Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi vida a tu lado por Kitana

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: este es el final número dos, la verdad es que me gustó más el otro pero como el público lo pidió ... he aquí el final alternativo.

Estoy a punto de salir a comer… aún tengo la esperanza de que Saga llegue. Debo hablar con él, con Kanon y aclarar esto que me sucede con ellos. Yo no quiero seguir en medio de ellos dos.

   

Salgo del gimnasio y me quedo parado frente a la puerta esperando a que él se presente. Siendo como es él tengo mis dudas de que en realidad se presente, en la mañana estaba realmente furioso... me hubiera gustado saber por qué.

   

-Afrodita.- dice alguien a mis espaldas, volteó y lleno de sorpresa me encuentro con Shura, le lanzo una mirada de profundo desprecio cuando intenta acercarse, no luce nada bien.- Afrodita, espera, necesitamos hablar…

 

- No veo de que tengamos que hablar tú yo, será mejor que te vayas de aquí, no querrás que él te vea conmigo, ¿o es que te envió para obligarme a regresar junto a él?- Shura me mira llorando en silencio.

 

- Yo vine aquí para… pedirte perdón…

 

- ¿De que hablas?

 

- Que vine a pedirte perdón, no sé como pude ser tan idiota… cuando tú lo dejaste él se puso peor de lo que ya era… fue horrible, la verdad es que me alegre de que te hubieras escapado. Y me alegraría de ser libre de él… sí hubiera sido de otra forma…

 

-No entiendo…

 

- Está muerto… se suicidó esa misma noche. – dice Shura sin dejar de llorar.- Esa noche llegamos a la casa, él estaba hecho una furia, no dejaba de decirme que si no eras suyo no serías de nadie. Me enfadé y le dije que tú no querías saber nada más de él, que lo odiabas… se quedó callado y se encerró en la que era tu habitación… ahí lo encontré, estaba muerto. Murió desangrado, se había cortado las venas. Dejó una carta… te culpa a ti… yo sé que tú no tuviste la culpa, él estaba muy enfermo. Death Mask no estaba bien… yo lo sé… solo vine a decírtelo y a pedirte que me perdones, aunque sé que no lo merezco. Será mejor que me vaya, también yo tengo que comenzar de nuevo, rehacer mi vida como tú lo has hecho… - dice antes de darse media vuelta y alejarse en dirección a la avenida. Me quedo donde estoy, congelado, sin saber que decir o que sentir, yo nunca quise verlo muerto, aunque los dioses saben que era lo menos que se merecía después de todo lo que me hizo. Ni siquiera reacciono al ver que uno de los gemelos ha llegado… es Kanon.

 

-Hola pececito…- dice con una sonrisa triste. – Así que el ogro malo no ha venido por ti… - dice poniendo una mano en mi hombro, yo no sé… no logro hacer algo, conectar de nuevo mi cerebro y mi cuerpo.

 

- Siempre hablas demasiado pronto.- dice la profunda y varonil voz de Saga detrás de nosotros.

 

- ¡Viniste!- decimos casia  coro Kanon y yo. Saga solo nos muestra una tenue sonrisa.

 

- Sí, ya llegué… y me permito aclararte que no soy ningún ogro malo. – añade lanzándole una mirada de enojo a Kanon.

 

- Pues ahora sí que lo pareces.

 

- Ay ya Kanon por favor.- le digo. .- ¿No creen que sería maravilloso ir los tres juntos  a comer?

 

- Pero yo escojo el lugar, la última vez que el payaso escogió me enfermé del estómago.- tomo a Kanon y a Saga del brazo colocándome justo en medio de ellos. Noto las miradas que ellos se dirigen… han hecho las paces, o al menos eso espero.  Saga nos conduce hasta el restaurante de Milo y Camus.

 

- Saguita no te ofendas pero es la tercera vez en la semana que venimos aquí y apenas es lunes, no es que no me guste lo que prepara la hielera pero…

 

- Mejor guárdate tus comentarios, yo no digo nada cuando nos llevas a esos horrendos lugares donde todo lo que venden es comida chatarra, por cierto deberías pedirle a Afro que te de una rutina de ejercicios, estás poniéndote un poquito panzón.

 

- Ay si como no, como si tu fueras una sílfide, mastodonte estúpido.

 

- Al menos sigo pesando lo mismo que cuando estábamos en el santuario ”gordito”. – la carcajada de Saga se escucha por todo el restaurante.

 

- No estás gordo Kanon, y tú Saga no seas tan malo con él. Les digo sin dejar de ver el menú, últimamente he sido el mediador en sus absurdas peleas.- ¿Les parece si ya ordenamos?

 

- Por mi esta bien.- dice Kanon.

 

-Adelante.- dice Saga, me miran y me siento un poco cohibido por esos dos pares de ojos azules clavándose en mí.

 

- ¿Qué quería el imbécil de Shura contigo pececito?- dice Kanon mientras tomamos el café.

 

- ¿Shura te visitó?

 

- Sí Saga, y en cuanto a que quería pues… disculparse y... a decirme que Death Mask está muerto, se suicidó la misma noche en que volvimos a verlo.

 

- ¿Estás bien?- me dice Saga tomando mi mano.

 

- Sí necesitas hablar… - dice Kanon.

 

- No se preocupen... yo estoy bien… pero quisiera hablar con

ustedes dos, no ahora, más tarde, después del trabajo.

 

- Nosotros también tenemos algo que decirte.- dice Saga bajando el rostro.

 

 

 

Salimos del restaurante sin hablar. Me siento raro, ellos no dejan de mirarme y yo no sé como es que voy a explicarme ante ellos… ¿cómo decirles que ya me he decidido por uno de ellos sin tener que herir al otro?

 

 

Ninguno de los tres menciona nada al respecto durante el regreso a mi trabajo. ¡Dioses! No me había sentido así de nervioso en toda mi vida. Me paso la tarde pendiente del reloj, y cuando al fin dan las siete salgo del gimnasio lo más rápido posible. Afuera me encuentro a Kanon.

 

- Hola pececillo.- dice me besa en la mejilla y me abre la puerta del auto.

 

- ¿Y Saga?

 

- No se sentía bien dijo que prefería irse directo a casa, ah por cierto le pedí al bicho que se ocupara de Sophie mientras nosotros tres hablábamos, espero que no te moleste, pasé temprano a recogerla y la lleve a su casa.

 

- No, no, está bien.

 

- Entonces vamos a casa, el ogro se pone aún más ogro cuando le duele la cabeza.- dice Kanon sonriendo. Nos dirigimos al departamento hablando de puras trivialidades al parecer Kanon está aún más nervioso que yo. Dioses, ¿por qué todo tiene que ser tan difícil?

   

Hemos llegado al departamento, Kanon abre la puerta y me deja pasar primero, me parece escuchar la voz de Saga. Me dirijo a la sala, que es de donde provienen los gritos de Saga.

 

- Hey… espera, ya te dije que yo…. ¡No! ¡Demonios quítame las manos de encima maldito idiota¡ - dice él sacudiéndose de encima al estúpido Sorrento.

 

- Así que quieres jugar a que eres tu hermanito, bien, a mi también me dan ganas de jugar.- dice Sorrento sin quitarle las manos de encima a Saga.

 

- ¡Saga!- grito al ver que ambos están despeinados, agitados y con la ropa revuelta, el maldito Sorrento me mira con una sonrisa estúpida en los labios.

 

- Hola, yo soy Sorrento, el novio de Kanon, ¿tú quién eres?- me dice el muy estúpido.

 

- Soy Afrodita, y ese al que estabas besuqueando no es Kanon, es Saga. – le digo y furioso me dirijo a mi habitación llorando como un tonto por haber visto así a Saga.

 

- ¿Qué haces aquí?- le dice Kanon a Sorrento.

 

- ¿Pues que más? Vine a visitarte tonto, solo que me equivoqué y le estaba pidiendo la bienvenida a tu hermano.

 

- Ay eres un imbécil. – dice Kanon y viene tras de mí. – Espera Afro, Afro.- me alcanza al llegar a la puerta de mi habitación.

 

- Déjame en paz Kanon mejor ve a atender a tu estúpido novio.

 

- Él no es mi novio… solo somos amigos con ciertos derechos, pero amigos al fin.- dice Kanon, Sorrento lo ha escuchado.

 

- Así que no soy tu novio, ¡pedazo de idiota! – dice y se da media vuelta, Kanon me mira un momento y luego corre a alcanzarlo… estúpido Sorrento.

   

Media hora después salgo de mi habitación, me lave la cara y me peiné, no quiero parecer un desastre cuando hable con ellos. la casa está en silencio, solo se oye una de esas óperas que a Saga le encantan, creo que es Pagliacci, la verdad no sé muy bien.

 

- Hola.- le digo a Saga sentándome junto a él en el sofá.

 

- Hola.- murmura sin mirarme.

 

- ¿Y Kanon?

 

- Se fue a seguir a su resbaloso noviecito.- dice y bebe un poco del contenido de su copa.

 

- Ah.- digo, la verdad es que no sé que decirle en este momento, creo que me comporté como un verdadero idiota hace un rato. – Saga yo…

 

- No digas nada, yo ya entendí perfectamente, el único idiota de la familia es Kanon.

 

- Estás borracho.

 

- Sí, ¿y qué? – bebe un poco más.

 

- No deberías beber…

 

- ¿Por qué no? No veo a nadie a quien le importe. – dice y bebe de nuevo.

 

- A mi me importa. – murmuro sintiendo mis mejillas enrojecer.

 

- Ja¡ A ti solo de interesa el imbécil de mi hermano!, sino no te hubieras puesto como te pusiste cuando el bobo de Sorrento dijo que era su novio.

 

- Yo no estaba celoso de él… sino de ti.

 

- ¿De mí?

 

- Si, de ti… porque te amo.

 

- ¿A mi?

 

- Sí a ti.

 

- ¿Y Kanon?

 

- Kanon es solo Kanon… y si me enojé cuando te vi con Sorrento fue porque… odie verte en brazos de otro, me sentí muy mal.

 

- Y yo me sentí muy mal porque creí que te habías puesto celoso porque ese había venido a buscar a mi hermano.

 

- Somos un par de tontos, ¿no lo crees?

 

- Si, y seré más tonto si espero más para decirte que te amo.- dice y me besa, correspondo a su beso sintiéndome el ser más feliz del universo, no creí que me volvería a sentir a sí de feliz… lo amo demasiado.

 

- Saga… ¿y que le vamos a decir a Kanon?

 

- No sé…

 

- Kanon no necesita que le digan nada porque ya los vi pequeños degenerados. – dice Kanon con una amplia sonrisa desde la cocina - No se preocupen por mí, cuando le dijiste a Sorrento que al que besuqueaba era a Saga y no a mí, me di cuenta de dos cosas, una que tú amas al ogro feo y dos que yo amo al musiquillo… sí, ya sé lo que me vas a decir Saga, pero yo creí que estaba enamorado de Afro, lamento haberte confundido pececillo pero también estaba confundido.

 

- No te preocupes Kanon, ¿y qué pasó con Sorrento?- le digo.

 

- No mucho, vamos a salir a cenar, y por cierto, va a quedarse unos días con nosotros.

 

- ¿Y quien te dijo que quiero tener aquí a ese resbaloso?- dice Saga.

 

-  Ay pero que mal genio tienes cuñadito, y no soy ningún resbaloso, te besé porque pensé que eras Kanon.- dice Sorrento saliendo de detrás de Kanon. Saga se ha puesto de todos los colores del arco iris.

 

- Cariño, déjalos ¿sí? Mejor acompáñame a casa de Milo a recoger a Sophie. – lo abrazo y lo beso, Saga al final sonríe y me acaricia el rostro.

 

- Está bien pececito, vamos.- dice- se levanta y voltea a mirar a Kanon y Sorrento.- Y ustedes dos, más les vale que no hagan cosillas malas fuera de tu habitación Kanon.

 

- Pero si yo soy incapaz hermanito.

 

- Sí como no…mejor vamonos… Kanon querrá practicar sus locuras con ese, por cierto, ¿cómo demonios entraste sin que me diera cuenta?

 

- Fácil, entre por la ventana de la cocina, sabía que si me veías seguro querrías darme una paliza.

 

- Por tu bien espero que no hayas cometido ninguna otra estupidez.

 

- Mejor vamonos ya Saga, recuerda a Sophie.

 

- Tienes razón, ella es más importante que este payaso. Nos vemos después, por cierto, no hagan demasiado ruido, no quiero que los vecinos se quejen

 

- ¡Aguafiestas!

 

- Idiota.

 

- Ogro.

 

- Bestia.

 

- Tarado.

 

- Deja de describirte.- Kanon mira la sonrisa de Saga y no sabe que decir.- ¿Sabes? Después de todo no es tan malo ser el hermano de alguien tan patético como tú.- dice abrazando a Kanon.

 

- Quisiera poder decir lo mismo.- la sonrisa de Saga se desvanece y comienza a perseguir a Kanon por todo el departamento.

 

- ¿Así son siempre?- me pregunta Sorrento.

 

- No, a veces son peores. – los dos reímos… miro a Saga y solo puedo pensar en lo mucho que lo amo, en lo felices que seremos juntos.

   

Horas más tarde Saga y yo paramos en un hermoso hotel, Milo accedió a cuidar de Sophie por todo el fin de semana. estoy nerviso, pero las caricias y besos de Saga me tranquilizan bastante . La mirada que me dirige no es sino de amor... y de deseo.

 

- ¿Estás listo?- me dice Saga al tiempo que besa mi cuello. y me abraza con fuerza por la cintura. asiento con la cabeza, Saga no deja de besarme mientras me empuja al interior de la habitación... esto es más de lo que puedo resistir.  Lentamente las prendas caen al suelo y con ellas mis miedos, lo amo y me ama, he tenido suficiente tiempo como para darme cuenta de que él no es como Death Mask.  Saga me toma en sus brazos, estamos completamente desnudos, acaricio su rostro con mis manos, es tan bello, tan varonilmente hermoso... no podría ser más feliz que en este momento.  Saga me deposita en la cama y comienza a besar mis pies... me siento en el cielo.

 

- Te amo Saga...- murmuro entrecerrando los ojos.

 

- Y yo a tí... Nils... - abro los ojos al máximo, ¿cómo es que él sabe que mi verdadero nombre es Nils?

 

- No te sorprendas, cuando amas a alguien como yo te amo a tí te esfuerzas por saberlo todo de esa persona y por conocer cada detalle de él. - dice sonriendo... es tan hermoso, tan especial.

 

- ¿Ah sí? Con que sabes todo de mi eh?, entonces dime ¿Cuál es mi apellido?

 

- Ah eso es fácil, Niclas, tu nombre completo es Nils Niclas y tu hermano menor se llama Sven y tu te llamas igual que tu padre porque eres el primogénito. ¿Es suficiente para tí o prefieres que sigamos con lo que estabamos haciendo? - dice Saga cubriendo mi cuerpo con el suyo.

 

- Te amo Saga... te amo ahora y para siempre.

 

- Espero que así sea, porque no voy a tolerar que me rompas el corazón de nuevo yendote con otro, te amo. - dice y me besa. comienza una nueva acometida de caricias y besos, me siento arder por él, ya no quiero esperar más para sentirlo dentro de mí.

 

- Saga cariño...

 

- Se lo que quieres pero no te lo voy a dar... todavía, aún quiero que me dejes jugar un poco más.- dice metiendo todo mi pene erecto en su deliciosa y perversa boca obligandome a jadear y gemir por su causa.  Sus manos traviesas recorren mi pecho, sus dedos finos y elegantes, se prenden en mis pezones acriciando, jalando y pellizcando, incrementando mi placer y deseo.

 

- Saga... ya no quiero jugar... te quiero a tí dentro de mí.

 

- Me gusta la gente que sabe lo que quiere.- dice, acaricia mi rostro y comienza a lamer uno de sus dedos.

 

- No, no con eso no, quiero que me lo metas ya.

 

- ¿Así nadamás?

 

- Sí.

- Pero va a doler...

 

-No importa, quiero que tú me hagas tuyo y quiero sentir todo lo que eso significa.

 

- Aún así, deja que te acaricie un poco, no quiero hacerte daño.

 

- Te amo.

 

- Y yo a tí hermoso pececito. - los labios de Saga se unen a los míos en un profundo beso, su ardiente miembro roza el mío y yo siento que ya no aguanto más... lo necesito  y lo necesito ahora. Saga se coloca entre mis piernas... es el mejor espectaculo del mundo, su pecho perlado de gotas de sudor, sus mejillas coloreadas por el deseo... su miembro exigiendo ser atendido... lo deseo, pero por encima de todo... lo amo.  abro un poco más las piernas esperando excitarlo aún más, él sonrie, acerca despacio su rostro a mi entrada, lo siento acariciandome con su lengua, olfatear cada rincón de mi entrepierna, lamer con glotonería  mi  ano para finalmente llevar hasta mi entrada su palpitante miembro. Me abrazo a él y siento como sus manos recorren la cara externa de mis muslos hasta bajar a mis rodillas, él acomoda mis piernas alrededor de su cintura y comienza a penetrarme. Lo hace lento, sueave, dejando que me habitue a él y disfrutando de cada sensación... esto es lo mejor que he probado...

 

-Te amo Saga... no sabes cuanto te amo.

 

- Y yo a tí te amo, te adoro, te venero...- dice luego echa la cabeza hacia atrás en un gesto de entero y total abandono me dejo caer en la cama sintiendo cada centimetro de su ercción dentro de mi.  Los ondulantes movimientos de la cadera de Saga son cada vez más fuertes, su intensidad aumenta hasta alcanzar un ritmo frenético que me lleva al borde de la locura, no puedo más, me derramo sobre mi mismo y sobre él, arrancando una sonrisa a mi hermoso Saga, pronto él también eyacula, siento su esperma caliente escurrir fuera de mi cuerpo... no quiero que esto se acabe nunca.

 

- Saga... Saga... Saga... Saga...- digo cerrando los ojos y abrazandome a él con más fuerza.

 

-Afrodita, ¿qué pasa?

 

- Pasa todo, pasa que te amo, pasa que me amas, pasa que soy feliz de estar contigo y que no quiero que jamás me dejes...

 

- Te amo pececito y nunca te voy a dejar escapar, la única forma en queme apartaré de tí es que dejes de amarme.

 

- Entonces vamos a estar juntos para siempre...- no s besamos y después de abrazarnos nos quedamos queitos en la cama, nunca me imagine que podía sentirme así de feliz, así de pleno... simplemente estoy enamorado y todo a mi alrededor cambia, lo amo, lo amo y es en todo en lo que puedo pensar. Después de unos minutos abrazados, Saga selevanta de la cama. - ¿A donde vas?

 

- Te tengo una sorpresa, más bien quisiera pedirte algo.- dice sacando algo de la bolsa de su saco. Lo oculta de mi vista hasta estar arrodillado junto a mi en la cama.

 

- ¿Qué es?- pregunto, le solo sonrie y abre la cajita dejandome ver un hermoso anillo de brillantes.

 

-¿Te casas conmigo?- dice sin dejar de sonreír.

 

- Pero... claro que me caso contigo¡¡¡- grito lanzandome a sus brazos.

 

- Nuestra vida será hermosa, te lo prometo, conmigo vas a olvidar todo el sufrimiento, yo te compensaré por todos los malos ratos que has tenido y verás que seremos muy felices.

 

- Claro que lo seremos, te amo Saga.

 

- Te amo Afrodita. Te amo mucho más de lo que te imaginas. dice sellando mis labios con un beso, no puedo creer que sea tan feliz, no me imagino como podría ser todo mejor que esto... ahora sé que mi vida es perfecta por tenerlo a él junto a mí.

 

Notas finales:

es un final más tiernecito, más rosa, espero que les guste, gracias por leer esta historia y por los consejos y las porras, espero que hayan disfrutado leyendo este fic como yo disfruté haciendolo, bye, nos leemos en otros fics.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).