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Mi vida a tu lado por Kitana

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Notas del capitulo: el primer final, habrá un segundo final

Estoy a punto de salir a comer… aún tengo la esperanza de que Saga llegue. Debo hablar con él, con Kanon y aclarar esto que me sucede con ellos. Yo no quiero seguir en medio de ellos dos.

   

Salgo del gimnasio y me quedo parado frente a la puerta esperando a que él se presente. Siendo como es él tengo mis dudas de que en realidad se presente, en la mañana estaba realmente furioso... me hubiera gustado saber por qué.

  

-Afrodita.- dice alguien a mis espaldas, volteó y lleno de sorpresa me encuentro con Shura, le lanzo una mirada de profundo desprecio cuando intenta acercarse, no luce nada bien.- Afrodita, espera, necesitamos hablar…

 

- No veo de que tengamos que hablar tú yo, será mejor que te vayas de aquí, no querrás que él te vea conmigo, ¿o es que te envió para obligarme a regresar junto a él?- Shura me mira llorando en silencio.

 

- Yo vine aquí para… pedirte perdón…

 

- ¿De que hablas?

 

- Que vine a pedirte perdón, no sé como pude ser tan idiota… cuando tú lo dejaste él se puso peor de lo que ya era… fue horrible, la verdad es que me alegre de que te hubieras escapado. Y me alegraría de ser libre de él… sí hubiera sido de otra forma…

-No entiendo…

 

- Está muerto… se suicidó esa misma noche. – dice Shura sin dejar de llorar.- Esa noche llegamos a la casa, él estaba hecho una furia, no dejaba de decirme que si no eras suyo no serías de nadie. Me enfadé y le dije que tú no querías saber nada más de él, que lo odiabas… se quedó callado y se encerró en la que era tu habitación… ahí lo encontré, estaba muerto. Murió desangrado, se había cortado las venas. Dejó una carta… te culpa a ti… yo sé que tú no tuviste la culpa, él estaba muy enfermo. Death Mask no estaba bien… yo lo sé… solo vine a decírtelo y a pedirte que me perdones, aunque sé que no lo merezco. Será mejor que me vaya, también yo tengo que comenzar de nuevo, rehacer mi vida como tú lo has hecho… - dice antes de darse media vuelta y alejarse en dirección a la avenida. Me quedo donde estoy, congelado, sin saber que decir o que sentir, yo nunca quise verlo muerto, aunque los dioses saben que era lo menos que se merecía después de todo lo que me hizo. Ni siquiera reacciono al ver que uno de los gemelos ha llegado… es Kanon.

 

-Hola pececito…- dice con una sonrisa triste. – Así que el ogro malo no ha venido por ti… - dice poniendo una mano en mi hombro, yo no sé… no logro hacer algo, conectar de nuevo mi cerebro y mi cuerpo.

 

- Siempre hablas demasiado pronto.- dice la profunda y varonil voz de Saga detrás de nosotros.

 

- ¡Viniste!- decimos casia  coro Kanon y yo. Saga solo nos muestra una tenue sonrisa.

 

- Sí, ya llegué… y me permito aclararte que no soy ningún ogro malo. – añade lanzándole una mirada de enojo a Kanon.

 

- Pues ahora sí que lo pareces.

 

- Ay ya Kanon por favor.- le digo. .- ¿No creen que sería maravilloso ir los tres juntos  a comer?

 

- Pero yo escojo el lugar, la última vez que el payaso escogió me enfermé del estómago.- tomo a Kanon y a Saga del brazo colocándome justo en medio de ellos. Noto las miradas que ellos se dirigen… han hecho las paces, o al menos eso espero.  Saga nos conduce hasta el restaurante de Milo y Camus.

 

- Saguita no te ofendas pero es la tercera vez en la semana que venimos aquí y apenas es lunes, no es que no me guste lo que prepara la hielera pero…

 

- Mejor guárdate tus comentarios, yo no digo nada cuando nos llevas a esos horrendos lugares donde todo lo que venden es comida chatarra, por cierto deberías pedirle a Afro que te de una rutina de ejercicios, estás poniéndote un poquito panzón.

 

- Ay si como no, como si tu fueras una sílfide, mastodonte estúpido.

 

- Al menos sigo pesando lo mismo que cuando estábamos en el santuario ”gordito”. – la carcajada de Saga se escucha por todo el restaurante.

 

- No estás gordo Kanon, y tú Saga no seas tan malo con él. Les digo sin dejar de ver el menú, últimamente he sido el mediador en sus absurdas peleas.- ¿Les parece si ya ordenamos?

 

- Por mi esta bien.- dice Kanon.

 

-Adelante.- dice Saga, me miran y me siento un poco cohibido por esos dos pares de ojos azules clavándose en mí.

 

- ¿Qué quería el imbécil de Shura contigo pececito?- dice Kanon mientras tomamos el café.

 

- ¿Shura te visitó?

 

- Sí Saga, y en cuanto a que quería pues… disculparse y... a decirme que Death Mask está muerto, se suicidó la misma noche en que volvimos a verlo.

 

- ¿Estás bien?- me dice Saga tomando mi mano.

 

- Sí necesitas hablar… - dice Kanon.

 

- No se preocupen... yo estoy bien… pero quisiera hablar con ustedes dos, no ahora, más tarde, después del trabajo.

 

- Nosotros también tenemos algo que decirte.- dice Saga bajando el rostro.

 

 

Salimos del restaurante sin hablar. Me siento raro, ellos no dejan de mirarme y yo no sé como es que voy a explicarme ante ellos… ¿cómo decirles que no quiero dejar ir a ninguno de los dos?

  

Ninguno de los tres menciona nada al respecto durante el regreso a mi trabajo. ¡Dioses! No me había sentido así de nervioso en toda mi vida. Me paso la tarde pendiente del reloj, ¿desde cuando siento esto que siento? No sé… solo sé que no puedo sacarme del corazón a ninguno de los dos.

  

Al fin es hora de salir. Cuando salgo a la calle los gemelos ya están esperándome en el auto de Saga.

 

-¿Nos vamos a casa pececito?- dice Kanon.

 

- Sí, pero vamos primero por Sophie.

 

- Ah no te preocupes por ella, Shaka y Mu se ofrecieron a cuidarla para que su linda mami pudiera divertirse un poco. – dice en tono juguetón

 

-No te asustes, no tenemos pensado nada malo.-  dice Saga al notar mi sobresalto. Para variar carecemos de tacto, ¿verdad Kanon?- dice con una sonrisa seductora. Estos dos comienzan a asustarme.

   

Llegamos a casa aún más rápido que lo normal. Kanon abre la puerta y me deja entrar primero. Saga entra detrás de mí… lo primero que veo al entrar en el departamento me sorprende…esto es como la más romántica escena que me hubiese podido imaginar.

   

El piso esta cubierto con pétalos de rosas rojas, no hay ningún mueble, no sé donde habrán quedado porque lo único que está en la sala es una enorme alfombra blanca rodeada por pétalos de rosas rojas, a un lado de la alfombra se encuentra una botella de champaña, la única iluminación que hay aquí dentro es la de las velas perfumadas que se esparcen aquí y allá dándole un toque de sensualidad al ambiente.

 

- ¿Te gusta lo que ves?- dice Saga, siento que los brazos fuertes de Kanon rodean mi cintura mientras Saga acaricia mi cabello.

 

- ¿Te gusta… Afro?- murmura Kanon mordisqueando mi cuello.

 

- Sabemos que te gustan las cosas lindas… sabemos que te gustamos… y tú nos gustas… te amamos… - dice Saga acariciando mis hombros.- ¿Tú nos amas?

 

- Yo…- sus labios cerrándose sobre los míos me impiden responder. Su lengua invade mi boca en busca de mi lengua… ¿qué esta pasando aquí?

 

- ¿Te gustaría probarme a mí ahora? – dice Kanon acercando sus labios a los míos. Saga me mira y yo no logro descifrar lo que hay detrás de esa mirada lujuriosa pero a la vez llena de amor que me dirige.

 

- Chicos yo… sí es por lo que Milo y yo hicimos…

 

- No nos molesta eso… - dice Saga

 

- … nos gusta que tú muestres interés…

 

- …en nosotros y por eso…

 

- … queremos demostrarte cuanto te amamos… - estoes extraño… ellos jamás actuaron como uno solo antes,  siempre se empeñan en mostrar que son distintas personas, en que cada uno es un individuo y ¿ahora  hacen esto?

 

- Responde Afrodita… - dice Kanon.

 

- …¿tú nos amas? – añade Saga.

 

- Yo… no quiero lastimar a nadie.

 

- Tú no puedes lastimarnos…

 

- … nos amas, ¿cierto? Si no nos amaras no estarías confundido…

 

- … sería fácil decidir sí solo amaras a uno… pero…

 

- … amas a los dos…

 

- … y los dos te amamos… así que…

 

- … ¿por qué conformarte con uno si puedes tenernos a ambos…? – dice Saga, ay dioses… odio que me estén haciendo esto pero por otra parte no me atrevería a pedirles que parasen, intercalan cada frase con un beso y una mirada lasciva… estos dos me van a volver loco de deseo.

 

- Respóndenos Afro…- dice Kanon

 

- … nos quieres a los dos?... porque nosotros no podemos dejarte ir, hemos pensado que…

 

- … puede ser como era antes de…

 

- … ir al santuario…

 

- …éramos uno y…

 

- … lo compartíamos todo…

 

- … siempre juntos… hacíamos todo juntos…

 

- Chicos yo… no sé como vamos a resolver esto…- les digo. Ellos solo sonríen en forma sensual y comienzan a quitarme la ropa, una a una mis prendas caen.

 

- Eres más hermoso de lo que imaginábamos…- dice Kanon.

 

- Tu piel es tan suave…- me dice Saga después de acariciar mis hombros. – Queremos sentirte…

 

- … sí, queremos tus labios… y tu piel sobre nosotros…

 

-  … te amamos…- Kanon me abraza por la cintura y besa mi cuello mientras Saga empieza a despojarse de su ropa. No puedo decir que no lo esté disfrutando, mis preciosos gemelos, mis dos amados… contemplo el perfecto cuerpo de Saga ya libre de toda vestimenta, sus músculos bien marcados, su piel tostada, su hermoso rostro, sus bellísimos ojos azules clavándose en mí, el hermoso Saga se aproxima a mí, entonces Kanon deja de abrazarme. Saga toma su lugar y entonces Kanon comienza a desnudarse frente a nosotros. Sus sensuales movimientos no hacen sino acrecentar mi excitación.  Cuando la mano de Saga comienza a acariciar mi pene exhalo un leve gemido que hace sonreír a Kanon. Completamente desnudos los tres comenzamos a acariciarnos, siento que las hábiles manos y labios de los gemelos no dejan un centímetro de mi piel sin ser explorado…

 

- ¿Dejarás que te tomemos? – dice Saga sin dejar de acariciarme.

 

- ¿O prefieres tomarnos tú?- dice Kanon apoyando su perfecto trasero contra mi pene. No puedo más… esto es demasiado para mí…

 

- Tómenme… por favor… quiero ser solo suyo…- murmuro a los extasiados gemelos. No se hacen esperar más, Saga me toma en brazos mientras sus labios y los de Kanon se tocan apenas en un delicado pero apasionado beso.

 

 

 

Con sumo cuidado Saga me deposita sobre la mullida alfombra blanca. Me tiendo cuan largo soy y ellos solo me miran llenos de deseo. Se arrodillan uno a cada lado, Kanon alarga su mano para acariciar mi rostro mientras Saga le acaricia la espalda con afecto.

- Ahora queremos mostrarte algo que…- dice Kanon.

 

- … nadie jamás ha visto…

 

- …ni verá…- ellos se apartan un poco de mi, los veo abrazarse y besarse con ternura, los labios de Saga recorren el cuello de Kanon, sus manos se  entretienen en la sedosa melena de su gemelo, no puedo más, ¿hasta cuando van a hacer lo que me prometieron? – Fíjate en nuestras caderas Afro…- ellos se funden en un estrecho abrazo… poso mis ojos en sus caderas… y noto como al juntarse de esa manera sus cuerpos los tatuajes que ambos llevan en la cadera parecen uno solo, un tatuaje con el símbolo de su signo del zodiaco… ellos son lo más bello que yo haya visto.  Los dos sonríen, Kanon se tiende a mi lado en la alfombra, sus labios prueban los míos y yo me siento en el cielo. Saga se acerca, me toma de las manos y me acomoda justo sobre Kanon que comienza a lamer mi ya muy excitado pene.

- Te amamos…- dice Saga.

 

- Y yo a ustedes.- digo antes de unir mis labios a los suyos.

 

- Hazlo Saga… murmura Kanon… Saga obedece a su hermano y toma mis caderas, siento como su lengua se introduce hasta mi entrada, mientras que yo trato de corresponder a la felación que Kanon me esta practicando.- Te amamos Afro… nunca nos dejes…

 

 

- Nunca los dejaré porque los amo, los amo como nunca he amado a nadie.

 

 

- Gracias…- murmura Saga, siento su pene en mi entrada, con un movimiento suave pero decidido, Saga me penetra, se siente tan bien… definitivamente lo amo… al igual que a Kanon.

  

Los minutos transcurren y yo sigo en brazos de ellos, se alternan para poseerme y para hacerme gozar de sus perfectos cuerpos. Los amo…

 

 

 

Al amanecer me despierto en medio de ellos, me abrazan y sus rostros están muy cerca del mío. Intento levantarme pero de inmediato ambos pares de manos me aferran con más fuerza.

- Recuerdo haberte dicho que…- dice Saga.

 

 

- …no permitiríamos que nos dejarás.- completa Kanon.

 

 

- No pienso dejarlos jamás… soy feliz con ustedes dos, ¿no se dan cuenta? Los amo, ustedes y mi Sophie son lo mejor que tengo en la vida y jamás me atrevería a apartarlos de mí.

 

 

- También te amamos.- dice Kanon apoyando su cabeza en mi hombro.

 

 

- Nunca nos dejes.- dice Saga.

 

 

- Por supuesto que no los dejaré… los amo demasiado. – los tres permanecemos abrazados felices, plenos, porque aunque esta sea una relación algo extraña, una cosa es cierta nos amamos y ninguno de nosotros podría vivir sin los otros dos.

Notas finales: bueno espero que les haya gustado este final, el segundo será algo más romántico, rewiews por favor, bye.

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