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The othat got away por SelPattz

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Abbadon llegó a la base en Suiza siendo de madrugada, se negó por completo a recibir algún tipo de atención e incluso evitó a su mejor amigo para ir directo a sus habitaciones personales donde una vez a solas y encerrado permitió a su alfa interno tomar el control. Sus ojos brillaron en un escarlata intenso y sus colmillos refulgieron, sus uñas crecieron hasta convertirse en filosas garras y sus pesadas feromonas inundaron el lugar a la par que gruñía como una bestia herida. Comenzó a destrozar todo a su paso, paredes muebles, ropa, cama, nada quedó a salvo de su furia, estaba tan inmerso que ni siquiera fue consciente del momento en que gruñidos se tornaron en sollozos y gruesas lágrimas se desbordaron recorriendo sus mejillas cual ríos.

Y es que la maldita conexión con el genio había sido tan intensa que si se permitía cerrar los ojos por un instante su mente se llenaba de destellos de otra vida, una en la que aquel bellísimo omega su marca con un enorme vientre en el cual cargaba a su cachorro, haciendo que su parte animal aullara de dolor y anhelo ante tal imagen.

*********

Pasaba del medio día cuando Sharon Carter llegó a la base, caminó por los pasillos fingiendo una calma que no sentía mientras se dirigía al despacho de su esposo.

-No está ahí- murmuró Helmut acercándose despacio

-¿Está bien?- cuestionó la rubia

-No lo sé, se encerró en ala personal y sabes que sólo tú tienes acceso ahí- contestó mientras se dirigían al ascensor

-¿Qué fue lo que sucedió? Nunca lo había sentido así…

.No sé, pero puedo decir que un alfa sólo se altera de esa manera por un motivo… sólo una persona tiene el poder d ponerle así.

El sokoviano la dejó sola mientras ingresaba en el cubo y ella suspiró sin entender lo que sucedía con su esposo. Cuando el elevador se detuvo caminó de nuevo por un par de pasillos, esta vez más rápido a sabiendas de que nadie le observaba hasta que por fin llegó al ascensor privado que la llevaría a sus aposentos.

-¿Qué sucede Abbadon?- susurró a la nada cuando por sin pudo ver su amplia sala u el piano de cola que adornaba la estancia

Caminó directo a la habitación que compartían dejándose guiar por el fuerte aroma que había dejado en toda el área, al entrar quedó impactada al observar el desastre y a su alfa sentado en el suelo con la cabeza entre las manos

-¿Alfa?- llamó por lo bajo mientras desplegaba su aroma tentativamente y se acercaba a pasos pequeños

-“No me llames así, no eres mi omega”- gruñó el alfa interior del rubio y apenas contuvo el gruñido que surgió cuando detectó el aroma de la mujer

-“¡Ella es nuestra omega, maldito animal!”- debatió antes de elevar la vista y toparse con la mirada color cielo de su compañera

-¿Qué sucedió Abbadon?- cuestionó colocándose de rodillas frente a él

El rubio la miró apenas un instante antes de abalanzarse sobre ella y adueñarse de sus labios, la recostó en el suelo y la cubrió con su cuerpo mientras su lengua recorría la cavidad bucal ajena, las toscas manos del alfa recorrieron su figura antes de solarse debajo de la camisa y arrancar un par de botones al intentar quitarla, y Sharon pudo dejarse dominar por su pareja gustosa, sin embargo aquella sensación incomoda en el pecho no la dejaba en paz.

-Ahhh, espera… Abbadon detente- murmuró cuando los labios del moriego viajaron hasta sus clavículas para dejar marcas

-¿No quieres?- cuestionó el aludido con voz ronca

-No cuando siento a tu alfa rechazándome- dijo ella tomándole por las mejillas- ¿Qué sucede alfa?

El rubio suspiró con pesar separándose de ella y tomó asiento recargándose contra la base de la cama, Sharon tomó asiento frente a él y tomó su mano dando un suave apretón

-Conocí a mi destinado- confesó él mirando fijamente

-¡Oh!... tu alfa lo reconoció como su pareja- susurró entendiendo aquello

-Sí, le molesta nuestro enlace, está intentando rechazarlo- bufó molesto

-Abbadon…- tomó de nuevo su rostro- debiste decírmelo, yo no quiero que me consideres un estorbo para estar con tu omega

-¡Tú eres mi omega!- siseó antes de encerrarla entre sus brazos

-Sabes a qué me refiero- dijo separándose lo justo para mirarle

-No voy a abandonarte, me enlace a ti y juré protegerte. No planeo faltar a mi palabra- prometió solemne

-Abbadon, querido…

-No hay nada más que decir- sentenció reafirmando su agarre

-Si estuvieras haciendo esto por amor estaría halagada pero lo haces por deber y yo no quiero que…

-Él también está enlazado y muy enamorado de su esposo- confesó interrumpiéndole

-… ¿Esto es lo que quieres realmente?- cuestionó mirando fijamente a los irises escarlata

-Sí- dijo sin titubear un instante

-Ok, pero prométeme que me contaras si algo cambia- pidió

-Nada cambiará…

-Promételo- gruñó la rubia con molestia ante su testarudez

-Ok, lo prometo- contestó él antes de besar su coronilla y reposar la mejilla Contra su cabeza

Sharon suspiró quedamente esperando que no estuvieran cometiendo un grave error y entonces se permitió desplegar su aroma suavemente y con un tenue ronroneo. Puede que no se amen pero haría todo lo posible por ser felices.


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