---Al día siguiente---
Después de los entrenamientos matinales de todos los rangos.
Cierto Griego decidió encontrarse con su amiga, pues necesita aun aquellas famosas pastillas que solo aquella joven tiene bajo su propiedad.
Pero obviamente necesitan tener una pequeña conversación en privado, ya sea por la confianza que mutuamente se tiene, por que han compartido sus preocupaciones y tristezas uno con el otro desde que se conocen.
Incluso a veces muchos confundían su amistad, con algo más, pero nada más fuera de la realidad.
Solo se ven como buenos amigos no más, ya que desde un inicio sus gustos no van dirigidos precisamente para el género opuesto de cada uno.
Por ende, se sienten a gusto platicando de sus males de amores o ilusiones, compartiendo los dos un destino desafortunado en ese tema.
Sin embargo a diferencia de Marin que ella siempre ha intentado cuidarse, pues… Al igual que Aioria ha cometido errores para aliviar su dolor.
Ahora es el turno del León dorado de cuidar de sí mismo, al tener esta nueva condición de doncel, en donde la posibilidad de un embarazo no deseado es muy latente.
Y más al escuchar lo que él le ha confesado.
-¡¡¡¿QUÉ?!!!- Si no fuera por la máscara, posiblemente su rostro luce de una completa sorpresa, incluso enojo, controlándose para no darle uno bofetada al Griego -¡¡¡¿CÓMO HAS PODIDO ACEPTAR ALGO ASÍ?!!!-
-Marin… No creo que sea tan malo- El castaño, ríe algo nervioso, intentando en cierta forma convencer a su mejor amiga de la decisión que ha tomado.
-Aioria, no creo que estés pensando coherentemente- Es lo que la joven atina a decirle, intentado recuperar su postura tranquila, pues tan solo ayer le había dicho una cosa y ahora le salía con otra.
-Créeme que si…- Suspira, mirando al frente, donde sus ojos alcanzar a apreciar los límites del santuario que se topan con las cercanías de Rodorio, con sus mejillas ligeramente sonrojadas –Lo pensé anoche, cuando Shura me dejo solo… Yo…-
-Primero tienen sexo en el bosque, te lastima, pues se nota que se aprovechó muy bien de ti- Sin prudencia alguna, señala más evidencias marcas de besos en su cuello, que aunque intente el Griego en cubrir con su cabello, ella que lo conoce bien, sabe cuándo esta incomodo –Luego te cuida “Según” toda la tarde, porque de repente se siente atraído por ti que es por sus sentimientos- Niega con la cabeza –Si, sabes… Eso no es creíble y hasta para ti es obvio, que no es verdad- Le sentencia, pues reconoce que su amigo no puede ser así de crédulo.
Sin embargo, el león dorado, asiente tranquilo, dejando un suspiro salir de sus labios, cerrando sus ojos.
Comprendía la preocupación de la peli rojiza, después de todo posiblemente ella quiera evitar situaciones que desde luego pueden suceder.
-Sé que es algo increíble, y muy seguramente Shura solo se aferre a mí para ayudarse, para salir de ese dolor y… ¿Lo puedo culpar?- Pregunta, abriendo sus ojos, con una pequeña sonrisa, girándose a ver a la joven –Yo también había aceptado ese juego previo para olvidar a Shaka, ¿Por qué no seguir haciéndolo, pero de una forma diferente a lo pensado?- Hace un ademan con su mano derecha al frente, intensificando lo hablado.
-Por qué esa no es la manera- Le responde, posando su mano sobre el hombro del otro –Yo sé lo que te digo…- El tono se vuelve algo triste, y lleno de desesperanza –Sabes que he intentado por todos los medios posibles arrancarme este amor que siento por Shaina, pero… Por más que trate, por más hombres o mujeres que pasen por mi cama, yo no me creo capaz de olvidarla- Es sincera, ese romance que ha sentido desde que conoce a la peliverde.
Que si bien, durando el entrenamiento que le daba a su alumno Seiya, fue el instante que ambas jóvenes se alejaron, pues Marin defendería al pequeño bajo su cuidado y Shaina apoyo a su discípulo.
Pero cuando todo el desastre hecho por Saga, se reparó, ellas volvieron a ser cercanas, sin embargo se podía ver que la peliverde solo sonríe y suspira por una persona, que igual… No se fijara en ella, por estar en otra sintonía el joven Pegaso.
Es bastante curioso este hecho.
Se dice que por cada persona que no se fija en ti, hay una que tu ignoras e igual existe otra que se fija en quien no te das cuenta que te ama.
Es el caso de a peli rojiza, amando a una peliverde, que a su vez ella ama al Pegaso.
El dolor que ella intenta quitarse, y que no puede ocupar tampoco a nadie más, pues Marin se hace responsable de sus sentimientos, intentando dirigirlos de otra manera.
Puede que su técnica no le funcioné, pero al menos no quiere hacerle daño a nadie, aunque ha acabado lastimándose a sí misma.
-Debo intentarlo Marin…- Suspira, extendiendo su brazo y rodea a la joven con un abrazo de lado –Si yo ayudo a Shura, creo que con eso…. Yo también podre ayudarme a olvidar a quien amo…-
No demostrara que le duele, no dejara que vean su llanto, la máscara ayuda a este hecho, pero se deja abrazar, nunca viene de mal un acto de este afecto, y más si es de un buen amigo con el que compartes penas, está bien.
Existe ese tipo de cariño, sin doble intención.
-Piénsalo bien Aioria, tu eres alguien muy sensible y sentimental… ¿Piensas enamorarte de Shura como segunda opción?- Una pregunta bastante valida y que es necearía una respuesta sincera.
Se sorprende por aquella cuestión, no se lo había pensado seriamente.
O tal vez si lo hizo, pero quería negar que aquello pudiera pasar, ya que en la tarde al sentir ese beso, en donde capricornio fue quien se lo robo, sintió una calidez en su corazón, algo extraño que jamás había pensado sentir, y diferente a cuando creía que Virgo podría corresponder, con sus actitudes un tanto “Amigables”.
-No sé- Es su respuesta dada, para profesar un sentimiento de dolor en su rostro –Aun no estoy seguro si pueda olvidar a Shaka, pero… Cuando ayer sentí… Que Shura… Bueno… Fue amable conmigo y me cuido, no se… Yo… Creo que… Tal vez podría, pero no estoy seguro ahora de nada- Sus mejillas rojizas, la mirada baja, y el cálido latir de su órgano bombardeo de sangre se incremente un tanto más rápido.
-Aioria… No confundas amor con necesidad…- Son palabras serias que le dedica su amiga, pueden sonar como un acertijo, pero es una verdad que se presenta en el león dorado.
-Lo intentare- Esta cociente de este hecho, pero… Es difícil poder hacer algo, cuando tantas cosas sientes que están mal en ti.
Saber que debes ser cuidado, pero el hecho de querer amor, se vuelve más grande, al menos no deseas dañar a ninguna otra persona.
-Aquí tienes las pastillas…- De entre sus ropas, saca aquella pequeña restra de medicamento, entregándolo en las manos contrarias –Yo tomo una cada día, pero no sé cómo funcionara en un… Bueno doncel…- Sigue siendo confuso para ella, ver que el griego, pueda llegar en algún momento dar vida, tan solo de imaginar cómo se debe sentir el castaño claro con esto, debe ser peor para su comprensión.
-Creo que debe ser igual…- Toma entre sus manos la laminilla con el contenido de color blanco.
-Si me has pedido esto, significa que tú y Shura seguirán por ese mismo camino en cierta forma- Cruzada de brazos, aun con el ligero abrazo de su amigo –También deberías tomar esta- Una pastilla igual en su laminilla, aunque esta es la única en este contenedor, de un color rosa –Es la del día siguiente y… Por lo que dijiste, tuviste dos encuentros con capricornio-
-Por el momento se supone que no haremos nada más, solo intentaremos llevar una relación más cercana, como amigos…- Acepta la píldora que más necesita en estos momentos, pues si le preocupa que llegara a engrandar a una criatura a base de solo olvidar a otras personas.
No sería justo para ese pequeño ser, era mejor evitarlo de una vez por todas y cuidar de que algo llegara a ocurrir así, es lo más prudente a traer a un mundo incierto a alguien.
-A eso se le llama amigos con derecho- Un tono de burla, para aligerar el ambiente, dándole un pequeño golpecito al otro en el hombro.
Por alguna razón, aquello le dio una tremenda vergüenza, como si declarar algún tipo de relación surtiera ese efecto, cuando debería ser por completo evitado, pues ya han tenido mucho que ver leo y capricornio, pero… Cada quien reacciona de forma diferente a situaciones.
-No lo somos, solo intentaremos ser más cercanos, con nuestra compañía, sin nada sexual, intentaremos ayudarnos, será lo mejor ¿No?- Rojo de las mejillas, con una sonrisa nerviosa, intenta convencer a la chica, como a sí mismo.
-Si tú lo dices…- Responde la joven sin muchas ganas, dejando escapar un suspiro, mirando el horizonte de medio día.
Sí que ha avanzado muy rápido el día, se puede notar como varios caballeros de diferentes rangos, están disfrutando la hora del almuerzo, solos o en compañía de personas, amistades o de otra índole.
Pero en este momentos ellos no son muy importantes, ya que algo está ocurriendo en el tercer templo del santuario, aunque se podría sospechar que algo de acción ha ocurrido en este lugar, ahora se encuentran las aguas en calma.
---Templo de Géminis (Habitación De Saga)---
Se podía ver la ropa regada en el piso, las sabanas desordenadas, manchadas de sudor, algunas lágrimas que corrieron y semen, sin duda los culpables deben ser los dos hombres recostados en este lecho.
Los cuales aún se abrazan, felices por haber pasado un buen tiempo juntos, después del entrenamiento matinal, sin duda tuvieron bastante diversión.
Aunque uno se encuentra algo distraído, aun estando su cabeza reposando en la almohada, sintiendo como el corazón de su amante late fuertemente por él.
Saga notando este comportamiento en su amado Sagitario, mientras el acariciar los cortos cabellos, suaves al tacto, un deleité que solo él puede disfrutar, sin embargo le gustaría preguntar que pensamientos molestan a su centauro.
-¿Sucede algo Aioros?- Su tono grave al habla, es suavizado para dirigirse al hombre que ama.
El noveno guardián reacción un poco, alzando sus ojos verdes oscuros, para encontrarse con las orbes Viridian que lo admiran de una manera tierna.
-Si…- No va a ocultarle nada a su pareja, después de todo siempre se han tenido esa confianza plena entre ambos, sin importar los pecados del ayer.
-¿Puedo saber?- Se acerca más, para plantar un beso en esos dulces labios, de un sabor a la más gloriosa canela, un gusto adquirido que solo el peli azul disfruta desde el uso de razón.
Una sonrisa juguetona se dibuja en aquel rostro del griego castaño, con las mejillas rojizas, tomando un mechón de los largos cabellos azules, para de nuevo conectar a la mirada Viridian.
-Sabes que sí, eres al único que le tengo confianza- Le responde de una manera burlesca, que ambos entienden que su forma de actuar a veces –Estoy preocupado por Aioria- Lanza la respuesta sin preparación alguna, denotando una angustia por su hermano.
-¿Qué le pasa?- Entiende que esto significa un conflicto para su amado, así que le prestará la mayor atención posible en este tema.
-Eso es lo que no se…- Responde, recostándose por completo boca arriba en la cama, siendo cubierto por una sabana de sus partes privadas, mirando al techo.
-¿Entonces como sabes que algo le está ocurriendo?- El otro se acuesta de lado, pero apoyándose en el codo, y su mano siendo el respaldo de su meten, para ver atento al castaño, que previamente ha hecho suyo, igual una sábana cubre su hombría, aunque bien podrían estar más expuestos y no pasaría nada.
Pero deben ser precavidos, pues podrían calentarse de nueva cuenta y otro raund darse y ya era mucho para las caderas de Sagitario por esta mañana.
-Es que…- Desvía su mirada, algo apenado por lo que está por decir.
Para Saga, estas formas de ser del castaño, las conoce bien, tiene información privilegiada, de la cual no sabe si pueda hablar o no, pero… Deberían ser honestos, no exista en este momento, ni nada en este mundo que no se conozcan entre sí, hasta sus más oscuros pensamientos los han dejado sobre la mesa, para que los dos conozcan todo.
Además que jugarais sus mejores cartas para saber la verdad.
Sonriente con algo de coqueteo, se incorpora ligeramente de la cama, para acercase peligrosamente al castaño, tomar su mentón para verlo a los ojos y, la mirada seductora de géminis siempre ha sido una debilidad para Sagitario.
-¿Me dirás la verdad o debo obligarte a que lo hagas?- La amenaza puesta y declarada, dando señales de que sería muy disfrutable para ambos, de eso el contexto se ve.
-Saga… Mi amor…- Algo nervioso, pero no le parece nada mal la idea, sin embargo algo ya ocurría –Te voy a decir, pero… En esta ocasión no me obligues a hacerlo de nuevo- Haciendo un ligero puchero, con las mejillas sonrojadas –Me siento muy cansado y me duele un poco- Revela el sentir en su cuerpo.
-Perdóname- El rostro del peli azul cambia a una de mayor preocupación, es lo que menos quiere, provocar algún tipo de malestar en quién ama, besa con sumo cuidado la frente de Sagitario, acariciando su mejilla, no creía que había sido tan desesperado.
-Está bien, no quiero que te preocupes por esto, me gusta que seas así conmigo- La mirada picara del griego castaño, demuestra que el hacer el amor con Saga, no será algo suave, pero si es muy disfrutable, se acostumbró a ese ritmo.
Aunque dos raund seguidos después del entrenamiento, si causa estragos en su cuerpo.
-Intentare ser más suave contigo, lo prometo- Su angustia no se ira, puede que un rastro de la culpa del pesado aún se mantenga en su corazón, por eso el hecho de herir a quien ama, le causa tremendo impacto que lo hace sentirse muy mal, bajando la mirada, pero tomando ambas manos del otro para besarlas con devoción, pues ahora Sagitario es eso para él.
La figura de mayor amor y respeto que tiene en esta vida y la protegerá a como dé lugar.
-Saga amor mío, cálmate, está bien, estaré bien, solo necesito descansar y nada pasara- Le promete con una amplia sonrisa, queriendo transmitir paz a ese corazón que aún sufre en silencio –Mejor aconséjame ¿Qué hacer?- Ya decidido a cambiar de tema y volver a lo de su hermano que es algo que lo tiene preocupado, claro cuando se acuerda y no está en gozó pleno con el peli azul.
Se entiende sin decir mucho, géminis asiente en silencio, pidiéndole de esta forma que prosiga y le comparta lo que atormenta a su amado.
-Saga, sabemos que nosotros no podemos tener hijos biológicos, porque obviamente somos hombres y eso no podría ocurrir ¿Cierto?- Le da primero una explicación bastante lógica.
-Según nuestra biología es así- El otro contesta sin mucho interés, por más curioso porque le confesará.
-Bien, pues… Descubrir que no es así en todos los casos- Algo nervioso, con la mirada baja, no podía sostenerla con el amor de su vida, ya que es un tema que le da pena revelar.
Y no solo por la índole, si no por cómo se enteró.
-¿Cómo dices?- Los ojos color Viridian, se abren de par en par, confundiéndose más, y pidiendo que sea más claro el castaño.
-Hace unos días, fui a la sala patriarca por unos asuntos con respecto a la misión que realizare la próxima semana, y antes de entrar… Escuche algo que no creí que fuera verdad…- Es allí cuando sus propios ojos color verde oscuro, demuestra una ligera tristeza, como si algo más de esa noticia estuviera ocultando.
Sujetando una de esas suaves manos que besa cada oportunidad, demostrándole el apoyo necesario al griego castaño -¿Qué escuchaste?-
-La voz de tristeza de Camus, porque no poder concebir, a Milo reconfortándolo… Y sigo sin poder entender cómo es que no me percaté de la presencia de nuestra Diosa Atena, que les hablaba con la voz más gentil que pueda dar, que no debían apresurar las cosas, que en algún momento se podrá dar un embarazo…- Puede que este no sea su caso, y jamás lo será tal cual, pero… No puede evitar sentir cierta tristeza por los dos jóvenes hombres, que conocen desde que estos eran unos pequeños.
Pero para Saga esta noticia cae ante sus ojos como una completa locura, llena de confusión y también haciéndole creer que todo lo que leyó de biología básica, se fue a la basura.
Pues era imposible ese hecho, sin embargo si su Diosa hablo de esa forma, significa que esto es obra de algún Dios.
No se necesita mucho pensar, saben que cosas inexplicable suceden a diario por solo el poder del cosmos y la intervención de otras deidades.
-¿Un embarazo?- Solo repite en automático las últimas palabras que dedica su castaño.
-Sí y allí conocí la palabra donceles, y al parecer, a lo que solo pude escuchar, algunos de nosotros al revivir llegaron a obtener ese estado de “Milagro” en sus cuerpos- Suspira confundido de igual manera –No sé cómo funcione, sé que estuvo muy mal espiar, pero es que me quede por completo sorprendido y… Ahora…- Cierra sus ojos, llevando su mano libre a su frente como un signo de angustia.
-¿Crees que Aioria tenga esa posibilidad?- Conecta los hilos sueltos, descubriendo la verdad preocupación de Sagitario.
-No sé si sea un “Doncel” o no… Pero, me gustaría saber si existe esa posibilidad, y si lo es… Ayudarlo de cualquier forma…- Su tono suena de una gran preocupación -Sé que no tiene pareja, pero… ¿Y si no sabe? ¿Y si llega a tener a alguien y eso ocurre?- Abre Sus ojos, enfrentándose a los contrarios –Debo advertirle que tenga cuidado, saber quién está a su alrededor y mantenerlo a salvo-
El albiazul, ahora entiende mejor el sentir de su pareja, reconoce que Aioros se preocupa mucho por Leo, al grado que ha tenido que ser él mismo que le haga darle un tanto de espacio al menor, ya que si no Sagitario podría terminar hartándolo y que exista un conflicto muy grande entre los dos hermanos, algo que sabía muy bien él.
Es una consecuencia de haberse perdido parte de su vida, y deseos de recuperar, sin embargo se sabe de ante mano que Leo ya no es un niño, es un adulto y sabe cuidarse solo o al menos eso se espera…
-¿Has hablado con él?- La pregunta hecha, mientras intenta calmar al castaño, con una suave caricia en su mejilla izquierda.
-Lo he intentado, pero siempre está fuera de su templo o entrenando, es difícil que coincidamos y en los ejercicios matinales, pues no le puedo decir delante de todos- Responde con un tono de voz más relajado en esta ocasión.
Comprende la situación, pero ve factible la posibilidad de algún punto encontrarse ambos hermanos.
-Debes hacerlo antes de que vayas de misión, ¿Por qué no solo localizas su cosmos?- Le pregunta lo obvio.
-Le prometí no hacerlo, pues siempre lo encontraba y ya sabes cómo se molestó por eso la última vez- Le dice algo decaído al peli azul.
-Aioros, este es un asunto que para ti es importante y creo que si tú hermano no sabe, sería mejor que se entere de una vez, teniendo pareja o no, es mejor hablar y saber qué es lo que ocurre con él- Suspira, preocupado ahora Géminis, de pensar que su propio hermano, llegara a tener la misma condición –Si nada de eso ocurre, es bueno, si no… Pues advertirle que tenga cuidado y…- Conflictual a mas no poder, es un sentir de tener la idea ahora él, como hermano mayor por minutos.
-¿Te hice preocuparte por Kanon?- Como se menciona, ellos dos se conocen demasiado bien y reconocen si al otro algo le pasa algo malo.
-Si- Asiente serio, con la mirada denotando conflicto.
-Mi amor… Debemos habar sin falta con nuestros hermanitos- Sonríe, pues ahora él necesita reconforta a otro, con un abrazo.
A lo que el peli azul corresponde, intentando pensar claramente, pues desde que tiene esta nueva oportunidad de vida, intenta reparar todo el daño que provocó en el pasado y eso aplica con su amado Aioros y su hermano menor.
Por el momento, estos dos hermanos mayores, deben pensar seriamente si las posibilidades en sus hermanos existen.
Mas se sienten en cierta forma aliviados, ya que sus cuerpos no conllevan esta condición, sin embargo no por ello significa que les desagradaría la idea en algún futuro llegar a tener un bebe de su amor, pero es un imposible sin más.
---Al día siguiente (Templo de Leo)---
Una persona presentándose en el quinto templo desde muy temprano, justamente poco antes de que el guardián de este lugar emprenda su bajada para el entrenamiento grupal.
Interceptándolo desde luego, con una sonrisa bastante confiada, pero solo dedicada al Griego, el cual lo recibe tranquilo y relajado.
Invitándolo a tomar un poco del juego que había recién preparado, a lo cual el peliverde oscuro acepta sin rechistar.
Su plan parece marchar bien, lo puede sentir al ver el ligero sonrojo en esas mejillas, claro que le falta mucho por hacer, pero al menos tiene señales de ir por el camino correcto.
-Dime Aioria… ¿Te gustaría salir conmigo esta tarde?- Su tono suave, con una disimulada sonrisa, un toque diferente a su personalidad habitual, fría y distante, algo para hacer sentir especial al león dorado.