Recuerdos insistentes en mi mente, imágenes que me son repulsivas se presentan cuando quieren, como ahora, haciéndome acordar la desgracia que yo vivo, pero es que en realidad yo vivo? Nunca he hecho nada que quisiera, mas bien el vive por los dos...
Por que me dejaste mama? Por que...
Nunca podré olvidar ese primer día, nunca
Cuando yo más débil me encontraba, acaba de perder a mi mama y tenia 10 años, No te comportaste como un padre cariñoso que consola a su pequeño hijo, me besaste, juntastes tus resecos labios con sabor a alcohol con mi inocente y tierna boca, sabia que eso no estaba bien, un padre no hacia eso...
"Eres hermoso, lo sabes?"
Por que? No quiero ser hermoso, ni bello, ni nada, Quiero ser feo, que nadie me mire ni quiera tocarme, odio que me toques, pero más me odio a mi mismo por permitirlo, por no hacer nada...
No tengo sueños que soñar, ni metas que cumplir, por que yo nunca tuve la oportunidad de imaginar, ni divagar...
Tus manos grandes, con arrugas, secas recorren mi piel, cada poro de esta recibe tu contacto morboso, quiero gritar, quiero aullar, pero sobre todo quiero que me dejes de tocar...
Sentado en mi cama de sabanas manchadas de sangre y semen, rotas en tirones mugrientos, el cuarto esta solo iluminado por la luna, y tomo una tijera oxidada y corto a tirones mis cabellos rubios dorado, tal vez así de esta forma me dejes de ver con esa mirada libidinosa...
Y quiero salir de la oscuridad, quiero poder ver la luz al final de este macabro túnel...
Tengo mis ropas que parecen las de un vagabundo, apenas cubren mi cuerpo, seguramente para dejar que el pueda recorrer con su mirada todo mi cuerpo cuando quiera.
Alejensen de mi lado, pues yo vivo con el demonio, ese de mirada libidinosa, sonrisa repulsiva y manos frías...
Nunca tuve amigos, siempre los ahuyente, por que no los podía traer a mi casa, y que vieran como vivía, como me miraba mi padre, o aun peor que hiciera lo que hace conmigo a ellos, nunca me lo perdonaría, por que como yo ellos no habían hecho nada para merecer esto.
Sonrisas falsas, palabras vacías, emociones jamás sentidas...
Había una vecina, una anciana que siempre me preguntaba si yo me encontraba bien, decía que me había escuchado llorar y gritar por las noches, una y otra vez, mentía, esa viejita no podría haber hecho nada, dije que me sentía sola por la muerte de mi madre y que tenia pesadillas, o que me daba miedo la oscuridad, negras mentiras, pero no importaban solo me hacían daño a mi mismo.
Me miro al espejo medio roto, mis lacios cabellos están cortados de mal forma, mis ojos verdes claros perdieron ese brillo que los hacia mas bellos, ahora están opacos por todo lo que a mi corta edad he tenido que ver y sufrir en carne propia, suaves labios en forma de corazón de color rojo carmín, tez blanca pálida, rostro angelical, cuerpo menudo y pequeño, frágil como el cristal.
Lo odio, no quiero ser bello, no quiero causar esas miradas, no por favor, yo no quiero
Tomo un cuaderno de mi mochila y con toda la fuerza que tengo lo arrojo contra el espejo logrando romperlo en pequeños fragmentos.
Moretones descomunales decoran mi cuerpo, sangre seca en mis heridas recientes, marcas de saliva en todo mi cuerpo, marcas de sus manos que se pierden debajo de mi ropa intima, y odio, si lo odio y me odio.
Llévame de este doloroso dolor, por que hace frió y no hay nadie a mi alrededor...
Gemidos ahogados, manos que recorren mi piel, besos desesperados, apasionados, trato de hacerme oír pero soy silenciado por sus labios que aprisionan los míos con fiereza.
Camino hacia el balcón con pasos torpes, podía tirarme de allí solo sentiría segundos de dolor pero que seria comparado ese dolor con el que siento todos los días...Nada...
Tengo miedo, Y no hay nadie para protegerme, quiero un abrazo calido, donde refugiarme...
Pero no, no soy yo el que merece un final triste, tengo que terminar como en los cuentos con un "Y vivieron felices para siempre".
Tomo un cuchillo que estaba arriba de la mesa de la cocina, esta frió el metal afilado, camino a mi cuarto con cuidado y lo guardo debajo de mi almohada.
Escucho el ruido de la cerradura, la llave ya esta girando, y el pomo también, abre y empieza a subir los escalones ruidosamente, hasta llegar donde estoy yo, un grito de indignación y enfado en sus ojos, no esta conforme con mi nuevo corte a el le gustaba que lo tuviera largo, se acerca a mi amenazadoramente, me subestima...
Dejo los muñecos a un lado, la infancia que tuve a medias hoy se despide de mi, ya no hay marcha atrás...
Antes de que pueda decir nada, o antes de poder hacer nada le filoso cuchillo se clava cerca de su corazón, me mira perplejo para luego caer al piso, la sangre fluye descontroladamente, y el se muere a mis pies, suspiro pero es de alivio, por fin dejara de tocarme cerrara sus ojos, ya no tendré que ver nunca mas esa mirada de deseo, su cuerpo se vuelve frió y muerto, ya tampoco tendré que sentir sus manos recorrer mi frágil cuerpo, adiós papi...
Ahora ya no me preocupare más en decirte o en pensar...
No me toques, papi