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Secreto de San Valentín por Shirahoshi_Akira

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Notas del fanfic:

Los personajes son de Masashi Kishimoto Sensei

Itachi x Deidara

Naruto x Sasuke 

Notas del capitulo:

One Shot por el Día del Amor y la Amistad n.n

Secreto de San Valentín0


El día que tanto imaginó llegó, había dedicado suficiente tiempo a planear la estrategia que le permitiría expresar sus sentimientos, él no era bueno con las palabras y ser directo e insensible era parte de su naturaleza, así que la mejor opción era demostrar lo que sentía con acciones y el Día de San Valentín era una buena fecha, pensaba que tal vez no se sentiría tan mal de ser rechazado junto a las otras chicas.


Un poco nervioso pero decidido subió todas sus cosas en su coche, a decir verdad, no eran muchas, únicamente sus útiles escolares y una pequeña caja de color negro con un vistoso moño rojo. Estaba a punto de irse, no quería esperar más cuando Naruto salió lleno de regalos, cargaba con él tres globos de corazones de diferentes tamaños, una gran caja de regalo color azul y una de menor tamaño color morado en la que imaginó guardaba sus chocolates caseros. Lo sabía porque pasaron toda una noche elaborando su confitería, no negará que se divirtieron aunque el mismo tiempo se la pasaron limpiando todo su desorden.


Si bien no todos los días se hacía cargo de llevar a Naruto a la escuela, parecía que el día de San Valentín Naruto necesitaba un transporte propio. Le abrió la parte de atrás para que pusiera los regalos en los asientos del pasajero y le permitió subir en la parte del frente. Naruto agradecido le regaló un chocolate que guardaba en su bolsa especialmente para su hermano, Deidara lo tomó sorprendido, no había visto cuando lo hizo y de inmediato lo comió gustoso, un poco de chocolate debería ayudar a tranquilizarlo.


Al subir Naruto notó de inmediato que en el asiento estaba esa pequeña caja de regalo; sabía que su hermano preparó chocolates, pero no ahondó más para quien eran ya que en ocasiones los hacía para sus amigos; sin embargo esta vez el envoltorio era distinto y con curiosidad preguntó - ¿lo harás hoy? - a lo que Deidara respondió –sí, lo intentaré- una gran sonrisa obtuvo de su hermano y el tono de alegría en su voz se hizo notable, verlo tan feliz hacia que quisiera darle ánimos –Muy buena suerte Onii-chan.


Las palabras de Naruto lo calmaron de cierto modo, sabía que las personas cercanas a él se habían dado cuenta de sus sentimientos, el problema era que la persona que tenía que saberlo ni idea tenía de todo lo que provocaba en él.


Cuando estaban bajando todo del carro se lo encontraron, la persona dueña de sus pensamientos llegaba al mismo tiempo que ellos al estacionamiento. Era Itachi, quien se acercó cortésmente a saludar –Hola Deidara, Naruto- El rubio menor reconoció el nerviosismo en su hermano por lo que tomándolo del hombro le hizo volver en sí -Hola, Itachi nii-san- Naruto lo llamaba así debido a su hermano, esperaba que pronto, muy pronto al parecer Itachi pudiera convertirse en su cuñado, aunque para el pelinegro dicha frase significaba que el pequeño rubio de ojos azules era la pareja de su hermano Sasuke.


A sabiendas de esto y viendo todos los regalos que Naruto llevaba consigo Itachi bromeó un poco –¡Ohh, Naruto – kun! ¿quién es el afortunado? – al escucharlo Deidara se relajó, le gustaba su sentido del humor era un poco tosco, pero se veía tan inocente al decirlo que sonrió. Naruto igual rió y agregó –jaja te sorprenderías- después de esas palabras y sin entender muy bien a lo que se refería, Itachi sonrió, Naruto era muy ocurrente y en ocasiones se imaginaba a un pequeño Deidara siendo de la misma manera.


El pelinegro parecía querer decirle algo al rubio mayor, Naruto lo notó y se dio la vuelta para bajar sus cosas, sin embargo no contaba con que Deidara ignoraría a Itachi para ayudarle. Deidara sintió que no era el momento de hablar con él, temía que las palabras incorrectas surgieran de su boca, así que se despidió de una manera incómoda y se giró para ayudar a su hermano. Naruto solo no podía creerlo miró a Itachi lamentándose un poco, este le regresó la mirada, se despidió sutilmente y se retiró.


Naruto no pensó que desaprovecharía esa oportunidad así que le hizo saber a Deidara –Creo que Itachi quería hablar contigo- el ojiazul no quería falsas esperanzas ahora, así que le respondió –No quiero terminar esto tan rápido- Naruto resopló, su hermano era fuerte, temperamental, intrépido incluso pero cuando se trataba de Itachi todas sus defensas las bajaba, perdía la confianza. Muchas veces intentó hacerle ver la forma en que el pelinegro lo miraba o los intentos que tenía por acercarse a él, pero este solo lo justificaba con amabilidad y cortesía, además era el presidente de su clase, era normal que se preocupara por él tanto como de sus compañeros. Después de todo Itachi nunca había hecho nada para que pensara lo contrario, a lo que Naruto le refutaba que era lo mismo con él, ya que no había hecho nada que demostrara su interés. Sabiendo que no iba a ganar esa pelea Naruto se rindió, pero nunca dejó de apoyarlo.


El rubio menor ya no comentó más, le pasó los globos a Deidara y le pidió de favor que le acompañara a su salón a preparar todo, Deidara accedió ayudar a su hermano, estar ocupado ahora le serviría de distracción. Terminando de acomodar las cosas, el rubio vio la cara de felicidad de Naruto, sin duda era muy afortunado; hacía unos meses Sasuke se le había confesado y el aceptó sin pensarlo demasiado; tenía muy guardada en su memoria la cara incrédula del Uchiha menor ante su respuesta y deseoso anhelaba poder ver la misma en Itachi.


Sasuke había intentado confesarse en más de una ocasión, pero su hermano era tan distraído que no se daba cuenta; parte de eso le causó un poco de inseguridad, ver a Sasuke tan decidido le hacía pensar que quizá el Uchiha mayor no sintiera nada por él, ya que nunca había intentado nada así, o no daba señales de quererle como algo más, sin embargo, gracias a sus amigos y su hermano fue tomando valor para decirle sus sentimientos; le decían que si el pelinegro no iba hacia él, él fuera tras el pelinegro, sabía que habrían sacado la frase de alguna galleta de la fortuna pero algo de razón debía haber en aquellas palabras.


Ahí estaba sentado en su salón, esperando la hora del recreo para acercarse hacia Itachi, entregarle lo que tuviera que entregarle, e irse de ahí esperando su respuesta hasta el final del día. Sasori lo notó impaciente y le confirmó –Así que hoy es el día- Deidara suspiró mientras estiraba los brazos–Sí, hoy es el gran día- el pelirrojo estaba alegre deseaba que su amigo pudiera enfrentar sus sentimientos, no poder decirlos o compartirlos daba una mala sensación, y él lo sabía muy bien, para distraerlo un poco le preguntó -¿Y cómo vas a hacerlo?- Deidara entusiasmado le empezó a contar –Bueno, iré a verlo y le entregaré esta caja con chocolates, lo primero que pensará es que es una broma seguramente, pero luego al final de la caja le he dejado una etiqueta preguntando: “¿Quieres ser mí San Valentín?, es en serio, muy en serio. Responde pronto.” y después ya solo tendré que esperar su respuesta.


Sasori escuchó todo, ciertamente le parecía un buen plan para alguien tan… como Deidara, pero no podía ver “la caja” de la que hablaba –Ok, todo me parece bien, pero ¿de qué caja estás hablando?- Deidara un poco confuso le reafirmó –La caja Sasori, ¿esta ca…ja?- rápidamente se levantó de su asiento, buscó dentro de su mochila, debajo de la silla y no encontró nada, trató de recordar lo que había hecho con ella hasta percatarse que en ningún momento la había bajado del carro. Con la presencia de Itachi en la entrada decidió no bajarla, no quería que la viera, y luego cuando Naruto le pidió ayuda se suponía volvería por ella, ahora se daba cuenta que los nervios le habían hecho olvidarlo.


Salió corriendo de su salón hacia el pasillo, pasando de largo a Itachi en el camino, este le intentó hablar de nuevo –Dei…- pero Deidara ni siquiera pareció notarlo, con un poco de pena el pelinegro bajó su mano guardándola en su bolsillo y siguió hablando con sus amigos. Sasori que salía para ver el rumbo que llevaba su amigo notó la cara avergonzada de Itachi y un poco la molestia de Kisame, de quien solo pudo apartar los ojos, dios, cuando viera a Deidara lo golpearía.


Agitado se dirigió al coche, ya era tarde, casi mediodía y el sol estaba en su punto, para el colmo era un día totalmente soleado y perfecto para los enamorados, pero no para él, no para sus chocolates.


Estaba molesto consigo mismo, abrió la caja y solo pudo ver una pasta de chocolate entre algunas piezas con formas de corazón, corazones partidos a la mitad y otros sin forma. No podía entregarle eso, Itachi todos los años recibía los mejores chocolates, los mejores regalos y él no podía darle aquello, de nuevo lo había arruinado.


Con desgano bajó la caja, compartiría sus chocolates de la decepción con su amigo Sasori y se olvidaría del tema al menos por el día de hoy, se veía encabronado, daba pisadas fuertes y con las manos en los bolsillos toda la gente que pasaba a su alrededor lo evitaba, no quiso volver a clases, se escondió la última hora en el patio de la escuela, se dio cuenta que asustó a una pareja de tórtolos, pero cuando quiso disculparse ya habían huido, al final de todo pensó que él necesitaba más el lugar que ellos y sin más que hacer se acostó en las gradas del centro deportivo.


Viendo hacia el cielo cerró los ojos, suspiró y trató de quedarse dormido, estaba a punto de lograrlo hasta que escuchó – Al fin te encuentro ¿Tuviste un mal día? - esa voz era la de Itachi, sorprendido abrió los ojos y lo primero que vio fueron sus ojos negros, estaban ahí mirándolo fijamente, su cabello azabache estaba casi suelto y podía sentir como algunos mechones rozaban parte de su rostro con suavidad.


Trató de levantarse pero el mayor no se lo permitió, le tomó la cabeza y lo recostó en sus piernas, Deidara se sentía tranquilo, la cercanía no le resultaba incómoda y eso que Itachi no entraba precisamente en su lista de amigos, por supuesto que no, pero no sabía lo que eran, tal vez solo compañeros de clase y conocidos a causa de sus hermanos, aun así siempre lo había tratado “bien”, y pronto se enamoró de él; eso era lo que lo ponía tan mal, pensaba que no tenía ninguna oportunidad si apenas cruzaban palabra y mucho menos tenían cosas en común. Itachi era listo y el sin embargo rebelde, el pelinegro amaba los espacios tranquilos, y para él el ruido no podía faltar; no se movió mientras todos esos pensamientos giraban en su cabeza.


Sin darse cuenta Itachi descubrió la caja negra a un lado del rubio, quería abrirla y aunque prefería preguntar sabía que Deidara no le dejaría, así que como si tuviera permiso la destapó curioso por el contenido- ¿Esto qué es?


Deidara inquieto y volteando a ver a qué se refería se levantó de golpe para quitárselo, Itachi ni siquiera sabía lo que eran, estaba avergonzado; trató de arrebatárselo de las manos, pero el mayor no lo dejó –Ya dime, ¿qué es?


Deidara respondió con un semblante decaído –Es solo chocolate.


Al oír la respuesta del rubio, parecía que ese era el motivo de su desdicha, para asegurarse se decidió a preguntar –¿para quién?, su voz denotaba ligera curiosidad.


Deidara cambió por completo el tono de su voz, la expresión de su cara, ese era el momento, era ahora o nunca, se podía confesar ahí mismo, pero tener a Itachi justo a su lado no facilitaba las cosas, así que se daría su tiempo y lentamente respondió –Para la persona que… me gusta.


Para Itachi era la primera vez que veía a Deidara en ese estado, sonrojado, sin poder articular muy bien las palabras, hasta podría decir que temeroso, el pelinegro siempre lo había catalogado como un chico aventado, libre y sin remordimientos, alguien muy distinto a él.


Viéndolo así imaginó que la persona a la que le haría llegar tal regalo no lo quiso, rechazando su confesión, tal pensamiento le hizo doler su corazón, pero si ese era el caso no podía imaginar lo que Deidara estaría sintiendo en esos momentos habiendo hecho el intento, así que trató de alegrarlo a su manera.


-¿Y tú lo preparaste?


Un poco apenado, sabiendo que estaba derretido respondió -Sí, yo lo preparé.


Itachi no necesitaba más, no dejaría que el chocolate que elaboró el rubio con tanto cuidado se tirara a la basura, tal vez no era para él pero no permitiría que los sentimientos del rubio fueran desechados, decidido le comentó -Entonces no lo podemos desperdiciar- sin que Deidara fuera capaz de detenerlo, Itachi ya había dado un mordisco, estando el trozo de chocolate dentro de su boca lo saboreaba, era el chocolate más rico que había probado y en una palabra se lo hizo saber –Que dulce.


Instantes después, como si fuera algo extraño o una coincidencia agregó -Es cómo a mí me gusta.


Al pensarse descubierto Deidara contuvo el aire, quería mirarlo pero no podía, sin embargo tampoco podía escapar de ahí, así que esperó apretando levemente sus puños; el tiempo se hacía cada vez más lento hasta que de repente sintió como la persona a su lado se levantaba; se agitó un poco más esperando una respuesta negativa pero cuando notó que Itachi se puso de pie y le dio la mano para levantarse respiró con tranquilidad un vez más, fue ahí cuando notó el sonido familiar que se escuchaba a lo lejos avisando el fin de las clases. El día de clases había terminado, ya solo quedaba ir a casa.


Durante su ida al estacionamiento el pelinegro se permitió elogiar a Deidara, no quería que el rubio estuviera triste, pero de cierta forma le alegraba haber podido compartir esos breves momentos del día a su lado.


-Estuvo muy rico, me gustó mucho Dei… creo que a esa persona le hubieran gustado.


El pequeño diminutivo lo tomó desprevenido, pero confortó su corazón, sus sentimientos puestos en el chocolate de alguna forma habían llegado a Itachi y eso era suficiente, Deidara supo que por un tiempo más Itachi no sabría que lo amaba, pero eso le gustaba de él, era listo, pero al mismo tiempo despistado y en cosas del amor lo consideraba un ser fuera de este mundo, nunca le había conocido una novia, ni siquiera alguien que le gustase y él quería ser el primero.


En todo su caminar no dejó de sonreír, estaba realmente feliz, tal vez su chocolate no llegó a expresar del todo sus sentimientos, pero estaba demasiado contento por ver a Itachi disfrutarlo, y eso lo compensaba todo, incluso el hecho de que estuvieran derretidos.


En el estacionamiento vieron llegar a sus hermanos, Sasuke más reservado de lo común, pero con un sonrojo que denotaba lo tímido que se encontraba, Naruto lo había llenado de regalos y él simplemente no pudo negarse.


Naruto estaba tan contento que al llegar le dijo a Itachi -¿Y bien, qué te parecieron? ¿Ricos no? - al oírlo Deidara trató de callar a Naruto, a lo que hizo un gesto rápido con su codo para detenerlo. Sasuke tampoco entendía pero hizo un análisis, si Itachi se comía los chocolates pero Deidara no quería que Naruto hablara del tema, eso significaba que no se había confesado del todo. Sasuke que conocía muy bien a su hermano y aprovechando cómo Deidara hacía pleito con Naruto le preguntó - ¿Lo lograste?


Itachi solo suspiró –El otro año será.


Con cuidado sacó un chocolate blanco de su bolsillo, estaba envuelto en un papel luminoso azul, derretido por el calor del ambiente y de su cuerpo, había pasado desde la mañana con él; sin mucho ánimo se lo dio a su hermano, quien tratando de que el chocolate cumpliera su propósito se lo entregó a Deidara extendiéndolo en su palma -¿Quieres?- ver el chocolate en su mano le sorprendió, era muy bonito a decir verdad, pensó que tal vez era como una ofrenda de paz de parte del pequeño Uchiha por el día del amor y la amistad, sin pensarlo mucho y sin quererse negar a un chocolate, lo desenvolvió y lo comió, se sentía suave y cremoso, Deidara relamió sus labios de lo rico que estaba –Mph, muchas gracias Sasuke, me encantó- Itachi con una sincera sonrisa agradeció a su hermano por el gesto, solo él sabía de sus sentimientos hacia el hermano de Naruto, dado que no era muy expresivo ni sus amigos se habían dado cuenta, pero de su hermanito no lo pudo ocultar.


Sasuke quería golpearlos ahí mismo, cómo era posible esa situación, sabía que su hermano era complicado en el tema del amor, pero viendo la escena, lo que Deidara no sabía es que era igual de despistado que Itachi; sin embargo lo entendía, no por nada él se había confesado más de una vez a Naruto hasta que por fin había hecho que su rubio le correspondiese.


Al despedirse en el estacionamiento Sasuke no quería ser tan meloso, pensaba en ambos hermanos mayores, mientras a Naruto no le importaba mucho, según él eso les animaría a confesarse como era debido, en parte era así pero al mismo tiempo provocaban cierto color en sus mejillas.


Itachi no quería irse, pero sabía que ahora tenía una oportunidad con el rubio y no la desaprovecharía, sería él la persona en la que Deidara pensara, por quien sonriera y a quien le dedicara esos detalles de cariño, sonrió solo de imaginarlo para finalmente decir –Nos vemos mañana Dei.


Con seguridad y una nueva sonrisa le respondió –Hasta mañana Itachi.

Notas finales:

La verdad quería poner a un Itachi muy despistado en este tema únicamente, pero al escribirlo me di cuenta que Deidara también lo es, lo cual hace más complicado aún que puedan estar juntos XD, pero los sentimientos están presentes.


Este es un especial de San Valentín ~ es cortito pero espero que les guste.


Shirahoshi ~  ^^


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