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Préstamo por 5kn_akatsuki

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Notas del fanfic:

Tuve una especie de conversación con alguien que me uhm... remarco mucho que debería de regresar a esto y que, aunque tenga pensamientos intrusivos sobre que si es bueno o aporta al fandom ahaha debería de seguir adelante con esto

Así que ahaha aquí estamos, esperando que sea algo bueno

Notas del capitulo:

ADEMÁS quiero usar el dia de hoy 22/02/2022 como una especie de llamado al universo kajsbdasd para poder retomar mis escritos y olver a confiar en que lo que quiero contar ahaha alguien lo quiere leer

 

Y que quede la fecha registrada proque ajá 

El celular familiar de Minho vibró y sin pensarlo miró la pantalla, encontrando un mensaje de Taemin.

Con un sutil movimiento sobre la pantalla lo abrió, cuidando de no llamar mucho la atención para no interrumpir la mesa de trabajo; “voy a salir con los chicos”. Cerró los ojos con pesadez.

-Doctor –le llamó una compañera- ¿Se siente bien?

-Sí –contestó Minho-, solo estaba analizando lo que dijeron, perdón.

La mesa se reanudó tras ese momento.

Sin embargo la mente de Minho ya no estaba en ese criminodiagnóstico, sino en las palabras del pequeño hibrido.

Lo cierto es que ahora con veintiún años tenía más amigos con los que usualmente salía después de clases y aunque todavía no rompía ninguna de las reglas impuestas, no dejaba de sentir preocupaciones propias de un padre.

Mientras se debatía entre contestarle “con quiénes” o “está bien”, Taemin tomaba las llaves del auto de segunda mano que su tio Kyuhyun le había regalado en su último cumpleaños.

-Sé a dónde podemos ir –dijo encendiendo el motor-. Hace poco descubrí un truco, lo puedo usar una vez en ciertos lugares.

-¿Es el mismo que estoy pensando? –preguntó Kwangmin sentado de copiloto.

Taemin se limitó a sonreírle antes de partir.

El plan era comprar carne, algunas cervezas y pasar la tarde en casa de los gemelos Jo aprovechando que era el cumpleaños de su mamá.

La vida de Taemin, de por sí, ya era fácil. Su tutor ganaba por día, más de diez mil, a veces lo duplicaba con estudios que le tomaban una tarde, más el salario de la universidad… la verdad no tenía problemas de dinero en absoluto pero hace un par de días cuando Minho le mandó a comprar una caja de carne la señora le reconoció, le preguntó por el Doctor y le obsequió la caja completa.

-Eso fue raro –se susurró sintiéndose incómodo porque no le había pagado.

Sin embargo, una vez que llegó y explicó por qué le regresaba el dinero, Minho sin preocuparse dijo:

-A veces la gente me regala cosas, es bonito, una muestra de agradecimiento por haberles ayudado.

Al inicio Taemin lo tomó como un acto sincero, pero al contárselo a los gemelos KWangmin fue el primero en usar la “carta mágica” de mencionar al criminólogo cuando hacían una compra en ciertos comercios ganando el producto totalmente gratis o incluso más.

Probaron suerte en un par de tiendas más siempre obteniendo el resultado esperado.

Así que lo usarían una vez más; fueron a la tienda de la Sra. Park que ya lo reconocía y pidieron una caja de carne.

-¿Cómo está Minho? –preguntó la señora.

-Bien –respondió Taemin-, trabajando, usted sabe.

-Me lo saludas mucho, por favor –les tendió la caja-, dile que así está bien.

-OH –fingió sorpresa-, no, cómo, me dio dinero para pagarlo.

Fingió estar buscando la billetera.

-No, nada de eso –respondió-, anda, llévatelo de una vez para que coman pronto.

-Es que –Taemin se rió nervioso.

-Anda, vete y salúdalo.

-¡Muchas gracias! –Intervino Kwangmin tomando la caja- Le daremos sus saludos.

Luego de una reverencia se retiraron del sitio contentos y una vez en el auto soltaron una pequeña carcajada.

-Ahora vamos por algo para beber.

En la tienda de licores ocurrió lo mismo pero con una botella de coñac y un par de soju.

Y la tarde pasó justo como lo esperaba; llegaron a casa de los Jo, les obsequió la caja de carne y bebidas, prepararon la comida y pasaron una buena velada.

Cuando Minho fue a recogerlo, la señora Jo le agradeció la caja de carne como las bebidas; no fue raro porque cuando se trataba de los amigos de Taemin nunca se limitó, siempre estaba extendiéndoles la mano para cualquier inconveniente que tuvieran.

-¿Te divertiste? –preguntó una vez dentro del auto.

-Ñé –contestó Taemin-, ¿pero sabes qué estaba pensando?

-No.

-Que tú y yo podríamos tener una comida así –dijo mirándolo- ¡piénsalo! Hace mucho que no…

-¿Comemos carne? –preguntó Minho divertido a la vez que ponía el auto en marcha.

-No, que no tenemos una cita.

-¿Una cita? –se puso tan nervioso que su voz tembló- Bueno, tú y yo comemos diario solos en casa.

-Ajá, en casa –Taemin bajó la ventana- ¿Sabes que no soy feo y mis compañeras empiezan a invitarme a salir?

-Ya veo qué quieres –susurró asintiendo- ¿Quieres salir conmigo en público?

-¡Sí! –aplaudió volteando a verlo- ¿Cuándo? ¿A dónde iremos?

-No te estaba invitando –se rió nervioso parando en un semáforo-, pero tampoco es mala idea. Sólo que, ya sabes…

-No puede ser aquí –canturreó fingiendo molestia-. La gente se daría cuenta de la forma en que nos tratamos y podrían surgir rumores.

-¿Quieres comida italiana? ¿Japonesa? ¿Latina?

-¿Quieres tomar un vuelo para ir a comer conmigo? –preguntó sorprendido- ¿Así de grande es la caja en que le debo de estar?

-Una vez que Rocky se gradúe nos mudaremos a dónde no me reconozcan, por eso quiero saber si será…

-Una hamburguesa –dijo Taemin-, con papas.

-¿Papas?

-No te estoy diciendo que me pidas matrimonio –el híbrido se recargó en el respaldo del auto, acurrucándose en el mismo-, sólo que comamos juntos.

-¿Tienes hambre?

-La mamá de Kwangmin nos dio de cenar –susurró casi sin separar los labios, deteniéndose al instante que lo percibió- ¿Tú ya comiste? Te recuerdo que te encanta saltarte comidas.

-Me tomé un café.

-¿Y qué más o a qué hora?

-Está bien, no tienes qué preocuparte –dijo tomando el camino al puesto de hamburguesas al que solía ir con Changmin-, la brecha generacional se siente más cuando tenemos este tipo de momentos.

-La brecha generacional sólo existe porque te fijas en eso. Claro que puedo ir a Japón a cenar contigo y tú puedes venir al estacionamiento a comer papas conmigo.

-Todavía soy nuevo.

Entonces Taemin se rió.

-¿Qué es tan divertido? –preguntó Minho estacionándose.

-Eres el maldito amo de todo lo que haces, excepto cuando se trata de…

-Ti.

-¿Yo? –comenzó  sentirse nervioso pero esas cosquillas en el estómago le gustaban tanto- Iba a decir que en el amor.

-Están relacionados –le apuntó al carrito de hamburguesas-, vamos.

Taemin se quedó unos momento saboreando esa sensación hasta que se percató del sitió donde estaban y no era otro que en dónde solía ir a cenar con los gemelos abusando de que conocían a Minho para conseguir que fuera gratis. Así que se bajó de inmediato.

El Criminólogo estaba frotando sus manos tras usar gel antibacterial, charlando con el cocinero.

-Su niño viene seguido a cenar –le dijeron cuando vieron las orejitas sobresalir de entre todos los clientes-, con unos gemelos.

-Nos gustan sus hamburguesas –dijo Minho.

Después de pedir sus respectivas ordenes, buscaron un sitio para sentarse.

-¿Y… qué tal el día? –preguntó Taemin.

-Tranquilo –contestó mientras subía las mangas de la camisa-, quiero decir, lo mismo de siempre. Estuve un rato en el juzgado revisando expedientes de Max y luego en Red Dress haciendo cosas.

-Ya veo –susurró jugando con el servilletero-, pero quería decir, tú sabes, ¿anímicamente que tal el día?

-OH.

-Leí que el mejor acercamiento hacia otro no es sabiendo qué hace sino cómo se siente.

Minho asintió lentamente.

-Bueno, me he sentido bien –dijo-, tuve una mesa de trabajo respecto a una reforma penal en la que soy consultor y fue cansado. Me desconcentré después de que me llegó tu mensaje.

Taemin se sorprendió pero terminó sonriendo.

-Perdón, no quería interrumpirte.

-Últimamente sales más.

-Con los gemelos –completó.

-No digo que sean mala influencia pero a veces –afinó su garganta-, yo tengo tardes libres y prefieres ir con ellos.

La quijada de Taemin cayó ligeramente.

-Bueno –se rió nervioso-, no sé qué días estas descansando en tu oficina o estás concentrado en tu trabajo.

-Te pasaré mi agenda –asintió e iba a decir algo más pero les llamaron porque sus órdenes estaban listas-, espera aquí.

Minho se levantó para recoger y preparar las hamburguesas.

-Su niño viene seguido –le repitió el cocinero sin dejar de preparar otras-, con sus amigos o a veces con el otro abogado.

-¿Ah si? –preguntó sonriendo comenzando a aderezarla con algunos condimentos- Nos gustan mucho el servicio de aquí, qué puedo decirle.

-Sí pues –le contestó el chico de la caja-, pero es lo menos que podemos hacer después de lo que hizo por nosotros.

-¿Cómo? –preguntó extrañado, él se refería a que siempre lo hacían sentir entre amigos con ese ambiente amable que les caracterizaba.

-Sí, sí, usted no se preocupe, la casa invita.

-¿Cómo cree? No, cóbreme.

-Nada de eso –le sirvieron una porción de papas fritas gratis-, siempre nos gusta recibirlos.

-Vaya –susurró sorprendido-, muchas gracias.

Preparó también la de Taemin y con ambas charolas regresó a la mesa.

-Oye –le llamó provocando que guardara su celular-, ¿sabías que no me cobraron?

-¿No? –fingió sorpresa.

-Y que tampoco te cobran cuando vienes con los gemelos o el otro abogado cuya historia ni quiero saber.

-No es Yoongi -se defendió-, es Jimin –terminó por encogerse de hombros.

-¿Tú qué tienes con ese bufete? –le pasó su hamburguesa- Y seguro que tampoco le cobran. Qué bien, unos matándose trabajado y otros gozan de mis beneficios.

-Pero sólo es aquí es gratis para él también.

-¿Qué?

Taemin mordió sus labios hacia adentro.

-¿Hay algo que quieras decirme?

-¿Puedes cerrar los ojos? –preguntó e inmediatamente los cerró sabiendo que Taemin se incomodaba cuando lo acusaba de algo porque “comenzaba a leerlo”- Hay varias tiendas en las que me dan cosas gratis por ti ¡pero! A veces las comparto con los gemelos y otras son para mí solo.

Minho se mantenía asintiendo levemente intento trazar un mapa mental de todos esos sitios dónde podrían darle cosas gratis.

-No fue porque yo lo pidiera, sólo un día me dijeron que “así estaba bien” y que te mandara saludos y después se hizo algo ahaha habitual ¡pero consideré que no estaba mal! Ellos lo consentían.

-¿Puedo abrir los ojos ahora?

-No –susurró avergonzado- porque te vas a decepcionar y no quiero verte así.

-No estoy enojado –contestó negando lentamente-, porque sé que no abusarías de eso. Es decir, estoy seguro que no pensabas “ah, iré con tal para que me dé gratis”.

-Es que ahaha tal vez sí lo hago.

Las comisuras de Minho se cayeron un poco.

-Bueno –susurró afinando su garganta- no es como que yo no saque ventaja de lo que soy.

-Pero tú eres tú y es como tu derecho de gozar de tus propios privilegios porque pues, son tuyos.

-Una vez me encontré con un Policía que me dijo que por fin había conocido a uno de mis niños, resulta que Rockhyun estaba con sus amigos en un bar, lo estaban pasado tan bien que hicieron mucho desorden y la policía fue. Cuando les llamaron la atención Rocky dijo “estoy seguro que conoces a mi papá” le dijo quién era yo y el poli le dice “aaah bueno, entonces nada más no hagan tanto escándalo”, a eso me refiero.  

-¿Rockhyun estaba en bar?

El hibrido más pequeño debería tener recién la mayoría de edad.

-No es la única, a veces cuando los detiene tránsito por no usar casco les dice “esperen, tienen una llamada” y me pone al teléfono para que le quiten la infracción.

-Vaya –susurró imaginando esa escena-, yo alguna vez bromeé sobre hacer eso pero nunca lo he hecho. Ni decir quién eres.

-Por eso no me molesta, tanto, que recibas comida u otros favores porque no son lo mismo de Rockhyun.

-Ya puedes abrir los ojos.

Minho los abrió dirigiéndolos directo a la comida para empezar.

-No volveré a hacerlo.

-No me molesta pero quisiera que me dijeras para de menos pasar unos días después y agradecerles o algo.

-Nunca haría lo de Rockhyun –repitió.

-Yo sé que no –dijo tomando un par de papas.

-Yo bebo en casa de los gemelos, qué vergüenza estar en público.

Por un momento escuchó la risita de Minho, quién de inmediato se recompuso.

-Llevó casi toda mi vida viviendo contigo y no sabía cómo te reías –dijo Taemin cambiando de tema-, hasta pedí un deseo.

Sonrió tomando la hamburguesa para cenar también.

-Es porque siempre estoy trabajando.

-No olvides pasarme tu agenda, me convertiré en tu secretario sólo para saber qué día podemos repetir esto.

-¿Mi secretario? –preguntó un divertido Minho- Mi becario suena mejor.

-Ser becario suena mejor porque así seríamos ese cliché donde salgo con el jefe.

Soltó una carcajada contagiándosela a Minho.

-Okey, serás mi becario –contestó asintiendo-. Recuérdamelo cuando lleguemos a casa.

La cena pasó sin más y al terminar fueron a comprar un par de botellas de soju para seguir con el plan de la cita.

Minho sirvió para ambos en lo que Taemin buscaba alguna botana, así terminaron en la sala de estar aprovechando que Rockhyun no dormiría ahí esa noche.

-No es tan difícil convivir contigo –dijo Taemin llamando su atención-, sólo que eres demasiado profesional y eso lo haces sentir como una pared.

-¿Una pared? –preguntó Minho bebiendo más soju.

-Como si pasa algo tonto en el día que fue muy divertido, siento que no te lo puedo contar porque lo verás con simpleza.

-Oh no, no, tengo un humor bastante blanco.

-¿En serio? –preguntó sorprendido- No parece.

-Es porque siempre uso saco, no creas que soy tan serio –estiró su mano para meterla entre los mechones de Taemin, hasta que llegó a las orejas de mapache-. Son tan suaves –susurró sorprendido.

-No las vayas a morder –le amenazó-, todos sienten el impulso de hacerlo luego de notar lo suave que son.

-¿Ni siquiera yo?

-¿De verdad tuviste ese impulso? –preguntó sorprendido- ¿Qué hay con ustedes los no híbridos?

-No sé –susurró encogiéndose de hombros- ¿Fue tan raro?

-Lo fue la primera vez –dijo asintiendo- pero ahora ya lo anticipo.

-¿Sabes qué es lo único que no me gusta de todo esto? –Taemin lo volteó a ver- No quiero pensar que sólo ebrio puedo estar cómodo contigo.

-No me ofende –se apresuró a contestar-, hoy vi que todos te ven como mi papá y entendí a lo que te refieres.

-Debería ser capaz de manejarlo mejor –susurró recargando su cabeza en el respaldo del mueble, comenzando a sentirse somnoliento.

-No, tú ya tienes muchas responsabilidades.

-No pasa nada –susurró mirándolo luchando por mantener los ojos abiertos, entonces una idea atravesó por su cabeza.

Relamió sus labios ansioso mientras se acercaba a los ajenos, incluso luchó por contener su respiración con tal de no despertarlo hasta entregarle un pequeño beso.

-¿Qué haces? –susurró.

-Te lo presto –dijo Taemin tras besar al criminólogo-, luego me lo devuelves.

Minho sonrió un instante, pasó su mano por la mejilla de Taemin.

Dijo algo apenas audible provocándole una sonrisita antes de acurrucarse en su hombro.

Notas finales:

GRacias por leeR!


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