Naruto pertenece a Kishimoto-sensei...
¿Finales felices?... no lo creo...
(Sasuke)
Una libreta de color azul es abierta por unas esterilizadas manos, un bolígrafo desciende para empezar a escribir...
¿Cómo empezar a relatar?
Creo que todo se dio desde el día en que escuche a Naruto mencionar algo acerca de que no le gustaba la idea de pasar la vida junto a una persona que no quería. Creo que eso esta bien, pero lo mas extraño, que hizo que mi mente se perturbara, fue el hecho de que le menciono que yo era su "pingüino".
¿Qué eso que tiene que ver? Pues mucho, ¿sabían ustedes que cuando un pingüino acepta a otro pingüino como pareja, ya no se separan jamás? ¿Y sabían ustedes que para mí, Naruto es mi pingüino y para Naruto yo lo soy? ¿Qué como supe eso? Supongo que deducirán que unas "amigas", llamadas Ino y Sakura, intervinieron mucho...pero el concepto fue definido como: "persona más importante para ti, Sasukeeee..."
Sin embargo, yo no estaba preparado para la siguiente idea: "¿Si para Naruto yo soy su pingüino, y si para mi Naruto es mi pingüino, cómo jodidos puedo interpretar eso?"
Y bien, de allí saltó la terrible idea de preguntarle que era lo que sentía por mí. Yo, sinceramente, no podía concebir el pensamiento de que Naruto y yo estuviéramos...juntos, como algo más que amigos.
La verdad, la distinción de sexo jamás me llego. Para mí, ser heterosexual, homosexual o bisexual era sólo una de las tantas formas de dividir, más, a las personas. Tampoco es que aquí, precisamente se diera mucho el caso de discriminación. Empezando, para poner de ejemplo a Kakashi e Iruka.
Siguiendo con el punto. Cuando logre sacar el tema a flote, que por cierto se dio solo, como si supiera cuando lo necesitaba, mi pregunta fue tan directa e insensible que me sorprendió la capacidad de aparentar que tengo...
Yo sabía la respuesta de antemano, él también la conocía y mucho mejor que yo, se los aseguro. Sin embargo, trato de escapar, diciendo nombres a lo loco, lo cual me molestó... ¿no tenía confianza en mí?
Le dije, o al menos lo deje en claro, que él no podía querer a alguien que no fuera yo... en ese momento sólo recuerdo que un escozor se coloco justo arriba de la boca del estomago y mis pensamientos desaparecieron para dejar paso sólo a mis actos... lo que me llevo a decir algo como: "No te puedes enamorar ni de Gaara, ni de Lee, ni de Neji, ni de...". Enumere a mas compañeros y al final termine con nuestros maestros, no es que le diera esos repentinos ataques de inteligencia y me quiera salir con eso de que se enamoró de su sensei.
No estoy seguro de que fue, si el sol a medio caer; el hecho de estar frente a frente; o la forma en que me miraba; como si en ese momento un kunai pudiera haber llegado, quitarle la vida, y él moriría feliz. Pero me encontré deseoso de que me lo dijera, de que me dijera que yo era aquella persona especial... y, sorprendentemente, el deseo de un beso apareció, quemándome los labios. Supongo que me dio en ese instante lo romántico.
Pero nada de lo que yo quería llegó.
Él se volteó, yo escuche una risita clara, que aun ahora lo recuerdo, y me lo soltó: "Si sabes que eres tu, ¿para que preguntas?"
Y se fue, ¡dejándome solo con una cara de loco enamorado! ¡¿Cómo se atrevía?!
Llegue a mi casa y un montón de sentimientos me apuñalaron por todos los lugares que encontraron. Subí a mi cuarto y me mire al espejo. Recuerdo claramente ese suceso: lloré. Una lágrima cayó de mi ojo derecho. Solo fue algo rápido, no hubo sollozo, no huno peleas contra mi mismo, no hubo nada de lo que ya había existido...creo que me sentía... mal.
Los siguientes días yo no deseaba ver a Naruto Uzumaki, ni que me lo pusieran en frente, ni que me dirigiera la palabra, simplemente no quería nada con respecto a él. No fue difícil hacerlo lucir ante los demás, después de todo, siempre han creído que "nos odiamos", pero los demás era lo de menos. Yo me sentía abajo, muy abajo...
Pero, a pesar de que me sorprendí a mi mismo con deseos extraños que incluían a mi "mejor amigo", yo no podía imaginarnos juntos... ¡jamás! ¿Qué haríamos? ¿Pelearnos todo el día para ver quien es más fuerte? ¿Y que hay con el deseo carnal...? Bueno, ya sé que ese no es un punto a mi favor, ¡pero de todos modos!
A cada minuto me retorcía más en mis pensamientos.
Y ahora, después de casi tres semanas de esa confesión, nuevamente podemos hablar cómo antes. Cómo si nada hubiera pasado, cómo si él no sintiera nada por mí, ¡cómo si yo no sintiera nada por él! Cómo si todo lo de antes nunca hubiera sucedido. Pero el hubiera no existe, ¡y gracias a dios que es así!
Tal vez... dentro de poco yo pueda descubrir eso que no puedo imaginar, tal vez... con un poco de suerte y supongo que un poco de cooperación por parte de mi.
¡GRACIAS!
n.ñ...