Olvidemos el pasado por Rina Sayata

Me esperas a la salida del colegio, creo que es la primera vez que lo haces, o simplemente no recuerdo si lo has hecho antes. En eso no he cambiado, aún no guardo los recuerdos, aún necesito tomar fotos para no olvidar, pero tú no has querido que nos tomemos una foto juntos, y yo no estoy seguro de querer hacerlo. Siento que si hago recuerdos contigo, borraré los recuerdos de él.

Apresuro el paso, no quiero vivir encerrado en el pasado. Tú figura me recuerda su figura, no debería buscar mis recuerdos en ti. Tú eres mi presente y futuro.

Llego a la salida, Yuiko no está cerca, pero se que me mira de lejos, no se anima a acercarse porque sabe que tú no eres tan amable como él. Bajo la mirada cuando volteas hacia mi, tengo miedo de verte a los ojos. Dices que hoy es un día muy importante y por fin te miro, tus ojos claros me dan miedo, tienes mirada de asesino.

Ambos sabemos que algo más a pasar, a eso se debe todo.

"Vamos ya"

Comienzas a caminar mientras sacas un cigarrillo, lo enciendes y lo fumas poco a poco, eso también hace que lo recuerde. Te sigo solo por inercia y me parece escuchar palabras que nunca más volverán a repetirse. Por un momentos siento que soy el mismo niño caprichoso de hace dos años, qué él está siguiéndome y repite una y otra vez: "Ritsuka te amo"

"Hemos llegado"

Tu fría voz me saca de mis pensamientos y desvanece esos recuerdos tan preciados. Te miro desafiante pero solo me miras de igual forma, odio tu frialdad.

"Comencemos con esto"

Te diriges a dos chicos que aparecen de la nada frente a nosotros, ambos con una bella sonrisa. Debo admitir que sentí un poco de envidia, por lo menos ellos tienen un lazo y son felices.

"¡Ritsuka, no te distraigas!"

Muevo la cabeza afirmando, lo has hecho otra vez. Los jóvenes se colocan en posición de batalla para después retarnos. Tu aceptas y nuestro entorno cambia, una vez más estamos en medio de la nada. Te colocas frente a mi para protegerme y la batalla comienza.



"Ritsuka"

Me llamas porque no estoy poniendo atención a la batalla, mi brazo está sangrando y hay heridas en mi rostro. Una cadena rodea mi cuello, y tú, que siempre aparentas ser fuerte, estás preocupado por mi. Lanzan un ataque directo a mi, ordeno que apliques la restricción, pero parece demasiado tarde...

Veo sangre... estás herido. Es la primera vez que te arriesgas tanto por mi. No puedes levantarte, y me acerco a ti, grito tu nombre lo mas fuerte que puedo. No es posible que estés herido, prometiste quedarte conmigo para siempre.

"¡Eiri!"

Sigo gritando pero no puedes escucharme, estás inconsciente. No quiero llorar, no debería hacerlo... Mis lágrimas caen sobre tu rostro y me olvido de la batalla, de nuestros rivales, de la escuela de las siete lunas, de mi odio, de mi confusión, de mi amor, y de él...

"¡Eiri, no me dejes!"

"Ya olvídalo, no vas a salvarlo llorando"

Esa voz me recuerda lo perdido que me siento, lo perdido que me he sentido durante estos dos años. Pero tenía que pasar, todo tiene una razón.

Nuestros rivales nos miran con compasión, debo dar lástima por sufrir de esta manera. Y se alejan, sin decir nada más dan la vuelta y se van. Creo que no quieren sentirse culpables.

"No sé que hacer"

Digo solo en medio de un lugar totalmente desconocido. Es la primera vez que admito eso. Siempre he creído que puedo solucionar todo, creí que podía derrotar a cualquier enemigo, creí que yo podía... Las lágrimas siguen saliendo, y tu no has abierto los ojos.

"No me dejes"

Es lo único que puedo susurrar, ya no sé que mas hacer.

He cambiado mucho, antes me hubiera esforzado más. ¿Por qué está pasando esto? ¡Necesito que alguien me ayude!. Quiero que abras los ojos y que me salves, que lo hagas como aquélla vez, hace dos años, cuando solo era un pequeño, solo en el mundo.


[***] Flash back [***]


"¿Quién eres?"

Preguntó un chico de cabello negro y grandes ojos color lila. Se encontraba en un sillón, sangrando. Sus ojos aún derramaban lágrimas ocasionales, dolorosas lágrimas.

"Yo soy tu luchador"

"¡No es cierto! Soubi es... el único"

Las lágrimas del chico iban en aumento y se mezclaban con su sangre, una visión desolada. Con sus pequeñas manos se abrazaba a sí mismo, enterrando sus propias uñas en esa suave piel y provocando que pequeños hilos de sangre vieran la luz.

El joven de cabello rubio lo miraba en silencio, como si no le importara en lo mas mínimo. Se repitió mentalmente que como luchador debía proteger a ese chico, a Ritsuka.

"Ritsuka..."

Susurró, pero lo único que recibió por respuesta fueron mas lágrimas y más sangre.

"Rits..."

"¡¡Cállate!! ¡No quiero escucharte! Tú no eres Soubi"

El pequeño soltó leves hipidos al mencionar ese nombre: Soubi.

El rubio tomó una decisión. Se acercó un poco más al sillón donde él, su sacrificio, estaba hecho un ovillo. Tomó asiento, sujetando las manos de Ritsuka, que inútilmente forcejeaban para alejarlo. Y lo abrazó. El niño lloró y forcejeó unos minutos más pero después se calmó. El calor, el olor, las palabras... todo eso le tranquilizó.

"Yo soy Eiri Yuki, y soy tu luchador. Estoy aquí para protegerte y no voy a dejar que nadie ni nada te haga daño"

El pequeño sujetó fuertemente la camisa del mayor y lloró. Fueron lágrimas amargas contra aquél que le había abandonado cuando más le necesitaba, y de agradecimiento para la persona que estaba con él, brindándole todo lo que necesitaba.


[***] End Flash back [***]


"Eiri"

Ya no puedo hablar, mi voz comienza a ahogarse, está llena de dolor. Toco tu rostro y, por fin, tus ojos se abren lentamente. Me miras, me examinas, hacía mucho que no lo hacías.

"Ritsuka yo..."

"No hables"

"Quiero que me escuches"

La tos se apodera de tu voz y sangras. Te limpio y después acaricio tu rostro lentamente. No quiero que sientas más dolor.

"Eiri, no quiero que te vayas. Perdóname, por todo..."

No me respondes, por primera vez me diriges una mirada tierna, ya no esa frialdad. Mis lágrimas siguen cayendo sobre tu rostro, tu mano trata de limpiarlas pero pero estás débil.

Medito unos minutos mientras te contemplo. Dos años mirando tus ojos claros, tu cabello rubio, tus finos labios, tu atlético cuerpo... Todo ese tiempo solo preocupándome porque él. Pero él, Soubi Agatsuma, ya no está conmigo, ya no estará nunca más. Tanto tiempo con su recuerdo dentro de mí, que no pude apreciar lo mucho que te amo. Si, te amo...

Por fin he tomado una decisión, me levanto y te cargo utilizando toda mi fuerza. Camino con dificultad pero confío que juntos podremos superar este obstáculo. Siento como tu sangre se desliza por mi espalda y me susurras algo al oído.

Suspiro y trato de ver al frente para no caer. Aún estamos lejos, pero se que llegaremos, confío en ello. De repente mis ojos se posan en alguien más, es una silueta conocida...

"Soubi..."