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Kanon De Dragón Marino por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Mis hermosos terrones de azúcar, aquí publicando el regalo del buen Kanon de Géminis en la linea de tiempo donde esta con Sorrento...

Vaya... Bueno ¿Que les diré?

Nuestro Kanon tiene su ilusión y aunque seria hermoso que sucediera... Puede que en la linea original no llegara a suceder, pero aquí todo pude ocurrir...

Recuerden bien que esto pertenece a un enorme fanfic todo desordenado y que cuenta una única historia.

Jajjaja, pero sin mas y...

Con una pequeña advertencia de Lime, o sea... No va existe nada fuerte, pero... Luego se insinúa ¿Si?

Sin mas y después de la advertencia, a leer se ha dicho.

-Heh… Heh…Buaaaa…-

Un llanto curioso de un bebé se escucha en la distancia, en un lugar iluminado, en donde el sol se cuela suavemente, y una brisa marítima se puede sentir, es agradable, fresco y muy tranquilizador para que cualquiera pueda sentirse cómodo.

Aunque al parecer la pequeña criatura que yace en una cuna alta, adornada con telas que cuelgan, siendo muñidas y trasparentes, una seda de un color rosa pálido, todo tan hermoso, tan elegante y único.

Una habitación llena de juguetes, adornos infantiles en tonos rosa pastel, muebles blancos y muy preciosos, como si quienes procrearon a ese pequeño ser no les importara gastar lo que fuera en él.

Se seguía escuchando el llanto, parecía algo lastimero y desesperado, demostraba a la vez sus buenos pulmones.

De repente una figura masculina con el cabello algo desordenado, jadeando, y bastante preocupado se presenta, rápidamente sus pasos se acercan hacia la cuna, para ver aquel pequeño ser que ama tanto.

-¿Qué sucede pequeñita?- La acuna entre sus brazos con sumo cuidado, temiendo ser algo tosco en su agarre, por el arduo entrenamiento que ha tenido que llevar… Sin embargo jamás llegara a lastimar a su amada familia.

El puchero de la pequeña se sigue mostrando, pero su llanto es más un débil sañoso ahora, acurrucándose hacia el pecho cubierto de aquel hombre de cabellera azul corbato que le regala una sonrisa que proyecta ahora una calma genuina, pues al inicio temía que algo muy malo le estuviera pasando a su hija.

-¿Tienes hambre? ¿Quieres dar un paseo? O ¿Tal vez…- Apenas le daría la tercera opción cuando se da cuenta de la realidad de lo que sucede con ella –Oh, ha, ha, ha, creo que necesitas un cambio de pañales- Hace un gesto de cierto asco, por el olorcito, pero igual sigue sonriente ante la situación, pues le hace pensar en cosas cada vez más burlescas –Eres tan hermosa como mi sirenita, pero creo que heredaste algunas cosa de mi- Aquellas palabras las dedica con delicadeza a la bebé que parece estar ahora algo roja en sus mejillas, molesta, y con sus ojos bien abiertos, mirando fijamente al hombre que es su padre.

La impresión de verla, rememorando a cuando la conoció por primera vez, después de ese complicado parto, y aun con sus temores de si llegaría a ser un buen padre, que incluso no se creía digno de siquiera poder cargarla, pero cuando lo hizo y ese rostro que tomaba su color de piel, sus cabellos azul cobalto en ella y cuando pudo ver esos ojos heredados de su amado Sorrento.

No lo dudo más, sabía que también debía cuidarla, su corazón que ya anhelaba verla, lo entendió, lo compendio por completo, que existe otro tipo de amor, y lo está experimentando.

Lo comprendió al cargarla y sosteniendo la mano de su amado, les juro a ambos que estaría con ellos para siempre.

Claro que no existen motivos para dudar de ese juramento, pues desde que supo que se convertiría en padre, por un milagro que de repente ocurrió, no dejo ni a sol ni a sombra a quién le pertenece su corazón.

Mientras la recostaba en esa pequeña mesita, que tiene un colchoncito cubierto por telas blancas, destinada para el cambio de pañales.

Aprendió hacerlo muy bien, cuando Tetis lo obligaba a ser niñero de su hijo, o cuando iba de visita al santuario de Atena y se quedaba a cargo de sus sobrinitos.

No le molestaba hacerlo, y fue un gran entrenamiento, incluso diciendo que era el mejor de todos.

Incluso mejor que entrenar el cosmos, el cuerpo o la mente, ya que gracias a ellos ahora sabe cuidar de tu propia hija, y es lo mejor, lo mas recompensado, claro que a su punto de vista.

Le tararea una canción de cuna, es sumamente delicado con ella, se podrá decir que cuando está a lado de su familia, cambia un poco su forma de ser, no es tan burlesco o bromista, incluso las personas que lo conocen de antemano no lo pueden creer, salvo su hermano mayor que entiende que la paternidad también el sentó bien.

-Lista- La mirada tan tranquila, ya sin ninguna preocupación –Estas limpia, fresca y oliendo a talco de bebé- Ladea su cabeza al verla ahora sonriendo, sus cabellos cobaltos como los suyos, son algo esponjados como los de quien es su madre –En unos minutos iremos a ver a mi Sirenita, pequeña estrella de mar, ahora mismo está ocupado asistiendo al ricachón de Poseidón o Julián, o quien sea, me da exactamente igual- Niega con la cabeza y una sonrisa burlesca bastante exagerada, pues es algo que su pequeña disfruta ver para reír.

-Ji, ji, ji, Ba… Ban…- Balbucea, pues está en esa edad, de comunicarse por medio de silabas de dos a tres letras.

-Ja, ja, ja, ja, Asi es… Poseidón es una Baba- Solo ellos se entienden en sus conversaciones, la pequeña es muy habladora, pero solo con sus padres, ya que con los demás se tiende a poner algo seria, y solo se oculta en el pecho de quien la cargue.

Es normal, es la más pequeña de todos los hijos de poderosos guerreros.

Pero no por eso se queda atrás en cosmos, igual que todos los demás niños nacidos de esos profundos amores, en donde no se creía que existiría ese milagro, su fuerza se manifiesta en pequeños intereses y cosmos activo en los momentos en que juega, como toda criatura de meses.

Además de su cierto gusto por estar cerca del mar, y como le llama la atención la flauta de su mamá, estando muy curiosa y alegre cuando Sorrento la toca aquel instrumento, y le dedica hermosas sonatas que no le harán daño a su hija.

La vida de Kanon, no podría ser mejor… Simplemente, pareciera que sus pecados ya fueron perdonados, y que ahora pude dedicarse a una vida, “Tranquila” o lo más que se pueda al formar parte de un poderoso ejército.

Sonriente, abrazando a la niña que es su mayor orgullo, sintiendo que todo en este mundo ya está bien y es simplemente perfecto…

Sin embargo…

-Kanon-

-¿Kanon?-

-¿Qué?-

Puede escuchar esa voz, la que es muy conocida para él, que le encanta oído en diferentes tonos, tanto alegres, molestos o gimiendo de placer por su causa.

Su ceño se frunce algo confundido, mirando hacia todos lados, sin lograr entender nada de lo que está pasando a su alrededor, solo atina a aferrarse más a la niña que lleva entre su brazos, temiendo que alguien se la fuera a arrebatar.

-Despierta- La voz se vuelve más fuerte, pero sin ser molesta a un grado del enojo –Ya has dormido mucho, debes despertar… Tenemos cosas que hacer-

Aquel lugar donde estaba con esa niña, se ha evaporado de la nada, incluso la pequeña entre sus brazos también, lo que aterra enormemente al Dragón Marino.

Sin entender lo que pasa, desesperado, se incorpora de inmediato de donde esta acostado, sintiendo como sus ojos se llenan de lágrimas y su corazón de ira porque le han quitado a su hija -¡¡¡NO!!! ¡¡¡SOPHIA!!!- Abre sus ojos color turquesa, incorporándose de la cama, sudando y gotas saladas escapando de sus ojos, con una expresión de angustia, dolor y miedo.

Lo que sorprende mucho a Sorrento, aunque en cierta forma ya sabe de ante mano sobre esos tipos de sueños.

Entre Kanon y Sorrento, no existen secretos, así que… Conoce el anhelo que no solo el Dragón marino tiene, sin embargo no es posible en este mundo hasta donde conocen.

-Ahhh… Aahhh…- Jadea por la sorpresa, sus ojo bien abiertos, mirando las sabanas como primera instancia del recuerdo del sueño, que de repente de volvió una pesadilla –¿No… Era real…?-

-¿De nuevo ese sueño?- Le pregunta con un tono triste, pues siente la responsabilidad de no poder hacerlo realidad. Sentándose en la orilla de esa cama que comparten, llevando solamente una bata que cubre su cuerpo.

Cierra sus ojos, posando su mano en la frente, lanzando un suspiro, flexionando sus rodillas, sintiendo un pinchazo en su corazón, y culpa por actuar de esa manera delante de su amado –Si-

-¿Qué era esta vez?- Pregunta, con una sonrisa triste, intentando mantenerse calmado por este día especial para su compañero de vida -¿Cómo estaba?-

Se descubre la cara, entiende que esto no es solo doloroso para él, sino que igualmente Sorrento debe sentirse mal por esta imposibilidad –Solo fue un cambio de pañales…- Sus hombros caídos, mientras admira ese rostro que se esfuerza por estar bien.

-Ya veo… Debió ser algo que te molestó un poco- No sabía que más decir, su mirada se fija hacia abajo, lanzando un suspiro, queriendo hacer realidad ese sueño de ambos, que es un imposible para ellos. Llevando discretamente su mano hacia su vientre que no puede albergar vida.

-Sirenita- Rápidamente llama al otro, mordiéndose el labio inferior, para sujetar la mano que se posa sobre la cama, capturándola e intentando calmarlo –Lo siento… Yo…-

-No es tu culpa el soñar eso…Yo sé que… Tú…- Su voz parece querer quebrarse, pero inhala y exhala con calma para intentar no romper en llanto –Es algo que te gustaría tanto… Y yo…-

Sin poder prevenirlo antes, notando como ese cosmos tan elegante y sensato que se muestra imperturbable, se encuentra mal, solo reflejando el sentir de un corazón que siempre se mantiene con orgullo en alto, incluso cuando las noches se vuelven un desastre entre ambos, cuando sus cuerpos son uno, junto a los gemidos sonoros y roncos que se hacen presentes.

Atrapa ese delicado cuerpo, que ha hecho suyo miles de veces, pero esta vez necesita darle su cariño y comprensión, para que no se sienta mal –No, no… No pienses en eso, no quiero que te molesté eso… Yo…- Lanza un suspiro con dolor, pues… No ha podido evitar que desde hace meses esos tipos de sueños se manifiesten a la hora de dormir, no es que quiera echarle en cara algo a su sirenita, es solo que no lo puede evitar –Es solo un torpe sueño…-

-No es torpe, es algo… Que…- Estar sintiendo la piel desnuda del Dragón Marino, la calidez que le regala, la sensación de ser tan feliz porque cada día le pertenece solo a él –Es muy hermoso, que quieras un hijo, pero… Yo… No puedo darte uno…- Recargándose de costado, para que su lado derecho descanse en ese cuerpo tan cómodo y sus lágrimas caigan.

No pierde la delicadeza y elegancia de siempre, aun así se permite llorar lentamente.

-Eso no importa y lo sabes, si te tengo a ti todo estará bien- Rápidamente responde el peli cobalto, para calmar el corazón herido del joven hombre a su lado –Mi hermosa Sirenita ¿Me crees? ¿Cierto?- Le pregunta con preocupación, sintiendo que esto podría provocar un enorme problema con su pareja.

-Te creo, pero… Si quieres un hijo, yo no te lo lograre dar jamás… Terminarás abandonándome… Lo sé… Y…- Su tono de voz se quiebra con cada palabra, derramando perlas salinas, pero sin descomponer su rostro, todo sereno y calmado –No te preocupes, lo entenderé… Mi cuerpo es inútil para eso… Y yo quiero que seas feliz, incluso si no es a mi lado- Demuestra que su amor no es egoísta, y que entiende que aunque ambos tengan un mismo anhelo de ser padres, será imposible que ambos juntos lo logren.

Sorrento no murió, no perteneció al ejercito de Atena, no obtuvo esa bendición, y aunque otros hombres que no son de esta época lo lograron, él simplemente no tiene ese milagro en su ser, y le aterra el solo pensarlo que todo se llegue a destruir.

En cambio, para este punto, aunque Kanon no niegue que el formar una familia con Sorrento es su mayor sueño y deseo, entiende que no se hará realidad, sin embargo, no piensa crear algo así de maravilloso con alguien más que no sea su Sirenita.

Sus actitudes impulsivas lo delatan de inmediato, ya que sin pedir permiso alguno, se tira hacia atrás, con el joven hombre de piel trigueña, cabellos de un tono azul cielo bastante claro, y unos ojos rosas que se han cristalizadas.

Ambos recostados en la cama que ha sido testigo de mucha acción cada noche, Sorrento sobre el pecho de Kanon, para ser acariciado con ternura de sus cabellos algo esponjosos y su espalda que solo es cubierta por esa suave tela, con su cuerpo por completo sensible como su corazón.

-¡¡¡NO DIGAS TONTERÍAS!!! ¡¡¡POR FAVOR, PARA DE PENSAR ESTUPIDECES!!! ¡¡¡NO VOY A SEPARARME DE TI, AUNQUE TÚ CREAS QUE ES LO MEJOR!!! ¡¡¡¿QUE NO ENTIENDES QUE LO ÚNICO QUE YO NECESITO Y QUIERO EN ESTE MALDITO MUNDO ERES TÚ?!!!- Su tono alterado, mientras se aferra a ese frágil cuerpo que acariciar con una devoción única, sintiendo su corazón atiendo a mil por hora.

Es incapaz de sentirse calmado y hablar con normalidad, su miedo de perder a Sorrento es evidente, porque no podría estar con nadie más que no sea ese joven hombre.

-Pero…- Susurra en un tono lastimero -¿Qué pasara, si al final te aburres de mí? ¿Sin ser capaz poder cumplirte la fantasía, el sueño de una familia?- Su miedo es obvio, pero se aferra a ese hombre que ama y teme perder tanto.

-Sorrento, mi hermosa sirenita, tú sabes complacerme en muchas mejores cosas- Su tono lascivo, sin duda quiere hacer olvidar los momentos desagradables al otro y de paso a él también –Puede que no podamos tener hijos de forma natural… Pero, lo podemos intentar hasta que de alguna forma pueda embarazarte- Es seductor en su hablar, respirando agitadamente, mientras se gira, para hacer que la marina quede debajo de él, mientras el peli cobalto está sosteniéndose de sus rodillas y palmas.

Dejando ver su desnudez por completo con un miembro ya erguido y duro, ansioso por volver a profanar ese cuerpo tan lascivo a su ver.

-Kanon…- Sorprendido por este cambio brusco de escenario, mientras sus orbes rosas dejan que algunas lágrimas caigan, aunque su sonrojo es por ver la anatomía completa que lo hace gozar cada noche –Espera…-

-Anoche no sé cuántas veces me corrí dentro de ti, pero no fueron suficientes- Sonríe pícaramente, mientras sin pedir permiso alguno, corre la bata de los hombros del Austriaco –Intentémoslo y aunque no podamos concebir, nos tendremos siempre el uno al otro, el amor que sentimos, la atracción y deseo entre los dos es único y no voy a permitir que sigas pensando idioteces sobre alejarte de mí- Comienza a dejar marcas en esa piel tostada que disfruta, mientras escucha los gemidos del otro, siendo hermosas sonatas musicales para sus oídos –Jamás existirá nadie con quien quiera formar una familia que no seas tú, y si no podemos… No me iré de tu lado, sin importar lo que suceda, solo contigo lo voy a intentar toda la vida- Jadeante, no puede evitar sentir tanto deseo ante ese cuerpo que es suyo desde que lograron estar juntos –Y aunque jamás suceda, no importara porque te amo, y no quiero perderte ¿Lo entiendes?-

Su boca reclama esa piel suave y de un aroma que mezcla a ambos, sus manos toscas empiezan a invadir la zona baja de la marina, mientras estimula el pene ajeno, para poco a poco irse abriendo paso hacia la parte donde que cada noche penetra con locura y hace gritar de placer al de ojos rosas.

Escuchar aquellas palabras que le dedica el hombre que en un inicio creía odiar por haberse hecho pasar por otro, pero con el pasar del tiempo sus sentimientos volvieron a surgir.

Lo había amado en secreto desde que lo conoció, sin embrago el dolor de saber que no era quien decía ser le causo una tremenda desilusión, pero sin saberlo, de nuevo esos sentimientos se presentaron que no los podía negar u ocultar más.

Se aterraba con el pensar que no fuera lo suficientemente bueno para él, aunque no lo demostraba, creía que en algún punto se cansaría de su amor, pero…

Sus dulces palabras, siendo tan sinceras, hacen que su corazón revoloteé, mientras siente como su pareja lo complace, dándole su calor y cuerpo para un éxtasis único.

Rodeando el cuello del peli cobalto, mientras deja que explore su cuerpo que ya no está protegido por la bata de color azul pastel, quedando en sus antebrazos, mientras la lengua del gemelo menor le recorre el cuello, y lo toca de forma tan atrevida, pero está bien.

Se siente amado, comprendido, entiende que a veces es bueno dejarse llevar por estas situaciones para olvidar un poco los pensamientos intrusivos.

Puede que esto no arreglé la situación por completo, el hablar sí que lo hará, pero lo han hecho antes, solo son miedos de creer que no podrían permanecer juntos, que su amor fuera tan débil que el hecho de no poder concebir los llevara a un problema sin soluciones.

Sabe que existen otras formas, la adopción es una de ellas, sin embargo eso es un tema que ambos deben seguir meditando, mientras… Pueden disfrutar de sus deseos carnales, tal vez… Si lo intentan muchas veces, hasta el borde de Sorrento, y que Kanon quede por completo seco, el milagro tal vez se dé…

Es pronto para darse por vencido, aunque deben ser realistas, de que la posibilidad de que conciban a esa pequeña que Kanon ha visto en sus sueños, sea tan pequeña, casi nula, pero…

Mientras la posibilidad de triunfo no sea cero, puede ocurrir un milagro…

Tal vez un ser divino se llegue apiadar de esos corazones, que aunque se amen mutuamente y sus sentimientos sean tan fuertes que nada, ni nadie lograra romper, duele un poco el no poder hacer ese sueño realidad.

Aun así no se rendirán y quien sabe…

Tal vez el día de cumpleaños de Kanon, tenga la fuerza necearía para cumplir un deseo único.

Pues el aniversario de vida tiene ese poder, solo para quienes puedan y deseen de verdad que su sueño se haga realidad.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Wow ya estamos por terminar mayo de los regalos, así que espero estén felices y los terrones que no les entregue nada, pus yo ya había advertido.

Sin mas espero que estén disfrutando mucho estos One Shot, en donde revelamos datos de nuestros buenos gemelitos.

Jajajja ya solo dos mas y empezaran lo semanales, jajajaja intentemos que sea así.

Pero primero a cantarle al buen Kanon de Dragón Marino.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Kanon, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Kanon, tu cumpleaños si que si.

Bueno mis lindos terrones de azúcar, disfruten al lectura.

Por favor disfruten mucho la lectura, les agradezco tanto que me sigan leyendo, votando y comentando.

De verdad me hacen mega feliz.

Cuídense mucho mis terrones de azúcar.

Los mega quiero a todos.

Ammu se va. 


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