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Pecado De Amor por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Mis terrones de azúcar, ¿Cómo están?

Yo me encontre super bien...

Pero como saben debo irme rapidito, que panes tengo tiempo.

Terrones no se olviden de votar, por que es su derecho legitimo por ser parte de esta hermosa familia que cada dia crece mas.

Voten terrones escojan a su pareja preferida del siglo XVIII. Ojo... Dijo de este siglo, por que se que The Lost Canvas tenemos mas parejas, pero aquí solo abarcaremos a los dorados de ese siglo en cuestión, mas adelante en la siguiente actualización de los semanales daré cabo a otras parejas.

En fin... Aquí ustedes deciden que pareja tendrá su especial ante que las demás.

Recuerden su derecho por ser Terrones de azucar.

Un voto por terrón de azúcar al día en lo fanfic's que he actualizado...

O sea que si ya votaron en el de ayer, pueden volver a hacerlo pero en este listado o el que tengo en Wattpad
Dire que estas votaciones las cerrare el sábado, pero hasta las 24 horas cumplidas del fanfic del viernes, así que tendrán hasta el sábado ya despuesito de las 8 de la noche para votar.

No lo dejen a ultimo momento.

Sin mas a votar se ha dicho:

ManigoldoXAlbafica

KardiaXDegel

DeuterosXAsmita

ElCidXSisifo

AsprosXRegulus

RasgadoXKagaho

Cabe mencionar que el DohIon, en esta dinámica no participará a pesar de ser del siglo XVIII, pero ellos ya están en la lista dada antes. Por ende ya tienen espacio y todo.

Ver las lágrimas del rubio, notar como se ha puesto por la ausencia de su maestro, y el hecho de conocer esos sentimientos que los hacen tan cercanos ahora… Pero a la vez también los alejan.

Milo puede ver claramente que entre maestro y alumno el amor se refleja…

Pero ambos por su miedo, cobardía y temor han perjudicar al otro, decidieron mejor callarse, por más años de los que debieron.

Escorpio apoya esta relación, pero con una sola condición podría hacerlo, algo que ha dejado en claro y es que… Hasta que el Cisne sea considerado por la actualidad ya un adulto, podrán hacer lo que deseen en afecto carnal se refieran.

Es algo cuestionable su pensar y de creer, ya que este pelicerúleo se la pasa todo el tiempo que puede marcando territorio en el cuerpo de Aioria, pero en su defensa ambos son mayores de edad teniendo la misma en cuestión, y por ende no es mal visto para nadie…

Aun así Hyoga ante los ojos del octavo dorado, es aún un niño, y esto es algo que su mejor amigo debe entender, Milo los apoyará, y cuando sea adecuado harán lo que quieran, pero… No todos comprenderán esto y aunque lo diga hasta el cansancio, deberán estar listos para enfrentar lo que sea.

Y si ambos deciden a petra sus sentimientos… Es muy obvio que las cosas no serán fáciles, pero no por eso deben darse ya por vencido.

Al menos Camus no debería hacerlo.

Ahora mismo, es mejor hablar con el Cisne tranquilamente, y confesarle más de lo que debería.

-Sí, es cierto…- Lanza un suspiro acercándose al rubio, admirando un poco esos ojos azules claro que derraman lágrimas -Me lo llegó a confesar, me dijo lo que sentía por ti, pero…- Guarda silencio, sintiendo en su cuerpo por el ataque anterior -Tiene demasiado presente que esto está mal, aunque le dije que no y con todo lo que paso y ese mal entendido…- Cruza sus brazos delante de su pecho -Sabemos que cuando se le mete una idea a la cabeza, es difícil hacerlo entrar en razón… Si Camus cree que te hará daño, se alejara sin importar que de verdad te amé- No se acerca más allá de solo estar de pie delante del Cisne, no le gustaría invadir el espacio personal del otro, y un abrazo ahora mismo no le nacer dárselo.

Además con el ataque previo, está alerta, reconoce que los Acuarios tienden a ser algo inestables emocionalmente cuando algo los atormenta tanto.

No se va arriesgar en hacer algo que le pueda costar otro golpe.

Su rostro contraído, respirando agitado, el corazón tan acelerado que simplemente podría salir de su pecho…

Las lágrimas que han inundado sus mejillas, siguen cayendo, comprendiendo al fin una resolución que debía haber prestado atención desde un inicio, y no atacar como si nada a alguien que no buscaba nada malo con el onceavo dorado.

Tal vez, simplemente comprendió tarde que su corazón si es correspondido… Que su amado maestro, solo buscaba no hacerle daño, cuando en realidad…

Hyoga quería con todas sus fuerzas que le hiciera todo lo que quisiera… Dejaría su cuerpo en esas frías manos, dejando que la pasión de la noche dirá rienda suelta a los deseos insanos de ambos hombres.

Pero…

¿Es momento de querer hacer sus deseos realidad?

Claro que no, ahora mismo debe pensar seriamente cuál será su siguiente movimiento, y de sí será capaz de hacerlo.

-¿Hyoga?- Ver cómo el bronce se ha quedado pensativo en la misma posición por algunos minutos.

La boca ligeramente abierta, sus orbes azuladas derramando lágrimas, no se detienen aunque lo desea, su rostro demuestra como si no estuviera realmente allí, sino, sólo envuelto en sus pensamientos más privados, con el pensar de que desea a su maestro como suyo también…

Ya no deben ser unos cobardes, ya que por no haber podido enfrentar esta realidad, por los terribles miedos de habladurías de los demás, que eso ocasionaría un irreversible daño a quien aman.

Tal vez antes no lo tolerarían pero ahora que el rubio se da cuenta otros lo saben y no nota peores cosas que algunos regaños, aunque… El temor que su maestro sea mal juzgado… Puede seguir.

Todo debe desaparecer.

Ya no más, al menos Hyoga ya no lo va a permitir.

-¿Dónde está?- Pregunta de inmediato lo único que desea saber, poniéndose de pie con torpeza, por el cansancio que su cuerpo presenta, y los sentimientos aún hechos un lío en su corazón.

El dorado no sabe si sea prudente decirle la verdad, pues al verlo tan mal solo podría significar un problema mayor.

Sin embargo, si estuviera en su misma situación, en donde Aioria se esté alejando por alguna tontería, y deseara verlo con locurita para arreglar su situación, que sea para bien obviamente…

Claro que agradecería y querría que le dijeran el paradero de su Leoncito…

Aunque eso significará que podría ocasionar un desastre, no le importaría…

Sin embargo aquí debe ser el adulto, el que tenga mayor sensatez, aunque nunca ha sido su fuerte.

Mira como el menor está de pie, tambaleándose por la debilidad que presenta, ha hecho uso de forma descuidada de su cosmos, le cobrará factura muy pronto, pero aunque le diga que deba descansar no le hará ningún caso.

Esa mirada desolada, con un muy débil destello de esperanza, por el saber que su maestro le corresponde y sólo hace estupideces por su “Bien”.

Ya no puede soportar estar lejos de ese peliaguamarino.

Escorpio lo entiende…

-Te lo diré- Responde calmado, cruzado de brazos, con una mirada sería muy poco usual en él, pero adecuada en este momento -Pero con una sola condición-

Su semblante es difícil de descifrar, pues por primera vez el rostro de Escorpio es serio e inexpresivo…

Como si internamente se estuviera debatiéndose aún, si esto sería una buena idea, pero… Sea cual sea la repuesta, apoyará a este chiquillo de bronce, que sin importar nada aprecia tanto como si fuera su alumno, claro de una forma que si está “Bien vista”, y no diferente.

---A las afueras de la sala Patriarcal---

Lo que aquella armadura de Acuario le dijo, no resultó para nada bueno.

No logró ser de acuerdo al plan que deseaba aquella antigua vestidura.

Simplemente lo que está pasando es “Terrible” y “Abominable”…

Solo le produce malestar de imaginar que algo así pasará, debía prevenir que los dorados, esos jóvenes hombres de ahora, que antes fueron sus niños… Que cuido y protegió, no debían hacerle daño a otros más jóvenes.

Su mente mal piensa todo.

La idea de que Camus y Hyoga estén juntos, sólo asquea al patriarca, que si bien… No es un asunto que debería concernirle… Ya que pronto el Cisne se volvería un adulto ante la ley… Eso no quita sus ideas, que solo funcionan para él y quienes las siguen.

Simplemente, pensar en el pasado que no le tocó experimentar, pero sí supo por pergaminos de aquellas prácticas que le parecían sumamente atroces y grotescas…

Adultos, tomando a jóvenes como “Aprendices” y satisfaciéndose con ellos de forma sexual…

Estaría permitido, y bien para esa época… En aquella Grecia antigua… Pero al venir de otra cultura y una crianza donde ni por casualidad vivió un suceso de esa magnitud…

Su mente no tolerará que algo así ocurriera en el santuario, y menos que él no pusiera un alto a esa situación.

Tan hundido en sus pensamientos va, absorto en lo que le disgusta y asquea.

Murmurando palabras de desaprobación, y ligeros gruñidos de molestia.

No se percata del cosmos que tiene ahora delante…

Apenas había salido de la sala patriarcal, aún y con la intromisión de la armadura de Acuario, que debió dejarla en ese lugar para poder intentar parar la tontería que Hyoga siente por su maestro.

Y que cuando volviera Camus, hablaría seriamente con él, para que esto se detenga de una buena vez.

Sus pasos apresurados lo condujeron hacia afuera, antes de pisar las escaleras para bajar y dirigirse a Piscis. Y de esa forma buscar rápidamente al Cisne.

Sin embargo unos ojos verdes brillantes se le interponen… Confusos, preocupados, y mirando al peli verde bastante atento.

-Shion- Menciona ese nombre rápidamente, algo agitado por haber corrido desde a Libra hasta aquí, en cuanto sintió esa perturbación en el cosmos del patriarca -¿Qué pasa?- Es el único que no debe hacer toda una “Ceremonia” para dirigirse al pontífice, y no ser castigado en el proceso.

-No tengo tiempo para explicarte nada-Le contesta rápidamente al castaño, para fruncir sus tikas con cierta molestia, y con la desesperación de querer continuar su andar -Déjame pasar- No es que le estorbara del todo, tiene espacio libre suficiente para pasar, pero Libra se posiciono a su delante.

La sorpresa en el rostro del a Chino se hace presente, sin comprender nada en absoluto.

Solo entiende que el cosmos del anterior Aries no es nada bueno en este punto.

Sin dar más explicaciones intenta pasar de largo, pero es detenido de inmediato al ser sujetado por el hombro derecho.

-¿Qué está pasando?- Frunce el ceño con cierta fuerza, consternado por este cambio tan abrupto de personalidad del patriarca -¿Algo muy malo está ocurriendo en el santuario?- Ese es su primer pensar, al ver tan alterado al otro.

-Dohko, suéltame…- Le responde rápido, intentando proyectar la poca calma que le queda, no se puede permitir arremeter contra alguien que no tiene culpa alguna y menos, si ese alguien es una persona sumamente especial para él…

Aunque si bien, podría hablarle y decirle su sentir al respeto de este tema que le parece tan abominable…

-Shion, no te soltare, hasta que me digas ¿Que te está pasando?- Su voz es de preocupación, no había visto esta manera de ser de su borreguito antes, no con un semblante de completo desgarrado.

Dohko no sabe de dónde viene esto, pero quiete saberlo a como dé lugar.

Cualquier cosa que incomode o moleste al patriarca actual, es algo que Libra desea saber, son los beneficios de mantener una relación con su ilustrísima, ser algo entrometido sin recibir castigo alguno.

-¡¡¡DÉJAME EN PAZ, DOHKO!!! ¡¡¡NO TENGO TIEMPO QUE PERDER!!! ¡¡¡TENGO QUE…!!!- Su grito de rabia, recae en alguien que solo se preocupa por su bienestar, notando como se encuentra algo fuera de su personalidad amable y calmada.

No tuvo la oportunidad de hacer lo que creía correcto…

El seguir bajando y encontrarse con Hyoga para hablar de lo que él pobre joven siente, y disuadirlo de que es algo que no debería existir.

Sin embargo esos pequeños minutos en donde tuvo que detenerse y enfrentarse a su amado Libra…

Solo le hizo percatarse que… Quien buscaría se ha ido.

-Los cosmos de Hyoga y Milo…- Su voz en un susurro, con los cuarzos sorprendidos y pensando de más, sin entender por qué ahora el otro dorado está involucrado, su rostro se alza simplemente al firmamento, como si pidiera a las constelaciones que le revelen a donde se han escabullido estos dos -No están… No están en el santuario- Habla en voz alta, fuera de sus pensamientos…

Notar que ese precioso rostro refleja angustia, terror y confusión… La molestia y el enfado se fueron repentinamente, sólo para dejar a un patriarca sin más que decir.

Pocas veces le ha gritado, aquellas han sido por que no podía poner en palabras su sentir, y la frustración le ganaba en más de una ocasión pero… Aquí, podía ver algo más, un halo de desgarrado total.

Pero con esa manera de actuar ahora, sin saber por qué es tan importante que Hyoga y Milo no estén en el perímetro…

Si bien, que de repente salgan fuera del santuario es normal, hasta cierto punto aún son jóvenes pero… La mente de Libra no entiende aun la malicia que el anterior Aries teme que se presente.

-¿Qué tiene que se hayan ido?- Gira al patriarca que se ha quedado estático, admirando el cielo nocturno, con el ceño fruncido, ya no parece reaccionar ante nada por el momento.

Toma ambos hombros, quiere saber qué acongoja al corazón que es suyo…

No tiene mucha idea de que pueda estar pasando… Ni por la mente se le está cruzando lo que anteriormente habían hablado, sobre los comportamientos sumamente extraños de los dos Acuarios…

Necesitaría saber más, para ayudar a su amado, pero…

¿Qué podría hacer él?

---Asgard---

Había salido en medio de la oscuridad, rodeado por el frío de aquellas tierras, solo esperaba que el tiempo en este lugar donde pensó en cumplir una antigua promesa, le ayude a restaurar su corazón.

Uno que claramente está desecho… No por falta de amor, sino… Porque tiene ese afecto, un sentimiento que creía que nunca existiría, y que de repente se le entrega por completo.

Un amor que jamás pensó merecer, que creía que se moriría sin revelarlo. Llevarlo hasta su tumba, sería lo mejor, pero…

Todo parecer estar en su contra, los valiosos sentimientos que posee, se vieron evidenciados ante un rostro ebrio que no quería alejar…

Reacciono a tiempo, pero la culpa lo carcome… No puede evitar sentirse desgraciado por haber fantaseado con ese tacto, y haberse complacido por solo recordar la suave textura de un cuerpo joven…

Solo desea olvidar por todas las formas posibles esos pensamientos que le parecen implorar con ruegos que debe volver al santuario y hacer algo al respecto.

Hyoga lo ama, debería corresponderle, pero, si lo hiciera sellaría una sentencia para ambos, donde las habladurías y posibles castigos se den.

Hasta ahora, no existía un castigo al menos que el conociera vigente por algo así, por un vínculo de esa magnitud…

Quienes tenían diferencias de edad, nunca tuvieron el vínculo Maestro-Alumno, no era mal visto, y no existían problemas por ello, pero…

Demasiada angustia por herir a alguien importante, dándole igual que él recibiera todo el peso de lo que fuera merecedor por tocar a su alumno.

No puede siquiera aceptar que corrompería a alguien que vio crecer.

Por qué si, Camus está en ese punto en donde sí el Cisne volviera a besarlo, insinuársele, difícilmente podría resistirse a él…

Debía pensar con claridad, no podría hacerlo, sin embargo se conoce muy bien, su capacidad de resistir esa sonrisa, esa decisión combinado con terquedad, una suave tez que desea sólo para él.

Sus pasos lo han conducido un poco lejos de dónde se está quedando, en ese recinto donde las representantes de Odín se encuentran y de igual forma los Dioses guerreros de Asgard…

Esta visita sería algo corta, para exponer temas necesarios ante la señorita Hilda y verificar si se puede llegar a un tratado de una paz necesaria entre ambos territorios.

Usualmente de esto debería encargarse el patriarca o la misma Atena, pero a todos les pareció que él más indicado para esta misión, es sin duda Camus conociendo ambos lados, sabiendo que es necesario exponer y que no.

No es que se necesaria mucho para que una relativa paz se forme entre ambos bandos, ya que en cierta forma Asgard se encuentra en deuda con el santuario, así que… Esto es más como una formalidad política, el uso de un representante donde los buenos tratados se arreglen por medio de una reunión, y todo quedará en claro.

Cuando esto suceda, la misión del onceavo dorado terminaría, y a su regresa, solo será cuestión de que ambas mujeres acuerden una última reunión para hacerlo oficial.

Papelería, métodos formales y políticos para hacer las cosas.

Aunque sea aún más tardado de esta manera, así debe funcionar.

Y aunque Camus tenga el papel de “Embajador”, no cree poder hacer al cien su trabajo, y más si está solo pensando en sus sentimientos insano como los conociera.

-¿Qué puedo hacer?- Murmura, aunque si semblante sea serio, las lágrimas se escapan de sus orbes violetas, el viento gélido de la noche se las lleva como diamantes puros.

La pregunta que no conoce la respuesta, por el peligro de verse vulnerable por pensar que su única forma de escapar de lo que su corazón añora… Se pueda presentar de algo que no desee.

-No puedo seguir con esto- Niega con su cabeza, suspira… Llevando las manos hacia su frente, para bajar por el rostro y cubrirlo -No debo si quiera intentar algo más…-

Su mente le ordena que se dé por vencido, que ya es mejor así…

Encontrándose con que es más fuerte su “Moral” que sus sentimientos, ya que los cree perversos.

En vez de darle una resolución positiva para lo que siente, cree que con cada instante que pasa con su tormento, lo mejor siempre será estar lejos de quién le causa este pesar.

Según para protegerlo de lo que llegaría a significar una unión así, pero… Es más el hecho de no poder enfrentar sus deseos insanos.

¿En qué momento?

En el instante que probó esa boca, sus deseos de volver a tocarlo se intensifican con cada minuto que pasa.

Lejos o cerca, no deja de pensar en Hyoga por más que lo intente.

Esto le causa mayor pesar y dolor…

Que solo su corazón atormentado y confuso, cree tener una perfecta solución.

-Ya no puedo seguir siendo su maestro, no me despediré…- Su idea la guarda en silencio, un pequeño destello el cual significa que al final, alejarse no será suficiente, si debe volver siempre -Será mejor que Hyoga… Ocupé mi lugar como Acuario y yo…- Admira la tormentosa caída de la nieve, en estas tierras el clima no necesita estar influenciado por su cosmos para revelar lo que está en ese corazón que se culpa de todo mal ahora. Las manos han quedado en los laterales en forma de puño, hablar a los cielos para que se lleven su voz -Me vaya del santuario… Y ya no vuelva a atormentarlo-

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Solo vengo super mega rápido a dejarles el capitulo de hoy y que lo disfruten

Hoy me la pase super bien, fui a comer con papá terrón de azúcar después del trabajo y fuimos a ver una película que debo decir, me ha inspirado para hacer algo nuevo y una locurita, pero de otro fandom, jajajaja No se preocupen no abandono ninguno de mis fanfic's, así que estarán a salvo.

Por mientras, no diré mas...

Solo que los mega quiero y no olviden votar mas arriba.

Sin mas, espero sus hermosos comentarios y votos.

Mil gracias a todos los terrones que aun me siguen apoyando, estando conmigo aquí presentes.

Los mega quiero tanto, por todo su cariño y lealtad.

Se cuidan por favor y manténganse a salvo.

Ammu se va.

 


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