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¿A Que Le Tienes Miedo? por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Deseo que esta noche se vuelta tanto elegante como intelectual.

Ammu se va. 

El de cabellos aguamarinos camino con paso firme y semblante serio como es su costumbre, mientras sostenía entre sus manos una bolsa de papel, que su contenido es comprado de aquella librería.

No tardo mucho para llegar hasta su templo, después de todo, había terminado el castigo que el patriarca le doy, quería olvidarse de todo por ese día.

Mas antes debía comprar aquel objetó.

Quedo un momento parado, sosteniendo aquello con mucho cuidado, incluso sonrojándose un poco, porque usualmente no hacia este tipo de regalos o más bien hace mucho que no.

Pensaba colocarle algún adorno, pero se limitaba a dejarlo en la bolsa, cada que la idea se cruzaba y a la misma vez se esfumaba.

Suspiro derrotado, cabizbajo, con una pequeña lucha interna por lo que contenía la bolsa -¿Por qué hago esto? Yo no debería interesarme en esta cosas, pero…- Apretó sus labios, cerrando los ojos y colocando sus brazos a los laterales.

-¿Desde cuándo doy regalos?- Se interrogo a sí mismo, sintiéndose algo confundido –Si, cuando eran más pequeños, se los daba… Eran unos niños, pero ahora… Hyoga creció y… Sigo tratándolo como uno, no debería- Suspiro, avergonzado por su comportamiento.

Es capaz de actuar de una forma bastante sensible cuando está en la privacidad de su templo.

¿Para quién no es cansado tener que guardar una fachada todo el tiempo?

Y sobre todo cuando resultas ser más cálido de lo que todos piensan.

Dentro de un lugar seguro y confortable, podemos ser nosotros mismos, aun así Camus debe estar calmado, pues su cosmos, si llegara a demostrar sus emociones espontáneamente, lograría congelar Acuario, o incluso el santuario entero.

No lo pensó más, el pequeño regalo que le daría a su alumno, que pronto cumpliría años de vida, de seguro es que, lo entregaría de una manera discreta, como algo anónimo.

Lo que se le llegara a ocurrir.

Temiendo emocionarse más de la cuenta, provocando que así la temperatura bajara.

Sin embargo ahora es un adulto, sabe controlarse, sería difícil que eso pasara, al menos que estuviera expuesto a emociones muy traumáticas en un solo lapso de tiempo, podría pasar.

Pero dar un regalo, no podría aunque se quiera, la posibilidad es sumamente baja que ocurriera.

Deicidio ir a su habitación, quería descansar un momento, solo recostarse un breve momento, cerrar sus ojos y pensar en cualquier otra cosa.

Sería imposible, a teniendo la idea antepuesta, solo es cuestión de dejarla germinar.

Sus pensamientos lo regresaron a la época que solo era un pequeño niño de no más de tres años, comportándose como un niño, un poco am serio que los demás, pero integrándose a los juegos como quisiera.

Pero varias veces, más de lo que pudieron contar, su emoción, lograba que el aire alrededor de él se volviera gélido, provocando que congelara a quienes o que estuviera cerca.

Todo esto, a veces molestaba a sus compañeros, sobre todo a los que eran tres años mayores, molestándolo y poniéndole alguno que otro apodo, que solo intensificaba sus emociones de tristeza e irritación.

Obviamente teniendo amigos que lo defendían y que las peleas por ese hecho se volvían en pequeños golpes entre Death y Milo.

Todos esos recuerdos venían asaltando su mente, pero los dejo seguir, no le causaba conflicto interno, estando acostumbrado a guardar su compostura y sus emociones, sabe cómo manejarse ahora.

Pero todo es un proceso de reforzamientos, estímulos, ensayo y error.

Como condicionar a alguien de que si te comportas de tal manera, obtener alguna recompensar favorable, pero si no logras hacerlo, habrá una consecuencia.

Otro recuerdo vino a su mente, estando en la sala patriarcal, junto con aquel hombre de cabellos en ese tiempo grises, esponjados aun, ojos rosas, una piel ya marcada por los años.

Aunque fuera la máxima autoridad en todo el santuario a todos los pequeños les demostraba ese lado paternal y cariñoso, pero igual que todos, obligado a guardar las apariencias estando rodeado de otros.

-Camus- Su voz cansada.

-Sí, pa…Triar…Ca…- Algo temeroso, se impresionaba cuando el pontífice portaba su máscara.

Este lo noto, así que se la fue quitando, para mostrar aquel rostro sonriente, y dándole unas caricias en el cabello del menor.

-Lo siento, olvido que a veces puedo asustar cuando la uso- La sonrisa dedicada para trasmitir un poco de paz a cualquiera de los infantes.

-Está bien…- Bajo su mirada, angustiado, sabia porque estaba en ese lugar –Perdón…-

Le enternecía que el mayor de los más pequeños, se disculpara, sin duda un pequeño muy listo, sabiendo la diferencia entre el bien y mal, que muy pocos tienen ese capacidad a dicha edad.

-Camus, no te preocupes… Entiendo lo que hiciste- Con dificultad tratando de estar al mismo nivel que el niño –Pero, te he dicho muchas veces, que debes aprender a controlar tus emociones- Suspiro, ya era una carga muy grande para un niño tan pequeño, pero debía aprender lo antes posible.

Bajo su mirada, se encontraba más apenado ahora, incluso amenazando con derramar sus pequeñas lágrimas, esperando un regaño más fuerte, como el patriarca solía darles a los mayores.

-Lo se…- Su vocecita infantil se fue casi ahogada, aspirando con fuerza por la nariz.

Volvió a acariciarle el cabello aguamarinos, para reconfortarlo.

-¿A ti no te gusta congelar a tus amigos verdad?- Esa sonrisa de nuevo para darle confianza.

Negó con su cabeza, sin mirarlo.

-Tampoco que las flores que te gustan se marchiten ¿Verdad?- Estaba utilizando un método algo cruel, pero no tenia de otra.

-No…- Limpiaba sus lágrimas, con un ligero puchero.

-Entonces, trata pequeño de controlarte, sonríe de manera tranquila, si te molestan ignora lo que te dicen, no debes caer en eso, si te sientes triste cálmate y manteen la temple siempre- Al final estos son metidos del pasado, que aplicaba con el pequeño.

No existía mucho de dónde agarrar, cuando ya tenemos un conocimiento por muchos años, puede volverse óbstelo, pero sin más formas, después de que todo se ha agotado y también que tienes mucho más que hacer, prepararlos para una futura guerra, entrenamientos, debía utilizar todo a sus manos para que pudiera ser rápido el aprendizaje.

-Patriarca… En verdad lo intento, pero… Es muy… Difícil…- Dejo escapara sus lágrimas, la tristeza dominaba en su corazón, por ende el frio se estaba incrementando en la sala patriarcal.

-Tranquilo, no debes alterar de esta manera, sé que esto puede…- Tuvo que parar de hablar, pues su mano con la que daba caricias al menor, comenzó a congelarse.

Esto no representaba riesgo a su vida, lo sabía perfectamente que elevando su cosmos, el frio desaparece.

Pero cuando Camus vio lo que había hecho.

-Pe… Perdón…- Dio algunos pasos para atrás, con su carita llena de angustia –Yo, yo… Voy a lograrlo… Pero… Perdón…- Aun con lágrimas en sus ojos, cerro sus ojos tratando de que el frio regresara a su cuerpo, que no inundara el lugar.

De a poco lo lograría.

Para un niño pequeño, que hiciera “Daño” a su figura paterna, causo un conflicto interno, que en su momento solo sería un impulso para seguir controlándose, pero con el tiempo se volvió… Un recordatorio, más porque estaba teniendo resultados positivos, para controlar su cosmos y aquellos poderes de hielo.

Que le dieron la fama del mago del hielo y agua.

De aquí es el recordatorio, para que siempre controle sus sentimientos, y cuando desea dar un poco más de sí, demostrar emociones, expresar si está feliz, triste, enojado, o que solo desea darle un pequeño detalle a alguien muy preciado.

Empezar a sentir esas inseguridades que lo fastidian de repente, no están todo el tiempo, solo cuando desea demostrar más de lo que se permite.

Ese ligero recuerdo, las memorias que guardo en su inconsciente, lo que vino después.

La manera que pudo evolucionar con su comportamiento, su cosmos, que ya no dañaba a sus amigos, a la naturaleza… Pero que da a poco se autoaislaba para seguir así.

Causándole que siempre, tuviera que reprimirse ante lo que sintiera.

Logro su cometido, pero ¿A qué precio?

Ahora nada de eso le podría importar menos.

Se sentía bien, estar solo… No gustaba de estar con los demás, pero a veces es bueno dejarse llevar, pero no sabe cómo hacerlo, sin que de repente se le pudiera ir un poco esa sensación gélida.

Abrió sus ojos, no se quedó dormido, solo fue presa de aquellos ligeros recuerdos.

Al levantarse rápido, deseando salir de su habitación ahora, no sintió o tal vez lo ignoro aquella lagrima que se escapó del rabillo de sus ojos violetas.

Prepararía de nuevo el mismo método para dar aquel obsequio a su aprendiz, necesitaría la ayuda de una persona, pero se encontraba en unos templos más abajo.

Tendría que salir, sería bueno para sus pensamientos ordenarlos es lo más sensato.

A la entrada de Acuario encuentro a un hermoso caballero que regresaba de dar un paseo, con esa sonrisa que adornaba su rostro siempre.

Teniendo particulares formas de saludar.

-Hola, Camus amigo mío- Dándole un fuerte abrazo

-Afrodita… No me gustan los abrazos- Le dijo esto quedándose un poco estático.

-Pero si lo hago de todo corazón, demostrándote que te perdono, por haberme congelado y arruinado mi cabello- Sonrió, un sujetándolo de los brazos.

-Esa fue la culpa de Milo, pero admito que debí controlarme más…- Suspiro.

-No te preocupes, todo está perdonado, para eso somos amigos- Sonrió tan tranquilo –Bueno debo irme, tengo que limpiar mi cutíes después de salir, adiós- De manera despampanante su caminar, se perdió ante los ojos de Acuario.

Negó con su cabeza –Siempre es igual-

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj?

¿Como están terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, ya que hoy andamos ya por terminar los capítulos de este especial, lo que tengo preparado para Noviembre ya pronto estará listo y uffff, sera algo de un solo día. 

Y pues... Para los que tengan Wattpad verán los dibujos, espero les guste mucho. 

Ademas que hoy un terrón de azúcar, esta de manteles largos, pues hoy cumpleaños, por lo tanto ya saben. 

Debemos cantar la canción de feliz cumpleaños especial de la familia terrón de azúcar.

y 1, y 2, y 3...

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Colette Agrest, tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Colette Agrest, tu cumpleaños si que si. 

Así que por este día ella es la matriarca, a ver que pide. 

Ademas que mas adelante del día daré un pequeño detalle a nuestro terrón de azúcar, espero lo disfruten mucho. 

Ahora de nuevo vuelvo a repetir los terrones ganadoras de los acertijos y para ver que caballero interpretare sus miedos. 

Anonimus1000days ganadora de FanFiction y Carla ganadora de Wattpad

Ya me han dicho que personaje analizare, así que el sábado que viene tendrán esos dos capítulos. espero lo disfruten mucho.

La respuesta del acertijo anterior... El chico tenia hipo.

Para no perder la costumbre de estos capítulos preciosos, vamos a el acertijos.

Es algo que que crece, pero que se encoge al mismo tiempo ¿Qué es?

Pista: Es algo que siempre tenemos, pero si morimos ya no. 

Espero sus respuestas, comentarios y reclamos. 

Gracias terrones de azúcar, por su apoyo en verdad me siento tan feliz y agradecida por el hecho de que me sigan apoyando tanto y cada día somos mas en esta hermosa familia terrón de azúcar.

Ahora si me despido pues el pequeño detalle que le daremos a nuestro terrón de azúcar cumpleaños, debo de darle los últimos detalles.

Los quiero mucho mis terroncitos de azúcar, son los mejores. 

Los mega quiero. 

Nos vemos en la próxima entrega dentro de unos momentos. 

Deseo que esta noche se vuelva tanto intelectual como elegante.

Ammu se va.  


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