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On the road por candy11

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Notas del capitulo:  
¿Cómo había terminado así? Lo sabía, una decisión estúpida había llevado a otra decisión aún más estúpida, pero parecía que entre más tarde se hacía la temperatura bajaba más y, ahí donde Do Kyungsoo se encontraba, eso no podía ser más jodido.


De cualquier manera, mentiría diciendo que no estaba acostumbrado a aquello.
 


Metió las manos en los bolsillos simulando que su cuerpo no estaba tiritando por el frío, a varios metros de si auto y de él, los empleados de una gasolinera parecían estar pasando por la misma situación que él, lo que sería aún más reconfortante de no ser porque, a esa misma distancia, los empleados de una tienda de auto servicio permanecían muy quitados de la pena, seguramente con calefacción, máquina de café y toda la comida y seguridad que quisieran.
 


Kyungsoo suspiró, apartando la mirada de ambos establecimientos como si estos no existieran y no era como si fuese el único, estaba seguro que todos ellos hacían lo mismo con el dealer patético que se moría de frío en vísperas de navidad esperando a que los clientes llegaran.Frunció el ceño por la autompasión que quería dar paso en su mente con aquel pensamiento, hacía años que él ni siquiera celebraba navidad de cualquier manera... estaba por sacar un cigarrillo para matar el tiempo cuando su objetivo hizo acto de presencia: clientes.
 
Parecería "cruel", pero otra cosa que hacía para matar el tiempo era observar a "su clientela" y burlarse o juzgar en silencio por lo jodidos o inexpertos que estos se veían. Y el grupo de jóvenes que se acercaba entre risas y trompicones no eran la excepción. Pero había uno en específico en ese grupo de mocosos inmaduros que el blanco principal de sus burlas, curiosamente, el único que no parecía intoxicado con algo.
 


Mientras los otros cinco chicos se amontonaban para comprarle drogas, este chico se quedaba al margen, observando como si Kyungsoo más que ser un dealer fuera un asesino en serie al que estuvieran contratando sus amigos o algo por estilo... casi con el mismo miedo, y aún así, si es que alguno de sus amigos se quedaba sin suficiente dinero, era él quien lo pagaba, fuera la cantidad que fuera.
 


No importaba cuántas veces pasara lo mismo, siempre le resultaba gracioso, pero esa vez fue distinto: ellos llegaron en su auto casi chocando el suyo por la brusca maniobra para estacionarse, se bajaron y el chico moreno fue hacia la tienda de auto servicio mientras el resto de chicos hacían la rutina de siempre. Supuso que iban a esperarle y ni siquiera prestó mucha atención en eso hasta que, luego que todos subieran al auto y se largaran con la misma prisa con la que llegaron, vio al chico salir de la tienda buscando el auto con la mirada, volteando a todas partes.


 
Gracioso, si fuera otro momento se reiría justo ahí, pero claro, todo es risa y diversión hasta que la víctima de la desgracia empieza a dirigirse a tí con ánimos de preguntar qué pasó.–Se acaban de ir, pensé que ibas con ellos – dijo adivinando por dónde iba a empezar a preguntar el otro.


 
El chico parecía perdido, estaban en medio de la nada, de ser por la iluminación de la gasolinera y la tienda, las luces de la autopista habrían añadido más precariedad a la atmósfera. Kyungsoo no se lo esperaba, pero alcanzó a escuchar una maldición salir de los labios del otro. –Llámalos, no deben de estar muy lejos... tal vez – Opinó.


 
–Mi celular se quedó en el auto... –Explicó el chico, que no superaría los 19 años –y no era como si él fuese mucho mayor –¿Puedo... usar tu teléfono?


 
–No tiene batería –Habló con simpleza, y así era, de hecho, posiblemente tendría problemas si Baekhyun o cualquier otro de sus jefes trataban de llamarle esa noche. –¿Traes dinero?


 
El chico levantó la caja de cervezas que había comprado a modo de respuesta, más que una carcajada, tuvo que hacer un esfuerzo por no hacer algún comentario cruel al respecto. Se sintió mal, pero no era como si pudiera hacer algo más –Bueno, la caseta queda a 15 kilómetros, a pie puede que tardes un poco en llegar –Bromeó, más arqueó una ceja notando que, efectivamente, el otro asintió con resignación, antes de empezar a caminar, para acabarla, yendo en dirección contraria.


 
Kyungsoo se recargó en su auto, viéndole sin dar créditos a eso, pero no había algo que él pudiera hacer, él no se podía mover de ahí, ¿Verdad?¿Entonces por qué se encontraba a sí mismo llamándole para que se regresara?


 
Cansado, esa era la forma perfecta para describir el cómo se encontraba Kim JongIn en ese momento. Física y mentalmente. Se odiaba a si mismo por obligarse a ir de nuevo junto con su primo a esos lugares, pero más lo odiaba a él por dejarlo ahí en medio de la nada y en esa vergonzosa situación. Un rayo de esperanza lo iluminó al escuchar de nuevo la voz del dealer llamándole, aunque no sabía qué esperar, cualquier cosa era mejor ir a pie en busca de una caseta que ni siquiera sabía si existía.


 
–Es por allá –Explicó Kyungsoo, señalando el lado contrario, asintió, sintiéndose patético por malinterpretar pero agradeciendo la explicación. Kyungsoo se lo pensó un poco, antes que el otro volviera a alejarse. –Mi turno termina a las 5 AM, no puedo moverme de aquí hasta esa hora... puedes esperar conmigo por si vuelven por tí o sino entonces cuando den las cinco te llevo yo –Indicó, y no fue sino hasta ese momento que JongIn notó en su voz el esfuerzo que hacía para no temblar de frío.


 
JongIn en realidad no tenía mucho qué pensar, sabía que su primo y amigos no iban a regresar por él y quizá mientras esperaba podría pedir ayuda también a los empleados de la gasolinera por lo que terminó por acceder.Se había recargado en el auto al lado del otro, considerando qué tan grosero sería decir que iría a pedir ayuda a los empleados cuando una oleada de aire le hizo abrazarse a sí mismo por el frío, notando que el dealer a su lado no parecía estar pasándolo mejor. Y no pudo evitar soltar –¿Por qué no subes a tu auto?


 
–Porque el que esté aquí es señal de que hay mercancía –Explicó monótonamente el dealer – Y tengo instrucciones que me mantenga dónde me lo piden. Kyungsoo escuchó un quejido por frío de parte del otro, y no era como si él no estuviera pasando por lo mismo, pero era muy en serio lo que decía, y con el teléfono sin batería prefería quedarse en su puesto en caso que alguno de sus jefes le diera por ir a visitarle. Pero... el otro no tenía culpa de ello. –Si quieres, puedes subirte tú, sólo no toques nada.


 
El chico consideró negarse, pero el frío era jodidamente insoportable por lo que, casi al instante, asintió, viendo al otro haciéndose a un lado para que se pudiera subir al asiento del copiloto. Sonrió, mil consejos de su padre se perdían con esa sola acción. Estaba por ingresar cuando, reparando nuevamente en el frío del otro chico añadió–Espera.


 
Kyungsoo le miró sin entender; ahí frente a él, el chico se quitó el abrigo que traía puesto, para depositarlo sobre sus hombros. Parpadeó varias veces, sin saber cómo reaccionar. El otro sólo sonrió –Sólo traes una chaqueta de cuero y está haciendo frío, lo necesitas más que yo –Admitió, y como el chico dealer no dijo nada al respecto más que sólo mirarlo optó por sólo entrar al
auto.


 
Tuvieron que pasar varios minutos para que él volviera a tomar la palabra, en medio de ese silencio. –Por cierto, me llamo JongIn. –Admitió con ánimos de romper el hielo.


–Kyungsoo – indicó el dealer, y desde su lugar, JongIn pudo ver cómo lentamente se acomodaba mejor el abrigo que le había prestado. Su salvador no era de muchas palabras, pero con el paso de un rato añadió. –Deberías replantearte con quiénes te juntas... te lo digo por experiencia.JongIn rio por lo bajo, aunque dado el lugar en el que Kyungsoo se encontraba, suponía que había mucho detrás de esa frase. Se encogió de hombros –Sí, es algo que he considerado mucho...


 
Guardó silencio al escuchar que Kyungsoo reía de igual manera –¿Y esto no es suficiente para hacer algo al respecto?
Conversaron... ¿cuánto tiempo habría sido? Uno en el asiento del copiloto, el otro recargado en la puerta mientras esperaban, pronto no vio la necesidad de pedir ayuda a alguien más, cediendo en darle al chico dealer el beneficio de la duda, además, le dió por pensar, tenía una forma de reír bastante bonita.


 
De esa vez pasó otra noche, luego otra, y otra más. La rutina de trabajo seguía siendo la misma mierda para Kyungsoo, pero... Luego de un par de noches, el mismo chico moreno volvió a aparecer, está vez, sólo con un abrigo de lana envuelto en una bolsa de regalo y la mera intención de hacerle compañía.


Sabía que era una estupidez, pero esas duras noches de invierno nunca se habían sentido tan cálidas.

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