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Aioria De Leo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Tiempo sin actualizar por aqui, espero que me extrañaran y aqui tienen mas capitulos, hasta que la pagina muera.

El tiempo sin duda es algo que nadie quiere perder.

Que todos desean poder manejar y controlar a su mero antojo y voluntad.

Todos quisieran lograr hacer sus propósitos y metas lo antes posible.

Querer que tus deseos se vuelvan realidad y aun así poder tener tiempo para otras cosas.

Pasar el todo el tiempo posible con tu familia, claro que siempre y cuando ese lugar de verdad sea seguro y protegido para ti.

Conocer las historias que no pudiste antes… Personas de las cuales alguna vez te contaron y admirabas de niño, pero la suerte y el destino no estuvieron de tu lado para conocerlos.

No, no fue decisión de nadie más que de aquello que se debía cumplir, el ciclo de la vida es a veces difuso y confuso de comprender y más si eres pequeño.

Al crecer lo entiendes y aceptas que la vida es así, y es mejor no añorar a conocer personas que no podrás tener cerca nunca.

Aceptar que así es la vida común y corriente, que los muertos no reviven, que jamás conocerás esas grandiosas historias de antaño de la voz de quienes la vivieron, que el tiempo no perdona y que a veces los Dioses te enseñan de una manera cruel el destino que tendrás que correr por tus decisiones y a veces por otros.

Pero por suerte, destino, obra y gracia de su Diosa, como si se tratara de un regalo para aquellos que aún están, y quienes ya no…

Logró traer a la vida a ciertas personas que deseaban conocer y proteger a otros que ahora son adultos…

Sí, la vida de ser un caballero de Atena no es para nada común y corriente, al contrario es muy rara, complicada, asombrosa y ahora llena de sorpresas gratas como de un inmenso amor.

La verdad, él nunca esperaba nada por su cumpleaños antes…

Bueno, ahora si lo hacía, pues… Ya no está solo.

Sus primeros siete años los paso junto a su hermano mayor y a quienes creía buenos amigos…

Después, trece en soledad y que a nadie le importara su mera existencia, salvo para insultarlo y recordarle quien era su hermano…

Conoció a una niña que igual fue molestada y relegada por ser extranjera, se hicieron amigos y confidentes…

Fue así que conoció pocas personas que no eran malas o crueles con él, y entendió que igual ellos necesitan a alguien que los ayude, y aunque nadie lo hizo con él, bien podría ser quien ayudará y cuidara a esos que lo necesitan.

Y ahora con el tiempo a su favor, ha logrado conocer miles de verdades, y se dio cuenta que lo que sentía no era correcto, no podía odiar a un héroe que dio todo por el bien de su Diosa, su hermano nunca fue el traidor que todos tachaban.

Claro que después de esa revelación la muerte lo esperaba, fue así como ocurrió de forma esperada, pero aun dolorosa.

Sin embargo, no todo acabaría allí.

No fue su completo destino perecer por siempre, ya que fue revivido y teniendo una segunda oportunidad de vivir, la aprovechara sin dudar.

Aquella niña que lo apoyo y alentó muchas veces en el pasado, le correspondió sus más sinceros sentimientos, los dos siendo unos adultos… Ambos caballeros de Atena, uno de oro y la otra de plata…

Se han amado desde hace mucho, se casaron y tuvieron una hija…

No sólo tiene ahora una hermosa familia conformada por su esposa e hija, sino que igual ahora está su hermano con él, y tiene sobrinos, se podría decir que un cuñado también, pero no es tan cercano a él por ciertas situaciones, un discípulo algo distante pero que lo respeta, un amigo que aunque sea un bronce muy infantil y algo distraído, tiene un gran corazón, fue discípulo de su amada, y es buen niñero a veces.

Se podía decir que ya no espera nada más de la vida, es muy feliz ahora… Ya no existe una soledad que lo consuma, tiene una familia de vuelta, amigos y más…

Sus cumpleaños ya se han vuelto alegres, ya no sufre y se siente pleno…

Despertar con un abrazo de su pequeña Leoncita, y un beso de su amada es lo mejor del mundo para él, divirtiéndose el día entero, recibiendo algunos presentes, y comer algo mega delicioso… Se podría decir que era sencillo todo eso para algunos, pero para Aioria es más que perfecta esa forma de festear…

Disfruta tanto comer un pastel en compañía de sus seres queridos, amigos y compañeros de armas… No pide más… Solo pasar sus cumpleaños con quienes extraño tanto.

Así podría ser por siempre y seria lo mejor del mundo para él…

Sin embargo, el cumpleaños de este año… Pinta a ser igual… Pero no tanto así…

Esta vez, sí, despertó con la enorme alegría de su amada Marín, y su pequeña y revoltosa Leoncita Pyrena, que con sólo verlas, ya se siente el hombre más afortunado del mundo.

Y más ahora… Porque, su familia ha aumentado en cierta forma hacia atrás.

Con sólo poner un pie en el pasillo principal de Leo… Es recibido por dos personas tan alegres, llenas emoción, como de entusiasmo y tanto amor hacia el León dorado de esta época.

No se sorprende de uno, lo conoce muy bien y sabe cómo es a veces, pero del otro… No sabía que pudiera llegar ser así de efusivo… Lo abrazaron, lo llenaron de halagos, le decían que tan felices están de que tenga un año más de vida.

Claro que se sonrojo y avergonzó, pues sí bien, con Aioros está acostumbrado a que sea así de entusiasta, no sabe cómo explicar y sentirse al ser abrazado por un anterior dorado, que justamente también había sido un Sagitario, y que es el papá de ambos hermanos.

No está acostumbrado a recibir ese tipo de amor… Pero no es que lo quiera rechazar, solo se siente algo cohibido y tímido por ello…

Creía que no pasaría de muchos mimos y cariños como si fuera un niño de la misma edad que su hija.

Sino que a diferencia de otros años… En donde Marín le prepara algo delicioso por su cumpleaños, esta vez ella no lo ha podido hacer nada… Ya que al parecer todo ha sido organizado por justamente estos dos Sagitario que lo quieren consentir tanto como puedan por su cumpleaños.

Sentado delante de la mesa del comedor, con un gorrito de cumpleaños en su cabeza, de esos hechos de cartón, circulares y que terminan en pico, los cuales poseen decoraciones como si de una fiesta infantil se tratara, todo en general con temática de Leones, asemejando a dibujos animados de diferentes películas donde tengan a ese animal de protagonista.

La mesa llena de comida con forma de Leones, por curioso y sorprendente que esto pareciera…

Unos panecillos con leoncitos sobre betún, galletitas, hotcake en forma de estos animales, con muchas fresas, crema y duraznos encima y a un lado.

Sin duda parece más un pequeño desayuno para un niño que para un hombre adulto y ya padre de familia.

Se siente tan apenado y avergonzado, porque Aioros y su papá Sísifo se han adueñado de su propia cocina, y bueno tanto Marín como Pyrena están sentadas frente a la mesa junto a Aioria… El cual no puede ni verlas a la cara por la pena que siente.

-El abuelito Sísifo cocina delicioso- La pequeña niña de cabellera rojiza habla de manera tan entusiasta al probar los postres de su padre.

-Esto es demasiado…- Murmura todo rojo de la cara y viendo fijamente hacia su desayuno.

Es fácil darse cuenta que algo no está nada bien en el León dorado, y alguien que lo conoce muy bien no se va  quedar en silencio.

-¿Qué pasa Aioria?- Le pregunta con gentileza, al igual que también prueba esos deliciosos manjares que su suegro y cuñado han preparado.

Un suspiro deja salir, aprovechando que no lo van a escuchar los demás, solo ellas.

Se quita aquel gorro de fiesta puntiagudo y con leones impresos, dejándolos de lado en la mesa, y negando con la cabeza -Es que esto… Esto es tan ridículo- Habla firme, pero sin dejar de tener las mejillas rojizas -Ya no soy un niño…- Su puchero puede decir lo contrario, pero es su manera de expresarse.

-Aioria, no digas eso… Esto no es una fiesta para niños… Sino, que es un pequeño detalle que tu papá, hermano y padre te regalan al igual que nosotras…- Intenta suavizar el ambiente, aunque su mismo rostro refleja una risita incierta.

-Marín- Llama a su amada esposa, sonriendo algo forzadamente -¿Gorritos? ¿Decoraciones iguales a las que usamos para Pyrena?, ¿Pasteles con forma de leones?, dulces y este desayunado, que… No me malinterpretes es deliciosos, pero…- Calla un instante -Me hacen sentir como si siguiera siendo un niño para ellos…- Habla serio, mirando fijamente a ella, con el ceño fruncido y una mueca de preocupación, mas niega con la cabeza -Y ya no lo soy… Estoy casado, tengo esposa y una hija, y ya no estoy para estas cosas…- Revela su enorme sentir.

De hecho, el León dorado tiene una cierta molestia porque nunca le ha gusta que lo traten como un niño… Sí bien, Aioros era el único que seguía consintiéndolo de esta forma, por ser su hermano menor y no haberlo podido cuidar por su falta… Ahora se suma a esta ecuación su papá, de quien ahora entiende de donde el Sagitario saco esa actitud optimista, protectora y a veces algo encimosa de su hermano mayor.

No es mal agradecido, y no le molesta del todo la atención de ambos, al contrario, es… Como sí al fin pudiera tener aquella familia que de niño necesito tanto, pero… Le gustaría que lo tratarán más como un adulto… Como su igual al menos…

No como si fuera de la misma edad que la pequeña sentada a su lado.

-Debes entender que Sísifo jamás dejará de verte como su pequeño hijo- Aquella voz tan seria y gélida, que pareciera no tener emoción alguna, se hace presente en el quinto templo.

Justo para acercarse al de cabellera castaña clara.

Aún le aparece asombroso e impresionante, como su papá… Alguien tan alegre, amoroso, protector y ocurrente, este con su padre… Una persona sumamente seria, calculadora, tranquilo y poco expresivo…

Y más que Aioros y él fueran resultado del fuerte amor de ambos…

El León dorado se queda un instante callado.

Marín solo sonríe y asiente como saludo ante el anterior capricornio.

La pequeña es la única que responde de una forma más inocente y salvaje.

-Abuelito El Cid, hola- Sin perder tiempo se pone de pie en su silla y hace la seña de querer que el adulto la cargue.

Cosa que el serio hombre de mirada tan afilada como la Excalibur acepta sin pretextos.

-Buenos días… Padre…- Responde al fin el León dorado, sin levantar mucho la vista.

-Mmmh…- Ve detenidamente el ambiente, esos globos con impresiones de leones por todas partes, la decoración si tiene la pinta de ser una fiesta infantil, más acorde a la pequeña pelirroja… Pero en cierta forma entiende esto, es más… Lo comprende y a su vez no es el único que lo hace en aquella mesa.

-Él nunca tuvo oportunidad de celebrar este tipo de cosas para ti- Le explica mientras carga a la menor y sin bajar las cosas que fue enviado a traer.

Aquellas palabras sin duda son un regaño para el cumpleañero, el cual lanza un suspiro algo nostálgico.

-Pero… No tenían que hacer tanto por mí… Estaba bien con solo tenerlos cerca… Bueno a todos…- Aioria ni siquiera se entiende a sí mismo, está muy avergonzado, pero es como si a la vez una parte de él estuviera disfrutando este momento, aunque no lo admita del todo.

-Para él no es así de simple- Le habla serio, pero comprendiendo a su vez al menor de sus hijos -Tú lo vez tan animado, sonriente y tranquilo, haciendo todo tan feliz y con una sonrisa imperturbable en su rostro, pero…- Recordar aquel pasado, es algo tormentoso y aún muy doloroso para él, pero como siempre es su manera de ser, sé calma y tranquiliza… No quiere demostrar en su cosmos su verdadero sentir -Le fue muy difícil dejarlos solos a ambos… Si bien… Tuvimos la fortuna de volver a ver a Aioros un corto tiempo… Vivir con él y que tuviera momentos en familia, los cuales ambos merecían y aun merecen. Gracias a que Atena nos brindó una segunda oportunidad de vida… Pudimos tenerte, sin embrago, no fue fácil para Sísifo, ni para mí, saber que después de un lapso de un año de nuevo los dejaríamos solos, no podríamos estar juntos- Puede siempre parecer un hombre sin mayor emoción que la calma misma, pero… Pensar en esos momentos le es complicado aún… Y más expresarlos correctamente.

Conoce aquella verdad, se le fue contada cuando ambos hombres volvieron a la vida y los buscaron con desespero, pues querían volver a ver a sus hijos, ahora ya siendo unos adultos hechos y derechos… No por primera vez seria esto, porque ya se habían visto antes, ese recuerdo está guardado en el inconsciente de los dos.

Aioros lo tomó bastante bien, pues sus memorias aunque borrosas, parecía que si podía recordar a esos dos hombres que les dieron la vida.

Sin embargo… Aioria... En cierta forma no sabía cómo tomarlo del todo bien.

-Sé que debió ser difícil…- Ahora siente algo de culpa por tan solo pensar en todo lo que conllevo los preparativos y estar quejándose por un hermoso detalle.

-Te entiendo bien. El que no sientas que algo así corresponda a tu edad, pero… Solo entiende a Sísifo, quiere compensar todos los años perdidos, en donde no pudo hacerte algo así…- Su mirada morada se queda fija en el León dorado, pero no tiene del todo aquel brillo de seriedad inmaculada, sino algo mas de empatía -Quería tanto verte crecer, conocer tus gustos, hacerte sonreír, reír… Deseábamos que fueras siempre muy feliz y verte así siempre. Por eso, aunque sabe que eres un adulto ahora, solo quiere darte algo de lo que no pudo y tanto Aioros, como Marin, Pyrena y yo lo hemos ayudado…- Vuelve a explicar, mientras asiente, su rostro sereno se refleja y deja escapar un suspiro lastimero, sin contar que la pequeña niña en sus brazos está sonriente y abrazando a su abuelito con una sonrisa en su rostro.

-A nosotras nos pareció muy lindo como tus padres te quieren y demuestran su amor. Y creo que es algo adorable lo que hacen por ti, ¿No crees?- Le dice con una sonrisa nostálgica la joven mujer, pues en su corazón, el hecho de que su amoroso esposo esté al fin junto a toda su familia, le hace sentir felicidad y algo de envidia, pues también le hubiera gustado tener esa misma oportunidad de conocer a sus progenitores, por ende quiere que Aioria disfrute tan como pueda este día con todos los que lo quieren.

Aquellas palabras las escucha atentamente, las de su padre y esposa… Como su niña que ha estado mega encantada con todo desde un inicio…

Sus ojos verdes se quedan fijos un instante al frente, para girar su vista hacia la división del comedor y cocina que tiene, y aunque lejos para escuchar la conversación que su hermano mayor y papá tiene, puede ver como ambos Sagitarios se las ingenian para seguir preparando un sinfín de manjares Griegos… Y como el mayor es esfuerza por hacer todo lo mejor posible por no quemar las galletas…

Las risas de los dos hombres es similar, los ojos llenos de alegría, la emoción en sus rostros se refleja por hacer algo muy lindo por él.

No deja de sentirse incómodo, de pensar que no le debería estar recibiendo toda esta atención pero… Lo está entendiendo en cierta forma ahora.

-Está bien- Sonríe entusiasmado el León, asintiendo un poco, aun con sus sonrojos en las mejillas, sigue pensando que no le disfruta mucho sentirse mimado y consentido por ellos, pero lo acepta por verlos a ellos muy felices -Pero al menos preferiría quitarme el gorro de cumpleaños- Apenas recordando aquel objeto que el ex capricornio le volvió a colocar sobre la cabeza.

-Te recomiendo que no lo hagas-

-¿Eh?- Aioria pregunta algo confundido por aquellas palabras de su padre.

-¿Por qué no abuelito?- La menor de inmediato también investiga, mientras se pone de curiosa con el cabello del adulto

-Sísifo quería ponerte una corona de plástico dorada que encontró en Rodorio, lo hice cambiar de opinión y que un gorro de fiestas es mucho mejor. Sí te lo quitas correrás el peligro de usarla- Al parecer el ex Capricornio si había estado pensando en la seguridad, bienestar y superviviencia de su hijo menor, solo para que ese día sea menos bochornoso para él.

-Oh… Está bien, padre…- Deja en paz aquel objeto, mientras se vuelve a penar de solo pensar que habría sido víctima de cosas mucho más cursis, pero que ahora las ve un poco más encantadoras, y que fueron hechas de buen corazón.

Conoce que sus padres, tuvieron dos oportunidades de tener una vida corta con ellos, para traerlos al mundo y estar al lado de Aioros una temporada. El favor de Atena por esos dos corazones que uno se sacrifico para que el otro volviera a lado de su Diosa, y con esa muestra de amor entre ambos le demostraron que sus sentimientos merecían más de lo que les podía ofrecer… Se ganaron ante ella el poder volver dos veces a la vida, en su primera vez tuvieron a Aioros, y cuando debieron de nuevo perecer, fue cuidado por Shion, lo tuvieron que dejar por un tiempo, pero en la segunda vuelta a la vida, Aioros ya era un niño mayorcito… Y si bien, en ese momento el Sagitario conoció un poco de su verdad, y se dedicó a estar con sus padres todo el tiempo, y así llego a conocer a su pequeñito hermanito…

Lamentablemente tuvo que olvidar ese tiempo y tener recuerdos fingidos, para que las cosas no se complicaran…

Para qué no llegara a tener conocimiento de aquella verdad, pues creían que no llegarían a volver a verlos… Sin embargo a como han resultado estos últimos eventos se decidió mejor revelar aquellos conocimientos y regresar memorias perdidas.

De lejos, estando ambos en la cocina pueden ver como su familia disfruta… Su pequeño hijo, su amado esposo, una nuera muy linda y una nieta encantadora…

Jamás pensó que llegaría a tener la oportunidad de estar haciendo una fiesta para su hijo menor… Al único que no le pudo hacer algo así de especial en su día de cumpleaños.

No negara que varias veces dejó escapar lágrimas por lo cruel del destino, pero ahora sin querer las deja escapar por la inmensa alegría de tener esta vida para ver lo que siempre deseo.

Mientras sus manos preparan un Keftedes, sonríe al notar que sus ocurrencias al fin están siendo más agradable para su hermanito

-Aioria, esta feliz- El actual Sagitario e hijo mayor le habla tan tranquilo, mientras prepara un poco de Bougatsa, le dedica una pequeña sonrisa y también admira la felicidad de aquellos que está delante de la mesa.

-Si… Espero…- Una ligera risa, con un toque de risa se hace presente en su rostro -Creo que exagere un poco en hacerle este tipo de fiesta, ¿Verdad hijo?- Baja su vista con una sonrisa tenue, mientras lanza un suspiro.

-No creo papá- Niega con la cabeza, sonriente, tan feliz de que pueda tener a su progenitor a su lado, lo había recordado de otra forma… Pensaba que el tiempo lo haría olvidarlo, pero… No fue así…

De solo recordar cómo se volvieron a reencontrar y saber toda la verdad, le parece tan maravilloso, pero aunque sorprendente y algo perturbador no niega que es algo muy precioso y único –Aioria se apena fácilmente cuando se le demuestra cariño, ya que… Bueno…- Levemente se entristece, recordando aquel evento que desea solo tenerlo lejos de su mente -No pude pasar tanto tiempo con él como hubiera querido, pero… Cuando pude lo intente consentir mucho, pero… Es normal que este sumamente rojito, con ganas de escapar y aunque ya sea papá… Le cuesta aceptar ser consentido aun por mí, y ahora por usted papá, pero no le desagrada, solo se le es difícil…- La sonrisa se dibuja en su rostro, para mirar al contrario –A él siempre le ha gustado ser tratado como un adulto- Apenas si termina de decir esto, cuando nota como el cosmos del mayor se perturba un poco… Lo cual provoca que se fije con suma atención y pueda apreciar como derrama lágrimas -¿Papá?- Pregunta confuso, dejando de hacer aquel postre.

Niega con una sonrisa, limpiándose las lágrimas con el antebrazo -Estoy bien Aioros… Es solo que… Veo que El Cid y yo les hicimos mucha falta… Y aunque pude verte un poco más… Pasaron por cosas tan desagradables… Y Aioria sufrió tanto que… Solo quiero… Demostrarle que… Ya no sufrirá para nada de esa forma… Yo… Solo quiero… Que ustedes… Sean felices… Hacer lo que pueda… Para recompensará del tiempo que estuvieron solos… Porque… Son mis niños, y los amo mucho- Puede tener una preciosa sonrisa, pero las lágrimas que caen de sus mejillas son muestra de su enorme dolor, como el hecho de que su corazón se rompe por saber tantos momentos desgarradores que ellos vivieron…

En su ser las cosas no van del todo bien, aún siente que no ha podido demostrarles todo su amor a sus pequeños… Siente que debe hacer más, pero a la vez se siente tonto, pensando que por todo lo posible, está haciendo todo sumamente mal…

No quiere hacer sentir incomodó a Aioria, pero su corazón le dicta que hacerle algo especial y con una temática linda lo haría feliz… Pero lo ha podido ver muy avergonzado… Y no le gustaría hacerlo sufrir, pero… Lo ve como lo que es… Su niño, su bebé…

Y claro que el amor que siente por Aioros no es menos, pero… En este día Aioria es su centro de atención… Y todos lo entienden bien.

Hasta su amado El Cid que también tiene el mismo deseo, salvo que él es más reservado, aunque lo que escogió de regalo, bien puede ser algo muy bien pensando por dada la personalidad y actitud que ha conocido del León dorado. Ambos aún les falta conocer más a sus dos niños… Pero con el tiempo lo van a lograr.

Aún que sus manos estén algo sucias, no le importa y le dedica un abrazo al mayor -Papá… No piense en eso, no se preocupe ya por eso… Nadie aquí tiene la culpa de aquello…- Le dedica una sonrisa nostálgica, intentando darle ánimos al anterior Sagitario -No quiero que se sienta mal o piensa que las cosas fueron así por su causa. Al contrario… Ahora que lo pienso, el tiempo que pase con ustedes en mi infancia fue de lo mejor… Son los mejores padres de todos…- No puede evitar sentir como unas lágrimas traicioneras se escapan de sus orbes color del bosque -Aioria y yo los queremos tanto, aunque a él le cueste un poco más decirlo… Sé que es así…- Un nudo en su garganta se forma, no quiere tomar para nada protagonismo en este día, pues es de su hermanito…  Y le parece tan lindo darse cuenta que ambos a su manera hacen lo que sea por darles el amor que antes no pudieron.

De una forma que puede llegar a ser demasiado infantil o seria, es como ellos encuentran el valor y manera de decirles a ambos…

“Los amamos hijos”

Corresponde de inmediato aquel abrazo, forzándose a sonreír, y también ignorando que pueda manchar la ropa del actual Sagitario, siente reconfortable como el mayor de sus retoños lo ayuda a darse cuenta de varias cosas que aún le pesan.

Sísifo solo desea borrar cada lágrima que sus hijos debieron derramar y lo hicieron mientras nadie los podía abrazar o consolar. Ahora que está a lado de ambos lo hará hasta que de nuevo la muerte lo reclame.

Si, les hace falta a los cuatro conocerse un poco más, tienen muy pocos tiempo de haberse vuelto a ver… Incluso aún piensa que su familia no está para nada completa, pues falta un integrante más, sin embargo ese hecho aún no sabe cómo tomarlo o preguntarle algo al respecto a su Diosa…

Por ahora quiere concentrarse en el menor de su familia… Bueno… De sus hijos pues los menores ahora son sus nietos con los cuales se acaba de amor.

-Gracias a Aioros…- Sentir que puede llegar a ser muy cercano con uno de sus bebés es sumamente reconfortable, ya que siente que a su manera está haciendo algo bien…

Escuchar que le dice exactamente las palabras que necesitaba oír… Y que El Cid le dijo en cierta forma unas muy similares… Le hacen sentir que su corazón lata con una mayor tranquilidad.

Y más ahora que nota la relajación que en la mesa se está produciendo…

Claro que aún se necesitará mucho para poder llegar a ser una familia tan cercana y unida como hubieran deseado si los hubieran podido criar a sus dos hijitos, pero… Nunca es tarde para volver a unirse, y esta vez… Quienes se metan con sus hijos y nietos se meterán con ellos. Y desde luego nadie querría tener a dos caballeros dorados de antaño y tan poderosos de enemigos.

Sin contar que Sísifo aún tiene ciertos sentimientos encontrados con respecto a Saga, ya que conoce la verdad de lo que hizo él contra ellos… Lo que provoco… Sus hijos fueron los que sufrieron a su ver. Le causa mucho conflicto el dorado de Géminis de esta generación, pero cree que debe guardarse su pensar… Pues no le gustaría tener conflictos con su hijo mayor… Pero, esa ya es otra historia…

Al menos ahora mismo… Se siente mejor para seguir con los postres y comida que planeo para su hijo menor… Quiere tener todo listo, pues pronto iniciará aquella fiesta que Aioria sin duda no espera, pero que pronto sabrá.

Sin contar que aún existe un pequeño problema, ya que por Leo deben pasar varios caballeros  para entregar sus reportes de misiones hacia el patriarca y demás situaciones…

-Ja, ja, ja, ja no puede ser… Que ridículo te vez gato-

-ja, ja, ja, ja tío Aioria, te vez muy tonto-

-Oh creo que llegamos en un mal momento- Frunce el ceño y mira molesto a ambos cangrejos risueños que ama -Egil, Death Mask no se burlen de él-

Claro que esto llama la atención de los allí presentes, cosa que vuelve rojo el rostro del castaño claro, y la niña frunce el ceño al igual que el ex Capricornio, tomando ambos una apariencia bastante similar.

Con la diferencia que la pequeña no se acorta para nada en sus palabras.

-¡¡¡NO SE RÍAN DE MI PAPI!!! ¡¡¡SE VE GENIAL!!! ¡¡¡Y ES SU CUMPLEAÑOS!!!- Se cruza de brazos, aun estando siendo cargada por su abuelito.

-Ja, ja, ja, ja lo siento pececito y mini Leoncita, pero el gato se ve tan ridículo y tonto y…-

-Completa tus insultos delante de los niños y te voy a dejar afuera de los dos templos por toda una semana- Afrodita mira serio al adulto, el cual solo ríe y se aguanta el deseo de seguir insultando al quinto dorado.

-Ay, Florecita… Pero es inevitable- Rápidamente señala con el dedo índice al Griego -Míralo esta todo rojo y se ve tan tonto con ese gorrito ja, ja, ja, ja y comiendo esos postres en forma de León, los globos, las decoraciones son tan…- Está señalando todos los puntos negativos y ridículos del quinto templo, cosa que Death Mask disfruta hacer cuando algo le hace divertir demasiado, pero no toma en cuenta el hecho de que el estar insultando los adornos, los detalles, los postres y todo en lo que su familia se esforzó para darle un bonito y único cumpleaños, Aioria no lo va a dejar pasar por alto.

-¡¡¡HASTA AQUÍ!!!- Se levanta de golpe de su asiento, y se va contra el cangrejo dorado.

Que sin duda puede sentir la amenaza de ese cosmos sumamente enfurecido por parte del quinto dorado.

-¡¡¡OYE, CÁLMATE!!!- Siente como un plasma relámpago se acerca a él peligrosamente, y gracias a los buenos reflejos lo logra esquivar, más sabe que debe correr por su vida.

-¡¡¡NO VOY A PERMITIR QUE ESTÉS DICIENDO TUS BOBERÍAS DE REGALOS Y DETALLES QUE MI FAMILIA ME HA DADO!!!- Sin pensarlo se va detrás del cuarto dorado templos abajo, mientras lleva el gorrito de leoncito aún sobre su cabeza y bien asegurado, pero poco le importa eso… Ya que va a defender a su familia de las burlas de este ingrato sujeto.

Afrodita sí que fue rápido en tomar a su pequeño hijo, para que no se quede de por medio, y si bien ya está regañando a su cangrejito, se las cobrará de seguro después a su camarada dorado, pero… No por ahora, ya que es su cumpleaños y eso lo salva un poco.

Para ese punto Sísifo y Aioros, ya han salido de la cocina, con un gran banquete de por medio entre sus manos, y estando ambos confusos por ver a todos mirando hacia la dirección por la cual los dos dorados se acaban de ir.

-¿Qué pasa?- Pregunta el Sagitario actual.

-¿Dónde está Aioria?- El anterior arquero se queda confundido al no ver a su hijo menor en su lugar de honor por este día.

-Papá se fue persiguiendo al tío Death Mask por que fue muy malo con él- Pyrena dice esto asintiendo, frunciendo el ceño con los brazos cruzados.

-Mi papá no fue malo, solo dijo la verdad- El mini cangrejo contestas desde los brazos de su mamá Afrodita, mientras le saca la lengua a la niña.

-Si fue malo, no se deben decir cosas malas a las personas que cumplen años, y menos que se ven tontos- La niña sí que está enojada y no es para menos. Sin duda posee el mismo carácter explosivo del padre, que tiene cuando molestan a su familia.

El cangrejito debe dar gracia de que ella está siendo cargada por El Cid, sino otra persecución se daría entre los dos niños.

-Lo siento… Egil saco el carácter de Death, pero aún lo podemos corregir… Con el otro ya es un caso perdido- Una disculpa, mientras le dedica una mirada de desafiante a su pequeño.

-Esta bien, ya sabemos que Death Mask tiende a ser… Bastante… Expresivo con eso- Marín contesta con algo de timidez y delicada burla.

Sísifo se queda con un rostro algo confuso, pero culpable… Al ver de nuevo con otro punto de vista lo que hizo, entiende muy bien que esa ha sido la causa por la que alguien se llegara a burlar de su hijo menor.

Un suspiro sale de sus labios, siendo un poco melancólico…

El Cid nota esto de inmediato, siempre lo ha conocido tan bien, que sabe bien cuando tiene algún problema que le cuesta expresar fácilmente.

Lo mira atento aun cargando a la nieta de ambos.

-Él está feliz por lo que le has hecho, lo está disfrutando mucho y va a defender lo que le has dado de corazón de quien sea- Las palabras entre estos dos enamorados hombres tienden a sobrar, pues las acciones siempre han hablado más de parte del Capricornio.

Sabe muy bien que decirle, lo ha entendido muy bien desde que se conocen, y por ende nunca falla en que palabras dedicarle para hacerlo sentir mejor.

Una sonrisa se dibuja en sus labios, enternecido por las bonitas y cortas palabras de su Capricornio.

-Aioria es un buen niño, nunca ha dejado de serlo ¿Verdad?- Sus preciadas memorias de su bebé, con quien no pudo disfrutar todos esos instantes especiales. Pero eso va cambiar sin duda, pues aunque ya no sea un infante, aun puede darle todo su amor paternal que tiene además de que El Cid también se lo dará, al igual que a Aioros.

-¡¡¡YA DEJA DE PERSEGUIRME Y DE ATACARME!!!- Death vuelve de nueva cuenta ha Leo… Apurado y algo achicharrado, pues algunos plasmas relámpagos ya lo alcanzaron.

-¡¡¡NO HASTA QUE TE DISCULPES CON MI FAMILIA POR SER UN MALDITO GROSERO!!!- Otro plasma relámpago de nuevo se da, y con la buena velocidad que posee, será cuestión de minutos para que el cangrejo sea achicharrado por completo…

Sin duda es un espectáculo que a todos deja boquiabiertos, sorprendidos, y con dos niños echándoles porras a sus respectivos padres.

Un cumpleaños que Aioria no va a olvidar, y que se prepare, pues más de uno así se avecina para su futuro.

Notas finales:

Buenos dias, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj?

¿Como han estado mis terrones de azucar?

Espero que bien.

Disfruten los capitulos que les dare.

Y recuerden que este One Shot forma parte de toda una linea de One Shot conectados.

Los quiero mucho, terrones de azucar.

Ammu se va.


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