Mirabel puede decir que las cosas en su familia han mejorado, ciertamente lo hicieron, todos son mucho más libres… salvo por ella…
Al principio le pareció entrañable, pero hace unas semanas está empezando a hartarse de ver a su hermana en todas partes, no sabe realmente como es que siempre lo consigue pero si va al pueblo a hacer sus labores “Casualmente” siempre se encuentra con Isabela, cuando va a la tienda de costura “Casualmente” Isabela está en la puerta esperándola con un helado o con alguna cosa y se ofrece a cargar con sus compras, incluso a la hora de la comida parece haber algún tipo de acuerdo, por que Isabela siempre acaba sentada a su lado en la mesa, ella adora a su hermana realmente lo hace… pero ella no es una niña que necesita ser vigilada las 24 horas del día, sin mencionar que parece que nadie ve nada malo en que Isabela quiera estar pegada a ella todo el día, o es eso o nadie se atreve a cuestionar a la nueva Isabela…
Pensar que antes anhelaba su compañía y su cariño… sin embargo ahora deseo mantenerme alejada de ella, me hace extrañar a la antigua Isabela, aunque esa Isabela no era feliz... siento que ahora mismo estoy viviendo con una extraña en mi propia casa, Isabela no fue afectuosa en años y ahora me siento abrumada cada vez que tengo que ir a despertarla por que termino siempre envuelta en sus brazos… y no es solo con ella toda la familia me hace sentir demasiado abrumada, los amo, pero realmente llega a ser estresante el cómo parecen seguir todos mis movimientos.
“Mirabel si no te apresuras llegaremos tarde al almuerzo” Isabela me sonreía, sin embargo, yo no podía devolver el gesto.
Nos hallábamos en el pueblo, mamá me pidió venir a buscar unos libros de cocina que la señora Guzmán le iba a prestar e Isabela “amablemente” se ofreció a acompañarme para que no me pasara nada… Cómo si nunca hubiera ido a la casa de los Guzmán por mi propia cuenta…
“Isa, estaba pensando que quizás deberías ir con la abuela, últimamente no te he visto con ella” Vere si puedo entusiasmarla de pasar tiempo con alguien más.
“¿Ir con ella?, ¿por qué?” Isa lucia desinteresada.
“Bueno planeaba ir con Camilo esta tarde a pasear por los alrededores del pueblo quizás ir al bosque y-” Isabela me dio una mirada seria.
“No iras a ninguna parte tu sola” Suspire y trate de explicar.
“No iré sola iré-” Isabela no me dejo terminar.
“Mirabel no iras y es mi última palabra” Cerré mi puño con fuerza.
“¡NO ERES MI MADRE ISABELA!” Isabela se sorprendió un poco por mi arrebato.
“ya te dije que no iras” Escucharla tan calmada hizo que le volviera a gritar.
“¡ESA NO ES TU DECISION IRE DONDE QUIERA, NO SOY UNA NIÑA A LA QUE PUEDES MANDAR Y CONTROLAR COMO QUIERAS!” Isa se veía ofendida.
“¡DEJA DE CONTRADECIRME SOY TU HERMANA MAYOR!” Mi enojo estaba sacando todas mis frustraciones de mí.
“¡LO SE, PERO ESTOY TAN CANSADA DE VERTE TODO EL DIA DETRÁS DE MI!” Me acerque a Isabela hasta quedar a solo unos centímetros de ella.
“¡PUES TE ACOSTUMBRAS, NO DEJARE QUE NADA TE LASTIME DENUEVO!” Isabela también parecía frustrada, pero no me importa en este punto.
“¡NADA ME VA A PASAR, ERES UNA IDIOTA ALARMISTA!” Me empezaba a cansar, pero claramente no voy a detenerme en este punto.
“¡NO LO SOY!” Isabela desvió su mirada.
“¡CALLATE NO PIENSO SEGUIR DISCUTIENDO CONTIGO, ME VOY A CASITA Y NO PIENSO SENTARME A TU LADO!” Me di la vuelta para marcharme, corrí a casa con Isabela detrás de mí.
“¡DEJA DE SEGUIRME!” Isabela se hallaba a escasos metros de mí.
“¡DEJA DE CORRER DE MI ENTONCES!” Me detuve de golpe y encaré a Isabela.
“¡ALEJATE DE MI!” Isabela parecía aturdida por un momento, pero rápidamente se recuperó.
“no lo hare…” Su voz fue suave, pero mi rabia pudo más conmigo.
“¡¿POR QUE INSISTES TANTO EN ESTAR CONMIGO?!” No la quiero cerca de mí.
“…” Isabela parecía querer decir algo, pero no podía.
“Mantente lejos de mi camino Isabela, antes decías que yo estorbaba… bueno ahora es al revés, la que estorba e impide que yo haga lo que tengo que hacer eres tú”
“Mirabel yo-” Isabela trato de hablar, pero ya me hallaba hastiada.
“No quiero escucharte… aléjate de mí Isabela, no quiero seguir viéndote” Me marche, Isabela esta vez no me siguió.
Llegué a Casita y los demás parecían sorprendidos de que Isabela no se encontrara conmigo sin embargo a los pocos minutos apareció Isabela como si nada pasara y me sentí irritada.
Logre hacer que Isabela se sentara en otra silla ya que le di una mirada mordaz que solo se ganó un gruñido disconforme de ella y que se sentara en la mesa como una niña regañada, aunque los demás decidieron no decir nada, Isabela y Abuela pueden ser las personas más influyentes y con más liderazgo de la familia, pero si tengo que ponerme firme lo hare, no dejare que sigan tratándome como una niña.
“Camilo ¿saldremos juntos esta tarde entonces?” Camilo me miro y lucía un poco nervioso por alguna razón y cuando mi mirada se posó en Isabela note la mirada fría que le estaba dirigiendo a Camilo.
“Amm ¿y si llevamos a Luisa con nosotros?” Luisa se atoro.
“¿Sabes qué? Iré yo por mi cuenta, no necesito que te fuerces a hacer algo que claramente no quieres y menos si hay alguien que se pone como una princesa mimada cada vez que la contradicen” Mi mirada se dirigió a Isabela la cual rodo los ojos y bufo.
“¿Ir tu sola? Pero es peligroso Mija” Mama denoto su preocupación, pero está claro que nadie aquí sabe que he recorrido todo encanto yo sola.
“Mama, he hecho esta ruta desde los 10 años yo sola, lo máximo que me va a pasar será ensuciarme” Mamá no parecía convencida.
“Sigo pensando que es muy imprudente y peligroso” Isabela mostro su disconformidad.
“¿Lo dice la persona que se columpia con enredaderas todo el tiempo y trata con plantas carnívoras todo el día?” Isabela me miro indignada.
“Mija tu hermana solo se preocupa por ti no seas injusta con ella” Gruñí.
“Que ahora se preocupe por mí no compensa el hecho de que no estuviera ahí por más de 5 años mamá” Vi como Isabela se tensaba de golpe y me miraba en shock.
“Mirabel…” Abuela me miraba sorprendida y supe que me había pasado de la raya con eso ultimo ya que al ver las expresiones de los demás supe que mis palabras también los lastimaron a ellos.
“Lo siento… no debí decir eso, pero no cambiaran mi opinión sobre mi paseo de esta tarde y esa es mi última palabra, soy perfectamente capaz de cuidarme a mí misma no necesito que nadie me cuide” Me levante de la mesa y me marche a mi habitación que “casualmente” ahora se hallaba junto a la de Isabela, según la abuela decidieron hacerlo así ya que vieron que nuestra relación se había hecho más estrecha y al principio me alegre… pero ahora es estresante.
(Punto de vista de Isabela)
Me encontraba paralizada al escuchar lo que Mirabel dijo, ¿no querer verme?, ¿estorbar en sus labores?, he sido sumamente cuidadosa con sus labores, incluso a veces hasta juego con ella y los niños…
No busco que me odie… son estas malditas pesadillas, esa maldita imagen que no sale de mi mente y solo me tortura noche tras noche, afortunadamente puedo disfrazar mi cansancio tras la máscara que cree con los años, pero estos últimos días se han vuelto especialmente malas, el solo recuerdo hace que todo mi cuerpo tiemble y sienta el estómago revuelto.
Camine para poder alcanzar a Mirabel… sé que probablemente está molesta conmigo, pero… el escucharla decir que ira fuera del pueblo hace que mi cuerpo se llene de pavor… y recuerde esa noche donde no podíamos encontrarla, esa noche llore como nunca llore en mi vida, no solo habíamos perdido nuestro hogar y el milagro, mi corazón se rompía al pensar que mi hermana… la primera persona con la que pude ser yo misma después de años, se fuera de mi vida para siempre…
Trate de componerme para no dejar que mis inseguridades se notaran y entre a casita, fui a la cocina donde la mayoría ya se hallaban reunidos, parecían un poco confusos al verme llegar, pero actúe normal y no le di importancia.
A pesar de lo dicho por Mirabel trate de tomar mi lugar habitual junto a ella, pero no me dejo y con una mirada mordaz me mando a sentarme en otra parte, gruñí por lo bajo sin embargo la complaceré solo por hoy ya que le guste a quien le guste mi lugar es al lado de mi hermana y eso nadie lo va a cambiar.
Empezamos a comer ante la mirada confusa de todos al verme sentada en otro lugar, pero no opinaron nada, Camilo parecía querer decir algo gracioso ya que estaba conteniendo su risa, pero mi mirada helada lo callo.
Sin embargo, Mirabel parecía querer llevar mis nervios por la borda el día de hoy.
“Camilo ¿saldremos juntos esta tarde entonces?” Mi mirada se centró en Camilo haciendo que este luzca nervioso y que Mirabel me mirara molesta.
“Amm ¿y si llevamos a Luisa con nosotros?” Luisa se atoro y se tensó de golpe claramente no quería entrar en la discusión.
“¿Sabes qué? Iré yo por mi cuenta, no necesito que te fuerces a hacer algo que claramente no quieres y menos si hay alguien que se pone como una princesa mimada cada vez que la contradicen” Rodé mis ojos y bufe ya que detesto que me llame así.
“¿Ir tu sola? Pero es peligroso Mija” Mamá denoto su preocupación y claramente ahora la idea de que Mirabel vaya sola me gusta mucho menos que antes.
“Mamá, he hecho esta ruta desde los 10 años yo sola, lo máximo que me va a pasar será ensuciarme” Mamá se notaba preocupada.
“Sigo pensando que es muy imprudente y peligroso” Hice notar mi descontento.
“¿Lo dice la persona que se columpia con enredaderas todo el tiempo y trata con plantas carnívoras todo el día?” Eso me ofende mucho, sobre todo por que las roció de sol le tienen cariño a Mirabel parece que incluso la quieren más que a mí.
“Mija tu hermana solo se preocupa por ti no seas injusta con ella” Me crucé de brazos y fruncí el ceño mientras ella soltaba un gruñido.
“Que ahora se preocupe por mí no compensa el hecho de que no estuviera ahí por más de 5 años mamá” Abrí mis ojos y me congele, sentía mi pecho empezar a doler ante las palabras tan duras pero ciertas de Mirabel.
“Mirabel…” Abuela se veía igual de sorprendida, pero yo solo podía intentar que las lágrimas no salieran de mis ojos.
“Lo siento… no debí decir eso, pero no cambiaran mi opinión sobre mi paseo de esta tarde y esa es mi última palabra, soy perfectamente capaz de cuidarme a mí misma no necesito que nadie me cuide” Mirabel se marchó de la mesa dejándonos a todos en la mesa con una sensación de pesar en nuestros corazones.
“Disculpen… me retiro…” Me levante tambaleante de la mesa.
“Isa no comiste casi nada”
“Lo siento abuela… no puedo comer nada”
“Isabela… Mirabel no te odia, lo sabes ¿verdad?” Sentía mi estomago revuelto.
“… nos vemos después” Me marche a mi habitación y al ver la puerta de mirabel a un lado de la mía no pude evitar querer abrirla e ir con ella, pero me conforme con solo poner mi mano sobre la madera y suspirar, antes de entrar en mi propia habitación.
Me tiré sobre mi cama y me dormí casi enseguida a causa del cansancio que sentía.
Abrí los ojos y me tensé al ver que me hallaba viendo de nuevo la escena de la pelea entre la Abuela y Mirabel, por más que intento no puedo moverme, mis palabras no salen, solo me quedo viendo como esta escena vuelve a pasar ante mi…
“EL MILAGRO AGONIZA POR CULPA TUYA” cerré mis puños y las grietas empezaron a formarse causando un gran temblor, por fin sentía que mi cuerpo podía moverse y corrí detrás de Mirabel tan rápido como pude, pero parecía que la distancia entre nosotras no se acortaba, ella ya estaba subiendo las escaleras y yo genere mis enredaderas para poder llegar a ella, pero siempre se cortaban cuando estaba a punto de llegar a ella cayendo y siendo atrapada por casita solo para ser sacada de la casa junto a los demás.
“¡MIRABEEEEL!” quería volver adentro quería poder llegar adentro, pero solo pude ver con terror como la casa caía encima de mi hermana “¡NOOOOOOO!” Mis lagrimas corrían por mi cara y una vez termino, corrí al lugar donde sabía que se hallaba mi hermana, pero no estaba.
“¿Por qué gritas tanto?” Me voltee y allí estaba ella con una mirada sin vida
“¡Mirabel!” Quise acercarme, pero mi cuerpo no se movía.
“¿Ahora quieres venir? ¿ahora no quieres perderme?”
“Mirabel eso no es-”
“No te necesito Isabela, nunca estuviste ahí para mi…” Mirabel se dio la vuelta para marcharse.
“No te vayas, no me dejes… ¡Mirabel!” Trataba de moverme, pero era inútil veía como Mirabel se alejaba cada vez más.
“Adiós para siempre Isabela Madrigal” Mirabel desapareció delante de mi y yo grite con todas mis fuerzas.
“¡NOOOOOO!” Abrí mis ojos y noté como me encontraba sentada en mi cama, sentía mi respiración agitada y el sudor de mi cuerpo empezaba a enfriarse.
“Isabela” Levante mi vista y vi como Dolores y Camilo me miraban preocupados.
“Estoy bie-” Dolores me callo.
“Es la quinta vez esta semana Isabela y solo estamos a jueves sin mencionar que la semana pasada tuviste incluso un ataque de pánico, no estas bien” Dolores me miro con reproche.
“Prima no sé cómo rayos haces para fingir que estas bien cuando claramente no lo estas y lo peor es que no quieres decírselo a nadie” Camilo me miraba con seriedad.
“¿Qué hora es?”
“Que importa eso”
“Mirabel dijo que iba a salir sola” Me levante de la cama aun con el cuerpo tembloroso.
“Y que, ella tiene razón, no es una niña que necesite de tu constante protección Isabela, entiendo que este molesta contigo”
“No lo entiendes… no quiero perderla” Dolores suspiro.
“Isabela, no sé qué vez en tus pesadillas o por que estas tan aterrada de que algo le pase a Mirabel si va sola a alguna parte, pero estoy empezando a pensar que estas pasándotele la raya con esto de seguirla a todas partes, estas descuidándote tú y estas molestando a Mirabel”
“No necesito un sermón, ¿vienen conmigo o no?” Dolores suspiro.
“Bien iré, pero solo por que me preocupas tu” Sonreí suavemente
“Yo voy, pero no te saldrá gratis” Camilo puso su característica sonrisa.
“Traeremos arepas de mi madre” Camilo amplio la sonrisa.
“Bien me convenciste” Rodé mis ojos ante lo sencillo que es conseguir cualquier cosa con Camilo siempre que le pongas de por medio la comida.
“Muy bien este es el plan” Ambos asintieron.