Rivales, una palabra bastante usada en la vida.
Ya que en la mayoría de los casos, las personas siempre tienden a competir entre sí, desde el momento en que somos concebidos.
¿Recuerdas que fuiste el espermatozoide más rápido?
Por lo cual, no es nada extraño ver a algunas personas, proclamando que otras son sus rivales, o siéndolos sin siquiera darle ese nombre.
Principalmente empiezan las competencias más arrecias en la escuela, claro si es que en tu casa no hubiera hermanos o preferencias muy marcadas.
Aunque en sí, para dos jóvenes empezó su rivalidad en el primer momento en que supieron sus nombres.
Hasta donde ellos saben, nunca en la vida se habían conocido, ellos conectaron vistas por primera vez en la ceremonia de bienvenida de su actual escuela, en donde uno apenas ingresaba.
Se miraron sin muchas ganas de acercarse, estando inmersos en sus propios mundos y preocupaciones.
De hecho no tendrían por qué ser amigos, ni en el mismo salón van, y sus amistades se mueven en círculos diferentes.
Sin contar que no están en el mismo grado.
Pero si en el mismo club.
Por extraño que pareciera para muchos, uno de los mejores alumnos, con las calificaciones más impresionantes, que se posiciona en el cuadro de honor, es perteneciente al club de “Peleas Mixtas” de la escuela.
Denotando que sus conocimientos solo se comparan con sus habilidades físicas en igual medida, teniendo tanto condición y entrenamiento previo, se sabía perfectamente por su legado.
Cuando él fue un joven de primer año, se ganó rápidamente el respeto de los ya miembros, incluso el presidente de aquella época, lo tomaba como ejemplo de lo que un joven aspirante debía aspirara ser.
Ahora ya en su segundo año, debía darles la bienvenida a nuevos integrantes, algunas caras un tanto conocidas de vista por la ceremonia que se llevó acabo hace dos semanas, ninguno le llevaba la atención en sí.
Y los que deseaba ingresar a este club, debían demostrar lo que sabía.
Tan joven, para su segundo año se volvió el capitán en esta disciplina, haciendo que algunos mayores se sintieron ofendidos de la decisión que el anterior tomo, pero claro que sería así, a que se volvió el favorito tan rápido por la facilidad que tenía en combate y que logro traer varios premios a la escuela, un gran honor sin duda.
Pero envidiosos nunca faltan.
El pelinegro se volvió un tanto más arrogante y con respectivas muy altas de los miembros del club, frunciendo el ceño y haciendo comentarios pocos amables de las fallas de aquellos a los que debería mejor apoyar y ayudar.
Claro que los rumores de esto corrieron por la escuela, pero nadie hace mucho caso, si los métodos los han hecho ganar premios, no van a desestimarlos.
Sin embargo para los nuevos, esta fama les daba cierta duda en si querer de verdad ser parte de este club.
Ninguno de los nuevos aspirantes logra impresionar al pelinegro, el cual mira con esos ojos verdes grisáceos, dando la impresión que están haciendo perder su tiempo, ya que por este día el entrenamiento se canceló solo para evaluar a los aspirantes.
Por lo cual, puede que en este año escolar no existan nuevos integrantes a este club y eso sería algo malo, ya que se necesitan ir cubriendo lugares que dejaron los de tercer año.
Sin embargo llego el turno de un joven castaño, de piel bronceada, y ojos marrones, con una sonrisa de confianza absoluta, el único que de verdad demuestra una enorme emoción por esta demostración que dará, sin duda confía plenamente que podrá entrar a club.
La mirada expectante de todos ha bajado demasiado, con las mediocridades que se estuvieron viendo, solo pocos tenían la mínima posibilidad de al menos tener potencial, aunque ante el capitán ni eso ve en ellos.
Pero todos esos pensamientos negativos y soberbios se ven callados al momento en que el de primer año, de forma impetuosa y sonriente demuestra sus técnicas de combate que tiene, patadas, puñetazo el aire, movimientos que denotan un previo entrenamiento.
Un rival del club que deben intentar derribar en menos de un minuto, para demostrar que tiene algo bueno.
Pero este joven lo hizo en apenas treinta segundos, con algunos trucos que se saca bajo la manga, siendo rápido en sus movimientos y sin dejar esa sonrisa arrogante que se manifiesta.
Todos ahora si se sorprende, sus ojos bien abiertos, sus bocas iguales, mirándose entre sí los adeptos del club, con una sonrisa pues al parecer tendrían a otra estrella en su grupo.
Aunque algunos otros lo ven como una manera de hacer enojar al actual capitán que es un “Idiota Arrogante” ante sus ojos.
-Wow, sí que es impresionante ese novato- Uno tiene la intención de comenzar a fastidiar, hablando cerca del pelinegro.
-¿Qué opina capitán Shiryu?- Una sonrisa algo maquiavélica por parte del de tercero -¿Cree que sea un valioso miembro?-
Su mirada intensa sobre ese castaño, que solo dedica sonrisas por su emoción de demostrar lo que sabe.
Así retirándose del centro de atención, para que el siguiente muestre su prueba, ya que hasta el final se dará a conocer quienes son los nuevos integrantes.
Cruzado de brazos, escucha y claro que entiende con que intenciones las palabras de sus compañeros son algo filosas para agobiarlo y molestarlo.
Aunque no debería estarlo, sea como sea ese chico es apenas un novato, en cambio él posee un entrenamiento mayor y lo ha demostrado en las peleas, es el mejor que la escuela hubiera visto, bueno en la actualidad, pues antes alguien había también llevado a esa institución a un enorme triunfo.
Y claro que Shiryu va a estar siguiendo ese ideal establecido, le guste o no.
Pasaron los demás jóvenes de primero, los pocos que faltaban, no dieron nada que llamara la atención, apenas si y logran que el pelinegro haga un gesto al menos de negación ante su participación.
Sí que tiene en claro quiénes podrían estar en este club y quienes deberían probar con otro, pues en este no tienen cabida alguna.
Los nombres de aquellos que son aceptados fue tan corta como lo son tres nombres, menos de la mitad de los puestos libres que dejaron los de tercer.
Sí que tendrían algunos problemas en los torneos si es que algún de los titulares se enferma y los reemplazo de primero sean tan pocos.
Eso es algo que debía tomar en cuenta el capitán, pero prefiere mantener le prestigio de su club por el momento, ya que pretendía seguir en esta posición de líder hasta graduarse.
Desde luego el castaño de primero obtuvo un puesto en el club, mostrando su entusiasmo desde luego, con pequeños saltos, alzando sus brazos y vitoreando para sí mismo.
Los otros dos nuevos adeptos no festejan tanto como él que demostró mas experiencia, pero igual se sienten muy felices, aunque intimidados por la voz del pelinegro y esa mirada desaprobatoria en sus actitudes, pero al menos ganaron el derecho de formar parte de este club.
-Esto es genial- La alegría en el castaño se deja ver, abrazando por el cuello a ambos nuevos miembros como él –Sin duda nos divertiremos mucho- Cree esto tan erróneamente.
-Sí, ojala- Uno susurra por lo bajo sintiéndose algo incómodo por esta cercanía.
-Veremos si llegas a mantenerte siendo de los mejores Seiya, porque te superare- Un joven de cabellos rubios oscuros, acepta esta cercanía, y al parecer conoce de algún tiempo al de mayores habilidades.
-Esto lo veremos Jabu- Le dedica una sonrisa el estudiando de en medio.
Con esto, algunos miembros se acercan a sus tres nuevos compañeros de esta disciplina, para darles una pequeña bienvenida, con sonrisas y algunos apretones de mano.
Admirando las habilidades sobre todo de Seiya, sin duda es una nueva adición al equipo muy importante, que con él y desde luego su capitán, llevarían al club a nuevas vitorias.
Algo que poco le importa apreciar el de cabellos negros y mirada seria, pues no crea que fuera para tanto esos halagos.
Solo mira de reojo, sabiendo que igualmente deberá presentarse formalmente con los tres nuevos miembros, desde luego después de que los no aceptados salgan de los territorios del club.
Aunque antes de siquiera hacer algo más, uno de los de tercero vuelve a hacer sus comentarios ácidos, para ser escuchado por el pelinegro.
-Vaya, las habilidades de Seiya sin duda son superiores en muchos sentidos-
-Ja, ja, ja, ¿Tú crees que sean mejores que el capitán?- Alguien más se le une para seguir provocando al otro.
-Sin duda, aun es un novato, pero creo que podría fácilmente estar a su nivel para la mitad del año- Las risas maliciosa se presentan.
-Entonces, para el próximo año tendremos un nuevo capitán- Esto se menciona un tanto más salto, para querer darle un golpe, al alto ego de Shiryu.
Si bien los comentarios no son capaces de afectarlo, si los hechos y debía ser realista, pues es una de sus mayores virtudes.
No les daría el placer de demostrar que se molestó por esos comentarios mal intencionados, además que su temple se lo impediría como su orgullo, pero…
Shiryu entiende que a partir de este día, ese castaño podría ser una pequeña piedra en su zapato, que si bien no le gustaría destruir del todo, si mantenerlo a raya, ya que no permitiría que alguien más le arrebate algo de lo cual se siente orgulloso y que ha trabajo mucho para llegar hasta este punto en su vida.