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Ayúdame A Olvidar por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar. ¿Como están el día de hoy? Yo ando super bien... Bastante cansada... Pero ni modo, uno debe continuar en el camino de la vida... Jaajajaja.

Pero la razón por la que estoy es por varias razones, de hecho tres.

La primera es por... El cumpleaños de mi terrón de azúcar guerra_fioreluu07

Así que felicitenla y denle mucho amor, que se note el gran amor que la familia terrón de azúcar, poseemos. 

Y disfruten mucho el capitulo de hoy.

Por cierto capitulo con contenido lemon, así que léanlo bajo su propia responsabilidades, solo mayores de edad, no me hago responsable por traumas. XD

En este momento realmente no les importa nada, solo aliviar el dolor en sus corazones, por personas que hasta cierto punto son inocentes de su mal, les fueron honestos nunca los ilusionaron, pero para algunos es difícil aceptar la realidad cuando los sentimientos no son correspondidos.

Aquellos labios invaden el cuello del León dorado, dejándole notorias marcas rojizas, algunos chupetones que solo van bajando, proporcionando una gran satisfacción en ambos.

Los sonoros gemidos del Griego se dejan escapar, total aunque estén a fuera no le interesa ser escuchado, está perdiéndose en un estasis que había pensado dejar, pero no puede ahora.

Aun con los ojos llorosos por el dolor a causa del sexto caballero dorado, se está dejando llevar por esos besos que no son para nada dulces o tiernos, al contrario se realizan de forma demandante, sin una compasión alguna.

Por instinto desea rodear el cuello de Shura, para atraerlo y que le dedique un beso más en los labios, pero tan solo al intentarlo, este se aparta bruscamente, dedicándole una mirada tan afilada como la misma espada Excalibur.

De un solo movimiento sujeta ambas manos de Aioria, para llevarlas por encima de la cabeza de este, haciendo presión para que no pueda levantarlas, ni se atreva a desear alguna muestra de afecto que de su parte no tendrá.

-Nosotros no necesitamos esa clase de cosas- La mirada furtiva color jade, clavada en las llorosas esmeraldas pagadas del felino, el cual pareciera pedirle algo de compasión.

Fue cuestión de segundos para que Aioria saliera de su sorpresa por ese comportamiento, pues es normal… Esta relación no es con fines sentimentales, solo es para olvidarse de quienes los dañan, desde un inicio se dijo, y no se puede cambiar para nada.

-Lo se…- Ladea su cabeza, sintiendo una punzada en su corazón, no por el rechazo del capricornio, en si no tiene nada que lo ate a él de forma sentimental, si no… Que detesta ese sentir, que no le quieran dar amor cuando lo ha pedido.

Los castaños cabellos claros del menor, desordenados reposando en el suelo sucio del bosque, llenándose de hojas, el rostro sonrojado, la mirada apagada, dejando escapar lágrimas, se nota tan sumiso, con un toque de inocencia que ha estado perdiendo desde el día anterior.

Las preguntas comienzan a hacerse en su mente, sin que lo desee.

¿Por qué haces esto?

Lo vas a lastimar más.

¿Qué culpa tiene Aioria?

Recuerda que alguna vez tú lo cuidaste y quisiste como un amigo.

Los amigos no se hacen este tipo de cosas.

No lo uses para tu venganza.

Le molesta tener estos momentos de arrepentimiento, pero… No desistirá, está decidido a llevar esa venganza hasta las últimas consecuencias si es necesario.

Si se vuelve un hombre odiado en el santuario por haberse vengado, le da igual.

Pues todos parecen unos idiotas perdonando cosas peores a alguien que inicio todo, y en cambio… En vez de un castigo, parece que los mismos dioses lo premiaron con el amor de Aioros…

El hombre del cual se enamoró desde niño, y jamás le demostró otro tipo de cariño que no fuera ese fraternal que lo hacía verse ante los ojos amorosos del Griego mayor como un hermano menor más.

Por esa razón, su mente creía que era necesario usar a Aioria, total ambos se satisfacen y olvidan sus tormentos por un rato, solo un momento es suficiente para sentirse al menos acompañados en su desesperación.

No pensaría más, dejaría que su venganza tome posesión de su mente, no le interesa nada más.

Su miembro le comienza a molestar, sintiendo como crece más entre sus pantalones, deseando volver a profanar la entrada que obviamente no está del todo recuperada por las fuertes estocadas de ayer.

Pero, eso no le importa en lo más mínimo.

Sin ningún cuidado alguno, con la mano libre desgarra la camiseta que el quinto guardián porta, dejando en evidencia las marcas que no se han desvanecido, todo producto de él.

Los pezones maltratados del castaño, parecían doler aun, pero eso le agrada más la idea de seguir con lo que planea.

Se apodero de ellos de forma inmediata, liberando por un momento las manos del hombre de abajo.

Libremente juega con esos botones rojizos, mientras molesta con su boca uno, succionándolo, mordisqueándolo, y haciéndolo más rápido, cuando escucha el gemir del contario, indicándole que le duele y a la vez lo está gozando.

Obviamente no se detendría con solo torturar un solo pezón, al contrario toma posesión del otro con una de sus manos libres, para pellizcarlo, apretándolo con fuerza y jalándolo levemente, para seguir molestando al menor.

Aunque para este punto no se sabe con certeza si es solo dolor o también el placer se combina.

Mientras segué con su labor, ajena a todo sentimiento positivó, gozando del sufrimiento que desatara el inicio del plan para destrozar a Sagitario.

Aioria deja que sus lágrimas escapen, le gusta esa sensación tan abrumadora en su ser, no sabe si es que lo goza o le duele por completó, pero de una cosa esta seguro, es mucho mejor lo que hace con Shura que solo sentarse a lamentar su mala fortuna.

Vuelve los repetitivos sentimientos e imágenes del día anterior.

Si estuviera en esta situación con Shaka, claro que sería mucho mejor, que con Shura…

Su corazón herido, desea egoístamente arrebatárselo a Mu, alguien que le ha quitado al amor de su vida, pero… ¿Qué culpa tendría?

Imaginar que ese pelilila, los encontrará en una situación similar, ver el rostro de desilusión por quitarle lo que al principio le arrebató, sería lo más agradable y hermoso del mundo.

Pero… ¿Cómo podía estar pensando en algo así?

Odio verlos tan felices, lo detesto por completó, lo hicieron sufrir, lastimándolo, haciéndolo sentir menos.

Más en la sensata mente de Aioria o en lo que se podría decir como tal, es impensable hacer este tipo de daño.

Solo son pensamientos del momento, abrumado por los lascivos toques del décimo caballero dorado.

Fantasea aliviando también su dolor por otros medios, pero… Su corazón aún no está por completó dañado, para herir a otros.

Tal vez solo deba… Intentar olvidar… Al final esa es la meta de este acto.

Van descendiendo rápidamente al punto sin retorno nuevamente.

Ambos con los pantalones abajo, dejando de lado esas telas para que no estorben, el peliverde oscuro posicionándose en medio de las piernas del castaño claro.

Las piernas tostadas del león dorado, sobre los hombros de capricornio, está listo para penetrarlo sin compasión alguna.

-Espero que te lograras recuperar- Esta sonrisa sínica, como si realmente le importará el estado físico del otro.

-Shura… Aaaah… Por favor… No seas tan…- Sin poder terminar su petición, él otro lo comenzó a invadir, sin tener el más mínimo cuidado, dándole igual si lo lastimaba peor.

-Lo siento… Arrrg…- La voz grave del otro se comienza a manifestar, haciéndolo sentir mucho mejor, Aioria sigue siendo estrechó, aunque lo hubiera tomado ayer –Pero no escuché lo que dijiste-

-Aaaaaah… Shu… Aaaaah…- Siente como el pene tan duro y caliente de su acompañante sexual lo perfora internamente, yendo a lugares más profundos que ayer, siendo más rápido y tosco.

-Ja, esto es muy bueno…- Sujetando una de las piernas con mayor fuerza, mientras con la otra mano toma del lado derecho la cadera del Griego para intensificar las penetraciones.

Tenía una vista realmente perfecta de Aioria, su rostro cubierto de lágrimas, sonrojado por el placer proporcionado, la saliva saliendo de la comisura izquierda, el sudor que adorna el cuerpo marcado y los cabellos más desordenados y llenos de hojas.

Es algo perfecto, pero no porque este feliz de hacerlo disfrutar, al contrario, provocar que el hermano menor de Sagitario caiga rendido ante él, por sexo ocasional es una buena venganza.

Si enamora al gatito, lo usara cuantas veces lo desee, hasta que este mismo le declare lo que siente y en ese justo momento, le dirá que esto solo fue un juego, que nunca existió o existirá nada más que sexo entre ellos, que debió darse cuenta desde un inicio.

Herirlo, será una forma de lastimar a Aioros, y este no podrá hacer nada más que consolar el sufrimiento del menor.

Aunque sea odiado, aunque sea repudiado lo hará y ganará.

Sus deseos de venganza lo hacen sentirse más pleno, haciendo que su virilidad crezca más dentro del ano penetrado.

Aioria echando su cabeza para atrás, intentando sujetarse de donde fuera, pues las estocadas van más profundo y siente que fuera a ser partido en dos, las marcas de sus uñas en la tierra se pueden ver.

Es demasiado bueno, cada golpe en su interior, provoca que su mente parpadea en blanco, haciendo que su propio pene comienza a sentir una libración instantánea, Shura toco si punto dulce, aquel que logro esa venida en Aioria sin previo aviso.

No necesito tocarse, masturba su miembro, esa sensación de liberarse plenamente fue algo completamente nuevo, el día anterior, si hubo un poco de tocamiento en él, pero esta vez no…

No estando en condiciones para cuestionarse las respuestas de su cuerpo, pues… El peliverde oscuro, seguía sin venirse y obviamente tendría que hacerlo en algún punto, por lo cual seguía en su labor de entrar y salir de ese estrecho lugar.

Poco le importa que el griego se ha corrido en su estómago, manchándolos a ambos, eso lo excita mucho más, incluso le da razones para burlarse de una forma seductora.

-¿De nuevo soy demasiado para ti?- Con esta absurda pregunta, dedicada con un tono seductor, aferro más las caderas del castaño claro, para darle estocadas más profundas, incluso pensar en hacerlo volver a terminar.

-Shu… Ra… Espe…- Siente que se desmayara en cualquier momento, en esta ocasión el vaiveneé está siendo más placentero de lo que fue el día anterior, no sabe cómo detenerlo, pues siente como si su miembro volviera a despertar, para experimentar una segunda venida en unos momentos

Los gemidos se incrementan, el sudor de ambos se combina por sus pieles, mezclando el semen desprendido de Aioria.

En esta parte del bosque, el ambiente se siente caliente, un olor a sexo en el aire.

La piel de la espalda del quinto guardián estará de seguro mallugada por donde esta y en qué posición, el suelo no es para nada apropiado al momento de tener sexo, pero eso ahora no importa en ninguno, si no en seguir ayudándose en su desamor.

Tiene una perfecta vista, del rostro de “Idiota” como Shura denomina al ver a Aioria en un éxtasis por solo penetrarlo.

Poco le importa que de la entrada profanada este saliendo de nueva cuenta un poco de sangre, al contrario le ayuda para seguir lubricando su miembro para no lastimarlo.

Preocupándose solo por su propio bien.

En esta ocasión, no preparó correctamente al castaño, por la desesperación de tener un cuerpo donde dejar sus frustraciones y dolor, pero lo está haciendo ahora y es algo sumamente agradable a su parecer, le da igual todo lo que hiera a ese hombre.

Su sadismo solo logra incrementar su excitación sexual, nunca creyó tener esta faceta, en herir a otra persona, pero lo está haciendo, dándose cuenta que es peor de lo que aparentaba.

No le importa, es perfecta toda esta situación y anhela llevarla hasta las últimas consecuencias.

¿Por qué ambos hermanos debían tener un rostro similar?

Podría estar viendo la cara del menor, pero… Se imagina estar haciendo este tipo de cosas con Aioros, como una manera de lastimarlo, como él lo ha hecho.

Yendo más profundo, creyendo en su mente que quien gime, le pide que sea gentil, le demuestra sus lágrimas, quien le da permiso de usar su cuerpo es el mismo castaño mayor.

Pero no, la voz es diferente, algunos gestos los hace distintos y es allí cuando aumenta su frustración y enojo.

Frunciendo su ceño, apretando más esas caderas, dejando se sujetar una de las piernas del griego, desea dejar sus huellas en la piel algo tostada del felino, para que recuerde quien lo hace olvidar su infelicidad.

Comienza a sentir como su mimbro está a punto de liberarse, y eso es lo que busca, sentirse mejor después de tener sexo con su presa.

Aumenta el ritmo, sin darle importancia que está golpeando muy fuerte en el trasero del quinto guardián, los choques de pieles se escuchan tan obscenos, y excitantes.

Para este punto Aioria, se ha dejado llevar de más que solo llega a sentir las fuertes estocadas del peliverde en su interior, siendo una sensación extraordinaria y placentera.

Su miembro también está listo para una segunda descargar que lo más seguro será la última antes de perder la conciencia.

Sus ojos llorosos, solo se fija en los jade, que por más que intenta sostenerle la mirada, Shura la esquiva.

Las gotas de sudor de capricornio caen sobre su cuerpo, las siente tan cálidas, es extraño… Pero no le desagrada para este momento lo tosco que es.

El dolor ha desaparecido, para dejar el placer inmerso en ambos.

Solos minutos fueron los que pasaron, cuando… El clímax llega en ambos.

El capricornio por primera vez en esta ronda, dejando todo su caliente semen dentro del León dorado, que va saliendo abruptamente, para inundar ese interior y no salir hasta derramar la última gota.

Para Aiora, esta es la segunda vez y de nuevo en su estómago cae, su cabeza echada para atrás, su espalda arqueada dejando algo irritada las zonas en donde se estuvo apoyando en el suelo.

Al aire libre, hacer este tipo de cosas, ambos caballero dorado deberían estar avergonzados, se supone que tienen una imagen que mantener.

No se dice que tener sexo sea malo, es permitido, pero un espectáculo de esa magnitud al exterior, sin importarle que otros los vean, es completamente impensable.

Poco les importa esta situación, cuando han logrado olvidar su desamor por un momento, aunque uno solo lo haga por venganza.

Sabemos que esto no terminará bien.

Las reparaciones agitadas de ambos, después de todo ha sido un buen encuentro, uno donde ambos ganan por satisfacerse.

Como se había predicho, para el león dorado esto fue demasiado placer para su cuerpo apenas recuperado de ayer, dejándose caer en la inconciencia.

Esto de inmediato se percatado el peliverde oscuro, apenas saliendo del interior del quinto guardan, dándose cuenta del color que su semen adquiere con la sangre combinada, le parece perfecto.

No le importa causarle más dolor, pues ellos se lo merecen, fríamente y firmemente cree en eso, y nadie parece quitárselo de la mente, ni siquiera el mismo.

Sin decir una sola palabra, dejo escapar un suspiro, contemplando al dormido León, debajo de esa sombra del árbol frondoso.

La suave brisa que los estaba rodeando, no la había podido apreciar, por tener sexo con el griego, ahora en este momento, puede darse cuenta de la belleza del lugar y que la profanaron por su incapacidad de superar situaciones que hoy en día se viven constantemente.

Pero da igual, ya cumplió su deseo, se liberó y comienza más seguro su plan.

Se viste con lentitud, solo necesita su ropa interior y pantalones, para dirigís sus pasos al quinto templo, para darse un baño, desea quitarse el aroma del griego, pues ahora si le parece desagradable.

Sin embargo… Algo dentro de su ser… Hizo que detenga su paso a pocos metros de distancia.

¿Sería capaz de dejar a alguien así?

En un bosque, si descubren a Aioria, obviamente este diría algo, y su plan podría verse arruinado.

No quería hacer algo que se podría denominar “Bondadoso”, sin embargó…

Se detiene en un árbol, apoyando su mano en este, necesitando pensar su siguiente movimiento.

La brisa de nuevo golpea su cara, desordenando sus cabellos y refrescando algo su piel que había estado expuesta al sudor por el frenesí sexual.

-Si quiero que este idiota, me necesite, más que solo una método de olvidar- Asiente con su cabeza de forma sereno, pero fruncen el ceño de inmediato –Tengo que hacerlo…-

Y así es como regreso por sobre sus pasos, para mirar al desnudo caballero dorado, que previamente había dejado su corrida en el interior.

Sin más lo vistió con las únicas prendas que le quedan intactas, pues la camisa fue rota por el capricornio.

No es una forma de gratitud, ni amabilidad, aunque se considera como tal, solo está velando por sus propios intereses, si haces algo bueno por alguien, para ilusionar a esa persona, para que en algún momento quien ha ayudado crea que sientes algo especial, solo por tus acciones hacia él.

Ya no parece existir nada de ese bondadoso hombre que era antes Shura, jamás imaginó ser así de frio ante los demás.

Pero aun que tenga ante sus ojos una justificación, no valida, ya que está hiriendo a otra persona que no tiene la culpa en este abismo al que son empujados.

Siendo cuidadoso ahora, lo carga entre sus brazos, al estilo ya conocido como “Princesa”, sus pasos son firmes, el peso extra no significa nada en absoluto, salvo que… Por un fugaz momento, recordó aquella época de infantes, jamás creyó hacer este tipo de cosas con el León dorado.

Alguna vez también llego a cargarlo de esa forma, al quedarse dormido en algún entrenamiento y Aioros le pedía ayuda, para regresar al más joven al templo.

-Te voy hacer mucho daño Aioria… No me detendré, así que perdóname ahora…- Suspira, mientras fija su mirada hacia el frente, dándose cuenta que el atardecer comenzara en unos momentos.

Se había perdido la noción del tiempo, no parecía que hubieran estado mucho tiempo allí, pero… No le da mayor importancia.

Sigue su recorrido con el griego en brazos, ignorando las miradas curiosas de otros caballeros y aspirantes, pero poco le importa, ante los demás solo está haciendo un favor a un amigo.

Llegando al punto inicial de los doce templos.

Atravesar los dos primeros no tiene ningún sentimiento que lo haga incomodar, los guardianes no se encentran.

El tercero es el que siempre le trae molestia, odio, rencor, su deseos más oscuro salen allí, por aquel que le arrebato todo.

En el cuarto… Podría ser un sentimiento de arrepentimiento por ser tan grosero con sus amigos, cuando al final ellos no tienen culpa alguna, pero… Prefiere mantenerse lejos de ambos, si descubren lo que está planeando, lo más seguro es que lo traten de detener.

Algún día se enteraran de lo que el más “Recto” de los tres, ha hecho y posiblemente ellos sean quienes quieran alejarse de él.

No los va a juzgar, se merecerá todo lo que tenga de consecuencia por su ambición y sed de venganza.

Llegando al quinto templo, aun sumergido en sus pensamientos, no se ha percatado de un cosmos que se nota bastante preocupado repentinamente.

Que solo al escuchar su nombre provenir de esa voz, logra sacarlo de sus tormentos, para fijar sus jades al frente.

Topándose con una persona que desearía no volver a ver, para no sentir quebrado su corazón.

-¡¡¡SHURA!!!- Una sonrisa se dibuja en esos labios que desea tanto besar –Me alegra que Aioria este contigo-

-Aio… Ros…- Un hilo de voz, fue lo que logra sacar de su boca, pero se siente incapaz de hablar correctamente.

¿Cómo le explicara que su hermano menor esta semidesnudo en sus brazos?

Con algunas heridas en su cuerpo, que obviamente si se fijara bien, no son marcas de entrenamiento.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Solo tengo rapidito, a felicitar a mi terrón de azúcar, dejarlo su regalo... Y subir mas, pues hoy tenemos a dos cumpleañeras, por lo tanto tendrán mas cositas. 

Sin mas vamos a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar, espero que te guste mucho este capitulo mi terroncito guerra_fioreluu07

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades guerra_fioreluu07 tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades guerra_fioreluu07 tu cumpleaños si que si. 

Seras la matriarca este día, junto con mi otro terrón, así que hagan cosas geniales. 

Espero que de verdad lo disfrutes, pero debes compartirlo con los demás terroncitos de azúcar y espero que comas mucho pastel y tu comida favorita, espero que te guste y te queremos mucho. 

Muchas gracias mis terrones de azúcar, por seguir apoyándome, leyendo mis locuras, en verdad me siento muy feliz y honrada por el hecho de que ustedes sigan estando conmigo, de verdad me siento muy afortunada por que ustedes aun sigan estando conmigo.

Y les debo decir una cosa terroncitos, yo volveré a publicar semanalmente los cinco fic's, en la semana del lunes trece de junio, así que ya mero llegara. 

Los quiero mucho mi terrones de azúcar. 

Por favor hagan caso a las medidas de higiene, no se expongan y cuídense mucho. 

Nos vemos dentro de un rato. 

Ammu se va. 


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