-¡¡¡NO!!! ¡¡¡POR FAVOR, NO ME LLEVEN!!!-
-¡¡¡VAMOS, MOCOSO!!! ¡¡¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE TE HAN ADOPTADO?!!! ¡¡¡TENDRÁS UNA MEJOR VIDA QUE AQUÍ!!!-
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO PUEDO IRME!!! ¡¡¡NO SIN MI HERMANO!!!-
-TSK ¡¡¡ERES UN IDIOTA!!! ¡¡¡APROVECHA ESTA OPORTUNIDAD Y OLVÍDATE DE ÉL!!!-
-¡¡¡JAMÁS LO HARE!!! ¡¡¡ES MI HERMANO, NO PUEDO IRME SIN ÉL!!!-
-¡¡¡PUES NO TIENES DE OTRA!!! ¡¡¡TE ADOPTARON YA!!! ¡¡¡PAGARON POR TI!!! ¡¡¡AHORA TE LARGAS DE AQUÍ!!!-
Llevarse a un niño a la fuerza, casi arrastrándolo, para que sea llevado a lado de una pareja que al parecer si esta sumamente feliz de tenerlo.
Sin embargo, lucha con todas sus fuerzas para zafarse de ese agarre, llorando desesperado, gritando, solo pidiendo que no lo alejen de su única familia sanguínea.
Lo único que le queda en este mundo.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡QUIERO QUEDARME CON MI HERMANO!!! ¡¡¡CON DEUTEROS!!!- Sigue su grito desesperado, llamando la atención de los demás, pero el mencionado no parece hacer acto de presencia.
Su llamado desconsolado, su garganta lastimándose con cada grito desgarrador, sus mejillas empapadas de lágrimas, sintiendo la peor tristeza del mundo.
Solo mira hacia atrás, su mano derecha siendo sujetada por el adulto encargado de aquel orfanato que se nota bastante fastidiado y desinteresado por la suerte de todos esos niño…
Busca con la mirada a su hermanito, pero nada…
Solo quiere que algo o alguien los ayude para seguir estando juntos, como se habían prometido en el pasado, al llegar a este lugar.
Aunque, ahora mismo la promesa se está rompiendo…
Antes de que sus pies pisen las afueras de ese lugar tan tenebroso, y que fue su hogar por casi la mayor parte de su vida, escucha la voz de alguien que quiere tanto.
Parecía que ya todo estaba perdido, pues no existía vuelta atrás…
-¡¡¡ASPROS!!!- Su nombre siendo gritado con todas las fuerzas del mundo -¡¡¡NO TE VAYAS!!! ¡¡¡NO LOS DEJES!!!-
Sus oídos son inundados por esa voz, y sus fuerzas por seguir luchando resurgen -¡¡¡DEUTEROS!!! ¡¡¡AYÚDAME!!! ¡¡¡NO QUIERO IRME!!!- Estira su mano izquierda hacia la dirección de donde viene ese niño de piel morena y cabellera azul, tan similar a quien llevan a la fuerza.
-¡¡¡NO SE LO LLEVEN!!! ¡¡¡SE LOS SUPLICO!!! ¡¡¡ALTO!!!- Imita la misma acción del de piel pálida y ojos cristalizados -¡¡¡YO TE SALVARE!!!-
Dispuesto el menor a salvar al mayor, no quieren alejarse, aunque pongan trabas en su camino para alejarlos, por la suerte que uno corrió y el otro no.
Sin embargo dos niños no son rivales para los adultos…
Entre su llanto desesperado, los fuertes gritos de angustia, y los intentos de huir…
Las rejas se abren solo para arrastrar al mayor de esos gemelos, y sacarlo de aquel lugar, para entregarlo a su nueva familia…
Contra su voluntad, no tiene voz, ni voto...
Siendo subido rápido a un auto, para que no pueda huir, mientras los adultos solo asienten felices de tener al niño que querían con ellos, sin darle importancia a su dolor y desesperación por abandonar a su hermano menor…
Pero se lo dejaron en claro desde el inicio, no querían a ese niño que posee una apariencia aterradora y desagradable ante los ojos de esa pareja, que al parecer pertenecen a una clase alta.
-¡¡¡ASPROS!!!- Los gritos siguen saliendo de su boca, aferrándose a los barrotes, llorando con tanta angustia, deseando que esto no sea verdad.
La voz del mayor no se escucha atreves de los cristales del auto en donde ha sido encerrado, pero no deja de ver con lágrimas en esos ojos azules como la noche, el dolor en su gemelo…
Solo un milagro pedían, uno que los hiciera permanecer juntos, cuidándose y protegiéndose por siempre, solo querían eso, lo que sea harían para que no los alejaran…
¿Qué importaba una buena oportunidad para cambiar su vida, si era lejos de la única persona que ama?
Su única familia, todo lo que les quedaba de aquellos hermosos días de infancia, que logaron vivir junto a sus verdaderos padres, pero que todo cambio en un infierno que les destrozó la vida entera a ambos…
¿De nuevo debían vivir un infierno pero en soledad cada uno?
El sonido del motor encendiéndose, las risas y alegría de aquellas personas que se llevan al mayor se escucha, queriendo acercarse a él, para que entienda que ahora ellos serán sus padres…
Aspros, claramente no los aceptaría, los rechaza de inmediato, solo quiere seguir viendo por la ventana, rogando que lo dejen quedarse con su hermanito, se los rogaba, pero no funcionaba, ninguna de sus palabras parecieran importarles a esa pareja.
Y así… El auto arranca, alejando a dos pequeños que debían estar juntos, para cuidarse mutuamente…
El dolor en cada grito desgarrador del moreno se escucha, lamentable, no llega hacia Aspros… Pues las barreras del cristal solo impiden escuchar y ser escuchado…
Sus miradas solo son lo único que logran apreciar antes de… Ese adiós forzado se dé…
Y allí empezó el sufrimiento de cada uno…
Aspros, ahora tenía todo para ser un niño feliz, lleno de lujos, diversiones, educación, y “Amor…” O uno que se podría decir como tal…
Aquella pareja que lo adoptó, le pidieron que los llamara padres, que ellos lo amarían tanto y que ya no debía rpeoucprse por nada de ahora en adelanté, pero… El niño claramente no se fiaba de ellos, llorando desesperado, gritando, rogándole de rodillas que lo devolvieran o que… Por favor adoptaran a su hermano menor, pero…
Con solo mencionar al otro, se notaba el desprecio por alguien tan inocente…
-Ese pequeño monstruo, no merece una oportunidad como esta-
-Date cuenta cariño, tú tienes mejores posibilidades, solo por tu bonita apariencia-
-Digna de ser educado, tener un mejor futuro y llenarnos de orgullo, ¿No crees que te lo mereces?-
-Ese niño, por su color, su mirada desagradable y ese colmillo que sobresale, no es digno de siquiera ser mirado por nosotros-
-Pero, aunque seas su hermano gemelo, tú tienes mucha más clase y elegancia. Acepta que la genética y fortuna te sonrieron-
Insultos… ¿Por qué debían insultar a su gemelo?
Solo el color de la piel lo hace diferente… Pero ante un niño eso no tiene sentido, es su hermanito y eso es suficiente para querer estar a su lado siempre…
Siguió rogando, siguió pidiéndoles que trajeran a su hermanito, si no lo dejarían ir…
Intento hacer destrozos, todo para que lo devolvieran, pero nada parecía funcionar, hasta que… Se entregó por completo a la tristeza, y depresión infantil… Se negaba a comer… No era un berrinche, era que su corazón estaba por completo roto.
Y fue solo sí que esa pareja, le propuso, que si volvía a ser un niño “Feliz” adoptarían a su hermano menor, aun en contra de sus prejuicios, tal vez… Teniendo pensado ponerlo como sirviente, pero si eso hacía que el niño que quieren como su hijo este bien, lo soportarían…
Aspros, acepto. Hizo todo para que su alegría volviera, y siguió el tratamiento psicológico, pero…
Cuando regresaron a ese orfanato para “Adoptar/Comprar” a Deuteros…
Una sorpresa se llevaron, al saber que aquel niño huyo… Para justamente buscar a su hermano mayor…
Era obvio, había pasado tiempo… Y la desesperación creció en él tanto… Que ya no podía seguir soportando quedarse sin hacer nada…
Los otros niños, amigos de esos gemelos… Le contaron a Aspros que pasaba las noches llorando, tan frustrado y enojado por no haber hecho algo para salvarlo…
Que dormía en la cama que compartieron, abrazando la frazada que era su único recuerdo del pasado…
Aquello rompió por completo el corazón del peli azul que aunque vista tan elegante ahora, seguía siendo el mismo niño, que no quería irse, no sin su hermanito…
Claro que lo hizo caer en un espiral de dolor sin fin…
Sin embargo, los adultos que adoptaron al mayor, le prometieron que si se comportaba, si hacia todo de manera excelente, si sonreía, si se portaba como el hijo ideal, le juraban que encontrarían a su gemelo y se lo traerían de vuelta…
Claro que les creyó, ¿Qué más le quedaba que aferrarse a una esperanza aunque fuera mínima?
Aunque tuviera que fingir una sonrisa ante los demás de esa clase social a la que comenzó a pertenecer. Todo lo hacía tan bien, que parecía ya haber olvidado a su gemelo…
Pero… En la soledad de su habitación, en ese instante que tenía sus recuerdos más vivos, se derrumbaba para derramar un sinfín de lágrimas hasta quedarse dormir…
Y así el tiempo transcurrió… Su esperanza iba muriendo poco a poco, pero… Intentaba pensar que en algún momento, la vida se apiadaría de él, de ellos… Y estarán de vuelta juntos…
Sin embargo…
En este despertar que tuvo, en donde las pesadillas vuelven constantemente…
Justamente en el momento donde recordaba en su inconsciente aquella cruel separación de su hermano menor…
Solo se limpia las lágrimas, su expresión seria se nota, se había vuelto el hijo perfecto para una familia que desea verse siempre perfecta y poderosa…
Cumplió su parte del trato… Con la promesa que volvería a ver a su hermano menor… Pero cada día que trascurría, eso lo veía más lejano, pero ya no le importaba si ellos no cumplían.
Veía la posibilidad de que si ellos no hacían nada, él lo haría…
Sabe que el dinero jamás volvería hacer algo que se le negara, al contrario, con lo que tiene a su nombre ahora mismo, y el trabajo asegurado, buscara él mismo a Deuteros…
Pero primero debía seguir fingiendo su alegría de ser parte de esa familia, mantener su popularidad, como hijo de unos magnates…
En un internado lejos de su ciudad natal, todo para seguir siendo educado en los mejores lugares, y así ganarse su puesto en al sociedad…
Solo debe tomar su mochila, llevar el uniformé con orgullo, pulcro, limpio, elegante con una presencia que impone a cada paso que da. Dedica las sonrisas que se espesaran al saludar a sus compañeros de dormitorio…
No esperaba ningún amistad, todo para él son solo engaños y falsedades, de aquellos que tienen una buena posición económica, ya que… Siempre buscan su propio beneficio. Y sí, ahora él no es muy diferente a ellos, pues igual busca un benefició propio, que si bien no es del todo para él, si para encontrar a alguien que es muy importante
Aquel campus tan enorme, atravesarlo para llegar a su primera clase no es problema, es responsable, a llenado de orgullo a esa familia y a esta escuela por sus buenas habilidades en los estudios y deportes, como sociales…
Respetado, amado y algo envidado, así es su vida es ahora…
Y aun así, no siente ninguna satisfacción…
Sus ojos azules, solo miran al frente, nada fuera de lo común se presenta…
Hasta que al girar a la derecha, se topa con una cabellera azul oscuro, igual que la suya, asimilando a la misma noche, solo que va suelta a diferencia de él.
Algo lo impulsa a mirar atento a ese extraño de espaldas, su curiosidad lo motiva a caminar apresurado, su corazón late por que llegara a ser realidad lo que el presentimiento el dicta en una posibilidad única.
No lo había visto de frente… Podría estar guiándose por una ilusión que llegaría a ser falsa, pero quiere creer que es verdad…
Rápidamente lo alcanza, para lograr verlo de forma discreta, y al notar ese rostro, el tono de piel y el singular colmillo…
Debía ser su sueño hecho realidad…
Lleva el uniforme, se encuentra allí su hermano… Su gemelo menor, de quien lo habían separado, que huyo para encontrarlo, y al fin parecen que volverán a estar juntos…
En este instituto, el más prestigioso de todo el país, incluso podrían decir de todo el mundo.
No lo dudo más, y rápidamente se atraviesa para cortarle al paso, sujetarlo por los hombros con fuerza, casi derramando lágrimas, con una enrome sonrisa en sus labios.
-¡¡¡DEUTEROS!!! ¡¡¡HERMANO, ESTÁ AQUÍ!!!- No pudo evitar gritar con fuerza, mirándolo con una enorme alegría en su rostro, su corazón latiendo con fuerza, se da el permiso de mostrarse algo descuidado por quien tiene de frente.
Pero antes de abrazarlo, antes de que logre confirmar su mayor deseo hecho realidad… Sin importarle que esté dando un buen espectáculo a los demás estudiantes, que les parece raro este comportamiento en el ejemplo de todo el instituto.
-Disculpa, pero creo que me estas confundiendo- Contesta el de apariencia casi similar a quien lo sujeta con fuerza, con la diferencia del tono de piel. Este se aparta con brusquedad del otro, mostrándose hasta enojado.
-¿Qué? No, no me pude confundir… Eres Deuteros, mi hermano…- Intenta alcanzarlo de nueva cuenta, sintiendo una enorme desesperación, cuando es obvio a quien esta mirando –Mi hermano menor… Debes recodarme…-
-Pues lo estas- Una contestación tan fría como el mismo hielo, el ceño fruncido, sin importarle en lo más mínimo esas lagrimas que caen de los cristalizados ojos azules –Yo no tengo hermanos, solo tengo a mi padre, te digo que me estas confundiendo- Y sin mayores palabras, dedicándole una mirada de desprecio absoluto al otro, lo pasa de largo.
Exactamente como lo que es… Todo apunta que no lo conoce en lo más mínimo, ignora que el otro se ha quedado con la mirada impactada, sin lograr cerrara sus ojos por las miles de lágrimas que caen, estando en un estado de confusión absoluta.
Su voz no parece salir, tal vez los años de ocultar su verdadero sentir lo hace pensarse cuestionarse todo…
¿Podría estar equivocado?
Su mente le dice que es una posibilidad, pero el corazón, su sentir…
El llamado de la sangre… No puede estar confundido, si se parecen tanto, pero a la vez… Son distintos en algunos puntos…
Sin embargo no tiene posibilidad de averiguar más…
Pues ese moreno de caballero azul y ojos enfurecidos se ha alejado hasta perderlo de vista…
La confusión reina en su ser, pero no sabe que más hacer…
Tal vez… ¿Ignorarlo? O ¿Buscarlo…?
Mientras, Aspros se debate esto en silencio, sin importarle que los demás alumnos lo miren con cierta duda y confusión, ya que era la primera vez que lo veían actuar de manera poco decorosa.
Quien acaba de rechazar aquella posibilidad de parentesco, se ha ido rápidamente a ocultar a una parte privada del enorme campus, para respirar un poco en paz…
-No puede ser… Por qué… ¿Por qué justamente ahora?- Su rostro se nota descompuesto, alarmado y nervioso, pero una sonrisa demasiado triste se forma en sus labios –Te tengo que ignorar, como si no te conociera en lo más mínimo-
Un puñetazo en la pared, nadie lo vería y ese es el plan. Pasar desapercibido en este momento.
Necesita sacara su frustración, para actuar como si nada ocurriera…
Como si no hubiera encontrado a la persona que ha estado buscando desesperadamente por todos estos años…
Por quien acepto entrar a una organización que se encarga de lidiar con las peores alimañas del mundo… En donde sus manos están cargadas de sangre…
Todo para poder volver a ver a su hermano, sabía que la familia que lo separo de su lado era de dinero…
Aún recuerda, las mentiras que ellos le dijeron cuando por fin logro encontrar esa enorme mansión.
Le gritaron que Aspros ya no estaba con ellos, que había huido por buscarlo, y que por eso encontró la muerte.
Se sintió culpable por eso, pero no les creyó… Intento buscarlo hasta creer que era verdad esa terrible falsedad…
Aceptaría matar con tal de encontrar la verdad, aunque fuera peor… Pero… Lo vuelve a ver…
Y debe callarse para que no se vea involucrado en nada de lo que haces…
Respira profundo, aspirando por su nariz, alejando las lágrimas que cae sin permiso –Lo siento, Aspros, pero… Por tu propio bien… Debemos seguir alejándonos, como dos extraños…- Cuanto dolor al escucharse en voz alta, pero… No tiene de otra.
-Ya te perdí una vez, no podré soportarlo una vez más…- Aprieta sus puños, levanta su vista hacia el cielo, notando que de nuevo es gris como la última vez que lo vio –Estarás a salvo, si estamos alejados… Tal vez, cuando todo acabe, pueda… No, Deuteros… No puedes hacer una promesa que puedes no cumplir-
¿Por qué el destino de estos dos gemelos debe seguir siendo cruel?
¿Por qué todo se empecina a separarlos?
Son hermanos, nacieron juntos, se cuidaban y protegían, sus sonrisas solo eran del uno para el otro, nadie los debía importunar, pero…
La vida fue caprichosa y los hizo tomar caminos muy separados. Creyendo que su momento de reencontrarse estaría lejos…
Sin embargo, eso les jugo en contra, lo que debía ser un reencuentro lleno de emociones, alegrías, y tiempo por recuperar…
De nuevo se interpone algo para que estén lejos, sin embargo… El deber de Aspros y la misión de Deuteros, los obligarán a estar juntos…
Y claramente, eso puede traerles muchas alegrías como demasiado dolor…
¿Cómo podrían afrontar sus nuevas realidades?