Tony Stark despertó en una oscura habitación, sus heridas habían sido tratadas con sumo cuidado y delicadeza, y en la cómoda junto a la cama había una bandeja con sopa y un par de analgésicos. Se removió adolorido para buscar su ropa la cual encontró limpia y perfectamente doblada en el sofá junto a la mullida cama en la que descansó.
El omega se puso de pie y se vistió antes de mirar la bandeja con indecisión, no quería tomarlo pero su estómago rugió… maldita sea tenía tanta hambre pero no podía confiar en el hombre.
-“Él no nos lastimaría”-gruñó su omega interno indignado causándole aún más molestias, con un largo suspiro se decidió tomándose las pastillas y engullendo con prisa el contenido del plato.
Respiró profundo y contuvo el aliento antes de salir de la habitación encontrándose con una pequeña sala de estilo espartano donde el rubio bebía mirando a la nada, al sentir el pesado aroma a bergamota tuvo que reprimir el ronroneó que amenazó con surgir desde lo hondo de su pecho
-¿cómo te sientes?- cuestionó el alfa sin moverse
-He tenido mejores días- contestó Tony con voz apenas audible y desviando la mirada
-Lo imagino… Nunca nadie me dio tanta pelea como tú- confesó el de ojos rojos terminado su trago y poniéndose de pie
-¿Dónde estamos?
-Una casa de seguridad en Altay- contestó el otro antes de girar para por fin enfrentarle
-¿Quién demonios eres?- la voz de Tony sonaba más afectada de lo que le gustaría
-¿Importa realmente?- inquirió con sorna
-Lo hace, merezco respuestas después de lo que pasó- exigió el mayor recordando el shock que fue cuando sintió la conexión de destinados, el completo descontrol de su sistema cuando vio al alfa prime sin casco ni mascara de por medio
-¿Crees que estoy feliz con esto?- siseó el otro con rabia- Lo sentiste tan bien como yo… el dolor de una conexión rechazada porque ambos estamos enlazados
-¡Sólo quiero saber por qué mi puto destinado luce exactamente igual a mi esposo!- gritó Tony enojado
-Soy un puto experimento, es lo único que debes saber- gruñó molesto porque su alfa interno no le obedecía y clamaba por el omega frente a él
-… ¿Por qué apareciste? ¿Por qué ahora?- cuestionó el de ojos castaños sin poder ocultar el dolor en su voz
-No es cómo si lo hubiese planeado Stark- declaró acercándose despacio
-¿Qué sucederá ahora?
-… Nadie puede saber de mi existencia, pero ahora no puedo lastimarte así que tendré que confiar en tu palabra- dijo Abbadon mirándole directo a los ojos
-¿Me dejarás ir?- cuestionó Tony sorprendido
-Tú volverás con tu adorado alfa y fingirás que no existo. Yo volveré con mi omega y haré como si esto nunca hubiera sucedido, nunca nos conocimos- declaró con seguridad sin saber que ante cada palabra el omega de Stark se retorcía tanto como su propio alfa.
-Es lo mejor…- susurró el moreno sintiendo como sus ojos se anegaban en lágrimas y su voz se quebraba- amo a Steve y tú no cambiarás eso…
-Lo sé, no me importa lo que el puñetero destino tenga planeado, yo construyo mi propio futuro- dijo alejándose de su destinado
Alfa y omega se miraron una última vez, no se conocían, no sabían nada el uno del otro y aun así esta despedida era desgarradora, se sentía como si una parte de ellos se estuviera quedando ahí, sangrando y agonizante al pie del otro.