-Hao Asakura, muereee!!!
El grito, inesperado, tenia el objeto de distraerlo. De hacerlo mirar hacia donde el y el over soul que todos le conocian, el que formaba con los cuatro totems, lanzaba el aparatoso ataque. Esos ojos helados, tan parecidos a los que le gustaban en Yoh, se dignaron mirarlo con burla, para, un momento despues, abrirse con asombro.
-¡Si! - exclamo el oficial de la tribu pache, dejando que sus totems continuaran solos para dirigir a las dos mariposas que habia dominado en el mas absoluto secreto, y que ahora tiraban de los extremos de la cuerda de plata en que habia convertido los aretes de Hao.
Incluso tenia previsto un plan para el caso de que Hao lograse derretir la plata antes que lograse estrangularlo, que consistia en larvas de las mismas mariposas que cortarian su carne todo hacia dentro. Pero al ver la confianza en sus ojos mientras intentaba hacer eso mismo, el demonio debio leer su mente y el brillo rojo que habia centelleado por tan solo un instante desaparecio y en su lugar la plata, con un brillo mas resplandeciente que nunca, mas claro, se quebro en mil fragmentos, finos como polvo estelar.
El espiritu de agua regreso rapidamente a su forma liquida y apreso a Silver contra un arbol.
-¡Silva! - grito el espiritu ave, girando para intentar un rescate.
-¡No! ¡Totems de plata, salvense! - deshizo el over soul - ¡Rapido! - los miraba con ojos humedos, deseando de verdad que pudieran salvarse.
-Que noble, descendiente mio. - mientras avanzaba hacia el, pudo ver finas lineas rojas, cruzando su cuello como una gargantilla. En la parte derecha, una gota de sangre escurria, como un adorno de la misma. - Tus espiritus de plata son demasiada poca cosa para servir de alimeto a mi espiritu de fuego.
-¡No es tu espiritu de fuego! ¡Los elementales sagrados no pertenecen a nadie! - sabia llegada su ultima hora, y la enfrentaria con dignidad.
Hao chasqueo la lengua.
-”No deberian pertenecer a nadie”, es lo que quisiste decir. Porque de hecho, me pertenecen a mi.
-No tienes derecho.
-Tal vez, pero tengo la fuerza. Y es un hecho que el espiritu de fuego - acaricio a su transmutado espiritu - quiso permanecer conmigo. No es nada facil reencarnar con tu espiritu acompañante.
Silver pelo los dientes y forcejeo.
-¡Lo engañaste! Como engañaste a Matamune - aquellas dagas de hielo volvieron a clavarse en el - Y al igual que tu antiguo espiritu, el espiritu de fuego abrira los ojos un dia.
-Que tierno eres, querido tataranieto, ¿o acaso eres tataratataranieto? Bah, no importa cuantos tataras vayan antes del nieto. El espiritu elemental, como su nombre mismo lo dice, es un ente puro: - remarco la palabra - no padece de ninguna de las imperfecciones que los espiritus que alguna vez vivieron en esta asquerosa tierra padece.
Silver abrio los ojos, asustado.
-Te ganaste su lealtad, lo que implica que posee alguna clase de sentimiento.
-Bah, ¿llamarias sentimiento a la contraseña que te deja acceder a tu computador? ¿A tu email? Son simples programas - se carcajeo - Si pudieras ver tu cara, querido nietecito… A diferencia de la mayoria de los de tu tribu, tu no me respetas por mi logro. Bah, no importa, cuando lo consegui, hubo otros que opinaban como tu… bueno, no lo opinaron por mucho tiempo.
-¡Mataste a tus hermanos de raza! Eres despreciable, ¡me averguenzo de ser descendiente tuyo!
Le volvio a chasquear la lengua y esta vez hasta le meneo de un lado a otro un dedo enfrente.
-Vas a romper el corazon de abuelito. Procrear no era algo que me atrajera y no lo hize en mi primer vida, pero esa estupida mujer estaba obsesionada… y yo necesitaba su ayuda.
-La engañaste…
-Se engaño sola. Pero es interesante ver a un descendiente tan lejano de uno… lo examinaba muy de cerca, pues, nunca antes habia podido hacerlo - Es interesante ver tus mismas facciones en otro ser.
Silver se estremecio, aunque lo sabia. Era identico a esos malditos dibujos del demonio de la tribu Pache, que habia satanizado a su tribu entre las otras de America del norte. Sus rostros estaban muy cerca, sus ojos lo recorrian con una especie de… cariño.
-Vaya si era apuesto. - concluyo - Solo que no me recuerdo con una quijada tan dura, ni - sus ojos brillaron maliciosos y un instante despues el espiritu de agua se habia abierto para permitirle tomarle - ni creo haber tenido esto tan grande.
Le sobaba el paquete y estaba impactado, horrorizado.
-Inmoral. - le dijo, cuando le bajo el cierre. Ladeo el rostro cerrando los ojos para no ver, avergonzado.
-Amoral. - le respondio Hao, acariciando su verga libre que respondia al toque - Te equivocas de nuevo. - le dijo mirandolo a la polla, viendola erguirse - Definitivamente no era tan grande - dijo apretandola por la base - Me gusta este color de piel. - era obvio que hablaba consigo mismo. Le acaricio desde la separacion de las bolas hasta la juntura de la division de su glande, haciendolo gemir. Volvio a prestarle atencion, la mirada era un poco ausente, divertida. - Crei que solo me sentia asi con mi otra mitad.
-Eres un pervertido. - le dijo Silver, hurtando el cuello, lo unico que podia mover.
-Es lo unico divertido de ser humano. - le contesto, montandose sobre el, sobre el espiritu de agua, que aun los separaba. Pero no por mucho: a su orden, adquirio la forma de una silla sobre la que Silver estaba atado de pies, manos y cintura. Sintio las pompas vestidas en seda de Hao resbalar sobre su verga erecta, el peso del chiquillo, el aparente chiquillo, su calor. Lo abrazo con el mismo gesto que Yoh lo habia abrazado una vez, y se monto cariñoso sobre su hombro para decirle - Despues de todo, tu tambien deseas a mi otra mitad.
Silver se agito, avergonzado y culpable; en verdad, ese demonio podia leer a las personas en un grado innimaginable.
-¿Porque no te imaginas que soy mi querido Yoh? - le dijo en un susurro seductor al oido, lamiendoselo despues - Aunque creo que soy mas habil que el. - dijo, masajeandole la verga con sus nalguitas.
-Jamas… - replico Silver, haciendo cara de dolor para tratar de negar el placer.
-Entonces disfrutame por lo que soy. - lo agarro de la barbilla con sus dedos delgados, inusitadamente fuertes para su pequeñez - Tu antepasado.
Y le atrapo los labios con los suyos, aferrandolo de la barbilla aun. No iba a darle su cooperacion, no queria nada de lo que estaba pasando, en verdad, estaba en una situacion en la que jamas creyo estar; esos sedosos volumenes, aplastandose contra su virilidad, eso si era un programa, era un estimulo al que su cuerpo reaccionaba y no, no que el lo deseara.
Lo agarro de los cabellos y le hecho la cabeza atras.
-Vas a desearme, sacerdote mio.
-Yo… no soy tu sacerdote. - le respondio entrecortadamente.
-Cuestion de tiempo. - sonrio Hao y se deslizo como si tambien fuera agua, se dejo caer entre sus piernas que se abrieron junto con el asiento. Quedo de hinojos, como una flor en medio de su amplia tunica. Apoyo sus bracitos sobre sus rodillas y poso sus manos sobre lo alto de sus muslos, fuertes, bajo el cuero - Cuando sea dios, simplemente desvanecere estas impertinencias. - dijo, trazando un zig zag impaciente sobre el cuero tensado.
-Si lo logras. - se jacto Silver.
-Sabes que lo lograre - lo miro Hao con extrañeza - Deja de mentirte a ti mismo, es una horrible costumbre - se irgio agarrandose de el, hermoso como una flor - Sabes perfectamente que deseas esto - ladeo su carita y acerco su boca a su verga - que lo has deseado por mucho tiempo.
Silver no contesto nada. Ese rostro, tan cerca, esos ojos lindos… la boquita pequeña abriendose, la lenguita rozando.
-No a ti. - mascullo al sentir la descarga de placer.
-Vamos mejorando. - rio Hao por lo bajini, pero ocupo su boquita en lamerle largamente la verga por debajo, en rodearlo: era una buena verga que chupar - Mirame - le ordeno a su dueño, usando su voluntad humana, su voluntad reunida durante mil años. El alma joven no pudo sino obedecer. Ese cuerpo era hermoso; el cabello largo le quedaba muy bien… la boquita humeda, humeda por los fluidos de su punta recorria toda su longuitud, hacia caminitos por donde sus venas se marcaban mas y mas; rapidamente ese toque se volvia insuficiente, necesitaba mas. Era una tortura lo que Hao le hacia.
La boquita seguia lenta, malvada, dandole a Silver probaditas del placer que podria tener; besando apenas su punta, con un besito chupon, lamiendo esa hendidura en la parte de abajo.
-¡Ah! Por favor…
-¿Que? - pregunto triunfante Hao.
Pero Silver no contesto. Gimio cuando le hizo un rapido aleteo de mariposa con su lengua, una caricia con su cabello sobre su cadera. Tuvo que recurrir a chuparle la punta como un pescadito chupon y detenerse subitamente cuando empezaba a ser satisfactorio para que le dijera:
-Mas… por favor.
Estaba sonrojado, sufria, y era un seme: no podia ser mas excitante.
-Y todavia no soy un dios. - le dijo, pasandole el dedo por la parte baja de la polla, trazando esa linea que habia seguido con su lengua, pero ahora rapido, haciendo enfasis en su hendidura. Lo ataco ahi, donde el seme era tan sensible, lo masturbo hasta tenerlo gimiendo de dolor en ese punto enloquecedor y entonces le dio satisfaccion con su boca; metio esa verga vibrante y humedecida con gran placer; le llenaba extraordinariamente la boca, tenia un sabor agradable, muy a su gusto… Por supuesto, rio internamente. Era como saborearse a si mismo, que intensamente afortunados eran aquellos a quienes habia permitido compartir el placer en el, en cualquiera de sus encarnaciones.
Tenia a Silver gimiendo, hechandole chorritos cada vez mas seguidos, si seguia asi se iba a correr, y solo de que se la chupara. Se detuvo, agarrando esa enorme y enrojecida verga para darse de golpecitos en la cara. Y ese puro estimulo visual basto para que le hechara un chorrito transparente en el ojo.
-¿Te encanta, verdad? - le dijo, dandose mas golpecitos por la boca, por las mejillas.
-No… - susurro el seme victimizado, con la mirada medio perdida por el placer.
-Que mentiroso eres. - se levanto, despojandose de su ropa con una naturalidad y gracia que su gemelo no poseia. - Lo que voy a hacer ahora te gustara mas.
Se dio la vuelta frente a sus ojos, para que apreciara su pequeño y delicado cuerpo, como le gustaba ser; una piel nivea y una cabellera oscura, entre mas oscura, mejor.
Enrollo la melena castaña con la que tenia que conformarse momentaneamente por encima de su hombro y la paso a su pecho, para que nada interfiriera con la linea que hacia su espalda hacia sus caderas, levemente pronunciadas. Le pego las pompas al pecho, las restrego ahi, bajando luego hasta que su punta caliente se topo con sus bolitas sonrosadas; su verga era tan grande que al abrirse las nalgas para atraparselas, apenas pudo abarcarla, tanto en longitud como en grueso.
-Ummm - saboreo - no creo que esto vaya a entrar a la primera.
Silver apretaba los labios, mudo, sonrojado e incapaz de separar la mirada de lo que Hao hacia, de como su verga se veia entre esas nalgas calidas y suaves.
-Usa tu lengua para prepararme o no lo hare. - le dijo, subiendose de un salto a los reposabrazos de la silla de agua, parandose justo al lado de sus brazos aprisionados y poniendole el trasero contra la cara.
Todo se oscurecio para Silver, solo sentia calidez, suavidad, excitacion. Lamio a ciegas y luego empujo gentilmente con su frente vendada para solicitar mas libertad de movimiento y la obtuvo. La luz regreso y pudo ver esa carne blanca, el sonrosado agujerito que resguardaban y que era su objetivo, al que llevo una lengua deseosa de probarlo, de hacerlo suyo con firmes, veloces piquetitos que hacian a Hao jadear, hechar para atras su cola y restregarla. Su lengua entro en aquel firmemente cerrado hoyito y el lo saboreo: todo eso lo iba a tener con la verga en cuanto Hao se decidiera, le parecia que ya estaba humedo y dilatado, por lo que se retiro, pero el trasero adolescente volvio a pegarse a su cara, a demandarle mas… era una tortura tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos, tener las manos atadas y no poder meterle siquiera un dedo.
Hao sonrio al ver los fuertes musculos de sus brazos tensarse, en un intento vano por liberarse; ese sacerdote suyo tenia que entender que solo iba a tener lo que deseara darle, que tenia que tenia que empezar a adorarlo como el dios que seria. Silver intento detenerse, pero el aprisiono mas el rostro con las nalgas y le gimio mas duro, obligandolo a darle mas de ese placer suave e inofensivo en su culito: era rico y no pararia hasta correrse; la verga morena, pulsando sola y desatendida, como si tambien quisiera liberarse, era un estimulo mas para el; podria aliviar su sufrimiento con solo desearlo, darle un poco de satisfaccion, pero no lo haria. Tenia que ganarselo.
Desesperado, entendiendo que con lo unico que podia gozar de Hao era con su lengua, Silver se empeño aunque se acalambraba; nunca habia dado lengua a nadie durante tan largo tiempo, sin poder hacer otra cosa, solo escuchando, deseando lo que no podia poseer: si algun poder chamanico lo liberara, lo primero que haria seria hundirse en Hao Asakura, por encima de salvar su propia vida, penetraria ese pequeño y delicioso agujero, doblegando ese cuerpecito fragil con su fuerza fisica, si tan solo eso fuera lo que contara…
-Vas mejorando. - le dijo una vocesita complacida.
Tardo en darse cuenta que una de sus manos estaba libre, hasta que el deseo por penetrarlo con algo mas lo acucio, llevandolo violentamente a la estrellita marina ya, por lo humeda y palpitante.
-Aaah! - gimio Hao, intensamente complacido por ese dedo que entraba rudamente, por su textura rasposa - ¡Si, si! - el pache sabia como encontrar la prostata - ¡Ay si! - temblo, casi cayendose sobre el, deteniendose sin cuidado de su cabeza.
Al notarlo distraido Silver lo bajo con esa unica mano libre; su fuerte brazo le rodeo la cinturita y lo llevo de golpe sobre su polla. Tan solo sentir esos morbidos volumenes lo hizo gruñir, aliviado.
-Tan pequeña… - le dijo Hao, inmovilizandolo de nuevo, y Silver se sonrojo porque sabia que se referia a su fuerza de voluntad.
-Asi de pequeña es tambien tu capacidad de tentar.
-Insolente. - Hao le dio una bofetada - Yo ya he tenido mi satisfaccion, - le dijo, sentado sobre su verga que se movia sola, pegajosa en la punta - ¿Que me impide irme?
-Sabes que deseas mi verga. - sonrio Silver - mi cuerpo, tan parecido al tuyo…
Hao lo miro con altaneria: durante toda su vida como pache, le habia molestado no saber como seria coger con un seme tan apuesto como el, tan bien formado.
Mas firme, aun mas seme, el descendiente que tenia a su merced, era hermoso. Y si, lo deseaba.
Sin decir una palabra se incorporo, preparandose para darse lo que deseaba, la jugosa verga de ese pache entrando en el, abriendolo como un pollito espetado en un asador demasiado grande. Su agujerito se habia reducido un poco de lo ganado con los dedos, asi que se deslizo lentamente sobre aquella enorme verga que no terminaba de entrar, tan deliciosa, tan satisfactoria la sensacion en su bordito, las dimensiones en su interior.
Silver respiraba pesadamente, sintiendose comprimido por aquellas nalguitas aparentemente demasido pequeñas para recibirlo, sintiendose culpable por desearlo asi, deseando que se moviera mas rapido, porque si estuviera libre, le acabaria el culo sin misericordia a ese niñato malvado…
-¿Ah si? - le pregunto Hao, mirandolo sobre su hombro, apoyado en el del pecho con una mano, comenzando a moverse a un ritmo mesurado.
-Si: te romperia el culo.
-Mas respeto, sacerdote… - le acaricio la mejilla cariñosamente.
-Jamas sere tu sacerdote.
-¡Oh, vamos! Sabes que lo seras… eres el elegido para sacrificar en este altar. - se le monto con mas impetu.
Ambos dejaron de hablar; solo jadeos, respiraciones: ruidos animales de un par de machos apareandose, el mas joven y pequeño haciendose cargo en lo que su pollita se zarandeaba vigorosamente, seguida de sus bolas como duraznitos hinchados, mas y mas tensas a cada rebote sobre las grandes y bien hinchadas envueltas en piel morena, mas oscura ahi donde la linea del centro se contraia tratando de seguir el impulso natural de vaciar su carga, detenida por la inteligencia humana que queria gozar mas, mas y mas de ese tunelito ardiente y apretado, de esas entrañas deliciosas que lo exprimian a pulsitos enloquecedores.
Mediante su espiritu de agua, Hao le llevo la mano a su bajo vientre, esa pancita pequeña y redondeada entre la V de sus caderitas.
-¿Lo sientes? - le dijo, aunque por su expresion podia ver que ya lo habia sentido - Asi de grande es tu verga adentro mio…
Silver se sentia moverse adentro suyo… ¿asi de grande era su verga? preciono por su propia voluntad, sintiendose egolatra al admirarse en el hecho, sintiendose como Hao.
Horrorizado abrio mucho los ojos, pero todo cuando podia ver era esa delicada belleza de piel palida haciendolo sobre el, desplegando toda su maestria en el arte amatoria para hacerlo con el, para empalarse mas y mas vigorosamente, gozandolo tanto como el, sus ruidos entremexclados llenaban el aire, no iba a aguantarse mucho mas, se correria en esas entrañas jovencitas…
Hao ponia empeño y le demandaba mas y mas a su verga sobreexcitada; le presionaba las uñas sobre el brazo y de alguna manera sabia que le estaba diciendo que no, que no se corriera aun.
-Pues deja de darme esos apretones. - le dijo en voz alta, cerrando un ojito para exforzarse mas.
-Entrena y mejorate. - le respondio, brincando sobre su verga como si la vida le fuera en ello - Te dejare cogerte a mi otra mitad.
El estimulo de imaginar a Yoh como tenia a Hao acabo con el. Derramo toda su simiente mancillada en el virtual interior de Yoh, viendo en su mente su sonrisa amable, su cuerpecito dispuesto, complaciente.
El demonio sigio abusando de el hasta que empezo a perder firmeza. Hao se recosto entonces en el, dejando escurrir el semen de su palpitante agujerito sobre la verga que lo habia vaciado, jadeando y recuperando el aliento junto con Silver.
-¿Como es esa frase que tu dices? - le pregunto, acariciandole el rostro con la mano hechada atras y arriba, sin verlo - Ah, si: “pasaste la prueba”
Fin