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Pecado De Amor por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Terrones, aquí esta mamá terrón, dándoles el capitulo del día de hoy...

Ufffff, sin duda esto ya se puso bueno, jajajajaj debo decir que una de las shipp que menciono aquí... Me gusta bastante, es que se me hace super tierna y adorable, ademas así nadie le roba el gatito a... Bueno... Aioria tienes un bueno de pretendientes jajajajajaj Marin, Shura, Milo jajajajaja y solo aumentamos jajajaja

En fin, recuerda que estamos en épocas de votaciones, y aquí si ejercemos ese derecho y es todo transparente.

Los resultados dela votación anterior, los pueden ver en el capitulo de ayer que se publicado del fanfic "Mi Rayo De Luz"

Ahora si...

Tiempo de votaciones…

Esta vez tocan a las parejas que hasta el momento yo he sentido que tienen química y posibilidad de algo más… Aunque una no ha tenido interacción mucha, pero… Me gusta fantasear…

Así que. Esta vez… Escogerán que pareja les gusta o mejor dicho es su favorita de Next Dimensión…

Claro que los dorados de esa época… Los de otros rangos ya vendrán para que escojan jajjajja.

Saben que me encantan los dorados jajjajjaa.

Bueno…

Recuerden solo un voto por terrón en cada de los cinco fanfic’s que publicó o en su defecto en mi tablero de Wattpad.

Así que escojan su favorito…

Obvio no pongo a los mandamases, por que ellos ya salieron en la primera ronda de todo jajajaj.

Aquí se los dejo:

ShijimaXCardinale

ÉcarlateXMystoria

KaiserXDeathtoll

OxXIzo

OdysseusXCain

Esas son las parejas que yo considero hasta el momento…

Jajjajjaja aun no termino de leer Next Dimensión y bueno puede llegar a que en el futuro tenga otras shipps… Pero al menos estas no cambiaran para los especiales… Pero en otras circunstancias si.

Espero disfruten mucho la lectura que la verdad, me quedo super genial, si puedo presumir jajajjaa

Como sea a leer se ha dicho. 

Una mirada morada brillante que se fija en ellos, con una cabellera azul celeste sujetada en un alto moño, portando sus ropas típicas para este clima.

Realmente se nota muy alegre de ver al pelicerúleo el cual solo le dedica una mirada de completa molestia por tener que encontrarse justamente con ella.

El ceño fruncido no se hace esperar, como el hecho de cruzarse de inmediato de brazos delante de su pecho, para estar de frente a la joven que jamás olvidaría, por algunas razones personales.

-Hola, Lyfia- Saluda por cortesía, pero eso no quita que su misma sangre se sienta hirviente de solo verla, y recordar que ella estuvo bastante cerca de cierto leoncito cuando estuvieron en estas tierras heladas.

-Me alegra tanto verlo- Ladea su cabeza, con una tenue sonrisa, mientras junta ambas manos al nivel de su pecho extendidas, con los ojos cerrados.

-Sí, verdad… Ja, ja, ja- No puede evitar sentirse indispuesto a querer seguir entablando una conversación con la joven, realmente entiende que no es una mala persona, pero… No puede quitarse de la mente que ella parecía muy interesada en su novio, y eso no lo va a perdonar tan fácilmente, aunque en aquella época no eran más que amigos.

Escorpio entiende que aun que no debe ser grosero con nadie, le conviene mejor irse de este lugar, para dirigirse a buscar a su amigo, el verdadero motivo por el cual ambos están aquí. Aunque Milo solo vino para evitar que se comentan tonterías

Le podría servir esa excusa para no tener que seguir hablando, simplemente se debe zafar de esto, ni siquiera cree importante presentarle a Hyoga, total no van a estar mucho tiempo aquí.

Pero antes de forzar una sonrisa para despedirse lo antes posible.

-Es curioso que otro caballero dorado este aquí- Habla tranquila ante esto, pues tiene desde luego el conocimiento de la presencia del mago de agua y hielo en Asgard –De casualidad, ¿A venido también, Aioria?- Su sonrisa es sincera de un interés genuino, en donde solo refleja una enorme gratitud y empatía.

El cisne ve de inmediato estas palabras como una oportunidad para conocer el paradero de su maestro. Ya que si la peli celeste ha mencionado esa curiosidad, significa que puede saber algo al respecto.

Pero antes de poder pronunciar alguna palabra, alguien se le adelanta, dejando sentir un cosmos demasiado irritado, que solo logra capta el menor de los tres, que se queda bastante impactado por esto, temiendo que la situación se vuelva peligrosa de la nada.

No atacaría a un civil, no es tan tonto como para hacer una bobería de esa magnitud, y menos si ella es el recipiente del Dios Odín. Ya que con eso, ocasionaría que una posible enemistad se forme, pero no tampoco dejara que nadie se crea con el derecho de estar preguntando por su León, mucho menos ella.

Con una sonrisa bastante tétrica y sus ojos azul verdoso que parecieran brillar como llamas, se dirige a la joven mujer, para dejarle bien en claro su posición –No, MI lindo novio, MI gatito, está en el santuario, solo he venido para acompañar a este niño- Señala con la mano derecha al Ruso -Para que hable con su maestro- Serio, mostrando un rostro de fastidio total –A Camus, Camus de Acuario, imagino qué sabes dónde estás ¿Cierto?- Ya no puede ser tan cortes ahora, pues ha llegado a su límite tan pronto como vio a la Asgardiana.

Ya sabía que alguien día debía dejarle en claro a esta chica su lugar, y más ahora que el Escorpión es quien tiene por competo el corazón del León dorado, y es algo que no dejara que nada, ni nadie se lo arrebate.

Ta vez hubiera sido mejor en otros términos, pero no existe nada como actuar algo impulsivo por el mismo corazón ardiente que posee un ferviente amor, que no vera un final aun estando en medio del frio Asgardiano.

Lifya se sorprende bastante, lo cual provoca que sus ojos se abran como platos, al igual que su boca, dejando que el impacto de esa noticia la envuelva en una sorpresa completamente inesperada, una de sus manos se posiciona sobre su pecho, y la otra levemente flexionada al costado izquierdo. La noticia sí que ha sido bastante asombrosa para ella.

-¿De verdad eres pareja de Aioria?- Pregunta como si no lo creyera en lo más mínimo.

La pregunta no es tomada para nada en gracia, Milo está haciendo un esfuerzo titánico para no dejar que su imprudencia lo domine en palabras más anti sonantes, desea de verdad marcar territorio sobre el quinto dorado –Si, es verdad… Somos novios…- Hablado, mientras aprieta su mandíbula, casi rechinando sus dientes, siente como un tic nervioso está surgiendo en su ojo izquierdo, como el hecho de sonreír a la fuerza.

No va a permitir que esta Asgardiana esté poniendo en duda su amor por Aioria, y menos que se atreva a decir algo descortés, si sucediera eso… Allí ya valdría todo.

-Oh, vaya…- No puede salir de su asombro –Yo creí que tú… Estabas en algún tipo de relación con el caballero de Acuario- Su mano derecha se eleva hacia el mentón, como si estuviera pensando detenidamente los hechos –Los vi bastante unidos, y estabas enojado cuando estuvo al lado de Surt…- Su boca se queda en asombro absoluto, mientras pone amabas manos en su rostro completamente rojo y algo nerviosa –Creí que ambos tenían algo más que una amistad- Revela un pensamientos que le resulta vergonzoso ahora.

Algo a lo que ya está acostumbrado el pelicerúleo escuchar, aunque deba explicarlo mil veces que así no son las cosas, pero…

Al parecer el Ruso se queda mirando al contrario con unos ojos de completo desprecio, de solo imaginar el por qué intuía eso la peli celeste, ya que lo ocurrido en Asgard si lo llego a escuchar, pero más por parte de relatos que sus compañeros de bronce supieron de sus mentores dorados, no de boca de su propio maestro.

De él solo conoció cosas que no tienen relevancia alguna.

No tardó mucho en notar que el bronce se ha molestado tanto, se le ve no solo en el cosmos, sino también en la cara, pero debe entender que las cosas no son como todo el mundo las pinta.

Lanza un suspiro bastante cansado de la misma historia –Camus y yo solo somos amigos- Mira a los ojos al menor para recalcarle algo –Solo Amigos- Y acto seguido se gira con la joven mujer –En ese momento estaba bastante molesto por que nos volviera a traicionar, aunque ahora entiendo mucho mejor porque lo hizo, debía cumplir una promesa con ese…- De solo recordar a ese sujeto de cabellos rojos, le da bastante molestar –Tal Surt, lo de su hermana, y esas cosas- Gira los ojos sin darle mayor importancia, pues el tema aquí no ese suceso –Así que no, Camus y yo solo somos amigos, a veces la gente malinterpreta un interés y preocupación de camaradería con algo más- Dice esto con una sonrisa, mientras cruza sus brazos despreocupado.

Asiente, dándole cierta gracia el carácter del dorado que ahora mismo porta ropas civiles, y que nota claramente su enojo que tiene en el rostro, entendiendo desde luego la palabra “Celos” que está grabada en sus gestos.

-Comprendo, es algo adorable que Aioria y tú estén juntos, no me lo imaginaba- Su tono suave y dulce, porque un buen amigo también tenga la fortuna de tener una felicidad que se llega a obtener con el amor.

-Ja, si…- Responde aun no creyéndose las buenas intenciones de la peli celeste –Así que… Creo que entiendes que no está para nada disponible ¿Verdad?- No podía dejar de lado el hecho de reclamar su posición como novio del León dorado, y que la joven lo tenga bien claro.

Hyoga solo escucha y mira el espectáculo con desprecio, deseando de una vez por todas seguir adelante, para encontrarse con su maestro, y lograr hablar de sus sentimientos, que no sean tan torpes ambos de alejarse cuando sus corazones no podrían soportarlo más.

De nuevo la chica solo se queda sorprendida, con arqueando levemente una de sus cejas, pero no tarda mucho en lanzar una pequeña risita, en donde delicadamente se cubre la boca para no verse demasiado animada por la situación tan curiosa.

Algo que deja en completo desconcierto al pelicerúleo, que la mira atento, sin comprender por qué, y de que se ríe.

-Ha, ha, ha, entiendo bien que no está disponible- Mira atenta al dorado, mientras se señala a si misma –Yo tampoco lo estoy- Niega con la cabeza, queriendo dejar algo en claro.

-¿No lo estás?- Ahora la sorpresa se la lleva él.

-No- Le parece curioso lo despistados que pueden ser algunas personas, aunque sean caballeros dorados, guerreros de alto elite, pero lo entiende, incluso en su hogar no se dieron cuenta cuando aquello sucedió –Ahora mismo estoy casada con Frodi y…- Solo baja un poco sus manos para que puedan entender a que otro hecho se refiere, tal vez no se daban cuenta por sus ropas ahora un poco más holgadas que lleva.

Solo bastaron unos segundos para que Milo pudiera conectar todo lo que esto significa, siendo su sorpresa aun mayor cuando lo entiende a la perfección.

Sus ojos bien abiertos, señalando a la joven aunque fuera de mala educación, y más porque al fin nota el pequeño detalle que se presenta un poco evidente, tal vez no para todos, pero al menos uno de los allí presentes si se había dado cuenta antes, que incluso debía sentirse como un tonto por tener una ayuda tan torpe de compañero, pero tampoco tiene derecho a juzgarlo, que si estuviera en su lugar estaría igual o peor, y de hecho, esta en las mismas circunstancias.

-¡¡¡¿ESTAS EMBARAZADA?!!!- Lo grita alto y fuerte, es una suerte que por esos lares las personas apenas van haciendo acto de presencia, y no lograron escuchar la voz del dorado.

A la peli celeste esto le divierte mucho, comprende que a veces es difícil que aquellos dedicados solo a las peleas y guerras, sean tan observadores con cosas fuera del campo de batalla. Si incluso los de sus propias tierras reaccionaron en su mayoría de la misma forma cuando se enteraron de su estado.

Niega rápidamente con la cabeza el rubio ya desesperado –No puede ser…-

Simplemente esto tenía que ser solo una situación que les quitaría un precioso tiempo, en donde no deberían estar ocupándose de este tipo de cosas, la única razón por la que están aquí, es para que Hyoga hable con Camus y ya, se supone que es todo.

---Palacio Del Valhalla---

-Lamento haber hecho esperar al caballero dorado, que Atena ha enviado para terminar de ver algunos puntos de nuestra alianza- Imponerte y solemne se ve la joven mujer que yace sentada en ese trono helado, su mirada es sin duda intimidante, pero a la vez con una calma, para no verse del todo inflexible.

Solo por cortesía, había hecho una reverencia, pero no es apropiado que un caballero o guerrero de algún Dios se arrodille ante uno ajeno o su representante.

Ya una reverencia es más que suficiente para mostrar respeto, y la señorita Hilda, lo entiende muy bien.

-No se preocupe, comprendo perfectamente- Con su elegancia y porte de siempre, también mostrándose firme en su posición de tener que defender los ideales y beneficios para su Diosa.

Cierra sus ojos, asiente, para volver a abrirlos –Analizare estas condiciones que has traído y tomando en cuenta tus palabras, daré una respuesta, a cuando tendré disponibilidad para que mi presencia llegue al santuario de Atena- Habla sumamente cortes.

Por fin había llegado el momento de que su misión este en su apogeo, solo para lo que ha venido y nada más, exponer los temas, intentar llevar una respuesta, y ver si ella está del todo de acuerdo, o si tiene algo que decir, agregar o analizar…

Cual sea la situación deberá solo esperar un poco…

Realmente su misión no le tomara más de una semana, así que… Ese es el tiempo para que tenga que volver al santuario, pero solo… Para cumplir esta última encomienda, y si de una vez exponer su decisión, que solo provocará un descontento y confusión en todos, pero…

Es lo mejor… Sin duda lo será…

Aunque… Deberá dar una muy buena aplicación, posiblemente mentira paras alejarse de todo.

-Entiendo, entonces… Esperare su respuesta- Habla fuerte y claro, estando solo acompañados por uno de los Dioses guerreros, de nombre Sigmund, esta para asegurarse de que la joven mujer se encuentre siempre bien y segura.

-Puedes seguir quedándote en los aposentos que se te han designado para tu visita, no existirá problemas por ello- Tranquila y serena, con su elegancia cautivadora, habla sin preocupación alguna, mientras solo observa al peliaguamarino.

-Gracias, por su hospitalidad- Asiente, entiende que su audiencia ha terminado, aunque en si tardo un poco más de lo que imaginaba, de hecho… Casi toda la mañana, pero está bien…

Este asunto ya ha quedado arreglado, así que puede hacer lo que necesite para liberarse de los pensamientos tortuosos.

-En cuanto termine, te hare llamar y decirte mi decisión- Solo agrega esto la representante de Odín en la tierra, para con un ademán de manos educado, le indique al dorado que puede retirarse.

Sin duda, el hecho de que no llevara su armadura también es algo que demuestra buena voluntad, demostrando que no se temía el hecho de tener a un soldado de otro ejército desprotegido en medio de uno ajeno, demuestra que confían en ellos, por lo cual también tendrían que responder de la misma manera.

Con una corta reverencia se despide, Camus. Entiende que debe retirarse y dejar en soledad a la mujer que le permitió una audiencia privada, en compañía de aquel Dios guerrero, que en cierta forma no le aparto ni una sola vez la mirada de encima.

Sus pasos se escuchan al salir de aquel enorme lugar en donde las ausencias con la joven mujer de nombre Hilda se llevan a cabo.

En cuanto logro atravesar aquel lumbral, se encuentra con unos ojos color magenta que lo admiran atento, de frente hacia la puerta, cruzado de brazos, recargado en la pared, regalándole una sonrisa con solo verlo.

-¿Cómo te fue?- Pregunta con sorna, para acercarse a el Acuario.

-Bastante bien- Solo responde esto, desviando su mirada, para empezar su caminar hacia cualquier lugar, se quiere alejar por completo de todo.

-Me alegro- Dedica una sonrisa al peliaguamarino, mientras sin pedir permiso alguno, toma su mano para caminar por ese largo pasillo, sin ningún destino fijo aun, solo caminar, hasta que la conversación se vuelva más divertida o Camus acepte sus demás propuestas.

Si fuera por el pelirrojo, Surt hubiera sujetado por la cintura al acuariano, para demostrar su posible posesión que está obteniendo por un corazón herido que lo está aceptando de a poco, pero si juega mal sus cartas, de nada le serviría este avance.

Acuario por su parte no protesta al hecho de que su mano derecha sea capturada por el Asgardiano, al contrario la acepta sin ningún pero…

Solo suspira, sintiendo como su corazón le indica que está cometiendo un error, al instante que siente como su ser se desmorona de forma figurativa, pues… No tiene de otra…

Acepto aquel trato, aquella propuesta la creía conveniente para que su verdad no salga a la luz.

No está bien jugar con los sentimientos de alguien, nunca sería una buena decisión, pero Surt sabe que Camus sufre por alguien, solo que no tiene la certeza de quién es la persona que le está provocando esto, sin embargo eso no le importa al de cabellos rojizos…

Solo, el hecho de que Camus, su amigo y amor de la infancia lo esté aceptando, aunque sea ahora mismo un sustituto, no va a dejar que eso lo desmotive, al contrario si le demostrará que es una mejor opción que cualquier otro.

Que nadie lo va a poder amar y desear como lo está haciendo él en este momento, solo… Debía esperar a que las condiciones se cumplan, para que el peliaguamarino caiga ante él, lo hará entender que a veces un deseo es mejor que un amor absurdo... Que puede hacer que olvide todo… Y así los dos se pueden recuperar de cualquier dolor que posean.

Palabras muy retorcidas, pero que han logrado engañar por completo al debilitado corazón de Camus, solo porque en este momento no piensa con claridad, su mente es un tormento que solo acepta cualquier posibilidad, mientras no deba enfrentarse al azul cielo que lo tientan a perder la razón.

Sin embargo, el destino es caprichoso para todos, porque cuanto más te esfuerces por alejarte de algo o alguien, pareciera que todo quiere que lo tengas delante de tus ojos, para enfrentarse a lo que debes entender como tu realidad.

Dentro de ese enorme palacio, tantos pasillos, habitaciones y jardines que se encuentran esparcido por todo el lugar… Debería ser muy difícil que dos personas que, aunque una tenga conocimiento que allí esta quien busca y la otra no… El que se encuentren debe ser algo complacido que se dé…

Ya que al parecer no habrá necesidad de buscar mucho en realidad.

Lyfia los ha conducido hasta aquel enorme palacio imponente, teniendo una conversación bastante amena con Milo, el cual ya la acepta tranquilamente, pues no ya no la ve como una amenaza.

Incluso ahora la puede considerar una amiga, la cual les está ayudando para encontrar al peliaguamarino.

Si bien, no sabe por completo el contexto, ya que… Solo entiende que Hyoga es alumno del Acuariano, y que necesitan hablar urgentemente de temas que no pueden esperar hasta su regreso.

Imagina otras cosas, no relaciones amorosas frustradas…

No le parece mala idea guiarlos hasta este sagrado recinto, como sus propios invitados, nadie se molestia o lo impediría, ya que ella también posee un grado de confianza en este lugar.

Así que adentrarse al palacio es la parte fácil ahora, encontrar a Camus se supone que sería lo complicado, pero… Al parecer no lo será tanto.

-Enserio, ¿Por qué tiene que ser tan helado el lugar?- Aun quejándose del frio de esas tierras.

-Ja, ja, ja ¿Por qué no viniste con tu armadura?- La joven rápidamente le cuestión esto, pues le da gracia verlo congelarse aun llevando ropas un tanto más abrigadoras que el rubio que ni por azares se ha quejado de nada.

-Es que… No lo pensé bien…- Simplemente responde esto, pues no le va a explicar todo el conflicto que vivió la noche anterior con este chiquillo a su lado.

Hyoga no necesita hablar más allá de haberse presentado cordialmente con la joven y seguirlos detenidamente en silencio, intentado percibir el cosmos de su amado maestro, aquel…

Que solo está pensado en sí mismo a su ver, creyendo que de verdad el rubio no sería capaz de luchar por estar a su lado.

Le quiere demostrar que sin importar que, dónde, o como, estará a su lado, lo buscará y estarán juntos siempre.

No le importa si debe rogarle un poco para que lo escuche, le pedirá que tengan un momento a solas, para hablar, para que lo entienda, y así comprenda que no importara nada más que no sean ellos dos

Si bien, tampoco quiere palabras crueles contra su maestro, pero…

¿Acaso eso vale más que el hecho de que ambos están enamorados?

Quiere confirmar las palabras que Milo le confeso, reafirmar que lo que aquella noche iba a pasar, que hubiera sucedido, sino fuera por la conciencia del mayor… Tal vez ahora mismo ya estarían viviendo una relación clandestina

Los pasos de los tres, siguen por un largo pasillo, a pocos metros esta una desviación a la izquierda, para encontrarse con su destino, que se supone debería ser de otro modo.

Entre palabras y algunas risas… El menor va en silencio, al igual que otra persona que solo escucha y asiente, dejando escapar suspiros, para solo poner su mejor cara.

Solo doblaron para continuar el caminar, y con solo eso Camus levanta la mirada… No podía ser, simplemente el destino le está jugando una terrible broma.

Topándose justamente los cinco, las miradas de confusión por verse, exceptuando a la joven que no pertenece a este conflicto, solo estando allí para guiar a los que acaban de llegar.

La persona de la que se estaba aleando el Acuariano esta delante de él, mirándolo, ni siquiera había prestado atención a la presencia del Escorpión dorado.

¿Acaso es posible que por estar abrumado en sus pensamientos, no se dio cuenta de sus cosmos?

Ya esto le está afectando más de la cuenta.

Por su parte Hyoga, solo se queda atento… Mirando a la persona que busca y anhela, a quién huyo para mantenerlo a salvo de él mismo, y que por su terquedad no permitiría que esto siga así…

El Ruso ha venido para busca a su maestro, para que hablen, que se entiendan para aceptar ese profundo amor que ambos se tienen, y así comprenda el Acuariano que sin importar el hecho o la situación, lograran superar lo que sea.

El peliaguamarino siente su corazón latiendo con fuerza, pareciera que el aire la hacía falta, la impresión claro que reina en su rostro, se puede ver al tener los ojos violetas puestos al frente, justamente atrapados por unos azul como el mar que le alegran verlo y destruyen por completo.

El contrario le demuestra una pequeña sonrisa que le dedica como el sonrojo en esas mejillas.

En donde pronto se acaba esa alegría cuando al solo bajar su mirada un poco, ve que alguien sostiene la mano que él anhela tener entre las suyas.

Sus pupilas se contraen ante esto, y su voz apenas quiere salir -¿Ma… Maes… Tro?- Es lo que llegue a dejar salir, por la impresión que esto el genera, como un dolor creciente en su pecho.

Milo entiende muy bien que sus palabras sobran, pero igual no puede evitar ver de reojo al bronce y luego aquel agarre que el descarado de Surt pareciera apretar más al solo notar la mirada que el pelicerúleo les dedica, incluso… Una sonrisa se dibuja en aquel Asgardiano.

-¿Hyoga…?- Deja salir aquel nombre, que esperaba olvidar al momento de dejar todo en orden, para evitar el sufrimiento de los dos, pero… Su voz se siente frágil al tenerlo de frente.

Su corazón desborda su oculto amor, el cual así debía mantenerse según él, pero que cada vez que tiene al Cisne delante, pareciera que se desploma esa rigidez en su ser.

Aunque su mente piense una cosa, sus sentimientos le gritan otra…

Siente el profundo dese de ir directo hacia el menor y darle un abrazo, siente esa necesidad de repente, le comienza a abrumar…

No estaba listo para verlo, no en estas condiciones…

Y menos que viera que alguien más sostiene su mano…

Debería solo seguir adelante, pero… No se cree capaz de que sus pies puedan reaccionar sin querer hacer una locura…

Sin embargo, lo que en su mente y corazón se quería hacer y detener…

Pero por estar confuso con sus pensamientos, no puede prevenir lo que se viene… El cómo su mano es jalada con fuerza hacia su lado derecho, para quedar tan cerca de aquel hombre pelirrojo, mientras que con rapidez capture su mentón con delicadeza, al mismo tiempo esa extremidad acaricia por debajo de su boca, siendo rodeado por la cintura con la mano libre del contrario que le soltó la mano y así plantarle un feroz beso en esos helados labios que había añorado tener desde la infancia…

Sonriente ante esto, diciéndole una mirada retadora al pelicerúleo, creyendo que esto haría entender al contrario dorado que este hombre le está perteneciendo, y lo marcara a como dé lugar para que lo sepa todo el mundo…

Si tan solo entendiera que eso no le afecta a Milo en lo más mínimo, solo le sorprende, y le parece algo vomitivo, y le asegura que una enorme calamidad se acerca…

Su rostro se gira levemente hacia el rubio… Quien con los ojos tembloroso, al igual que sus labios, observando cómo alguien más toma los labios de su maestro, aquellos que probo hace poco y no quería que nadie más alcanzara.

Puede sentir la terrible opresión en su pecho, su cosmos arde de furia, así como el hecho de que su respiración se incrementa, llenándolo de un repentino odio porque ese hombre se atreviera a besar a quién le pertenece.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí publicando...

Vaya... Surt, no perdió oportunidad, y pensando que Milo reaccionaria mal...

Y literal este, esta en modo...

Ya valió todo... Cabellos de menstruación que ponemos en tu lapida?

Digo, pro que aunque sea un poco mas joven que ustedes, el patito, no va a permitir que nadie toque los labio que le pertenecen por derecho según él.

Valgame... Las cosas se han puesto sombrías y prometo que serán peor.

En fin...

Recuerden votar, tienen hasta que se cumplan 24 horas de la ultima actualización que haga.

Bueno, me paso a despedir, no sin antes agradecerles por votar, leerme y divertirse con mis ocurrencias. 

Por favor cuídense y manténganse a salvo.

Los mega quiero a todos.

Ammu se va.


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