Los violetas simplemente no dan crédito a lo que está sucediendo, un beso suyo siendo robado por otro que no es el joven Cisne, debiera sentirse mejor con ello, pero no es así…
Si no fuera porque su cosmos es completamente relacionado con el hielo, estaría quemando todo a su paso, pero en si… Sus técnicas al igual que cualquier caballero de la constelación de Acuario, puede dejar ver el frio helado que sale de su propio cuerpo.
Milo, es quien se da cuenta que esto no va terminar para nada bien, apenas su cuerpo pude sentir el helado cosmos expenderse por todo el pasillo, su instinto como caballero dorado es proteger, y ahora que Lyfia, puede ser denominada como una persona que le agrada, solo se posiciona delante de ella para cuidarla, aunque igualmente el pelicerúleo está muy atento a su alrededor.
Hyoga no espero si quiera un segundo para actuar, bastante fuera de sí, en donde su cólera se incrementa en sus mismos puños helados, el ceño fruncido, los dientes siendo mostradas por el profundo enfado que siente por este hecho.
Sus pies se van directo contra esa “Pareja” que claramente no permitirá que suceda, su puño se alza para plasmar un fuerte golpe el cuerpo del pelirrojo, dándole por completo igual que ese ataque lleve consigo una gran parte de su cosmos cargado, logrando estamparlo contra una de las paredes de aquel palacio, congelando por completo el pasillo, que se va expandiendo de forma rápida y descontrolada por los alrededores cercanos.
Sentir de forma brusca como aquel sujeto que le robo un beso, ha sido arrojado bastante lejos de su humanidad, mientras nota como el cosmos de aquel rubio esta por completo fuera de sí, lleno de rabia y enorme furia.
Pero antes de poder decir o hacer algo… Solo nota como el Cisne se posiciona entre el pelirrojo y él, esto no le da ningún buen presentimiento.
-¡¡¡NO TE VUELVAS A ACERCAR A ÉL!!!- En este momento sus palabras salen sin siquiera pensarlo, enfadado al borde de la locura, sus ojos azules como un precioso mar solo arden con furia, los puños apretados, el ceño fruncido, mostrando los dientes en señal de ferocidad, es evidente que ya no se puede controlar.
Aquel golpe aunque fuera cargado con todo el poder de su cosmos que está muy relacionado con los enormes celos, fue capaz de arrojar lejos al Asgardiano, pero… No lo suficiente para noquearlo o hacer que retroceda de aquella idea, al contrario, se incorpora, mostrando una mueca de cierto dolor y gran molestia, sin embargo la confusión también reina en su rostro.
-¡¡¡¿Y ESTO A TI QUE TE IMPORTA?!!!- Grita, demostrando que su cólera aumento por haber sido estampado contra aquella pared, y así robándole más minutos de tener esos deliciosos labios helados como suyos.
-¡¡¡ME IMPORTA PORQUE NADIE MÁS VA A TOCAR A MI CAMUS!!!- Le da por completo igual el respeto que debería existir en llamar al peliaguamarino “Maestro”. Se supone que debería quedarse callado, guardando sus sentimientos, para no decir nada al respecto tan fácilmente, pero fallo en eso…
¿Lo pueden culpar?
El enojo de que alguien más lo toque, lo aleje a él, que le robe esos labios, ese cuerpo, todo lo que es ese hombre, es lo que anhela el Cisne, ya no importa si es correcto o no, si esto traer problemas o no, lo único que desea… Es que, su maestro, su Camus, entienda que estará a su lado aunque lo aleje, hasta que entienda y acepte este fuerte amor que tiene por él.
Tanto Surt como Lyfia se quedan sorprendidos por esto, la joven solo se cubre la boca, anonadada por enterarse de este tema repentinamente, pues esto da mucho de qué hablar, y deja una enorme incógnita en ella.
Sin embargo, el pelirrojo al igual que Hyoga, siente un enorme enojo por estas palabras, sin comprender del todo a que se refiere este niño.
Por su parte, Milo ha preferido quedarse como un mero expectante, negando con la cabeza por esta enorme locura que se va desarrollando.
Se supone que había venido para evitar algo así, pero las circunstancias no lo dejaron actuar como debía. Sin contar que meterse entre un corazón complemente desesperado y colérico, es algo a lo cual no piensa entrometerse dos veces, y más si no es su asunto como tal.
-Ja, ja, ja, ja, ja, ¿Tuyo? ¡¡¡¿DE QUE ESTAS HABLANDO MALDITO IDIOTA?!!!- Surt se cansó de esto rápidamente, demostrado que el hecho de tener algunas heridas y haber sufrido un gran ridículo no lo va a pasar por alto de ninguna forma -¡¡¡CAMUS AHORA ME PERTENECE!!!- Dice esto, con una enorme sonrisa triunfante, mientras su pose cambia a una de ataque, ya que no se va a detener por el hecho de que le rubio se vea como solo un mocoso insufrible a sus ojos.
-¡¡¡¿QUE?!!! ¡¡¡¿QUÉ HAS DICHO?!!!- Los ojos azulados del rubio se abren de par en par, contrayéndose la pupila por la enorme sorpresa tan amarga que descubre de la nada y se la gritan en la cara.
-¡¡¡SURT!!! ¡¡¡CÁLLATE!!!- Camus es quién grita ahora, girándose preocupado por esta imprudencia del pelirrojo, denotando que el cosmos de este se ha embravecido también.
-¡¡¡¿POR QUÉ?!!!- Responde el de ojos fiusha, para sonreír burlonamente -¡¡¡LE DEJARE MUY EN CLARO A QUIEN SEA QUE ME PERTENECES AHORA!!!- Sin duda, al parecer no recuerda bien quién es este rubio, tomándolo como un completo desconocido que no tiene ninguna importancia.
-Eso… No es cierto…- Sus ojos de a poco se cristalizan, temblando cada facción de su rostro por la ira interna, la respiración tan agitada que no se controla, la enorme desesperación, sus puños apretados que se encajan las uñas en sus propias palmas, dejan que algo de sangre salga por la presión infringida -¡¡¡No puede ser cierto!!!- Ya no soporta más que alguien trate de nuevo arrebatarle a quien ama.
No puede creer que las cosas estén yendo de esta forma, no lo debe permitir, no dejara que ocurra.
No lo piensa antes, su cosmos se proyecta en un helado frio, que va congelando el palacio del Valhalla de forma rápida e imprudente.
Sera solo cuestión de tiempo, para que esto se vuelva en un peor caos, el no poder controlar el frio que emana de su ser, sentir que su mundo de nuevo se derrumba por que aquella persona que ama sigue alejándose de él, pero esta vez ya no puede soportar que esto ocurra.
Si guardo este sentimiento por tantos años, creyéndolo malo, y que solo una persona lo supiera, que nunca podría estar al lado de quién ama. Mordiéndose día con día la lengua para que su dolor y amor no saliera a luz…
Y cuando al fin, cree sentir la calidez de amor, de que su amor por el peliaguamarino es mutuo, de nuevo todo se vuelve abajo para alejarlos.
No, esta vez Hyoga hará todo para que eso no ocurra, incluso si eso llegara a poner en peligro el tratado de paz que Atena y Odín están queriendo llevar acabo.
Atacara con todo lo que tiene, el polvo de diamantes es lo único que se le viene a la mente, que su instinto descontrolado piensa que debe hacer.
Sin embargo, el ataque de seguro llevara peores consecuencias a todo esto, al verse tan evidente al grado que se puede notar como una terrible amenaza física…
Un peligro inminente, en donde los ajenos a este asunto, notan que la visibilidad se vuelve cero.
Surt lo toma como una buena diversión, no se inmutara, ni se intimida ante esto, no le importa hacer de todo para acabar con ese mocoso imbécil, que lo interrumpió en un momento tan importante como lo fue ese dulce y precioso beso que claro que desea repetirlo.
Camus lo sabe, esto no significa nada bueno, ambos hombres que se quieren jugar su amor, sin siquiera tener un absoluto concomiendo uno del otro, están dispuestos a enfrentarse, por esta situación. No puede permitirse que todo aquello que su Diosa ha hecho para tener algo de paz entre los Dioses Asgardianos se vaya abajo.
Además, que… No permitirá que Surt, le toque un solo cabello a Hyoga, después de todo, ese chiquillo es a quien más ama en este mundo, pero no puede demostrarlo como quisiera…
-¡¡¡ALTO!!!- Antes de que los dos cometan una verdadera estupidez, antes de que siquiera sus ataques fueran siquiera lanzados, el peliaguamarino debe detenerlos, ya es demasiado de esta tontería.
Ambos cosmos manifestándose, con sus usuarios listos para atacar sin cuartel, sin siquiera dialogar.
¿Tan celosos están?
¿Tan mal porque alguien los quiera alejar de Acuario?
-¡¡¡QUÍTATE CAMUS!!! ¡¡¡VOY A MATAR A ESTE IMBÉCIL!!!- Surt es quien habla, con un tono bastante molesto, solo dedicándole una mirada furica al rubio, quien le devuelve el mismo gesto.
-¡¡¡NO VOY A PERMITIR QUE LASTIMES A MI ALUMNO!!!- El peliaguamarino, aquel caballero dorado de Atena, habla alzando con tanta potencia su voz, denotando su misma furia, como el hecho de que su cosmos se presenta helado, principalmente para con cuidado y con discreción ir congelando los pies del pelirrojo.
-¡¡¡¿TU ALUMNO?!!!- Esto sorprende enormemente al Asgardiano, dejando de ver con desprecio al rubio, para enfocar sus ojos fiusha hacia el acuariano.
-¡¡¡SI!!! ¡¡¡MI ALUMNO!!! ¡¡¡DÉJALO EN PAZ!!!- Se muerde la lengua, para no decir más de lo que siente en realidad.
Confesar y gritar a los cuatro vientos que ese chiquillo, ese rubio de diecisiete años, es la persona que ama, que anhela, que desearía volver a abrazar y tocar, pero su moral aún está evitándole ceder a su deseos.
La mente del Asgardiano rápidamente va a preguntarse un sinfín de cosas, no entiende por qué ese actuar y molestia de rubio por besar a quien ahora es su pareja, en cierta forma.
-¡¡¡SI ES TU ALUMNO!!! ¡¡¡¿POR QUÉ SE ATREVIÓ A GOLPEARME DE LA NADA?!!! ¡¡¡¡SIN NINGÚN MOTIVO APARENTE!!! ¡¡¡¿QUE LE IMPORTA SI TE BESO?!!! ¡¡¡ERES MI PAREJA!!!- Exclama aquello, no tanto para ofender al más joven… Ya que aún sigue pensando que eso molestara al Escorpión dorado, el cual solo niega con la cabeza, y puede sentirse mucho más incómodo con la situación, mientras la joven peli azul aún está expectante ante este enorme problema.
Escuchar la palabra pareja, que alguien haga referencia de esto con su maestro, con Camus con esa persona que es tan importante para él, simple y sencillamente esto no puede ser cierto…
Su mente y corazón no alcanza a entender que esto puede ser una realidad.
-¡¡¡ESO NO ES CIERTO!!! ¡¡¡NO PUEDE SER!!!- Hyoga le da por completo igual que ha perdido los estribos, la impulsividad de un corazón lleno de dolor y rabia, se apodera de él, para de una volver a irse contra el pelirrojo -¡¡¡NO PERMITIRÉ QUE LO TENGAS!!! ¡¡¡MI MAESTRO CAMUS, ES SOLO MÍO!!! ¡¡¡Yo lo amo y él a mí!!!- Grita esto con todas sus fuerzas mientras sus pies y cosmos va directo al Asgardiano.
El cual, apenas si reacciona, aunque su mente se queda atascada por escuchar que un alumno pronuncie estas palabras sin preocupación o pudor alguno.
Sin embargo, el peliaguamarino, lo detiene con sus propios brazos.
Bien podría hacerlo detenido con alguno de sus ataques o formar una pared de hielo sólido, pero… Su corazón no le permitiría hacerle algún daño, más del que cree ya estarle haciendo.
-¡¡¡YA BASTA, HYOGA!!! ¡¡¡ESTAS YENDO DEMASIADO LEJOS CON ESAS TONTERÍAS!!!- La reprimenda que Camus le da al menor es fuerte, dando a entender que esos sentimientos que posee el más joven no valen siquiera la pena.
Se nota enojado, pero oculta en su interior la enorme angustia y preocupación que posee en su ser, sentirlo de nuevo entre sus brazos como aquella vez que casi comete una idiotez irreversible, es demasiado para su mente que se va desquebrajando por tan solo tocar ese cuerpo.
Claramente no hay nada impropio, pero… Su ser solo le pide que por favor no lo aleje, que no se aparte de su lado, porque no lo soportaría
-¿Ma… Es… Tro…?- La cara de sorpresa y angustia en el Cisne se deja ver, aun con la furia, y cierta confusión en su mirada azulada, su mente no puede entender que hacer en este momento, su corazón es atormentado por lo que el pelirrojo le ha dicho.
Sentir que lo está sujetando para que no cometa una tontería, detener una disputa que para Hyoga es defender a su amor, pero para él otro es solo una terrible confusión, y más ahora que sabe que es el alumno de su interés romántico, pero… Con aquellas palabras que pronunció el Cisne, esta todo un poco más en claro, pensando en cómo el peliaguamarino ha actuado desde que está aquí.
-¡¡¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO AQUÍ?!!!- No lo puede mirar a la cara, no puede ceder ante ese rostro que le suplica su atención, prefiere ignorarlo para enfrentarse contra el Escorpión, el cual es el único que está poco sorprendido por la declaración del rubio.
-Hyoga quería hablar contigo- Una contestación simple y sencilla, en donde deja en claro el verdadero motivo de su presencia en estas tierras, pero igual piensa que no por asomo se meterá en este embrollo más de lo necesario por ahora.
-¡¡¡¿POR QUÉ LO TRAJISTE POR ALGO COMO ESO?!!!- Rápidamente el acuariano le grita, enfadado por la imprudencia del único, aparte del patriarca que sabía que estaba aquí.
-Eso es algo, en lo que yo no me voy a meter- Alza las manos al nivel de su cabeza, ignorando al contrario –Sabes que deben hacerlo, y más ahora por cobarde- Una pequeña picada de costillas figurativa para hacer rabiar al Acuariano, aunque no está diciendo ninguna mentira –Pues los dos están igual de confundidos y mal-
-¿Eh?- Camus solo frunce el ceño, confundido por las palabras de Milo, pero rápidamente encuentra su respuesta, cuando siente como sus brazos son sujetados con fuerza por el rubio, que tiene detenido para que no haga una tontería mayor.
Provocando que su mirada de inmediato vaya hacia el Cisne, dejándolo con el corazón palpitándole demasiado desbocado, el toparse con un rostro lloroso, sonrojado, y rogándole por su atención un momento más, le carcome el alma profundamente.
-Por favor… Por favor… Maestro…- Aferrándose a las ropas del contrario como puede, sin dejar de apartar su vista al contrario -¡¡¡POR FAVOR, CAMUS… POR FAVOR… NO… SE VAYA… NO LO HAGA… NO ME DEJE SOLO… NO DE NUEVO!!!- Su voz quebrada, la necesidad que tiene el otro por tenerlo cerca, esa enorme angustia y dolor se plasma en el rostro del menor, consumiéndolo por completo.
Esta imagen es demasiado fuerte para él…
Sabía desde un inicio que si volvía a tenerlo tan cerca, sus instintos, sus deseos y sentimientos no aguantarían más… Y desde luego e encuentran en una situación que claramente es algo comprometedora, con el rubio derramando un sinfín de lágrimas, gritando por ser escuchado, para que no lo vuelva a ser dejado de lado por quién ama…
Sin contar el fuerte estruendo del ataque, y como el aire frio aún está en el ambiente, solo volviéndose más evidente que esto claramente no podrá pasar desapercibido por nadie.
-Hyoga, este… No es el mejor momento…- Le contesta, intentando apartarse de él, poner distancia al estirar sus brazos –Para hablar…-
Pero el otro no lo dejará ir, tanto que sus propias piernas parecen flaquear, temblando por su enorme desesperación y miedo, por lo que aquel pelirrojo le dijo fuera verdad… Que su maestro ya esté interesado en alguien más… Que ningún sentimiento por parte de Camus exista para él.
Sin embargo una esperanza creció cuando escucho claramente que sí existe algo para él, que si lo es… Aunque fuera por parte de Milo esa revelación, necesita ahora saberlo por parte del peliaguamarino.
-¡¡¡¿ENTONCES CUANDO?!!! ¡¡¡¿CUÁNDO LO SERÁ?!!! ¡¡¡SE LO SUPLICO ESCÚCHEME!!! ¡¡¡SE LO RUEGO!!! ¡¡¡LO AMO TANTO, QUE NO QUIERO PERDERLO, NO ME IMPORTA NADA MÁS QUE USTED!!! ¡¡¡NI LO QUE PASE CONMIGO, SI LO TENGO A MI LADO!!!- Recodando hablar con respeto esta vez, rogando que este a su lado, que no lo abandone…
Ese tono desesperado, sigue dejando a los ajenos de todo esto con la boca abierta, aunque uno ya tiene la sangre hirviendo de a poco, pues nota las expresiones de Acuario, es evidente que su preocupación y desespero, no provenían por Milo, si no… Por ese… Joven.
Al final… Camus no pudo negarse ante el pedido del rubio… No lo lograría alejar esta vez, pues igual siente que su corazón está desquebrajado por completo, verlo tan mal, tan ansioso, temeroso y con esas perlas saladas derramándose por él…
Las piernas del rubio pierden de a poco sus fuerzas, casi hincándosele para que le escuche, algo que no va a permitir por ningún motivo, pues… No se cree siquiera digno de ser amado por alguien tan puro y sincero…
En el momento en que se tiene oportunidad para que estén a solas, la tomara… Necesita igual dejarle en claro que esto no está bien, pero… ¿Cómo lograra combatir contra los preciosos ojos cual mar para decirle a la cara que nada de esto puede progresar?
Al igual que intentara evitar que todo este percance llegue a los oídos de la misma Hilda de Polaris, aunque lo más seguro es que esto no va a pasar desapercibido, sin embargo se puede decir que tienen un enorme as bajo la manga, que ahora mismo está un poco menos confundida y algo preocupada por aquel espectáculo.
---Sala Común Del Palacio Del Valhalla---
-Entonces… ¿Por esa razón han venido?- Solo intenta preguntar de manera simple, sin decir o hacer nada ofensivo o grosero, para lograr entender todo este problema.
-Hyoga quería venir a hablar con él- Contesta con los brazos cruzados, mientras se recarga en una pared cercana, lanzando un suspiro.
-Pero… ¿No es muy complicado lo que ha dicho?-
Alza los hombros, despreocupado –Eso ya es solo un asunto de ellos- Contesta a esto tranquilo, y bastante discreto ante lo que la otra pregunta, pues no puede estar evidenciando a su mejor amigo, y a ese chiquillo que aprecia.
No es un bocón.
Lyfia de inmediato entiende la situación, y solo asiente –Lo siento… Es solo que es tan sorpresivo…-
-Está bien- Una sonrisa enmarca el rostro del pelicerúleo –Y gracia por ayudarnos a que esto no fuera peor- Cambia de tema es lo principal ahora mismo, para que no existan mayores complicación, de los que ya ahí por esta caótica situación.
-De nada- Entiende el mensaje, en que debe guardar silencio, y así solo sonreír discretamente –Es un placer ayudarlos-
Se debe fingir que nada malo pasa… Mientras que por el pasillo que conduce hacia la habitación en donde ahora mismo están los dos Acuarianos intentando hablar…
Hay alguien que no puede siquiera creer que todo esto le esté pasando, que de nueve alguien más le vuelve arrebatar a Camus, interponiéndose en su camino.
Igual que Hyoga, no va a permitir que alguien le arrebate al peliaguamarino del que se ha enamorado desde que eran niños…
Su mirada fiusha plantada en un punto en la pared de frente, sus puños crispados, el rostro refleja un profundo desprecio por esta situación, su corazón late desbocado, su mente le dicta que no puede permitir que esto pase de nuevo…
Ya odia por completo al Cisne, quien se atrevió a declarar su amor a Camus delante de él. Desesperándole tanto que esos dos estén a solas en una habitación, con la idea de hablar.
Su cosmos se eleva, mientras que a cada instante solo piensa en qué hacer para volver alejar a Camus de ese niño, y así tenerlo de nuevo solo para él, como debió ser desde siempre según él.
---En La Habitación De Camus---
-¿Para qué has venido hasta Asgard?- La interrogación inicia en el instante en que la puerta se cierra, apartándolo de él con cierta brusquedad, no por enfado, sino… Por la desesperación en que su cuerpo y corazón reaccionan por este Cisne que le provoca sentimientos cada vez peores.
Entre las lágrimas que quiebran su voz, porque no desea volver a tener esa distancia entre ambos, lo mira con ese rostro lastimero, ese dolor en su pecho y la profunda agonía por la que su ser se enfrenta –Necesitamos hablar… Por favor… Solo escúcheme…- Pide con ruegos ser escuchado.
¿Por qué ese rostro sonrojado, lleno de dolor líquido, que le ruega su atención, le provoca solo querer abrazarlo, protegerlo, brindarle su verdadero sentir aunque sea algo negativo a su ver?
Debe ser fuerte… En no caer en esa tentación, pero cada momento que pasan juntos, esto no será siquiera posible.
-Ya te dije que no- Contesta desviando su mirada, admirando cualquier otro punto ajeno a los azulados de enfrente –Eso que sientes y piensas está mal, muy mal- Sus palabras siguen siendo pronunciadas, mientras siente que debería seguir su propio concejo –Debes ignorar esos absurdos sentimientos-
Una recomendación que claramente el necesita escuchar, intentar darles forma en su ser, para acabarlos, aunque su corazón también se rompa, y tenga que hacer tanta fuerza para no caer ante los encantos del más joven.
-¿Ignorarlos?- Pregunta con un tono que de a poco se aleja del llanto, mientras su respiración se va calmando.
-Hyoga, lo que sientes por mi… No está bien…- Niega con la cabeza, aguantándose las ganas insanas que desprende por solo verlo, borrar el sabor de los labios de Surt con los del rubio, negándose rápidamente a esa posibilidad por sus propios prejuicios y deseos de evitar hacer una mayor locura –Lo que paso… Ese beso…- Recuerda esa noche en donde probo por primera vez ese dulce sabor helado que le hizo creer que nada importaba, cuando sus manos desnudas fueron tan atrevidas en tocar esa cálida y preciosa piel, en como sus dedos delinearon ese contorno… Es por completo terrible tener esos pensamientos en estas circunstancias –No paso, nada de eso ocurrió- Una propuesta que claramente no será bien recibida.
-¡¡¡¿CÓMO PUEDE DECIR QUE NADA DE ESO OCURRIÓ?!!!- Ya no soportaría más tiempo el estar escuchando solo tonterías que le rompen el alma, una enorme desesperación que inunda su ser, la necesidad de detener esta estupidez.
Ya no va a dudar, ni detenerse ante nada… Aunque su mismo cosmos vuelva a dejar todo congelado a su alrededor, ahora siendo aquella sencilla habitación Asgardiana, sus años se alzan, para dar dos fuertes golpes en el pecho ajeno, de forma desesperado y con lágrimas de un profundo coraje en su ser.
-¡¡¡NOS BESAMOS!!! ¡¡¡PARA MÍ FUE LO MEJOR SABER QUE USTED ME QUIERE DE LA MISMA FORMA QUE YO A USTED!!! ¡¡¡¿CÓMO PIENSA…?!!!- Su rostro se enfrenta a los ojos violetas, que se sorprenden al sentir ese golpe en su pecho, pero lejos de que fuera doloroso físicamente, solo tiene consecuencias emocionales -¡¡¡¿CÓMO PIENSA QUE LO OLVIDARE ASÍ DE FÁCIL?!!! ¡¡¡NO LO HARE!!! ¡¡¡LO AMO, LO AMO COMO NO TIENE UNA IDEA!!! ¡¡¡AUNQUE ESTE CON ALGUIEN MÁS, VOY A LUCHAR PARA EVITAR QUE ESO SIGA!!!- Lo dice tan seguro y decidido, con sus ojos que se siguen enfrentando al peliaguamarino, para que lo escuche, que sepa la verdad que hay en el corazón del Cisne.
La desesperación por no cometer una imprudencia, el hecho de ver como lo está haciendo sufrir por su indiferencia que desearía evitar expresar, pero necesita mantenerlo seguro, tan lejos de él como sea posible -¡¡¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE ESO ESTÁ MAL?!!!- Ya no podrá seguir soportar por mucho más tiempo esto, debe atacar como sea para que Hyoga se aleje.
-¡¡¡NO ME IMPORTA SI ESTÁ MAL!!!- Sin detenerse a pensarlo más, sujeta las prenda del peliaguamarino, intentando acercarse lo más que puede, dejando expresar un enorme enfado como el llanto que se escapa de sus orbes azulados -¡¡¡YO LO AMO!!! ¡¡¡LO QUE PIENSEN LOS DEMÁS, LO QUE DIGAN…!!! ¡¡¡ME DA IGUAL!!! ¡¡¡SI ESTOY CONTIGO, A TU LADO…!!!- Sus labios se tensan y tiemblan, mientras cada facción de sus rostro sigue el mismo camino, en donde el dolor es demasiado, no soporta más, baja su cabeza, el sufrimiento se ha incrementado al grado que siente destrozarse enteramente su ser –Si lo estoy… Si me deja estar con usted, contigo… Yo… Lo amo… No me abandone, no me deje… No lo haga…- Niega repetidas veces con su cabeza.
Las suplicas vuelven, por el miedo de perderlo nuevamente y no estar a su lado, el corazón que se ha roto, y que a la vez desearía ser reconstruido por las frías manos del Acuariano mayor con tanto cuidado y amor…
Siente como esas fuerzas se van desvaneciendo del otro, aun siendo sujetado por sus ropas, el agarre se ha relajado lentamente, notando que solo llega a ver la cabellera rubia, el cuerpo temblando, las gotas de sal caen a cada segundo, la habitación se congela de a poco, pero debe intentar hacer que esto no salga al exterior.
No están en el santuario donde este actuar es más normalizado, pero… Aquí en Asgard esto solo sería un ambiente para atraer la atención, y es lo que menos quiere…
Sin embargo… Escuchar esa débil voz suplicarle que se quede a su lado, que no se vaya, que jamás lo deje solo… Lo hace apretar sus puños, y más cuando nota las manchas de sangre seca en sus pendras por las heridas del contrario que se ha hecho por la desesperación de lo ocurrido.
-¿Acaso… No entiendes, que es lo mejor… Para ti..?- Murmura esto mientras resopla con fuerza, hace con desesperación aquella pregunta, mientras baja la mirada, para con delicadeza llevar sus manos a más muñecas del contrario, e intentar apartarlas con cuidado.
-Lo mejor para mí, es permanecer a su lado… Sin importar lo que pase…- Contesta gimoteando, con una enorme angustia por el hecho de sentir la pesadez de sus sentimientos derrumbándose –Sé que usted siente algo por mí… Yo lo sé… No lo niegue…- La voz quebrada, articula palabras para rogar no perder a quien ama –Por favor… Ignoremos a los demás, solo… Acépteme…-
Aquella sorpresa no es muy grande, se imaginaba que eso podría pensar el rubio por haber correspondido aquel beso…
Hyoga era el borracho, no él…
-Estas confundido… Es solo eso- El tono grave en su voz, las fuertes intenciones de alejar al rubio de ese agarre se incrementan, pero a la vez… Cuando siente esas delicadas manos, al acariciarlas, en una oportunidad que aprovecha de forma discreta, sintiendo las heridas por las uñas al aguantar todo este desastre.
“-¿Yo le provoque esto?-“
Un pensar que surca su mente rápidamente, aprieta la mandíbula con fuerza… Ya que no es capaz de enfrentar el hecho de sentir que su corazón se destruye, se parte y derrumba, por provocar esto en alguien que juro cuidar y proteger, jamás debió herirlo de ninguna manera y lo ha hecho y sigue haciéndolo, pero… Su idea de alejarlo por amarlo de forma insana… No está surtiendo efecto.
-¡¡¡NO LO ESTOY!!!- Alza su cabeza de forma brusca, topándose tan de cerca esos profundos ojos violetas, que apenas si reaccionan por su impulsividad -¡¡¡NO ESTOY CONFUNDIDO!!! ¡¡¡SÉ PERFECTAMENTE LO QUE ES EL AMOR!!! ¡¡¡QUE LO QUE SIENTO POR USTED, DESDE QUE TENÍA CATORCE AÑOS SOLO HA CRECIDO, Y ME QUEDABA CALLADO PORQUE NO QUERÍA ALEJARLO POR ESTO!!!- Sus gritos son tan fuertes que podrían escucharse por fuera, su cosmos helado sigue incrementándose haciendo que sus alientos se noten, aunque no les afecta en lo más mínimo -¡¡¡ME ENAMORE Y NO PIENSO IGNORAR MIS SENTIMIENTOS POR MÁS TIEMPO, SI SÉ… QUE USTED ME CORRESPONDE!!!- Se acerca, dejando que las lágrimas caigan por sus rojas mejillas por el esfuerzo de respirar correctamente para no ahogarse por sus mismas penas.
Ver la convicción, y decisión de alguien que claramente es más joven, pero que si es capaz de demostrar sus sentimientos abiertamente, con un enorme valor, que él no posee…
Su mayor debilidad esta de frente a él, su mayor fortaleza la tiene sujeta entre sus manos, y no sabe ahora si es capaz de dejarlo ir nuevamente…
Se lo advirtió a sí mismo, se lo advirtió muy bien, porque sabe que su prudencia esta cada día más agotada…
La noche anterior pensaba formas de que no estuvieran juntos nunca más, por eso acepto aquella propuesta de Surt. Pero… Cuando esos asquerosos labios lo besaron, no logró sentir nada, ni siquiera una mínima parte de lo que su ser experimento cuando los de Hyoga se atrevieron a besarlo…
¿Por qué siente un inmenso deseo que no puede mantener oculto?
¿Por qué su respiración que choca contra la de aquel joven que derrama un sinfín de lágrimas está muy agitada?
¿Por qué todo su cuerpo está reaccionando a algo que no debería?
¿Por qué su corazón late con cada palabra que el menor le declara?
¿Por qué está mal amarse si se corresponden, y la diferencia de edades no es tan grande?
Los violetas ojos se centran por completo en el rubio, los labios entre abiertos, la privacidad de la habitación, el frio cobijándolos, el cosmos de Acuario actual controla el del Bronce…
-¿Estás dispuesto a aceptar las consecuencias?- Su impulso primario lo hace hablar con un tono ronco, mientras sus manos sujetan con tal fuerza a las contrarias, que ya no serán apartadas de su lado nunca más.
Escuchar aquella pregunta lo hace estremecer por completo su cuerpo, esa manera de hablar, de verlo, de sujetarlo, le dicta algo diferente y tentador –Si… Lo estoy…- Habla en un pequeño susurro, la respiración que igual se intensifica, porque sus rostros y cuerpos a cada instante están más cercas.
-Entonces… Esta vez…- Con un movimiento rápido, sujeta aquella cintura, para atraerlo más hacia él.
Se ha cansado tanto huir, de ser un cobarde.
Él mismo se lo advirtió muy bien… Sabía que no debía volver a estar a solas con Hyoga, porque ya no soportaría ni un solo instante en donde sus sentimientos sean acorralados y sepa que es correspondido por el Ruso…
Ya que muere por sentir todo ese ser junto a él…
Eso es muy malo para él, pero eso se ha olvidado ahora mismo… Porque de verdad sus deseos se lo están rogando, gritando en su cabeza… Como el hecho de que su corazón también se lo está pidiendo.
Si Hyoga quiere pertenecerle, entonces… ¿Qué importan los demás? ¿No?
-No me detendré… No lo hare Hyoga…- Sujeta con total fuerza los cabellos rubios, su mano izquierda atrae y rodea esa cintura, mientras sus ojos que conectan con la mirada contraria, se cierran para atraer ese rostro, y ahorro ser él quién robe un beso que deseo volver a repetir, pero se reprimía en hacerlo.
Sorprendiendo al rubio, pero eso dura muy poco, pues… Su cuerpo corresponde el tacto… Al grado de acercarse tanto como puede, cerrar sus ojos… Y con torpeza ir rodeando el cuello ajeno, para identificar ese delicioso beso, uno que está constituido, por lágrimas, deseo, dolor, desesperación, ruego, y un amor que para uno de los dos estaba muy mal, sumamente prohibido, pero… En este momento, en este instante… Ambos no piensan en lo malo que esto llegaría a ser para sus vidas…
Solo se están dejando guiar por sus deseos, unos que poco a poco van despertando los más bajos instintitos de cada ser humano…
En donde ya no se puede resistir después de estar sintiendo una desesperación enorme por creer que alguien se alejaría y en conciencia ruega que eso no pase nunca, y otro que solo pensaba que irse lejos de lado de la persona que ama, era lo mejor…
El beso se hace profundo, sus lenguas chocan, jugando para ver quien domina en la boca ajena, sin importarles que cualquiera podría escucharlos, mientras el peliaguamarino muerde ligeramente el labio inferior del rubio, por la enorme pasión que se intensifica en su ser.
Apenas si aparatándose por la falta de aire, mientras que la mano que va en la cintura del Ruso, de a poco vuelve hacer aquella acción que repudio antes… Introduciéndose con cuidado entre las prendas, sintiendo lo suave, y bien formado de ese cuerpo… Que nunca debió ver con deseos…
Pero a ninguno le importa eso, no se detienen, ni impiden que esto continúe…
¿Esta tan mal entregarse a un amor que deseas tanto?