Sali de Casita apenas el sol empezó a ponerse, mamá me hizo traer arepas para emergencias ya que no me dejaría salir sin ellas, suspire, pero decidí traerlas conmigo de todos modos ya que de pura irritación no comí casi nada en el almuerzo y quizás me daría hambre durante el camino, sin mencionar que no volveré hasta la noche así que es seguro que también me perderé la cena, lo cual me ahorrara el tener que ver a Isabela por un rato y también me servirá para planificar que decirle… sé que lo que le dije fue lo más hiriente que pude decirle, Isabela se ha vuelto extremadamente sensible con el tema de “Señorita Perfecta”, Incluso cuando camilo la Imito hace unas semanas siendo mala conmigo Isabela lo miro con una Mirada tan furiosa que de verdad temí que le fuera a hacer daño de verdad a Camilo, pero solo se marchó con un suave “Deja de molestarme” para después sentir como su puerta se cerraba de un portazo, Camilo se disculpó durante el resto del día, sin embargo incluso cuando Isabela decía que no importaba se comportó distante y muy callada todo ese día.
Suspire y sin darme cuenta ya había llegado al límite del pueblo para mostrarme el inicio de los árboles que llevan hasta las montañas que rodean todo Encanto y hacia donde yo me marcho ahora.
El clima era agradable y los ruidos de diferentes aves armonizaban el lugar me siento mucho más relajada ahora.
Sin pensarlo mucho me puse a correr y a saltar de un lado a otro incluso balanceándome e impulsándome con las ramas de los árboles, aún recuerdo cuando tuve que perseguir a tío Bruno entre las paredes, nunca pensé que el jugar con los niños el saltar por las ramas y todas esas cosas me serian de utilidad, sin mencionar que me ayudo cuando tuve que subir todas esas escaleras… espero nunca tener que hacer algo así de nuevo.
Aunque no pude evitar sentir que alguien me observaba… aunque probablemente sea mi imaginación, en eso sentí como algo pasaba velozmente a mi lado y al fijarme vi como un jaguar muy enojado parecía perseguir algo que se escondió entre los árboles, supongo que estará cazando.
Seguí mi camino, pero claramente algo raro pasaba ya que en dos ocasiones las aves se veían bastante agresivas volando en diferentes direcciones como si algo las molestara y ese algo claramente no era yo por que ni me miraban.
Llegue a los pies de la montaña y me puse a subirla, para llegar a mi destino, el viaje seguía tranquilo, Isabela y los demás claramente se aterrarían si me vieran subir esta montaña y probablemente dirían algo como “Mirabel no seas imprudente, te puedes lastimar” o “No necesitas caminar te llevo con mis enredaderas a donde quieras” mi frustración regreso y golpee con la piel el suelo fuertemente, tal vez demasiado por que el suelo empezó a agrietarse…
“Oh no eso es malo” Vi como las grietas escalaban hasta hacer que una parte de la montaña se soltara y empezara a caer montaña abajo… es una suerte que no haya nadie abajo o podría salir gravemente lastimado.
Seguí avanzando siendo más cuidadosa con mis impulsos esta vez.
“No será la torre de tío Bruno, pero aun es cansado subir una montaña” decidí tomar un descanso, podía sentir como algunas rocas seguían derrumbándose a lo lejos, pero es algo normal, después de la caída de Casita la tierra y rocas de la montaña están muy sueltas, si Isabela quisiera subir con sus vides solo ocasionaría derrumbe tras derrumbe.
Deberé advertirle antes de traerla, o podría lastimarse, dirá que soy una imprudente, pero ella también lo es bastante… aunque… quisiera que dejara de pensar en mi como una niña desprotegida… quiero que vea que no soy alguien que no puede cuidarse sola y talvez entonces… pueda decirle lo que…
“No te ilusiones Mirabel, se realista, nunca pasara” Seguí caminando.
Llegué finalmente a la cueva a la que quería llegar y las estrellas ya estaban saliendo, decidí sentarme a descansar y comer un poco ya que empezaba a darme hambre.
Una vez comí me dispuse a entrar en la cueva, al principio podría parecer una cueva aterradora, pero eso es solo los primeros diez metros.
“Ojalá Camilo hubiera venido estoy segura de que le hubiera gustado la vista”
Ante mí se hallaba una pequeña laguna de no más de 25 metro de ancho, con musgo en los alrededores, pero sin duda lo que me gustaba de este lugar eran las luciérnagas que iluminaban todo el lugar y le daban un toque mágico.
Mientras me relajaba y trataba de aclarar mi mente los murciélagos de la cueva salieron de golpe, me pareció raro ya que suelen ser muy tranquilos, sin embargo, imagino que ellos también salen de la cueva de vez en cuando, saqué otra arepa de mi bolsa y comí admirando la tranquilidad y quietud que se sentía en la cueva.
Después de un rato decidí que era mejor regresar ya que me sentía más tranquila y aunque me molesta la actitud de Isabela, le debo una disculpa por lo que dije y creo que necesitamos hablar, necesito saber la razón detrás de su actuar.
“Bien Mirabel nos vamos a casa”
Bajé la montaña mucho más rápido de lo que la había subido lo cual me hizo sentir feliz, no se veía demasiado ya que estaba oscuro, pero decidí confiar en mis instintos y en el camino que conocía desde hace ya algún tiempo, podía sentir los ruidos de las aves, para ser de noche estaban excesivamente ruidosas esta noche, pero qué más da.
Finalmente vislumbre el pueblo y eso solo significaba que estaba cerca de llegar a Casita, después de todo el ejercicio de hoy un buen descanso me vendría de lujo.
Mientras cuando estaba a unos metros de casita note a un trio de personas que no esperaba ver.
“¿Camilo, Dolores, Isabela?” Los tres se giraron a verme, pero había algo que me inquietaba los tres se veían sucios y cansados, como si vinieran de una pelea, Dolores solo se veía un poco despeinada y cansada, Camilo tenía tierra en los pantalones y su ruana se veía maltrecha y sucia, pero Isabela, oh Dios Isabela se veía cansada, con barro y tierra en el cabello, con partes de su vestido roto, sin mencionar que su cara y brazos tenían rasguños los cuales no se veían nada bien.
“Hola, veo que volviste” Dolores me saludo como si nada.
“¿Qué rayos les paso?, ¿qué hicieron mientras yo no estuve?” Camilo suspiro.
“No quieres saber, una historia divertida sin dudas que Isabela tendrá el placer de contarte por que yo me voy a comer algo y a dormir toda la noche y mañana no pienso levantar un solo dedo” Camilo paso a mi lado.
“Si creo que Isabela es la mejor para contarte que fue lo que ocurrió, yo también me retiro, estoy agotada y hambrienta. Dolores también paso a mi lado rumbo a la cocina.
“¿Algo que quieras contarme Isabela?” Mi vista se dirigió a Isabela, pero esta solo avanzo sin decir palabra alguna hasta el interior de casita solo para que después de un par de pasos dentro se derrumbara “¡ISA!”
Corrí y me arrodille a su lado, Camilo llego al escucharme gritar y al verme con Isabela suspiro.
“Supongo que ya no pudo aguantar más” Camilo me ayudo a ponerla en una silla que casita trajo.
“Iré por Luisa para llevarla a su habitación, Mirabel, crees que puedas quedarte con ella esta noche, ha tenido… un mal día y creo que le harás falta” Dolores se veía agotada, pero a la vez miraba con simpatía a Isabela.
“Está bien estaré con ella esta noche” Mire con preocupación a Isabela que ahora se encontraba durmiendo.