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Líneas cruzadas por elenaa

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Notas del fanfic:

Este es un Oneshot sasunaru, charamen y madahashi. solo un poco confuso, por motivo del 14 de febrero espero que les guste n_n

—Anoche soñé con alguien. No, más bien estaba dentro de “él”.

—¿Tú eras “él”?  

—No. Es extraño de explicar, pero era como si estuviera detrás de sus ojos. Veo lo que puede ver, escucho lo que oye, incluso puedo sentir… parte de lo que siente. Y, aun así, solo soy un espectador, no tengo control sobre sus acciones; es como si una película borrosa se proyectara frente a mí.

 

*****

 

Los rayos del sol sobre su rostro lo despertaron, se levantó cuidadosamente y como todos los días, desde que logro convencer a sus padres que podía cambiarse sin ayuda; encontró su ropa pulcramente doblada sobre una silla.

Una vez que se limpió y arreglo camino hacia la ventana para observar un poco su jardín de rosas rojas, miro maravillado los hermosos rosales que estaban en apogeo, hasta que un pájaro azul surcando el firmamento llamo su atención y no pudo evitar sentir un gran pesar en su pecho e inconscientemente toco el cristal con la palma de su mano, antes de soltar un cansado suspiro y bajar a desayunar.

Salió de su habitación y solo tuvo que dar un par de escasos pasos antes de llegar a las escaleras donde sus progenitores habían acondicionado una salvaescaleras, para que pudiera bajar seguro; un gesto sumamente exagerado a su parecer. Se sentó cuidadosamente en la silla y pulsando un botón rojo esta lentamente empezó a descender.

Cuando entro al comedor, su padre, madre y abuelo ya se encontraban desayunando, tan solo dio un paso hacia adelante y rápidamente su amorosa madre intento levantarse, pero al mirar sus ojos suplicantes, solo soltó un suspiro resignada y continúo comiendo sus huevos soldados.

 

*****

 

—Volví a soñar con “él”.

—¿Fue igual que la vez anterior?

—Similar, todo es muy irreal y al mismo tiempo se siente tan vivido. Soñé que caminaba lentamente por un hermoso jardín lleno de rosas rojas, sentía los ligeros rayos del sol sobre mí y el delicado y suave olor de las flores inundar mis fosas nasales, llenándome de una indescriptible calma.

—¿Qué más?   

—Nada más, desperté rápidamente y cuando volví a conciliar el sueño, ya no soñé nada.

—¿Y cuándo volviste a despertar, fue como las otras veces?

—Sí—respondió agachado un poco la mirada.

 

*****

 

Otra vez el día había amanecido sumamente agradable, por lo que después de terminar sus clases de tutoría personales, decidió disfrutar de su té sin la compañía de su madre en el jardín y mientras bebía tranquilamente su bebida, capto un aroma similar al de sus rosas; casi al instante alguien se posiciono a su espalda y cubrió cuidadosamente sus ojos.

—Sé que eres tú, ya quítame tus manos.

—Así es como recibes a tu primo favorito.

—Quien dice que eres mi primo favorito.

—Voy a fingir que no escuche eso.

—Haz lo que quieras—soltó y solo vio como el mayor tomaba asiento enfrente de su persona.

—¿Estás enojado?   

—Por qué lo estaría.

—Mmmm… No fue mi intención tardar tanto, mi viaje se alargó inesperadamente.

—Si yo fuera tú, ni siquiera hubiera regresado.

—No digas eso.

—Solo soy sincero.

Su primo segundo lo miro con cierta tristeza reflejada en sus ojos y pregunto—¿Cómo has estado?

—Bien, no hay mucho que hacer aquí.

—¿Seguro… no te has lastimado en mi ausencia?

—No.

—Me alegro—dijo el mayor, acariciando cariñosamente su cabello a la par que sonreía alegre; antes de empezar a contarle todo sobre el viaje que había hecho.

 

*****

 

Desde que cumplió diez años, todos los días despierta buscando algo, pero no sabe con exactitud que es, algo dentro de él se siente vacío y no sabe por qué; tiene una vida privilegiada, padres dedicados y un gentil hermano mayor.  

Y, aun así, no puede evitar dejar de sentir el sentimiento constante de que algo le falta.

No obstante, recientemente no solo la sensación de añoranza de algo lo aflige.

 

—¿Otra vez tuviste uno de esos sueños?

—Si.

—¿Qué sucedió en esta ocasión?

—Fue parecido a los anteriores, estaba sentado mirando un gran jardín lleno de rosales rojos y frente a mi estaba alguien, su rostro era borroso, pero todo lo demás se podía ver con mucha claridad.

—¿Eso fue todo?

—No, el sujeto estaba muy animado. Contaba con mucho entusiasmo como le había ido en un viaje que hizo; sin embargo, a “él” no le gusto.  

—¿A quién no le gusto?

—A la persona en donde estoy. Te lo dije… creo que puedo sentir parte de sus sentimientos; escuchaba atento lo que ese sujeto le decía, pero se sentía… triste.

—¿Por qué crees que se sentía triste?

—No lo sé, pero… me gustaría saberlo.

 

*****

 

Los primeros días del regreso de su primo, este se la pasó casi todos los días molestándolo, agradecía su presencia y las historias que este le contaba sobre sus viajes alrededor del mundo, que lo sacaban un poco de la monotonía de su día, sin embargo, una parte del él secretamente prefería, que el mayor ya no lo visitara. Porque cada vez sus sentimientos le causaban más pesar.

Cada vez que su primo lo veía como una más de las frágiles rosas del jardín, no podía evitar envidiarlo y amarlo por igual. Envidiaba la libertad y salud que este tenía para poder ir a donde quisiera y al mismo tiempo amaba el cariño que este le había mostrado incondicionalmente.

A pesar de tener varios primos, solo ese tonto siempre había estado a su lado; cuando todos corrían por el jardín o la mansión jugando a las escondidas y él solo podía mirarlos anhelando poder correr como ellos, este era el único que se quedaba a su lado contándole todo tipo de historias sacadas de sus más locos pensamientos infantiles.

Y todo el afecto fraternal que el mayor le tenía, solo lo lastimaba; porque, aunque no tuviera osteogénesis imperfecta y pudiera llevar una vida como un joven normal, aun así, no podría poder estar con él, su amor era doblemente prohibido.

 

*****

 

La alarma en su celular lo despertó, la apago por reflejo y durmió cinco minutos más, antes de despertarse por completo y sentir una inefable sensación de pérdida y añoranza.

No soñó con “él” y aunque no tenía mucho desde que empezó a tener esos extraños sueños parecidos a una película vintage, por alguna razón igual de desconocida a su melancolía, quiso volver a tener uno de esos sueños.

Realizo su rutina de preparación para el instituto habitual y durante el trayecto, su hermano puso una canción, que llamo su atención.

Sin que se diera cuenta cerro sus ojos y se dejó llevar por aquella canción, la voz del cantante era un poco aguda pero muy relajante, sin embargo, más allá de lo mucho que les gusto la voz del vocalista, lo que en verdad resonó en él, fue la letra de la canción.

Cada palabra, resumía muy bien cómo se sentía desde sus diez años.

 

*****

 

Recién había terminado de tomar el té con su madre, cuando su padre y abuelo aparecieron en el salón muy alegres.

—Encontraron lo que buscaban—comentó su progenitora con una sonrisa, al notar el buen semblante con el que entraron su esposo y suegro.

—Algo, así—respondió su padre tomando asiento a la par que él se levantaba.

—¿No vas a acompañarnos? —pregunto su abuelo, algo extrañado.

—Me siento algo cansado—soltó lanzándole una rápida mirada a su padre, con quien había iniciado una “guerra fría”. Con la espera de que su petición de salir de la mansión fuera escuchada.

—Encontré algo en la subasta que pensé podría ser de tu agrado, mande a que te lo dejaran en tu habitación—mencionó su abuelo, quien al igual que su madre no tomo partido.

—Gracias—dijo sencillamente y se retiró.

En cuanto entro a su habitación, lo primero que noto fue el regalo que le había mencionado su abuelo.

Aburrido llego hasta su cama y miro con curiosidad la caja llena de regalos que le habían dejado. Ambos hombres mayores de la familia tenían el hobby de coleccionar todo tipo de cosas antiguas y asumieron que compartía su mismo gusto; cosa que era errónea, porque el único agrado que tenía por las cosas antiguas iba dirigido meramente en dirección a los libros. Nunca le había gustado tener cosas que sabía le pertenecieron a otra persona, tenía la firme creencia de que parte de la energía de las personas en vida se quedaba en los objetos a los que se fue muy apegado; y no quería tener ninguna experiencia paranormal.

Reviso cuidadosamente la caja por si encontraba un libro, mientras separaba las cosas que pediría se llevaran de su habitación.

Tomo una pequeña y fea figura de oro y debajo de esta encontró algo que llamo su atención. El libro en sí, era tan sencillo que solo una persona como él que vivía a través de las palabras escritas y de las historias contadas por su primo, podía sentirse interesado en aquel simple objeto.

Levanto cuidadosamente la tapa roja y curiosamente las primeras páginas estaban vacías, hojeo un poco más y encontró lo que parecían unas iniciales: MU.

Volvió a hojear rápidamente el libro, hasta donde las hojas dejaban de tener palabras escritas y regreso a la página con la primera línea.

Recuerdo muy bien la primera vez que nuestras miradas se encontraron, teníamos personalidades diferentes. Sin embargo, en aquel momento note lo extraño que era sentirme tan cercano a él.

En cuanto leyó aquello, sintió un impulso inefable de leer un poco más, aun a pesar de que ese libro había pertenecido a alguien que escribió talvez sus memorias; lo cual iba en contra de su creencia de no tener objetos muy personales de personas muertas.

Así que, sin darse cuenta se acomodó mejor y empezó a leer:

 

Recuerdo muy bien la primera vez que nuestras miradas se encontraron, teníamos personalidades diferentes. Sin embargo, en aquel momento note lo extraño que era sentirme tan cercano a él.

Y tal vez entendí, porque aquella mañana tuve unas intensas ganas de ir al río.

Su arrogante sonrisa y vivaces ojos, me atrajeron como luciérnaga a la madera.

No intercambiamos muchas palabras, nuestro primer encuentro fue torpe y breve.

Yo lanzaba sin mucho interés piedras en el río, en la espera de algo. Cuando una piedra apareció en mi campo de visión, llegando a la otra orilla, giré por reflejo y lo vi; sonreía arrogante porque su piedra llego más lejos que la mía, lo cual no me gusto, así que discutimos un poco, aunque en realidad forjábamos una amistosa rivalidad.

Porque él era extraño, no me quiso decir su apellido y yo tampoco le di el mío. Mostraba una seguridad que en segundos cambiaba a cierto abatimiento que al instante se transformaba en desbordante energía, que en un principio me irrito.

Aunque aquel pensamiento se esfumo de mi mente, en cuanto me dio su nombre y se fue corriendo, porque llegaría tarde a cenar.

 

*****

 

—Creo que está enamorado de él, cada vez que este hombre con el rostro borroso aparece, es sutil, pero siento como su corazón late un poco más rápido.

¿Eso te importa?

—Tal vez.

—¿Tal vez?

—Es que no entiendo que es lo que él tiene que le gusta.

—Quizás es apuesto.

—No. ”Él” no es alguien, que se fije solo en la apariencia de las personas.    

—Como lo sabes, en tus sueños. No ves lo suficiente como para hacerte una idea tan detallada de su forma de ser.

—Simplemente lo sé.

—¿Y cómo has estado fuera de tus sueños?

—Bien.

—¿Seguro? Conozco esa mirada que pones cuando no eres sincero.

—Recientemente escuche una canción.

—¿Te ha empezado a interesar la música?

—No en realidad, pero hay una canción… con la que extrañamente me siento conectado.

—¿Quién la canta?

—No lo sé, la escuche en la radio y aún no he buscado al cantante.

 

*****

 

—¿Ya decidiste a dónde harás tu próximo viaje?

—Aun no, recién acabo de volver. Tan rápido te quieres deshacer de mí.

—Lo decía, porque escuche del abuelo. Que el tío, te estaba presionando otra vez para que te inscribieras a la universidad.

—No tienes por qué preocuparte por mí. Eso ya está solucionado.

—En serio.

—Si. recuerda que tengo un talento nato para siempre salirme con la mía.

—Eres un tonto.

—Puede que un poco.

—¿Qué piensa hacer aparte de venir a fastidiarme?

—Pensaba hacer unos negocios con Neji.

—¿Con Neji?

—Por qué me miras así, Neji puede ser complicado, pero tiene buena cabeza para los negocios.

—No es más fácil trabajar con tu hermano, que con Neji.

—Mi capital en estos momentos depende de ese engreído, y su condición para pagar mis caprichos es únicamente que mantenga mis narices fuera de los negocios familiares.

—Creía que ya estaban en mejores términos.

—Lo estamos, yo no me interpongo en sus posibilidades de heredar la compañía y el me da dinero para que lo gaste en lo que quiera.

—Tu serias mejor heredero.

—Lo sé, pero no quiero esa carga, además ya estoy harto de tanta atención.

—¿Acaso estas buscando… sentar cabeza?

—No en realidad, solo quiero pasar más tiempo contigo—dijo el mayor acercándose, para acariciar cuidadosamente su revoltoso cabello.

 

Su primo se fue, cuando la luna ya se alzaba en el firmamento, así que en cuanto se encontró solo en su habitación, saco del bufetero cercano a su cama el libro que encontró y continuo con su lectura:

 

Nuestro segundo encuentro fue, significativamente más profundo.

Lo encontré de nuevo sentado a la orilla del rio y en seguida me di cuenta que, algo lo afligía; tardo un tiempo en sincerarse conmigo y contarme que estaba triste, porque su hermano había fallecido de una extraña enfermedad e incluso en ese sentido éramos similares, Yo también había tenido hermanos que habían muerto de raras enfermedades; a los dos solo nos quedaba un hermano menor.

Escucharlo hablar sobre su duelo y compartir su sentir, no me sorprendió. Si existía alguien que no fuera yo que entendiera la misma forma en la que pensaba, sin lugar a dudas solo podría ser él; porque, que otro niño idiota de diez años aparte de mi podría pensar lo mismo.

Así que, en vez de sentirme sorprendido, en ese momento sentí que el encontrarme con Hashirama fue como una señal de los cielos.

Y aunque eso no significaba que pensáramos lo mismo acerca de todo. A partir de aquel momento nos seguimos encontrando sin saber nuestro apellido.

 

*****

 

Después de su sesión, camino a su hogar, simplemente se dejó caer en el asiento trasero con la intensión de aclarar un poco sus pensamientos. Cuando nuevamente su hermano encendió la radio.

Sin embargo, en lugar de pasar una canción, en esta ocasión estaban entrevistando a un artista y con solo escuchar una palabra, reconoció inmediatamente la voz. El cantante que estaban entrevistando, era el mismo que cantaba aquella canción que no podía sacarse de la cabeza.

 

—Súbele—soltó y se colocó más cómodo.

 

«Eres cantautor, tus canciones han adquirido fama muy rápidamente, así que ¿Cuál es tu fuente de inspiración»

«Los sueños»

«¿Los sueños? Esa sí que es una respuesta muy onírica»

«Suena raro verdad»

 «Solo un poco»

«Ya sé, pero no me lo estoy inventando ni tampoco estoy loco. Solo que creo que los sueños son como recuerdos. Y cuando sueño algo que no logro comprender, escribo una nueva canción, porque a veces también de dolor se canta cuando llorar no se puede»

«Entonces tus sueños son… ¿Cómo sueños lucidos?»

«Algo así, pero yo los veo más bien… como escenas de una película»

 

*****

 

—¿Cuánto tiempo más vas a estar sin hablarle al tío?

—Hasta que ceda y me deje salir, aunque sea a ver el río.  

—La última vez que saliste, un niño te tiro y la caída te rompió ambas muñecas.

—Eso, fue hace seis años. Mi cuerpo es más resistente ahora, lo puedo sentir.

—Tienes que ser paciente. Los tíos solo se preocupan por ti.

—Sabes, a veces siento que no estoy tan enfermo como ellos dicen.

—¿Por qué lo piensas?

—No lo sé, solo lo siento.

—Estoy seguro que muy pronto, podremos salir a dar una vuelta a donde tú quieras ir.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo—respondió el mayor con convicción regalándole una hermosa sonrisa.

 

*****

 

Haber escuchado esa entrevista, lo tuvo inquieto casi toda la noche, tanto que no pudo silenciar los pensamientos en su cabeza para sumergirse en uno más de sus sueños.

Solo muy entrada la noche, sin darse cuenta sus ojos se cerraron y su mente se sumió en la inconciencia.

Y cuando despertó como era fin de semana, solo se quedó recostado en la cama, dejándose atrapar por un gran sentimiento de amarga soledad.

 

*****

 

Apenas se encontró preparado para dormir, se sentó en el sillón más cómodo que tenía en su habitación y se dispuso a leer:

 

Cuanto más nos veíamos mejor nos llevábamos, nos la pasábamos compitiendo amistosamente.

La mayor parte del tiempo Hashirama tenía ideas ridículas y una extraña manía por hacer trampa, pero disfrutaba cada momento que pasaba a su lado.

Vernos todas las tardes en el río antes de cenar se había convertido en una constante, cada día inventábamos todo tipo de juegos diferentes.

Y cuando el año escolar inicio y me lo encontré en mí mismo salón de clase, no pude evitar sorprenderme al descubrir la razón por la que no me había dado a conocer su apellido.

Sin embargo, aun a pesar de que era un Senju, aun así, no me aparte de él; hasta el día en el que vimos en clase, la trágica historia de los antiguos dioses/amantes del sol y la luna.

En aquella ocasión ambos fuimos castigados por expresar, como conocíamos la historia; que distaba mucho a como la maestra la estaba contando. Intentando ocultar que en verdad el género de ambas deidades era masculino.

Tontamente creí que solo tendríamos un castigo, pero no fue así, la maestra hablo con nuestros padres y ahí fue el primer momento en el que vi a mi padre con ojos diferentes.

El desagrado y odio que mostraba hacia los Senju, solo por tener diferentes creencias y raíces no era racional.  

Y fui obligado a terminar con nuestra amistad.

Me dispuse a aguantar los regaños de mi padre, esperando a que entendiera con mi mirada que solo mentía y que estaría esperándolo en nuestro lugar habitual.  

 

*****

 

—Hoy tengo muchas cosas que contar.

—Te escucho.

—Últimamente “él” ha estado muy feliz, no sé, si es… porqué su primo idiota va a verlo o porqué está muy entretenido leyendo una especie de diario que encontró.

—¿También puedes ver lo que lee?

—Puedo ver todo lo que ve, lo único que veo borroso son las caras de las personas y su rostro, aun cuando se mira en un espejo, no soy capaz de ver como luce.

—¿Qué está leyendo?

—Una historia de amor infantil entre dos chicos. Creo que le gusta… porque le recuerda a la relación que tiene con el idiota ese.

—¿Te molesta verlo con su primo?

—No.

—¿Entonces, cual es la razón de tu enojo por esa persona?

—No lo sé. Simplemente me molesta.

—Curioso. Tal vez el motivo de tu desagrado, es porque es lo opuesto a ti.

—No es eso.

—¿Seguro?

—Si.

—Bien.

—Recuerdas la canción de la que te hable.

—Si.

—Escuche una entrevista del cantante y creo que él es como yo.

—¿Cómo tú?

—Él tiene sueños… similares a los míos.

 

*****

 

Debido a que la “guerra fría” con su padre continuaba cancelo indefinidamente sus lecciones académicas e informo que le llevaran el desayuno a su habitación.

Una vez que estuvo satisfecho, soltó un suspiro y se puso a pensar en el libro con recuerdos que estaba leyendo.

Se sentía extraño al leer parte de la vida de otra persona, cuando los objetos así de personales eran su tabú personal, pero de una inexplicable forma, no podía dejar de sentirse a traído por aquella historia. Aparte de que, en cierto sentido aquella amistad infantil, le recordaba un poco a la suya con su primo; y el cómo justo a sus diez años, se había dado cuenta que gustaba de ese tonto, solo para descubrir que sus sentimientos no serían bien vistos por la familia.   

Busco el libro, se recostó en la cama y comenzó a leer:

 

Después de aquella ocasión, nos seguimos encontrando en el río. Durante cinco años nos vimos a escondidas, fingíamos en el colegio ser rivales de calificaciones y por las tardes nos reuníamos para pasar tiempo juntos.

Y durante ese tiempo no solo, nuestra amistad creció, nuestro cuerpo también cambio y con ello fue inevitable el seguir ocultando los sentimientos que teníamos.

El amor nos golpeó desde la primera vez que nos vimos, pero solo tuvimos el valor de reconocerlo cuando teníamos quince años.

Con besos y caricias torpes, propias de adolescentes hormonales nos entregábamos mutuamente; olvidando la crueldad del mundo.

Bajo las copas de los árboles, prometimos una y otra vez que siempre nos amaríamos y protegeríamos; sin importar que tuviéramos que sacrificar.

No obstante, aunque nos sentíamos muy superiores a los demás chicos de nuestra edad, aun éramos tontos e inocentes, nuestra confiada inocencia nos permitió imaginar un mundo en que nos escapábamos y vivíamos felices juntos.

Así que, con la decisión de escaparnos, los siguientes meses nos la pasamos preparando nuestra huida.

El país se preparaba silenciosamente para una violenta guerra y nosotros para huir de toda atadura.

 

Un sutil aroma a rosas aunado al ligero roce de una caricia sobre su rostro lo despertó. Sin darse cuenta se había quedado dormido mientras leía. Y el tonto de su primo se encontraba sentado a su lado, jugando con su rostro a la par que con su otra mano sostenía y leía el libro.

—¿Qué haces aquí?

—La tía me llamo para que viniera, porque has cancelado tus tutorías y no has querido salir de tu habitación.

—Suelta eso—dijo intentando quitarle el libro al mayor, pero este freno suavemente su movimiento y dejo el libro sobre el bufetero.

—Interesante lectura, creía que no te gustaban los objetos personales antiguos.  

—No me gustan.

—¿Entonces, por qué lees eso? 

—Simplemente me llamo la atención.

—¿Ahora estas interesado en historias de amor de ese tipo?

—No.

—¿Seguro?

—Qué importa si me interesan o no. No es algo que te incumba.

—Todo lo que tiene que ver contigo me incumbe.

—Suenas como mis padres.

—Solo me preocupo por ti.

—No necesito a más personas preocupándose por mí. Creía que lo entendías.

—Lo entiendo… es solo…que.

—¿Solo qué?

El mayor se tocó la frente con un gesto de frustración por unos segundos, antes de fijar su mirada en él. Sus ojos se encontraron y le pareció ver oculto en la profundidad de su mirada, cierto deseo mesclado con amor.

Y mientras observaba confundido la acción de su primo, este entrelazo sus manos. Sintió un leve calor recorrer todo su cuerpo, antes de que sin previo aviso los labios del mayor se unieran a los suyos.

Fuera de intentar separarse, le dio paso libre a la escurridiza lengua que se encontró torpemente con la suya.

Cuidadosamente aun besándolo, el mayor se subió en la cama y sin dejar caer su cuerpo sobre él suyo, separo sus labios solo para repartir besos en su frente, nariz, mejillas y cuello; una vez estuvo satisfecho detuvo su acción y mirándolo como lo más preciado del mundo confesó—me preocupo, porque te amo, te he amado desde que éramos unos niños.

 

*****

 

Sus clases en el instituto estuvieron igual de aburridas que siempre, se despidió de los pocos compañeros a los que consideraba sus amigos y se colocó auriculares para escuchar una de las muchas nuevas cancines que había descubierto recientemente.

Llego a donde lo recogía su chofer y se sorprendió al ver que quien lo había ido a buscar fue su hermano.

Rápidamente se subió en el asiento del copiloto y dijo—hoy no tengo sesión, porque estás aquí.

—Ya se, es que tengo una sorpresa para ti.

—No me gustan las sorpresas.

—Esta si te gustara. útilmente te he visto escuchando mucho la música de ese artista, así que cuando vi que iba a dar un concierto, no pude evitar comprarte esto.

—Una entrada para su concierto.

—La mejor entrada.

—Mejor me hubieras regalado un concierto privado.

—Tiene la agenda llena y no da conciertos privados.

—¿Cómo sabes eso?

—Me contacte con su manager.

 

*****

Los días seguidos a la confesión de su primo, se la había pasado muy ocupado, más que nada por la presencia de este, que no perdía tiempo en ir a verlo y colarse en su habitación para llenarlo de suaves y cálidos besos. No se quejaba porque, a fin de cuentas, desde sus quince años siempre anhelo estar entre los brazos del mayor mientras se besaban.

El desear a un miembro de su familia, siempre había sido su más oscuro sentimiento oculto, pero ahora ya no le importaba albergar tales pensamientos pecaminosos, lo único que le interesaba era que su amor también era correspondido.

Aprovecho lo quieta que estaba la noche y decidió continuar con la lectura que había pausado unos días atrás.

Saco el libro de donde infantilmente lo había escondido su primo y sentándose comenzó a leer:

 

Antes de lo que pensaba tuvimos todo preparado para poder huir.

Éramos brillantes, teníamos dinero y estábamos confiados de que podríamos sobrevivir en cualquier lugar siempre que estuviéramos juntos.

Pero ignoramos la crueldad del mundo. Olvidé el sentimiento de odio que vi en la mirada de mi padre el día que se enteró de mi amistad con un Senju.

No conté con que te habría pedido espiarme y tampoco pensé que me traicionarías.

Cuando padre y tu aparecieron, lo supe, en ese instante la ira en su mirada me hizo comprender que el futuro que imaginé con Hashirama era un simple sueño que nunca podría alcanzar.

Estaba dispuesto a alejarme de él, con tal de apaciguar la furia de nuestro padre, cuando levanto el arma y sin previo aviso disparo.  

En tan solo un parpadeo tres balas de hierro, se llevaron la vida de la persona que más amaba y con ello mi corazón se rompió en mil pedazos.

Enloquecí, lo sé. Como no hacerlo, si en aquel lugar el destino me unió a él y también me lo arrebato.

Incluso ahora si cierros mis ojos, creo que puedo sentir su presencia. Lo siento a mi lado, con su mano sujetando fuertemente mi brazo, pidiéndome con la mirada, que pare de escribir, que aleje esa idea de mí y no lo haga.

Sin embargó, me temo, que eso es algo que tampoco puedo hacer, porque como puedo vivir, cuando no fui capaz de protegerlo.

En estos momentos, lo único que quiero aparte de querer reunirme con él, es que conozcas un poco más de la historia que no lograste comprender.

 

*****

 

En cuanto cerro sus ojos, la película se empezó a proyectar frente a él.

Estaba en lo que parecía ser un salón de música, el lugar estaba repleto de todo tipo de instrumentos. Pero a “él” eso no le importaba, porque salió del lugar en dirección a uno más interesante. No obstante, antes de llegar a su destino la figura del idiota pasando velozmente llamo su atención; curioso y sigiloso vio como este entraba y cerraba una gran puerta, antes de ponerse a escuchar a través de ella.   

 

«Se supone que lo ibas a convencer para que retome sus tutorías. ¿Acaso quieres que sea como tú?»

«Está harto de seguir tomando clases aquí encerrado»

«Aquí, es el único lugar donde puede estar seguro»

«Tío, hasta cuando vas a seguir mintiéndole»

«¿De qué hablas?»

«En verdad pensó que todos mis viajes fueron meramente recreativos. Porque resulta que, todo este tiempo en verdad he estado visitando las mejores facultades de medicina de los países a los que viaje, reuniéndome con médicos especialistas e investigadores»

«¿Por qué?»

«Porque al igual que él, no me creía que, hasta el más simple roce de una flor, lo pudiera romper»

«¿Se lo has contado?»

«Como podría decirle que los últimos años, han estado exagerando su condición. Si, su trastorno genético es delicado, pero tiene el tipo menos grave; los huesos de su cuerpo se han hecho más fuertes y con los cuidados adecuados es perfectamente capaz de vivir como cualquier persona normal, sin tener que vivir encerrado»

En cuanto “el” escucho que su condición no era tan grave, sintió el impulso frentico de abrir de golpe la puerta, pero se controló y solo la abrió muy poco, permitiéndole ver dos hombres discutiendo, antes de oír.

«Sasuke tu no lo entiendes»

«Lo entiendo muy bien, porque yo también me preocupo por él; Menma es… más hermano para mí que mi propio hermano, por eso no puedo soportar más, como lo están obligando a vivir»

Justo en el momento en que el hombre mayor dijo su nombre. La imagen de aquel molesto sujeto que siempre había estado borrosa, fue visible.

Y aun mientras asimilaba más lo que veía, que lo que escucho, “el” se movió y se alejó lo más rápido que lo había sentido hasta el momento.

Hasta que se quedó parado enfrente de un espejo y por primera vez pudo apreciar la apariencia del cuerpo en donde estaba; antes de despertar y comenzar a llorar sin razón aparente.

 

*****

 

—Lo vi…soy yo.

—¿A quién viste?

—Al idiota borroso…. soy yo. Se llama como yo, incluso su apariencia es idéntica a la mía.

—¿En verdad, es idéntico a ti?

—Sí. Y también lo vi a “el”

—¿Cómo es?

 

*****

 

—¿Por qué no me lo contastes antes?

—No era el momento.

—Eres igual que ellos. Siempre sobreprotegiéndome, haciéndome sentir débil y que solo puedo depender de ustedes; esa no es la forma en la que quiero ser amado… quiero poder sentirme libre de dirigir mi vida sin ataduras.

—No Menma escucha. Yo solo quería evitarte esta situación.

—¿Dime, en verdad me amas o solo me mentiste, por lastima?

Sasuke se acercó hacia él y tomando amorosamente su rostro dijo—Nunca dudes de mi amor por ti Menma, eres lo que más amo en este mundo.

—¿Entonces, por qué… me ocultaste eso? —dijo apartándose de su primo.

—Porque planeaba convertirme en el líder de la familia, pero eso iba a tardar mucho y mi hermano mayor no dejaba de interponerse en mis planes.

—¿Planeabas?

—Cambie mi plan a uno a corto plazo y debido a la discusión que tuve con el tío, se complicó un poco y lo adelante; por suerte he logrado razonar con la tía, esa es la única razón por la que estoy aquí, después de que el tío me prohibió verte.

—Explícate.

—Recuerdas lo que te conté, sobre el trato que hice con mi hermano.

Asintió levemente.

—El verdadero trato es: que yo renuncio al derecho de sucesión de la compañía, si me ayuda a sacarte de aquí y ocultar nuestro paradero de tus padres y de la familia. Tengo preparadas casas en diferentes lugares e identidades falsas, también he estado en contacto con unos científicos que han estado trabajando en un medicamento para tratar la osteoporosis, que será muy beneficioso para ti. Podemos irnos en este mismo momento.

—Ahora.

—Sí, solo guarda algo que, en verdad, no quieras dejar atrás.

—Eres un tonto— soltó entre lágrimas de tristeza mezcladas con alegría acercándose a Sasuke.

—Lo sé—respondió el mayor, antes de dejarse besar.   

Solo guardo unas cuantas pertenecías en una pequeña maleta, antes de partir de la mansión que consideraba más una jaula que un hogar.

Una vez que se encontró con Sasuke en el coche, este tomo su mano y le robo un corto beso, sonrió ligeramente he intento mirar por última vez el lugar al que ya no volvería jamás, pero no pudo a causa de la niebla.

Y unos treinta minutos después, mientras hablaba con Sasuke sobre todos los lugares que visitarían, el coche donde iban fue brutalmente impactado, por otro que no los vio debido a la espesa neblina y lo último que escucho fue la voz de Sasuke gritando su nombre, a la par que lo intentaba proteger con su cuerpo.

 

*****

 

Aquella mañana despertó con la ya conocida sensación de vacío sobre su pecho atormentándolo, no obstante, poco después, también pudo sentir muy dentro de él, como si un pequeño fuego se avivara en su interior.

Paso un sábado normal, revisando ansioso cada que podía la hora, hasta que la alarma que había prestablecido sonó.

Rápidamente se arregló y salió de su mansión, dándole al chofer la indicación de pasar primero a una florería.

Y a pesar de que todas las rosas eran iguales, tardo casi una hora en elegir a su parecer la más bonita, recibiendo una fea mirada por parte de la chica que estaba atendiendo la floristería, al ver que solo compro una sola rosa roja a pesar de que llego en un lujoso auto.

Pero no le importo en absoluto, que la chica pensara que era un tacaño, porque sabía que esa sola hermosa rosa era más que suficiente.

Fue muy cuidadoso de que la rosa no se maltratara, entre todo el mar de gente que tuvo que esquivar para llegar a su lugar en primera fila.

Y todo el tiempo que tuvo que esperar a que el cantante saliera, no dejo de sentir, como su corazón latía desenfrenadamente.

Hasta que el rubio salió al escenario y sus miradas se encontraron.

Ambos se quedaron petrificados, perdidos en la mirada del contrario, por una fracción de segundo, que para ellos fue casi toda una vida; y sintió despertar un sinfín de emociones. Todos los sentimientos confusos y negativos que habían rondado su vida desde los diez años, tuvieron sentido y se esfumaron dando paso a una indescriptible paz interior; que lo hizo comprender sus sueños, reconociendo como siempre su alma estuvo buscando y anhelando a su alma gemela. 

El rubio rápidamente reacciono y dedicándole una brillante sonrisa empezó a cantar.

Una vez que el concierto termino, un sujeto de cabello plateado se acercó a él y le dijo que lo siguiera que el rubio lo quería ver y contrario a sospechar de aquel extraño hombre, solo lo siguió en silencio al camerino del cantante.

Entro al camerino y encontró al chico esperándolo ansioso.

Se sonrieron mutuamente y miraron enternecidos, con los ojos llorosos.

Así que, ignorando los latidos de su corazón, se acercó y ofreció la rosa roja a la par que decía—Sasuke Uchiha.

El rubio sonrió radiante y dejando salir sus lágrimas, sostuvo la flor y entrelazo sus manos diciendo— Naruto… Naruto Uzumaki.

 

Fin

Notas finales:

Pequeñas aclaraciones:

Es un Au con algunos eventos de la historia universal cambiados y mezclados con la historia de Naruto.

Sasuke/Charasuke y Menma se llevan dos años.

Osteogénesis Imperfecta: Conjunto de trastornos hereditarios caracterizados por huesos frágiles que se fracturan fácilmente.

La condición de Menma está inspirada en la osteogénesis imperfecta y aunque es el mismo nombre solo está inspirada, porque la condición de Menma no representa lo terrible que esta es en verdad.

Sasuke ve en sus sueños parte de la vida de Menma que a su vez leyó un libro con la historia de Madara y Hashirama contada por Madara.

Y Naruto también podía ver en sus sueños parte de la vida de Charasuke/Sasuke.


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