del joven, se dio la tarea de analizar lo condenadamente atractivo que se ve. Acto seguido, Sasuke notó la mirada atónita del rubio, regalándole una sonrisa ladina, incitando un sonrojo en este.
—Escucha Naruto, debo de discúlpame contigo por mi forma de actuar. Nunca debí irme como lo hice aquella ocasión, me había dispuesto a olvidarte, pero no puedo o las circunstancias me impiden que deje de recordarte. Si me pides que te dé una explicación, no sabré responder, va más allá de mi instinto, impulsos y sentimientos —expresó el moreno, sin apartar la mirada del Omega—. En un inicio, creí que solo fue atracción lo que provocas en mí, y ahora me doy cuenta que terminé por enamorarme de quien en realidad eres, un Omega hermoso de increíble personalidad.
Uzumaki sonrió al escucharlo hablar, pudo sentir el impacto de sus palabras y con ello, el nudo formándose por las ganas de llorar. El Omega se armó de valor y besó al moreno. Una vez se separaron, Sasuke se sorprendió por la reacción del chico, vio como los ojos azules del Naruto se humedecían y sintió ternura, acarició con sumo cuidado su faz, volviendo a retomar el contacto.
—Ambos cometimos errores que no supimos cómo abordar, incluso aunque no quiera reconocerlo, tenía la esperanza de volver a verte —dijo Naruto, siendo embargado por la emociones del momento—. Puedes creer que aún conservo el peluche que me regalaste en nuestro primer aniversario.
Uchiha no lo dejó terminar, interrumpiéndolo con un beso lleno de pasión, las frases sobran en un instante, donde sus sentimientos son la prueba real del vínculo que la pareja profesa.
—No tienes que decir más —murmuró Sasuke, tomando la mano del rubio, afianzándola con la suya—. No sabes cuánto he deseado tenerte junto a mí, Naruto.
—Olvídemos el pasado, tenemos tiempo para empezar de nuevo —susurró Uzumaki, sorprendiendo al mayor.
Tomando la iniciativa, el Omega rio burlonamente, aferrándose con fuerza al cuello del moreno, besándolo con intensidad; del mismo modo, Sasuke respondió a la demanda, acomplándose al entusiasmo de Naruto. El Alfa se alejó del rubio, sonriéndole con gracia. Tanta es la tensión en el par, que el menor siente sus mejillas acalorarse, incluso su respiración es acelerada. Uchiha alzó su mano dominante, llevándola hacia el rostro del más joven y recorrió con los dedos sus facciones. Adora sus grandes ojos azules y las hebras doradas alborotadas, simplemente es alucinante para él, tener a ese chico entre sus brazos.
—Ya sabes, necesitamos una reconciliación como se debe —sugirió el Alfa con un tono de diversión, robándole una carcajada al rubio.
—Te estás demorando demasiado para sacarme de aquí —respondió el Omega, sosteniéndose de Sasuke.
Con un par de sonrisas cómplices, el par hizo una promesa silenciosa de jamás separarse, había mucho por explorar; tanto Sasuke como Naruto, están dispuestos a ir más allá por su felicidad.