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Swells por liuny

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Notas del capitulo: Un nuevo, fic. Espero que les guste, y si no, pues XD. ¿Qué les puedo decir? 
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Swells

Summary: Summary provisional: AU. Kyo Kara Maoh. WolframxYuuri. Yaoi. Ya es hora que vayas aceptando tu destino, no importa si no lo pediste…

Notas de Autor: Ya que de esta serie, las historias en español no abundan, creo que pondré mi granito de arena para aquellos que deseen leer más que un drabble, ficlet o one-shot. Es un AU (esto quiere decir que es un universo alternativo), probablemente con algo de OoC, nunca los personajes me quedan fieles a su autor verdadero. No he visto la serie completa, son muchos capítulos y a veces se me hace algo pesadita verla, así que; muchas cosas posiblemente no cuadren, pero, para eso nos valemos del AU.

No tengo ni la menor idea de como se desarrollará esto, sólo quería escribir sobre la relación entre Wolfram y Yuuri, y conforme tenga inspiración, voy escribiendo. Por ello, el asqueroso summary que ven, por ello la historia puede tener incongruencia, ya que, no hay idea. Pero, este es mi modo de vivir…

Sin más que decir, Liuny.


 

Capítulo I: Unreliable.

Yuuri, no parecía cambiar nunca a pesar que ahora iba casi a los dieciocho años. Tal vez fuera un poco más alto, tal vez sus ojos se habían rasgado un poco más; su cara madurado, hubiera decido dejarse crecer algunos centímetros… sin embargo, había cosas que perduraban en el tiempo, no importaba cuanto y cuan rápido sucediera éste.

Una escena conocida. El Maoh y el Great Sage, caminando animadamente por un parque, era sábado y no había mucho más que hacer, luego de haber terminado su tarea… la patosidad consabida del primero, se hizo presente arrastrándolos a una fuente cercana, y para rematar, el conocido y despreciado remolino había aparecido, arrastrándoles hasta, su segundo (o como dirían muchos) su primer hogar.

1

Habían llegado definitivamente en una posición nada decorosa para alguien que tuviera tal estatus o eso se pensaría. Murata, estaba aplastando, mejor dicho, ahogando a Yuuri dentro del baño en el que habían llegado. La comitiva que normalmente los esperaba, sin falta estaba también presente esa vez. 

Sin esperar mucho, el carácter explosivo del príncipe de los Von Bielefend; se hizo presente. De forma brusca y poco táctil, quitó de encima al Great Sage de su prometido, levantando al Maoh, y mirándolo para matarlo.

— ¡Tú, traidor! —Preguntó molesto, tironeándole cual porfiado. Yuuri, en su corriente estado; sólo atibaba a ver a doce Wolfram’s y a sentir como el mundo se movía de sus cimientos de forma algo surrealista—. ¡Como te atreves!

— Ah… Wolf… no me siento bien —Medio habló el pelinegro.

— Eh, si me permites Wolfram, creo que estás ahogando, más de lo que ya estaba, al pobre de Yuuri… —Intercedió por él, Murata quitándole suavemente a su amigo de las manos. El aludido cayó de rodillas y comenzó a toser y a escupir agua.

— ¡Su alteza! —Gritó con su siempre extra exageración Günter yendo rápidamente a socorrerlo, sin embargo, Conrad, evitando que el pobre chico siguiera sufriendo, lo sostuvo por la camisa alegando que, en cualquier momento, su alteza se mejoraría.

— Gracias, Conrad —Expresó con real agradecimiento el joven.

— De nada, su alteza —Siguió con su tono natural, cediéndole una toalla al pelinegro para que se secara con ella. La tomó sonriéndole, y todos volvieron a mirar como Wolfram y Murata, discutían sin razón alguna, o, cuando menos, el rubio lo hacía, ya que; el otro, simplemente atinaba a disculparse torpemente, bajo la mirada intimidatorio del príncipe.

— ¡Es Yuuri, Conrad! ¡Yu-u-ri!

— Ma’a, lo siento, Yuuri —Se disculpó el mestizo.

— Caso perdido —Pensó con aspecto algo lúgubre—. ¿Alguna razón en especial por la que haya tenido que venir? —Preguntó ya normal.

— Sí —Respondió su padrino bajo la mirada interrogante del chico—. Pero, primero, cámbiate y termina de llegar y luego Günter te explicará ¿Vale?

— Ummm, por mí no hay problema ¿Vamos?

— Claro…

2

— ¿Una competición? —Preguntó el Maoh alzando una ceja sin entender exactamente a que se refería su tutor. Günter, se coloco en pose soñadora, mientras el chico lo miraba de nuevo con su cara de: “Esto no me gusta para nada”. Tenía la cabeza apoyada en la palma de su mano, por la mejilla, mientras el codo sostenía todo el peso sostenido por la mesa.

— Sí. Una competición amistosa, en la que el ganador pasará un día entero con usted.

— ¿Perdón? —Siguió algo sorprendido. ¿Ahora que se creían que era? ¿Una atracción turística? ¿O un animal en vías de extinción?

— Es una tradición milenaria, que había sido detenida por las constantes guerras, pero, ahora como hay un poco más de paz y el ambiente no es tan hostil, ha decidido retomarse, sólo lo más valientes nobles de todo Shimaron, participarán para ganar tan osado premio. Y como su cumpleaños está cerca, se hará una gran celebración en su nombre.

— ¡Günter! ¿¡Qué quieren!? ¿¡QUÉ WOLFRAM ME MATE!? —Le soltó levantándose precipitadamente del asiento.

— Pero, si el joven Wolfram es uno de los primeros contendientes… —Le explicó mostrándole una infinita lista de millones de nombres de los cuales conocía, dos…—. Además —Le dijo tocándole juguetonamente la nariz con el dedo índice—. Tendrás que dirigir la ceremonia con tu forma liberada.

— ¿¡QUÉ?! —En ese momento se dejó caer en la silla. Maldijo el momento en el que aprendió a manejar sus poderes. Morgif, el cual estaba guindado a su lado, se comenzó a burlar de él, de forma descarada. El Maoh lo miró resentido lo que hizo que aumentara la extraña risa de la espada.

— Pero, Su Alteza. ¡Es la tradición! Todo será magnifico, con su traje negro, ¡El baile! ¡El festín! Y luego de todo, cerrando con el torneo donde todos se pelearan por su atención. ¿No le parece un acto maravilloso de nobleza?

— Como Maoh, prohíbo que se lleve a cabo tan ridículo evento —El albino lo miró con una sonrisa que no presagiaba nada bueno… Yuuri, retrocedió temiéndose lo peor… y, allí estaba, era un decreto de primer Maoh. Derrotado, se dejó caer en la mesa mirando la montaña interminable de papeles, que en vez de disminuir con los años, se habían acrecentado.

3

Luego de escapar por los pelos, millones de horas después; del yugo casi dictatorial de Günter, había decidido ir a buscar a su hija, la cual tenía bastante tiempo sin ver. Nostálgico se sintió al ver como crecía cada vez más y él único que estaba allí para guardar presciencia de ello, era Wolfram. Suspiró mientras escuchaba a la pre-adolescente, relatarle todo lo que había vivido, mientras él, como siempre, a fuerza mayor, había tenido que perderse. 

— ¡Ah! Escuché lo del torneo ¿Papá Wolfram está de acuerdo con ello? —Yuuri se atragantó con su propia saliva ante el comentario ingenuo y nada sinuoso de la niña. No lo sabía, no había visto más al rubio luego de haber llegado. ¿Cómo iba a hacerlo si había estado prácticamente secuestrado en su oficina?

— Egrh…

— ¿Papá?

— No lo sé —Dijo sonriendo de forma nerviosa—. Wolfram será uno de los competidores, según me dijo Günter…

— ¡Por supuesto que seré uno de los contendientes! ¿¡Qué pretendías!? ¡Eres mi prometido! Si otro llega a ganar y tú aceptas salir con dicho individuo, te castro ¿Comprendido, debilucho?

— ¡Ah! ¡Wolfram! —Gritó el joven Maoh sufriendo de un repentino ataque al corazón.  

— ¿Cómo que: “¡Ah! ¡Wolfram!”? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? —Preguntó alterado comenzando a atentar contra la vida del joven rey. Greta se rió de lo lindo, por la actitud en extrema posesiva, y celosa que tenía su padre hacia su otro padre. Ese pensamiento, siempre la había liado. Pero, si tenía que elegir a alguien por madre, se lanzaría ciegamente por Yuuri. No importaba que Wolfram fuera quién más tiempo, relativamente; pasara con ella. Simplemente no podía imaginarse al orgulloso príncipe Von Bielefend desarrollando tal papel.

4

Yuuri, iba casi sonámbulo a su cuarto… hacia tiempo que le habían delegado más responsabilidades. Y no era que se quejara, prefería eso, a que lo sobreprotegieran ocultándole información, debido a su antigua debilidad e ingenuidad. Suspiró ante el pensamiento, la verdad; es que, el mismo sufría de vergüenza al recordar su yo pasado. Era, patético a más no poder.

Todo fue cambiando cuando le había pedido, no, rogado de forma casi denigrante a Julia que le enseñara a utilizar correctamente su poder. Y su vida pasada, accediera con una de sus típicas sonrisas. Luego de controlar su poder como Maoh, todo había sido bastante fácil. No era que fuese un experto en el arte de la espada como Wolfram o el mismo Conrad, pero, ahora podía ayudarlos. También había madurado mucho, todos eran conciente del sustancial cambio que había dado… nada en comparación con aquel muchacho inútil y escéptico, que había llegado hacía tres años atrás, pensado que todo había sido una broma cuando le confesaron que desde ese día tenía que gobernar todas las tierras de Shimaron

Abrió las imponentes puertas de madera de acebo que daban a su recámara y luego de cerrarlas tras de si, se comenzó a desvestir para acostarse y no saber nada más del mundo hasta que Conrad, Günter o Gwendalf, decidieran que era hora de comenzar un nuevo día. Sacó su pijama azul, y se colocó el pantalón, sin ser conciente de la mirada esmeralda que le acosaba sin su permiso.

Wolfram estaba allí como siempre, esperando al Rey en actitud displicente y malhumorada, mirando al Maoh desvestirse de forma cansada. Bufó. ¿Cuánto llevaban de prometidos? ¿Dos? ¿Tres años? Comprendía que el chico fuera algo reticente a lo que se refería a una relación en la que vieran inmiscuidas dos personas del mismo sexo, pero, aquello era pasarse de cara dura.

Yuuri, sintió un escalofrío recorrerle la espalda descubierta. Tragó, y con su mal augurio; se volteó lentamente para encontrarse con su prometido mirándole, sólo como siempre, para mandarlo directamente a la tumba.

— ¿Wolfram? —Preguntó terminándose de colocar el pijama y sentándose a su lado. Tenía entendido, cuando Dorcas le había dicho que, Wolfram (porque, era el único Wolfram que vivía en el palacio, ¿No?) había salido a última hora de campaña con sus soldados y no regresarían esa noche.

— ¿Todavía te sorprende verme en tu cama? —Preguntó hostil cruzándose de brazos.

— ¡No! No mal interpretes. Es que, me dijeron que habías salido de campaña y que no regresarías.

— Sí, eso pensamos, hasta que Gwendalf nos detuvo a mitad de camino, por sabrá que cosa…  

— Ya veo. Wolf. Quería preguntarte algo.

— Eso que será debilucho.

— ¡No me digas debilucho!

— ¡Debilucho!

— ¡Amargado! —Le respondió enfadado.

— ¡Llorón!

— ¡Egoísta! —Respondió en el mismo plan. Luego movió la cabeza de forma negativa y agregó—. ¡Bueno ya! ¡Déjame terminar de hablar! —El otro le cedió la tregua momentánea—. ¿Tú que piensas acerca de este torneo? Estoy hablando en serio, Wolfram, quiero una respuesta sincera.

— ¿Estás pidiéndomelo como Maoh? —Le cuestionó. Otra de sus peleas se vaticinaba en el ambiente 

— Te lo estoy pidiendo como Yuuri.

— Es la tradición —Fue lo único que dijo de modo infantil y se echó las mantas encima para irse dormir. El rey suspiró exasperado. ¿Cómo era posible que sólo dijera que era “la tradición”? Bueno, perfecto, no se preocuparía más por el asunto… Estúpido Wolfram, pensó sin tregua agarrando la otra sábana que previendo, ahora siempre tenía de respaldo en su buró. Cuando menos ya no usaba aquella espantosa ropa de dormir rosa, y tenía algo más acorde con su personalidad. Un mono holgado, de color azul marino—. Nee, Yuuri… —Se escuchó luego de un largo rato.

— ¿Qué sucede? —Le respondió, luego de pensárselo, si dejar al chico hablando sólo y hacerse el dormido, o contestarle al infantil mazoku. Dándole la espalda.

— Lo siento, ¿Vale? —Dijo al final. El pelinegro suspiró cansado… siempre sucedía lo mismo.

— Wolfram, dame tregua, te lo ruego, cuando menos hasta que esta locura pase. Tú, mejor que nadie sabes todo lo que odio estas locuras protocolares… —Le imploró sentándose y mirándolo. El rubio se cruzó de brazo negándose a ser lo que le pedían.

— ¿Por qué eres así? —Preguntó con la mirada baja.

— Lo mismo te preguntó yo a ti. Dime Yuuri. ¿Tan desagradable te parezco? ¿No soy suficiente para ti? ¿O quieres que me convierta en mujer?

— Yo…

— ¿Tú qué? ¡Joder! ¡Estamos tú y yo! No hay nadie al que necesites mostrarle tu benevolencia… ¿Quieres dejar de ser estúpido y ponerme los puntos claros? ¡¿A que estamos jugando Yuuri!? ¡Hace tres años que estamos con esto!

— No lo sé —Respondió en un susurro.

— ¡Ahora me sales con que no lo sabes!

— ¡No lo sé! ¡No lo sé! —Habló exasperado—. ¡Yo ni siquiera había pedido esta vida! Me llegó de sorpresa… no me estoy quejando. Sólo que, aún después de tanto tiempo me sigue pareciendo surrealista y poco creíble. De repente te abofeteé y sin saber nada de ti, te convertiste en mi prometido. Wolfram, tenme más consideración, de la noche a la mañana tuve que convertirme en algo que no soy ¿Vale? No tengo madera para esto de gobernar…, yo no soy un gran monarca. ¿Te has puesto a ver que simplemente tengo diecisiete años? ¿Te has detenido a ver lo que me desagrada que la gente me reverencie sin haber hecho la gran cosa? ¿Por qué esperan tanto de mí? —Preguntó bajando de repente el tono de voz. El ojiverde hizo algo inesperado, y lo pegó del respaldar de la cama de forma brusca. Sin esperar nada más lo besó. Wolfram había esperado de todo, al hacer algo tan arriesgado, todo. Golpes, gritos… pero, jamás la sumisión del pelinegro. Soltó sus labios.

— Cállate Yuuri… —Dijo con la mirada perdiéndose en sus cabellos dorados pegando un golpe con la mano abierta en la pared, cerca de su oreja—. Cállate… —El de ojos negros, no sabía que hacer, no sabía como actuar, reaccionar; era la primera vez que su prometido lo trataba de semejante manera—. ¿Cómo puedes hablar así? Has logrado lo que ningún Maoh había podido hasta ahora… la precaria paz entre los mazokus y los humanos. No importa cuan grande sea mi odio hacia ellos, eso que tu has hecho, es memorable ¿Qué eres estúpido? ¿O eres tan corto de vista? ¿Ah? ¡Responde!

Casi en el colapso, el rey salió corriendo lejos del príncipe Von Bielefend. Parecía que su relación por fin había colapsado. Sentía la respiración acelerada… él estaba muy bien en su burbuja hasta que el rubio la había comenzado a explotar. Tenía razón, Wolfram, tenía toda la maldita razón…

5

— Günter…

— ¡Su alteza! ¿Cómo amaneció? ¡Preparado para un nuevo día lleno de…!

— Günter —Repitió cortando en seco la descarga de poder amoroso que liberaba en esos momentos el hombre—. Cuando esta competición sin sentido se termine, se formalizará el compromiso, si Wolfram lo desea, y nos casaremos, si no, pues, creo que, por lo menos, debería regresarle su libertad —Dictó pétreo, bajo la mirada preocupada del albino.

— ¿Sucedió algo? —Le preguntó con cuidado—. Si quieres hablar yo puedo escucharte… o Conrad, si así lo prefieres.

TBC


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