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Hotel Santuary (AiorosXSaga Yaoi Lemon) AioSa por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, aquí mamá terrón de azúcar, para actualizar este lindo fic, que veo que es uno que gusta mucho y eso me alegra. 

Conmemoramos el día de hoy, el cumpleaños de nuestro terrón de azúcar Sagittarius-Geminis, así que hoy ella sera la matriarca, debemos darle mucho cariño a nuestro pequeño terrón.

Espero que disfrutes tu pequeño regalo.

Nos vemos abajo, disfrútenlo por completo. 

Siendo mayor el susto de un recién llegado demasiado apresurado, que se atreviera a tocarlo para evitar que cayera, aunque nunca ha sido la intención del peli azul quitarse la vida.

Apenas si sintiendo que ambos están en el suelo, logra darse cuenta que esta sobre el pecho del otro, su espalda choca contra él.

Sus manos juntas, flexionadas hacia sí mismo, con los ojos bien abiertos, sin comprender rápidamente la intención.

-Estas a salvo- El castaño sonríe gustoso de haber evitado una locura, aun sin percatarse que sostiene con fuerza a esa persona, olvidando la regla de espacio personal.

Escuchando esas palabras, lo hizo reaccionar de golpe, pues todo fue tan rápido.

El peli azul se levanta de inmediato, quitando con brusquedad el agarre del otro de su cuerpo, para poner distancia de por medio, su enojo es mucho, no le gusta que nadie lo toque de esa manera y más si es un desconocido.

Puesto de pie, apretando sus puños, el ceño fruncido, sus cabellos azules desordenados por el viento que llega a presentarse por estar en la azotea, deslumbrante luce, como esas tímidas estrellas que se asoman en esta particular noche.

Extraño que la luna parece estar evitando ser encontrada, pero los tenues botones de efímeras luces, se presentan, siendo el telón de fondo para ese joven hombre que no irradia nada de felicidad por ese intruso.

-¡¡¡¿QUÉ TE OCURRE?!!!- Pregunta de manera descortés, pues en su pensar solo estaba teniendo un momento de privacidad con sus propias penas, pero llega un idiota que lo hace caer a la azotea de golpe.

-Es que… No podía permitir que… Algo…- Por sus propios mechones estorbándole para tener una mejor visibilidad, cuando logro acomodarlos, se queda impactado por semejante belleza delante de sus ojos.

Es un hombre tan atractivo, aun estando molestó, se ve tan hermoso, fijándose tanto en el rostro, como en el cuerpo que esas prendas de empleado deja relucir brevemente, delgado, pero con buena musculatura.

Lo que le parece tan hermoso y curioso es esos ojos Viridian, los cuales llevan pequeñas lagrimas que escapan de esas largas pestañas.

Lloraba, eso era lo que su corazón le advirtió que debía salvarlo.

-¿Por qué llorabas?- Su pregunta sale sin más, siendo lo que le interesa sabe, aparte de todo lo que representa este nuevo joven, simplemente es un tesoro recién descubierto que desea proteger.

Da un paso para atrás, llevando su mano al rostro, para notar las gotas saladas en sus mejillas, y rápidamente limpiarlas para que no deje evidencia.

-No… No sé de qué estás hablando- Baja la mirada algo avergonzado, de hecho ha estado esquivando ser visto por este sujeto, pero igual no se ha alejado del castaño.

-Llorabas, por eso creí que…- Le dedica una gentil sonrisa, levantándose del suelo, intentando ver ese inocente rostro que le llama la atención de formas que nunca creo posible –Harías una tontería-

Pasaron unos escasos segundos, para que el peli azul conectará esa información y lograra interpretarla.

Al darse cuenta, niega con la cabeza, cerrando sus ojos y suspirando.

-No soy tan cobarde como para suicidarme- Su rostro quiere demostrar firmeza, pero su voz parece quebrada.

Puede que sea verdad, que no pensara en este momento hacer nada que atiente contra su vida, pero eso no significa que no lo hubiera estado meditando antes.

Después de todo, ha conocido el dolor, injusticias y maltratos desde hace mucho tiempo, que la salida más fácil parece ser tan agradable en ocasiones.

Más siempre desiste… Porque si él se va del hotel o su vida acaba, no existirá nada, ni nadie que les impida a los impostores tener el hotel para ellos, y hacer lo que deseen.

Pero a cómo van las cosas, parece que terminara sin nada al final de todo.

Lo que ha hecho sus progenitores, toda su familia, ni siquiera puede hacer nada para tenerlos de vuelta, todo por las malditas clausulas.

-Lo siento, es que… Pensé que de verdad…- Avergonzado por no haber analizado bien la situación, solo actuó por instinto, no lo puede describir, solo algo en su ser le dijo que no permitiera que ese joven cayera.

-Pues deberías pensar mejor la próxima- Suspira, mirando la puerta para regresar a dentro del hotel –Si me hubieras empujado para delante por el impacto, ambos nos hubiéramos estampado contra el concreto y…- Frunce el ceño, pues de solo imaginar que pierda la vida a manos de un idiota supuesto “Rescatista” –La muerte más estúpida de todas- Refunfuña, pues ese tema no es para nada agradable, le causa molestia.

-Perdóname- Le suplica con las manos juntas, y el rostro preocupado porque en efecto ese peli azul pudo haberse herido peor y poco le interesaba haberse podido herir en el proceso.

-A todo esto ¿Qué haces aquí?- Le cuestiona, ahora si mirándolo a la cara, ya fastidiado por la conversación.

Si tan solo lo hubiera hecho desde un inicio, habría notado unos ojos tan ilusionados, diferentes a los propios, un cabello castaño desordenado, una linda sonrisa algo infantil, y… Gira su vista en los grandes pectorales en los que logro descansar hace unos momentos.

¿Por qué su corazón comenzó a latir?

¿Por qué un ligero calor comienza a brotar?

Los nervios lo invaden por ese gentil y torpe hombre que lo “Salvo” de un aparente peligro y locura propia.

Es guapo, es como si fuera un ángel sin alas, que bajo a esta tierra para encontrarse con él.

Demasiado egoísta para pensar que ese hombre está aquí y ahora para solo conocerlo.

Después de todo, no se siente la gran cosa, como para merecer a alguien que se preocupe por su bienestar.

Apenado por esta situación, pero contestara las preguntas que sean, si el peli azul le responde también, las que logre articular.

Pasando su mano detrás de su cabeza para rascarla levemente, como un gusto para aliviar la ansiedad, con una boba sonrisa de enamorado.

-Es que… Estaba buscando el restaurante- Deja escapar una ligera risita, pues cree sonar como un completo tonto.

-Oh…- Parece sentirse algo idiota ahora, pues le ha gritado y tratado mal a un huésped, ya se imagina el escándalo que podría hacer al momento de enterarse de que un simple empleado o mejor dicho algo que solo sirve para ser maltratado –Esta abajo, por el Lobby, a la izquierda se encuentra el restaurante- Su tono triste se refleja, creyendo que recibirá un regaño después, incluso sus ojos demuestran desolación.

-¿Qué sucede?- Sin pensarlo, ni analizarlo, solo actúa por mero instinto, llevando su mano hacia la mejilla del otro, para alzar ese rostro que lo cautiva, y se pregunta ¿Por qué sufre de esa forma?

-Nada…- Sonrojado por ser tocado de esa manera, se aparta por voluntad propia, no cree en bondad de otras personas –Solo estoy algo cansado… Me tengo que ir- Decide mejor irse, mientras menos sepa que es un empleado es mejor, se evitara problemas.

-¡¡¡ESPERA!!!- Su voz es de un potente grito, desesperado por perder a ese hermoso joven de vista triste, sin siquiera saber nada más que… Su apariencia y un poco de ese carecer tan hermoso, al parecer del castaño.

-¿Qué quieres?- Inseguro por la insistencia de este sujeto, que odia sentirse así de atraído por él, y nervioso, pero sabe cómo protegerse, por lo cual mantiene su distancia, si se atreve a acercarse o tocarlo, le hará daño.

-Es solo que… ¿Cómo te llamas?- Sonríe con un leve sonrojo en sus mejillas, entrecerrando sus ojos y dejando escapar un sonoro suspiro, ya no puede esperar por conocer el nombre que le pertenece a quien roba su corazón.

Para el peli azul esa pregunta no debe tener respuesta, agradece no llevar puesto su gafete de reconocimiento, parándose de perfil, mirándolo solo de reojo.

-Lo siento, pero no tengo por qué decirte mi nombre- Sentencia algo molesto, tratando de ocultar su sonrojó y calmar ese latido tan apresurado.

Entonces va a replantear la pregunta y su táctica, pero de que esta noche conoce el nombre de este hermoso hombre, lo hará.

Es muy decidido y terco cuando se lo propone.

-Perdona mi descortesía, es solo que… Me emocione un poco- Sonríe de lado, intentando acercarse, mas sabe que lo hará con suma cautela –Quiero conocer a alguien en esta ciudad y… Eres el primero que veo, el cual… Luce tan sincero- Le dedica este cumplido, por su parte tan de manera honesta, pero puede no ser para todos de su agrado.

-Tsk- Esto solo malhumora al de cabellos largos y azules como un precioso lago -¿Eso se lo dice a todos los que conoces?-

Se alarmo enormemente por esas palabras, claro que nunca ha dicho algo parecido a nadie, ni siquiera este sentimiento que le agrada tanto había surgido antes, solo por el chico de la azotea.

Así lo llamaría si no pude obtener el nombre.

-Yo… Yo… Jamás había dicho estas palabras antes… Es solo…- Sí que está hablando tonterías, por los benditos nervios que su corazón tiene ahora y lo vuelve más torpe de lo normal.

-Mira… Lo que quieras decir o hacer, hazlo, pero no me involucres a mí- De nueva cuenta se gira,  para darse vuelta y salir de esa azotea, pues no soporta su corazón latir de esa manera, mucho menos el maldito sudor en sus manos por los nervios.

Apenas si camina unos pasos para alejarse del castaño, este no lo perderá, cree en su mente que si lo deja ir sin saber su nombre, no podrá volver a encontrarlo en su vida y no lo puede permitir.

Lo sujeta de la muñeca con sumo cuidado, solo suficiente presión para detenerlo, con una mirada suplicante, pidiéndole de esta manera que no se aleje.

-¡¡¡OYE!!! ¡¡¡SUÉLTAME!!!- Alza su mano agarrada, para intentar alejarla del castaño, su molestia incrementa, por tantos factores, el sentirse tan extraño y sofocante, y el desagrado total de que alguien lo tome de esa forma, sin su consentimiento.

-Me llamo Aioros- Esa sonrisa de nuevo se refleja, haciéndolo lucir con tanta confianza, solo para darle a entender que de verdad está interesado en saber más de él.

Maldiciendo para sus adentros por el hecho que ese sujeto luzca tan radiante, como si de alguna forma cientos de corazones aparezcan de fondo para el castaño, atravesados por flechas con puntas de la misma forma del símbolo amoroso.

Sus sonrojo aumenta, su boca se abre para intentar pronunciar alguna palabra, pero… Solo deja escapar un suspiro que lo traiciona y detesta ser tan débil ante ese desconocido.

-Por favor… ¿Podrías decirme tu nombre?- Sigue suplicando, parece demasiado aguerrido a sus deseos internos, solo podría ser feliz si conoce la identidad de es peli azul, podría así encontrarlo siempre y seguir haciéndolo.

Se enamoró a primera vista y ahora solo piensa en proteger a ese lindo hombre de mirada triste y rostro tallado por los mismos dioses.

-Te… Te… Dije que… No te lo diré…- Tartamudear es su manera de lograr hablar para este punto, no cree en el amor a primera vista y no puede aceptar que le esté pasando ahora, pero sucede… Está ocurriendo y le asusta mucho

-Por favor…- Suplica, incluso si debe ponerse de rodillas para conseguir el nombre de un ser tan hermoso, que si su corazón lo ha escogido no lo dejara ir.

Alguna vez oyó lo historia de amor de sus padres, que su amor inicio solo por una mirada fugaz, pero tardaron mucho en poder conocerse en persona.

Pertenecían a grados y grupos tan distintos, pero… Su curiosidad y decisión los hizo reunirse tiempo después.

No permitirá que eso le suceda, si conoce a alguien que has esperado, nunca ignores esta oportunidad única que se presenta ante ti.

Ambos estando a punto de hablar nuevamente, uno para salir corriendo de la azotea y otro para seguir evitando que se vaya, mas algo parece querer ayudarlos para fortuna del castaño y des fortuna para el peli azul.

El comunicador del de cabellos largos se activa al momento que alguien lo necesita.

-Saga, se necesita tu asistencia en la cocina- La voz seria y sin más emoción alguna de parte del gerente.

Jama creyó odiar la voz de Shura en su vida, pero lo está haciendo ahora.

Tomando su comunicador, los ojos cerrados, y dejando escapar un suspiro, pues al final el otro se ha enterado de su nombre.

-Si Shura, enterado… Voy enseguida- Sus palabras tan pesadas y sintiéndose tan idiota por proteger su identidad y total de nada sirvió.

Para el castaño es una hermosa señal del cielo, sin duda algún tipo de ser divino debe estar apoyándolo en esta maravillosa oportunidad.

-Y cuando termines tomate un descansó, cena y trata de descansar ¿Entiendes?- El regaño por parte del peliverde no se puede dejar esperar, al final de cuenta es su forma de preocuparse.

-Si… Lo hare- Contesta más avergonzado, con las mejillas rojas, y el ceño fruncido, para acto seguido apagar ese objetó, no quiere verse más ridículo por evitar decir su posición en el lugar –Bien, ¿Estas contento ahora?- Le reta porque al fin consiguió lo que quería.

-Saga…- Susurra ese nombre que ha escuchado y resuena tan maravilloso en sus oídos, no hace falta más para que su corazón lata desbocado, como el sonido de olas del mar, tan majestuosas y potente que no dejarán de moverse –Tu nombre es muy lindo-

Un cumplido, algo que no está acostumbrado a escuchar, que no esté guardando detrás insultos o sarcasmo.

Su mente está revoloteando preguntas.

El sonrojo revela que algo extraño pasa en su cuerpo y espera que sea una enfermedad al estado de enamoramiento.

Avergonzado, no replicara nada –Si ya fue todo lo que querías decirme…- Se comienza a alejar de forma apresurada, no va a ser cortes con una persona tan extraña como este castaño –Me voy-

-Saga, por favor… Deja invitarte a cenar después de tu trabajo- Habla con decisión, escuchó la conversación, aunque solo las partes más importantes, le dio igual que sea una persona del servicio del hotel, lo único que sabe es que este joven hombre, tiene algo especial, que le invita a amarlo y protegerlo.

Es una sensación inexplicable, cuando no sabes por qué algo o alguien te gusta, solo reconoces ese sentimiento, y se apodera de tus sentidos, para no dejarte jamás si es correspondido.

-No hace falta- Esta vez no se va a detener, tiene la oportunidad de huir de este aterrador sentimiento recién conocido, y prefiere mantenerse lejos de ese huésped.

Sería muy peligroso para su propio bien, es lo único que se dice para sus adentros.

-Pero… ¿Cómo podre verte de nuevo?- Preocupado por creer que será difícil verlo, o puede que sea solo su manera de que el otro le dé una oportunidad.

-Espero no verte de nuevo- Le contesta bastante frio, casi molesto, pero no es lo que realmente siente por él, solo que no comprende hasta donde ha llegado una simple mirada verde.

Sin más abre la puerta, para ingresar del nuevo al hotel y ocuparse de sus deberes.

No sin antes, suspirar aterrado, cerrando sus ojos, intenta calmar el galope tan enfurecido de su corazón, que convierte sus mejillas en tomates maduros, sus manos sudando por los nervios, su cuerpo tembloroso.

No quiere seguir pesando en esa mirada preocupada, que por un simple segundo lo hizo sentir tan seguro, algo que llevaba años sin conocer.

Pero no se va a detener ahora, tiene un deber, lo cumplirá.

-No tengo tiempo para estas tonterías- Escaleras abajo, intentando ignorar lo que su corazón proclama, pero… Pareciera herido, pues nuevas lágrimas se escapan, sin saber por qué con exactitud.

---En la azotea---

Se ha quedado estático en su lugar, lo vio alejarse, sabe que no lo puede detener, debe cumplir con su trabajo, de impedírselo no tiene ningún derecho.

Pero… La sonrisa de enamorado, los ojos brillantes de haber encontrado lo que en todos sus años de vida no sabía que le hacía falta.

Jamás se había interesado por nadie, todos los que conocía, los apreciaba como amigos, amable como él solo, alegre, se podría decir que Aioros es como un rayo de sol en la vida de sus conocidos.

Sin embargó no había encontrado a esa persona que fuera su propio rayo de sol, con la que pudiera sentirse tan a gusto, feliz, con deseos insuperables de querer proteger.

Borraría esos ojos tristes, para hacerlos alegres, daría lo que fuera por solo sacarle una sonrisa a Saga, porque pronuncie su nombre, por solo ser digno de estar en su mera presencia.

Fue allí cuando volvió a captar que no sería muy difícil encontrarlo, si trabaja en el hotel lo volvería a ver sin duda.

Lo único que le podría mortificar seria que, al regresar a su país donde viven… Sería imposible ya vivir sin ver esos ojos Viridian, esa dulce voz, solo pensaba en cumplidos para el peli azul.

En su interior han robado su alma, su corazón, su vida, una sola persona y no pedirá que se la devuelvan nunca.

Saga puede conservar todo de él, con la única condición que sea correspondido.

Necesita recuperar el aliento, se deja caer al suelo así de sentón, sonríe hacia la puerta como si el peli azul volviera en cualquier momento y en su ilusión le diga que lo ama y corresponda.

-Saga… Qué lindo eres…- Dedica sus palabras casi canturreándolas, por la emoción que experimenta -¿Seré capaz de tener tu atención solo un segundo más?- Suspira como todo joven hombre enamorado, necesita ya volver a ver ese hermoso rostro, pero… Más que nada desea curar ese dolor.

Su propia mirada de preocupación se transforma, pensando seriamente, llevando su vista al suelo.

-¿Qué es lo que te aqueja mi querido Saga?- Podría ser muy pronto para hablar con esos nombres cariñosos, pero… El amor a primera vista le ha dado tan duro –Apenas nos conocemos, pero deja que yo cargue parte de tu tristeza, si lo hacemos juntos… No será tan difícil-

Aioros tiene el corazón en su lugar, es demasiado apresurado en este tema, pero… Solo hace caso a lo que su amor recién descubierto le dicta.

Además que es lo que ha conocido toda la vida, al ser el mayor, ha visto más facetas de sus padres y desde muy niño solo ha deseado vivir un amor así de intenso y dulce como el de sus progenitores.

No sabe cómo lo hará, pero que volver a Saga su persona más importante en la faz de la tierra lo hará, solo quiere un poco de esa atención.

Por andar pensando en sus nuevos sentimientos, apenas ha notado ese gafete en el suelo, que no lleva foto alguna solo el nombre en sí.

Su aliento parece cortarse, con una enorme sonrisa, lo toma con todo el cuidado del mundo, evitando pincharse, para leer a quien corresponde.

Un suspiro es exhalado de su boca, pues lleva grabado el nombre de su querido peli azul.

Esto le dará la excusa perfecta para volver a buscar y dárselo, de ese momento se podrían derivar tantas cosas, que no desaprovechara ni un solo segundo.

-Te voy a buscar… Te lo devolveré y… ¿Podrías aceptar mi invitación a una cita?- Ya planeando de ante mano todo el lugar, momento, comida, escenario, evento, lo que sea, con tal de tener oportunidad de conocer al peli azul.

Hubiera seguido con el enseñamiento del primer amor, pero… Un sonido de puertas abriéndose se hizo presente, en automático levanta su vista, creyendo que es Saga, pero lamentablemente no es así.

Aunque la sonrisa no se desvaneció por completo, pues es un rostro conocido y muy apreciado.

-Pero… ¿Qué haces aquí?- Otro castaño de cabellos más claros, con el ceño fruncido y pareciendo bastante irritado, lo mira con la cara de pocos amigos que heredó de su padre.

-Hermanito… Creo que hoy conocí a un hermoso ángel de cabellos azules, del que me enamore- Dedica estas palabras, aun sentado en el suelo, mirando, con miles de suspiros esa identificación para los empleados.

El menor se queda mirándolo con los ojos entrecerrados, la boca semi abierta, con la confusión en todo su esplendor, aun sujetando el pomo de la puerta.

-¿Qué?- Solo deja escapar estas palabras -¿Te volviste a caer y ahora si te diste en la cabeza?-

Podría parecer chiste, pero existe un sinfín de anécdotas bastantes curiosas que involucran al castaño y la gravedad como enemigos.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? 

Espero que se encuentren bien el día de hoy, como ya se abran dado cuenta, celebramos el cumpleaños de uno de nuestros terrones de azúcar Sagittarius-Geminis así que este capitulo es dedicado para ti, se que te gustara. 

Jajajajaja ya que el AioSa, es una linda pareja, que la verdad me gustan mucho. 

Y vemos que Aioros ya quedo enamorado, es de amor a primera vista, jajajaja se nota, que ya hasta debió imaginar a la familia entera, los hijos, los nietos, todo...

Jajjajaa y Saga, si también siente cositas lindas, pero... Esta mas tímido y recatado, ademas que tiene cosas que pensar.

Pero tiene ahora una manera de encontrarlo, solo diré... Se van a interponer muchas personas, pero...

¿El amor de AioSa sera suficientemente fuerte?

Ahora mas terrones de azúcar a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar a nuestra festejada.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Sagittarius-Geminis tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Sagittarius-Geminis tu cumpleaños si que si.

Disfruten mucho el día de hoy.

Muchas gracias mis terrones de azúcar, por estar conmigo en todo momento, en seguir mis locuritas, estar pendientes de todo lo que publico, de verdad me hacen sentir tan afortunada y honrada de que se diviertan conmigo. 

Mamá terrón de azúcar es muy feliz con ustedes.

Los quiero mucho.

Por favor sigan cuidándose en todo momento.

Feliciten al terrón cumpleaños.

Ammu se va. 


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