Sabía que había hecho muy mal, por no decir que se comportó como un verdadero idiota…
¿Cómo se atrevió a gritarle al patriarca?
¿Cómo pudo ser siquiera posible que huyera de esa forma?
Simplemente lo que había hecho era levantar más sospechas y todo esto iría contra su maestro en algún punto.
Ocasionaba problema tras problema.
Sus sentimientos se volvieron tan fuertes y desgarradores que ya es simplemente insoportable mantenerlos bajo control.
Aunque lo quisiera, sería difícil…
No deseaba estar lejos de su maestro, pero… No podía estar a su lado, ya que este… Prefería a Milo a que a él.
Aun lo creía así, lo pensaba como la única verdad absoluta que existe…
Sus piernas habían sido capaz de llevarlo lejos del santuario… No importaba si le tomara horas… Ya que su velocidad no era la de un dorado, pero igualmente usa la alcanzada por un bronce, era suficiente para alejarse…
Sus lágrimas claro que perturban su visión, su llanto y dolor callados por su boca apretada…
No le importó tener que atravesar todas las casas del santuario, ni mucho menos pedir permiso… Total, nadie le importaría que pasara, ya es conocido como el alumno de Acuario, al menos es alguien que mínimo no es una amenaza… Por ahora.
Además que de noche, muchos están ya descansando temprano, otros cenando o conviviendo con alguien especial…
Pero le importa muy poco encontrarse solo en este punto…
Había llegado hasta el bosque más cercano… En donde algunas veces lloro soló, por diferentes razones o acompañado de su mejor amigo.
Ahora solo sabe que este lugar, es lo más cercano que tiene a un punto que nadie lo interrumpiría para dejarse caer en el suelo… Llorar, apretando sus puños, congelar un poco el lugar… Su cosmos frio es un reflejo de su sufrimiento, es una maldita infortuna que tienen aquellos que poseen o poseerán los Acuarios.
Pero, ¿Qué importa?
Su maestro, aquel que nunca debió mirar con otros ojos, esta tan lejos… Y no sabe cuándo volverá… Aunque desearía saber de una maldita vez…
¿Por qué lo beso?
¿Por qué lo toco?
Deseaba entender si esas caricias eran sinceras de un amor puro o solo deseo de poder tener un cuerpo diferente al que tiene en las noches.
-Es mi castigo ¿Verdad?- Se pregunta, ya habiendo llegado al suelo… Su espalda resbalo antes por un árbol, mientras de un golpe llego a la suciedad de la tierra, tocando su frente, apretando sus labios, conteniendo el quejido.
-Por haber fijado mis ojos en alguien que no debía- Sus ojos azules, dejan que cada lágrima caiga al suelo y parte de su ropa, manchándola con esa humedad que solo denota dolor y amargura.
-¿Qué puedo hacer?- Se pregunta ahora cubriendo su rostro con ambas manos, apretando sus dedos sin importar lastimarse la frente -¡¡¡NO PUEDO ACTUAR COMO SI NADA!!! ¡¡¡YA NO EN ESTE PUNTO!!!- Esta roto, destruido y desquebrajado.
Hyoga el cisne ha tocado fondo, porque su mente le juega malditos malos ratos…
El tiempo en que guardo sus sentimientos, todo se volvió una bomba de tiempo que termino estallando al pensar que su maestro primero le corresponda, pero después de eso ninguno pudo decir o hablar de nada…
Tantas cosas han pasado en tan poco tiempo, que a cualquier otro ya lo hubieran derrumbado, aunque para él es una verdad absoluta que las cosas fueron siempre mal para él.
-¡¡¡Siempre debí haberlo visto como mi maestro!!! ¡¡¡Pero no pude, no quise ya hacerlo!!!- Sin pensarlo, y alejando las manos de su rostro, le da igual hacer un pequeño desastre en esa zona, lanzando algunos ataques que congelan arbustos, arboles, lo que este cerca… No le importa nada más.
Ser de nuevo reprendido, regañado, castiga, total… Ya nada le interesa sin la persona que ama.
-¡¡¡ÉL YA ESTÁ EN UNA RELACIÓN CON ALGUIEN!!! ¡¡¡¿PERO NO LO PUEDO ACEPTAR!!! ¡¡¡NO LO HARÉ JAMÁS!!!- Repite estas palabras con su dolor contenido.
Guardo silencio tanto tiempo, admirando a lo lejos a su maestro, amándolo en secreto, creyendo que jamás se volverían a ver, después de la muerte del mayor y ahora…
Prefirió guardar ese secretó hasta la tumba, pero el alcohol le jugo la peor pasada, terminó diciendo todo y ser correspondido.
Para después descubrir el dolor del engaño, que en si… No debería afectarle… Y al final no tener respuestas.
Las quería, necesita eso sin duda… Tal vez…. Y solo tal vez.
Su Camus, le dijera la verdad… Le confesara que realmente sucede, podría vivir en paz.
-Quiero verlo… Necesito hacerlo…- Cada palabra entrecortada, su garganta le duele por haber gritado y llorado tanto… Pero sus mismos gritos de dolor por un corazón tan destruido, se intensifican aun… Requiere respuestas.
Desea poder competir contra cuquería, si al final Camus lo pudiera aceptar y que lo viera como lo que es, un hombre, no solo un niño o su aprendiz.
Luchar contra la idea o lo que siempre ha estado representando hasta ese punto, es muy difícil.
Además, si su rival es alguien que es sumamente importante para su maestro, tendría las de perder.
Pero no le importa para nada.
-¿A dónde… Se fue?- Pregunta, con la mirada baja, aspirando por su nariz aquellos fluidos que se escapan –No recuerdo si… Me lo han dicho o no…- Esta también cansado, la noche anterior no pudo descansar correctamente, sufrió con tanto dolor.
La gran descarga de cosmos que tuvo durante este día y sin contar la pelea en la que estuvo envuelto… Le está trayendo consecuencias bastantes obvias…
Solo siente dolor… Desesperación y tristeza…
-¿Qué puedo hacer?- Pregunta, ya sin mayor energía, se ha dejado caer por completo… Recostado en el suelo, boca abajo… Dejando escapar lágrimas, mientras solo contempla su propio dolor -¿Podré aceptar lo que me dirá? ¿Qué hare si al final solo fue un desliz y que se aprovechó del momento?-
Cierra sus ojos, dejando que sus lágrimas caigan con profundo dolor y devastación, queriendo solo ser tragado por las olas heladas de Siberia, acompañando a su madre a una muerte, para ya no pensar en algo así, que solo le ocasiona una desesperación abrumadora que no puede con ella.
Con estos sentimientos que presenta, no se da cuenta del cálido cosmos que se va acercando a él.
Pues posiblemente cuando escuche su voz, lo más seguro seria que lo volvería a atacar, aunque realmente a este no le importe, claro que lo reprendería, pero…
Cree que tiene un cierto deber moral ahora él.
Después de todo, también siente culpa, cree que por lo que está pasando Hyoga, es por su causa, por alentar a alguien imprudente para tener algo más que ver con un inocente niño, ante la vista de los demás es así o los que conocen esta historia a ciertas partes.
Aunque le duele un poco los ataques y su cuerpo aun esta entumecidos por el congelamiento breve, seguirá adelante para ayudar y entender también que ocurre, pues ya que su mejor amigo huyo, solo le queda intentar hacer algo al respecto para proteger al alumno de este.
-Oye, ¿Estas bien, Hyoga?- Le habla con seriedad y un poco de preocupación.
Después de todo, aprecia al rubio Ruso mucho, desde que lo conoció en Siberia por el entrenamiento de Acuario.
Y dicho y hecho, apenas escucha la voz del Escorpión, siente que el coraje vuelve.
La persona que le robo a su maestro, está aquí…
-¡¡¡¿QUÉ QUIERES, MILO?!!!- Le grita, frunciendo el ceño, apretando sus puños, levantándose del suelo, para ponerse de pie y encarar al otro.
-Creo que tenemos que hablar- Le responde, mostrando algunas vendas que lleva en los brazos y curaciones en el rostro.
Sí que el cisne fue bastante imprudente y salvaje al momento de estar peleando.
-¡¡¡NO TENEMOS NADA DE QUÉ HABLAR!!!- Le contesta rápidamente, mirándolo con esos ojos llenos de desprecio y odio pleno.
-Oh, claro que si- Le responde, mostrando una meuca de enojo también, pues que este se pusiera a pelar, lastimando a su aprendiz y a él, sin motivos aparentes para él -¡¡¡ME ATACASTE SIN RAZÓN ALGUNA!!! ¡¡¿DEJASTE MAL HERIDO A JABU!!!- Camina firme hacia este joven, para sujetarlo con fuerza de la camiseta que lleva y casi levantarlo -¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS TE ESTÁ PASANDO?!!!- Entiende que debe estar furioso con Camus por irse, eso lo puede ver en su rostro, pero… A la vez, no sabe por qué tanto rencor contra él.
-¡¡¡ESO NO TE IMPORTA!!!- Sujeta con fuerza la muñeca del otro, para deshacer su agarre, aunque le es imposible.
Al fin de cuentas Milo es un adulto que ha entrenado más tiempo que él, su fuerza es superior en estos momentos de eso se da cuenta el joven, y más por el cansancio que ha sentido por la noche en vela.
-¡¡¡CLARO QUE ME IMPORTA!!!- Le menciona esto con decisión, sin dejar de sujetarlo fuerte, -¡¡¡TE CONOZCO DESDE QUE ERAS MÁS PEQUEÑO, POR LO TANTO NO ENTIENDO QUE TE ESTÁ PASANDO!!! ¡¡¡Y MÁS SI ESTAS ATACÁNDOME A MÍ!!! ¡¡¡¿PUES QUÉ DEMONIOS TE HICE?!!! ¡¡¡QUE YO RECUERDE NADA!!!- Por ahora cree que tocar el tema de Camus es un campo minado, por lo cual lo dejara pasar, pero quiere respuestas.
Ya que en la disputa física, el bronce no dijo nada en absoluto, solo lo miraba con odio y se notaba que el cosmos de este, solo quería acabarlo sin tregua.
Ambas manos del cisne se posicionan en la muñeca de Milo, queriendo hacer algo para que lo suelte, incluso pensando en romperla si es necesario.
Pero sería inútil, además que su enfado está ganando, las lágrimas de tristeza, se combinan con la de impotencia…
Furico porque no puede ganarle en esto… Incluso recordando que no logro, ni lograría arrebatarle a Camus, la cólera sigue aumentando, pero sus fuerzas se están yendo, pues ya no puede soportar todo ese dolor que echa raíces en su corazón dañado.
Sin dejar de fruncir su ceño, mirando fijamente al otro, muestra sus dientes como una amenaza, las lágrimas caen de forma torrencial, sin dejar de apretar las muñecas del contrario.
-¡¡¡ME ARREBATASTE A MI MAESTRO!!!- Le sentencia esto, mientras sin pensarlo, comienza a congelar las manos de Milo, pues desea que lo suelte de una maldita vez.
-¡¡¡¿QUÉ?!!!- Confundido por estas palabras, pues nada más alejado de la realidad.
Aunque debió desistir rápidamente, siente ese frio abrumador en sus extremidades, es mejor soltar al Cisne, antes de que algo peor pase…
Referente a quedar de nuevo congelado, aunque parece que quedará atrapado en algo así, pues en la zona donde están, el bosque comienza a verse más gélido que nada.
-¡¡¡¿DE QUE ESTAS HABLANDO?!!!- Le replica, poniendo cierta distancia, aunque no tanto para salir del rango de distancia.
-Ya lo sé todo…- Habla bajo esto, pues es una punzada en su corazón terrible.
-¡¡¡¿CÓMO QUE SABES TODO?!!!- No sale de su impresión por el momento.
-¡¡¡TÚ TIENES UNA RELACIÓN CON AIORIA!!!- Señala rápidamente al pelicerúleo, con el dedo índice, indignad por esto -¡¡¡TODOS EN EL SANTUARIO LO SABEN Y AUN ASÍ, EN SECRETO MANTIENES UNA RELACIÓN CON CAMUS!!!- Aprieta su mandíbula, sintiendo un enorme coraje en su interior.
La mirada del escorpión dorado, primero se desconcierta, pero después logra comprender esto, y piensa que esto sigue siendo e, maldito mal entendido por intentar retener al cobarde Acuario.
-Oye, oye… Escúchame- Lo llama fuerte, pero sin gritar, negando con la cabeza rápidamente -¡¡¡ESO QUE DICES ES MENTIRA!!! ¡¡¡YO NO TENGO NINGUNA RELACIÓN CON CAMUS, MÁS ALLÁ DE UNA AMISTAD!!!-
Al escuchar estas palabras, obviamente no las cree, pensando que es solo una mentira por parte de Milo, para salirse con la suya.
-¡¡¡SIEMPRE HAN SIDO CERCANOS!!! ¡¡¡SIEMPRE LO ACOSAS Y MOLESTAS!!! ¡¡¡¿ACASO NO PUEDES QUEDARTE SOLO CON UNO?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ DE TODOS, TENÍAS QUE ESCOGER A QUIEN AMO?!!!- No le importa nada, ni siquiera analizo sus palabras, solo la dejo salir, como la imprudencia de cualquier joven al verse abrumado y acorralarlo con sentimientos que escapan de su entendimiento aun.
En ese instante al escuchar esto… El Escorpio simplemente se ha quedado sin palabra alguna…
Mirando atentamente al Cisne, intentando comprender qué demonios está ocurriendo.
Pensaría que… Debería estar molesto, odiando a Acuario por haberlo lastimado, pero al parecer… Esto solo le ha causado más intriga…
---Sala patriarcal---
La mirada rosa del pontífice, está completamente impactado, se denota por la expresión.
Cubre su boca, sorprendido por alguna razón, que claramente tiene que ver con la armadura, que se encuentra delante de él.
-¿Co- Como… Es… Siquiera posible…?- Pregunta sin entender la verdad de esto –Es… Es.. Una completa locura-
Un tintineo que al parecer proviene de la armadura, acompañado de un brillo que va y viene al son de ese sonido, como si de un código claramente muy diferente al Morse se tratará.
-Acuario… Esa clase de relación…- Niega con la cabeza, impactado aun por la noticia –No se puede dar- Declara sin más, sintiendo una enorme incomodidad por lo revelado.
De nuevo la armadura con su sonido y brillo, conversando con el patriarca como puede, para que entienda razones.
-Pero, ¿Cómo sucedió?- Quiere al menos no cerrarse por completó en entender esto, pero claramente no está para nada de acuerdo –Hyoga y Camus, son alumno y maestro… Eso no está bien- Rápidamente habla con voz firme, frunciendo el ceño, juntando sus tikas.
El cosmos algo alterado de este se denota con su semblante.
No esta conformé con esta respuesta, al contrario parece que le ha parecido lo peor del mundo a escuchar.
La armadura sigue la conversación, queriendo expresarle más de lo que a simple vista se puede ver.
-¿Cómo que quieres que los ayude?- Le cuestiona rápidamente confundido ante esto.
Al mirarla, esta brilla, su rostro se descompone con un semblante de desaprobación, cerrando sus ojos en señal de esto.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO PUEDO HACER ESO!!!- Sin siquiera pensarlo un segundo, declina la propuesta de Acuario de forma inédita.