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Una Foto (MiloXCamus Yaoi Lemon) CamIlo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, aquí mamá terrón de azúcar publicando.

Verán terrones el fin de semana pasado me pasaron muchas cosas, me enferme (Nada de que preocuparse, una infección de garganta nada mas, gracias al cielo) Y bueno mi mamá se cayo, se desmayo, y tiene una fisura en su brazo... Y... Bueno es necesario tenerla relajada.

Gracias al cielo fuera de la fisura nada malo mas paso.

Ademas que ahora saben que ya ando trabajando y bueno, he tenido un poco de tiempo para lograr escribir.

Este pequeño detalle, es dedicado a un terrón de azúcar que cumplió años el día 18 de Enero, o sea este Martes y apenas ahora lo publico... Pero el tiempo es corto.

Sin mas, feliciten a mi terrón de azúcar Nata-Liz18 que ese día estuvo de celebración, y bueno no logre darle su detalle, pero aquí esta sin falta.

Ahora si diviértanse mucho mis terrones y nos leeremos la próxima.

---Un mes y medio después---

Su rutina como pareja de recién casados, se comienzo a acoplar a ambos… De pasar a ser jóvenes que Vivian con sus padre. Ahora ser quienes tengan la propia y hagan equipo para hacer los quehaceres correspondientes.

Obviamente no era nada fuera de lo que ya conocían o hacían, solo que ahora solo eran ellos dos y de hecho les parecía muy bien.

Como todo en la vida, te vas acostumbrando a cada cosa que debes hacer.

Con el plus que ahora como esposos, viven juntos y tienen ya sus propias costumbres.

Un ejemplo es que Milo despierta temprano, cosa rara; ya que usualmente era siempre él que despertaba al achuchar la alarma, y la volvía a apagar…

Pero aquí tenía una motivación muy particular, y es que disfruta de esos minutos en que Camus permanece aún dormido plácidamente, en medio de aquellos almohadones, sabanas, con el cabello desordenado esparcido por ese lecho, como su cuerpo desnudo solo cubierto por esas suaves telas.

Ante Milo ese es el momento más hermoso del día, el espectáculo del amanecer es opacado con quién tiene en su cama.

No puede evitar comparar a su esposo con un ángel de hielo, un ser que desde luego no pertenece a este mundo por la belleza y gracia que posee, incluso en algo tan simple y cotidiano que es dormir.

Además, aprovechaba para admirar las marcas que dejaba en esa nívea piel... Que de recordar cada cosa sucia que hacía con su esposo, lo ponía demasiado emocionado para volver hacer en ese instante, pero debía calmarse sin duda.

Simplemente Milo disfruta ese instante, que lo graba en su corazón sin duda… Pues con ello tenia energía para todo el día…

Igualmente el peliaguamarino tiene sus costumbres marcadas…

Si bien es ordenado, pulcro y organizado, se logra contagiar con algo de espontaneidad de su pelicerúleo atolondrado.

Y es que, cuando al fin se levantan, Camus le dice a Milo que deben bañarse juntos, para ahorrar tiempo y economizar agua, aunque esto son excusas, pues durante ese instante, no puede evitar sentir necesidad de su pelicerúleo y bueno…

Casi cada mañana el baño es testigo de cosas muy suavidad de tono que hacen, que son muy existentes para quien las pide.

Admite que disfruta sentir el agua recorrer su cuerpo, como las manos de Milo, esos besos que se vuelven ardientes, sus cabellos pegándose por la humedad, el vapor saliendo por sus ejercicios matinales… Los gemidos  y jadeos no se dejan de lado…

Total, pueden hacer lo que gusten, están casados, están de acuerdo, son felices y viva el amor.

Después de su rutina de despertar y limpieza matutina, bajar para preparar el desayuno y de paso un almuerzo para no tener que comprar fuera…

Siempre están juntos, en equipo para cualquier cosa.

Sí uno cocina, el otro hace un jugo o pone la mesa, se lavan los platos… Depende de que sea el antojo del día.

Por lo cual, en esta mañana no fue la expresión…

Milo fue quien tomo control de la cocina, deseaba preparar algo dulce…. Tenía ganas de unos Hot Cake o Crepas dulces… Preparando la masa se encuentra.

Aunque le dijo a Camus que no se preocupara por picar algo, ya que él lo haría, pero el peliaguamarino le replica que le ayudara en esto…

Tomando algunas frutas del refrigerador, para ir pelándolas, picándolas y así de una vez ir preparando todo lo necesario…

Al parecer no existía nada fuera del lugar… Salvó que…

-Hoy unas ricas crepas… Para mi cubito y para mí… Serán deliciosas sin dudar…- Milo siempre tiene una canción para cada alimento que hace, canturrear por la mañana con la felicidad que se carga es normal, está cumpliendo un hermoso sueño que tuvo desde que conoció a Camus.

Sin embargo es interrumpido, cuando escucha una exclamación de dolor, que se intentó callar rápidamente.

-¡¡¡AY!!!-

Apenas si lo escuchó, se gira hacia donde Camus se encuentra, y poco le importa que cualquier cosa se queme, pues… Deja todo para ir con él.

Pues ve como este rápidamente se sostiene la mano, pero igual lo ve tambalearse y es algo que claramente no le gusta.

-¡¡¡¿CAMUS?!!!- Sus manos aun llenas de un poco de masa sostienen al peliaguamarino, que parece estar a punto de caerse -¡¡¡¿QUÉ TIENES?!!! ¡¡¡¿TE SIENTES MAL?!!!- Pregunta rápidamente, mientras observa algunas gotitas de sangre que parecen haber caído sobre la mesa donde este picaba.

Claramente preocupándolo más.

-¡¡¡¿QUÉ PASO?!!!- Ya se siente desesperado, no le gusta ver sufrir o lastimado a su amado esposo.

-Nada…- Contesta, con la cabeza baja y respirando profundamente… Restándole importancia a la situación, mientras sus ojos se cierran y abren pesadamente… Pues su peso es mayor ahora, como si no tuviera fuerzas en las piernas.

Púes esté intento componer su postura en cuando sintió el agarre del pelicerúleo, pero… Se lo impedía la gravedad que lo reclamaba hacia el suelo.

-¡¡¡¿MI AMOR?!!!- Algo nervioso y asustado, el pelicerúleo sostiene con mayor fuerza a su amado y puede notar que de la mano izquierda de este escurre un poco de sangre, aunque la mano contraría del peliaguamarino intente ocultarlo, pues no quiere preocuparlo -¡¡¡TE CORTASTE!!! ¡¡¡TENGO QUE LLEVARTE AL DOCTOR, RÁPIDO!!!- Tal vez es una exageración, pues muchos se cortan al picar algún alimento o demás cosas, pero no podía ver la cortada bien, debía sostener al otro que parece no poder mantenerse en pie.

-No…- Su voz se arrastra, para negar con la cabeza rápidamente, intentando equilibrarse, pero sus piernas flaquean –Estoy bien… Solo me corte…-

-¡¡¡DEBE SER UNA CORTADA GRAVE!!! ¡¡¡DÉJAME VER!!! ¡¡¡PERO COMO SEA TE LLEVARE AL DOCTOR!!!- Está alarmado, poco le importa algo más…

Incluso que el desayuno ya se quemara.

Intentando alcanzar la mano herida, para verla con seguridad, aunque se asusta más cuando Camus, quién intenta negarse a que viera la herida y que lo lleve al doctor…

Solo deja escapar unas cuantas palabras….

-No exagere… Solo…- No alcanza a terminar, pues su cuerpo ya no soporto más, y cedió ante el malestar que comienza a invadirlo de la nada.

Cosa que claramente altera más a Milo, al grado que siente un terror indescriptible…

Había pasado todo tan rápido, estaban preparando un desayunado juntos y de la nada… Su Cubito se corta y por esto se siente mal.

-¡¡¡CAMUS!!! ¡¡¡¿CUBITO?!!!- Lo llama con gritos desesperados, mientras lo sostiene con todas sus fuerzas, que terminaron ambos en el suelo de la cocina.

Milo intentando hacer que reaccione y de paso ver la herida, para saber si necesita detener el sangrado de cualquier forma, mientras de sus ojos aguamarinos algunas lágrimas se comienzan a formar de la angustia… Pues no sabe cómo ocurrió esto tan de repente.

Pero no podía perder tiempo, debe actuar rápido y saber que en estos momentos está mejor ir a un hospital, sin importar que lo tachen de exagerado, pero no permitirá que a su amado esposo le ocurra algo malo.

Solo lo carga con rapidez… Asegurándose que aquella cortada no es nada grave, solo la cubre como puedo con lo primero que encuentra, para así ambos irse en el auto, directamente a que atendieran a quién yace inconsciente.

Un rato pasó… Tal vez si fue un periodo corto, pero Milo lo sintió como una terrible espera…

Pues no sabía aun que tenía su Cubito…

Solo llego con él en brazos, lo atendieron pues un desmayó califica como algo urgente, aunque la herida por cortar los alimentos, no era algo de qué preocuparse, es profunda, pero no para comprometer alguna parte importante del dedo…

Sin embargo un desmayo así de la nada, puede ser que sea ocasionado por algo peor…

Permitió que le tomaran muestras de sangre, para analizaran todo lo necesario, solo para que su cubito estuviera bien.

Al final Camus estaba en una camilla del área de urgencias… Junto a Milo, que solo lo mira atento, esperando que despierte y le confirme que está mejor.

Su alegría se muestra en el instante que ve abrirse esos orbes violetas, algo cansados y confundidos, pues no reconoce el lugar desde un inicio.

-¿Mi… Lo?- Pregunta sin saber con exactitud que hace allí, no recordando que sucedió en su casa por ahora.

-¡¡¡MI CUBITO!!!- Ni le importa que lo puedan ver, o que lo callen, exclamo sin más el nombre de su esposo para abrazarlo con cuidado, por la pequeña venda que tiene el otro en su mano por la cortada -¡¡¡GRACIAS A LOS DIOSES, YA DESPERTASTE!!!- Siente que al fin las fuerzas se le incrementan, como la alegría, pues con solo verlo despierto sabe que el peligro al parecer ha pasado.

-¿Eh?- Camus solo acepta el abrazo, sin entender del todo bien que es lo que ocurre –Pero, ¿Qué hacemos… Aquí?-

-Mi amor…- Lo llama con suavidad, después de sentirlo cerca, para sonreírle y acariciar ese frágil rostro que le desespero verlo inconsciente –Te cortaste, y luego te desmayaste de la nada…-Le responde con tranquilad, pero intentando a la vez limpiar sus lágrimas, pues al fin esta en paz.

En ese instante Camus comienza a recordar lo ocurrido, pues asiente con lentitud, aun se siente algo raro en su ser, no sabe cómo explicarlo bien.

-Ya recuerdo…- Murmura algo bajo, sonrojándose, pues se siente apenado por algo tan pequeño terminara en el hospital.

Fue en ese instante que reconoció el lugar.

-Perdóname por querer crepas, yo debí picar las frutas, y así no te hubieras cortado- Se siente tan culpable por ese hecho, ya que el desayuno fue su idea, pero jamás quiso que el peliaguamarino pasara por algo así.

Sin embargo rápidamente este revela algo que el otro no se esperaba.

-No fue la sangre por la cual me sentir mal…- Responde incorporándose de aquella camilla, pues ya se siente algo mejor, sin embargo aún no parecía tener suficientes fuerzas para ponerse de pie, solo sentarse en la orilla.

Acto seguido, Milo se coloca delante, para sostenerlo si es necesario, pero confuso ante la revelación. Aunque no debió esperar mucho por saber la continuación.

-Yo… De repente sentí algo de vértigo, que todo me dio vuelta, en un parpadeo y sin fijarme, sentí que el cuchillo cortaba un poco de mi carne… Y fue eso lo que me ayudo a reaccionar para gritar…- Niega con la cabeza –No sé qué me paso… ¿Tal vez, estoy falto de vitaminas o algo si?- Le busca rápidamente una explicación lógica a algo que de repente ocurrió.

Apenas si logro acariciar aquellas mejillas rojizas del peliaguamarino, e intenta pronunciar palabra, cuando una doctora entra al área donde están estos dos, y no parece traer ninguna mala noticia, se nota en su mirada y en las siguientes palabras que dejo escapar.

-Pues si le harán falta algunas vitaminas, también de calcio… Y algunos minerales, pero no se preocupe, los recetare de forma inmediata- Esta solo hablo, interrumpiendo sin querer aquella escena que se nota muy romántica, aunque fuera en un hospital.

Ambos jóvenes hombres, solo se giraron a verla con algo de confusión pues sus palabras confirmaba que Camus estaba bajó en alguna una vitamina en su cuerpo.

-¿Por qué? ¿Qué tiene mi esposo?- Milo fue ahora el primero en hablar, si bien hizo rápido las preguntas y algo en voz alta, intenta no altearse más.

-Nada malo- Habla para intentar tranquilizar al pelicerúleo, aunque también para quien acaba de despertar y aun esta sobre aquella cama sentado algo confuso.

-Pero, entonces… ¿Qué tengo? Para que deba recetarme esas vitaminas- Sus preguntas y palabras las sentía aun torpes, por es normal se asusta por esto que nunca le había pasado en toda su vida.

-Pues a lo que puedo decir… Deben haber pasado de dos semanas a siete semanas más o menos para los síntomas de lo que le está ocurriendo- Sin duda la mujer disfruta un poco de ser misteriosa, pues le gusta sorprender a los que reciben esta noticia.

Pero a juzgar por las reaccione de ambos era mejor ir directamente al grano.

-No es nada de qué preocuparse, es normal que en su estado tenga mareos matutinos, náuseas y desvanecimientos, ya que son los primeros síntomas de un embarazo- Tal cual la doctora declara aquello sin más, para impresión de los dos allí presentes.

Que claramente es una noticia que bien pudieran haber esperado, pero no justamente en el momento más crítico que han tenido, pues sí que se asustaron ambos.

-¿Embarazo? ¿Dijo usted embarazo?- Milo pregunta, con los ojos bien abiertos, sin dejar de sujetar ahora las delicadas manos de su esposo.

-Si- Asiente la mujer –Según los exámenes que se hicieron al momento de llegar, el resultado indica que el señor Camus Acuariom se encuentra en gestación, alrededor de cinco a siete semanas- Revisa uno papeles que trae con ella, y dedicando una sonrisa a ambos –Programaré una cita con la ginecóloga para la próxima semana y lleve así un mejor control y…- Ni termino de hablar cuando el pelicerúleo mostró lo que aquella noticia le provoca.

-¡¡¡MI CUBITO!!! ¡¡¡MI AMADO, CAMUS!!! ¡¡¡TE AMO!!! ¡¡¡TE AMO TANTO!!! ¡¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!!- Sus palabras salen sin previo aviso, sin un orden, solo deja salir toda su emoción que ha surgido de la alegría de saber esto.

Después de haber sufrido un accidente, enterarse que fue por algo así, es sumamente impactante, pero Milo es el más feliz en estos momentos, que su amado esposo le dé la dicha de poder tener un bebe, un pequeño de ambos.

-¿Estoy… Embarazado…?- Para el peliaguamarino la noticia no es para nada mala, pero si es bastante impactante, o sea…

Si es sincero por completo… Han hecho muchas veces la tarea para concebir y no en todas usaron condón, pero… No creía que llegaría a tan poco tiempo de casarse…

Las lágrimas de alegría como una sonrisa en el rostro del pelicerúleo, dedicándole besos infinitos a su amado cubito, dándole gracias y sin detenerse, llevar ambas manos hacia el vientre claramente plano, para acariciarlo.

-Un bebe, tendremos un bebe…- Sonríe, limpiando sus lágrimas, es incapaz de serenarse ante esta preciosa noticia, es ver como uno de sus sueños más preciosos se hace realidad.

-¿Un bebe?- Murmura el peliaguamarino, que aun parece estar absorto de la noticia, pero de a poco… Su impresión se va alejando, para dejar paso a la emoción de este acontecimiento, para dejar escapar lagrimas también, y unir sus manos con las de Milo en la misma zona –Nuestro… Bebe…- Es lo que dice, entre felicidad líquida que se escapa de sus orbes violetas.

-¡¡¡SI!!! ¡¡¡ASÍ ES!!! ¡¡¡NUESTRO!!! ¡¡¡NUESTRO BEBE!!! ¡¡¡NUESTRO HERMOSO HIJO!!!- Es normal que este gritando, no puede evitar sentir esa felicidad por tal situación.

Quién los atendió y dio aquella noticia, sabe que sobraba en ese momento y se retira, dejándolos solos un instante antes de indicarles algunas cosas más al peliaguamarina y darle la cita con el especialista.

Pues en este instante ese momento solo pertenece a ellos dos.

Un día que empezó como cualquier otro, con una situación bastante peligrosa, que pudo haber causado mayor desastre, los llevo a conocer una preciosa noticia, el hecho de que su amor al fin se volvió en un pequeño fruto, que si bien apenas se está formando dentro del vientre del doncel…

El tiempo pasara volando y cuando menos lo esperen, se notara ese vientre, y la llegada del bebe será hermoso.

Claro que después de estar en el hospital y tener todas las indicaciones y citas correspondientes, por este embarazo...

Al llegar a su hogar, habiendo avisado al trabajo que por hoy no podrían asistir…

Milo, comenzó a hacer algo bastante peculiar, pero propio de él…

Y fue…

Que desde día en adelante le tomaría una foto a su cubito, para ir viendo cada cambio en él… Quiere inmortalizar como su esposo se irá viendo con una adorable pancita.

Cosa que no le agrada mucho al peliaguamarino por lo de la foto, pero que acepta pues también le parece adorable.

Las mejillas sonrojadas de ambos, la felicidad en sonrisas y lágrimas se deja ver, con un abrazo agradeciéndose mutuamente por esta situación, por su amor y que sin importar que han luchado para llegar a estos momentos, cando su pequeña familia inicié.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Aquí mamá terrón de azúcar publicando este pequeño detalle para nuestro terrón de azúcar Nata-Liz18.

Espero que lo disfrutes mucho.

Por fin lo logramos terrón, aquí lo traigo.

Y si se dan cuenta, la hermosa noticia de un bebe llega a la vida de nuestros chicos.

Kiaaaaaa... Pero iremos viendo su proceso de a poco.

Ya que no solo puede que sea un bebe, pero mejor no digo nada...

No niego, ni confirmo nada.

Jajajajaja, me despido por ahora, pero no sin antes...

Cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Nata-Liz18 tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Nata-Liz18 tu cumpleaños si que si.

Espero que lo disfrutes y te gustara mucho.

Les diré que las publicaciones serán esporádicas, y no seguirán un orden especifico... Así que deberán estar muy atento cuando haga una actualización, puede ser de algún fanfic o especial.

Sin mas por el momento, me despido terrones de azúcar, no sin antes decirles que mil gracias por si apoyo, sus votos, comentarios y cosas tan hermosos que me dedican parte de su tiempo.

De vedad son los mejores del mundo mundial.

Siempre seré muy feliz estando a mi lado.

Los quiero tanto.

Por favor hagan caso a las medidas de higiene, no se expongan de mas y cuídense mucho.

Nos veremos después.

Ammu se va.


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