Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Here with me... La hermosa bestia verde de Konoha por KakaIru

[Reviews - 270]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ah.... Hi!! Aqui les dejo otro capítulo que espero disfruten, y si les gusta dejenme un review (no sean malit@s que no les va a tomar mucho tiempo) y asi sabre que les gusta y que no..

Bueno, ahora si, lean!

Capitulo dedicado a tod@s l@s fans de esta otra superlinda parejita...

GaaraxLee

 

 

El sonido de la puerta hizo que desviara su atención de la televisión. Alguien tocaba insistentemente. Pero estaba demasiado cómodo en su posición como para ir a levantarse y ver quién era el que tocaba (golpeaba) la puerta de esa manera. Le daba tanta pereza. ¿Pero y si se trataba de una emergencia? Entonces debía abrir cuanto antes.

 

Se levantó de su asiento lentamente (a pesar de lo pensado anteriormente) y se acercó a la puerta. Tomó el picaporte y lo giró, lenta, pausada, exasperantemente.

 

Lee abrió los ojos con sorpresa al ver frente a él a ese pelirrojo (el único que conocía).

 

-Gaara…- susurró para sí mismo aún sin creer lo que sus ojos claramente veían.

 

Allí frente a él, su más mortal enemigo (aquel que había ocupado el puesto de Neji en su ranking de rivales), la persona que lo había derrotado y casi truncado su sueño, en pocas palabras Sabaku no Gaara.

 

-¿Me dejas pasar?- preguntó Gaara con voz autoritaria haciendo a Lee a un lado y entrando a la casa como si fuese la suya.

 

El Kazekage se detuvo en medio de la sala de estar y contempló la televisión aún prendida. Lee estaba viendo un programa bastante estúpido. Qué pérdida de tiempo. La casa estaba impecablemente limpia, y tenía un olor a… ¿vainilla? Sí, sin duda alguna. Las paredes estaban pintadas de blanco (y blanco por aquí blanco por allá) al igual que el techo y los pocos muebles. Había una fotografía en la que se veía a todo el equipo, al lado de esta una de Lee con Gai-sensei, y un poco apartada una de Lee siendo aún un pequeño niño.

 

-Ah… Gaara…- se atrevió a decir Lee al ver que el pelirrojo no tenía intenciones de hablar ni de moverse de su sitio- ¿A qué has venido?

 

La mirada celeste del Kazekage fue a posarse esta vez sobre Lee. Lee que ese día lucía realmente hermoso, con unos sencillos pero ajustados jeans que se ceñían a su cadera redondeando un poco su trasero, además usaba una remera blanca (también sin mangas) que se pegaba escandalosa (y obscenamente) a su pecho, y llevaba ¿qué era eso?, una gargantilla que hacía parecer a Lee muy sexy (a ojos de Gaara al menos), ya que lo hacía parecer muy femenino y sumado a las largas pestañas que brotaban de sus enormes ojos negros pues… a Gaara no le dio una hemorragia nasal en ese momento porque era demasiado como para eso. Y el cabello de Lee ¿era su imaginación o estaba más bonito? Su negro cabello había crecido bastante y Lee lo amarraba en una coleta, pero aún así sus cejas quedaban tapadas por completo por un flequillo del color de la noche que a Gaara le pareció muy lindo.

 

Lee tenía cara de muñeco.

 

Y el muñeco se estaba poniendo nervioso con tantas miradas que le dirigía el pelirrojo.

 

Es que se sentía extraño, que alguien le viese de esa manera, como si se tratara de una rata de laboratorio o un conejillo de indias.

 

-La Hokage me ha enviado- respondió Gaara con tono neutral.

 

Lee abrió los ojos. ¿La Hokage? ¿Es que algo había sucedido? ¿Entonces qué hacían los dos ahí y no yendo a ayudar a Tsunade? Gaara adivinó los pensamientos que se formulaban en la cabeza de Lee por lo que se apresuró a añadir:

 

-Ella te ha designado como mi guía- dijo nuevamente sin emoción alguna.

 

Lee volvió a abrir los ojos. ¿Había escuchado bien? ¿Guía del Kazekage? ¿Y por qué precisamente él, con tantas personas que había en la villa con las que seguramente se llevaría mejor?

 

-¿Yo?- preguntó Lee sin creérselo todavía.

 

-Sí, tú, ¿hay algún problema?- preguntó a su vez Gaara en un tono peligroso.

 

Lee negó con la cabeza. Si era una orden de la Hokage entonces no importaba lo que él pensara sobre si era lo mejor o no, después de todo era un orden de Tsunade, no era cualquier persona.

 

-Entonces vamos…- ordenó Gaara dirigiéndose hacia la salida.

 

_

 

 

Lee le seguía en silencio, cosa muy extraña en él que solía hablar incluso sin tener un tema de conversación por lo que lo realmente difícil era hacerlo callar. Pero es que estar con Gaara, es decir, sentirlo tan cerca, con su extraña aura asesina (que no había disminuido con los años) lo hacía sentir nervioso. Lee caminaba alerta por si al pelirrojo le daba por atacarlo sin previo aviso.

 

-¿A dónde vamos?- se atrevió a preguntar Lee al ver que Gaara comenzaba a caminar en círculos

 

-No lo sé, tú eres el guía- respondió Gaara tranquilamente.

 

-¿Pero por qué no me lo has dicho antes?- preguntó con desconcierto. Y recordó que Gaara que se lo había dicho, pero como había salido dando órdenes y sin esperarlo pensó que realmente el Kazekage sabía a dónde se dirigía.

 

Pero parece ser que su razonamiento estaba equivocado.

 

-¿A dónde le gustaría ir, Kazekage-sama?- preguntó Lee tímidamente. Aún no se sentía en confianza con el pelirrojo por lo que no podía evitar tratarle con el respeto que se merecía no sólo como ninja sino también como Kazekage.

 

-No me llames así, dime sólo Gaara- pidió (ordenó) el contenedor del Shukaku.

 

-Pero, Kazekage-sama…- intentó razonar Lee, pero una mirada furiosa de parte del otro le hizo callar de inmediato- Como desees… Gaara.

 

El aludido se guardó una media sonrisa. Pensó. ¿Ahora a dónde le apetecía ir? Dirigió la mirada a un chico que no despegaba sus ojos de ambos, más bien de Lee. Esa mirada blanca le molestó. Sobretodo lo que vio en ella. Ese chico quería algo con Lee, y ese algo no lo obtendría jamás mientras él pudiese evitarlo. Y vaya que tenía maneras (técnicas) para hacerlo.

 

De pronto sintió como Lee se movía a su espalda.

 

Le hacía señas a ese chico, que le respondía también por medio de una seña. Gaara volteó a ver a su guía y la sonrisa que vio en su rostro no le gustó para nada. Es decir, la sonrisa, en sí, no tenía nada de malo, al contrario, era muy bonita (como todo de Lee) ¡pero no era dedicada a él sino a ese chico!

 

Este hecho lo enfureció como no lo había hecho nada en mucho tiempo.

 

-Ya sé a dónde quiero ir- dijo Gaara captando la atención de Lee, que le miró con sus preciosos ojos negros esperando las palabras del pelirrojo- Quiero ir a cualquier lugar, siempre y cuando estemos lejos de él- dijo esto último señalando al joven de ojos blancos que le dedicaba una mirada casi tan asesina como la suya.

 

-¿Quieres alejarte de Neji?- preguntó Lee con ingenuidad- ¿Por qué?

 

-No creo que te importe, y vámonos de una vez- comenzó a andar de nueva cuenta. Lee se despidió de Neji y siguió al Kazekage.

 

Nuevamente ambos iban en silencio.

 

_

 

 

Bien, ¿se podía saber qué demonios hacía Lee con Gaara? ¿Desde cuando el genio del taijutsu tenía que acatar las órdenes del pelirrojo? ¿Y por qué Gai-sensei no aparecía por ningún lado (para así poder pedirle algunas explicaciones)?

 

Neji estaba que no cabía en sí mismo de lo enojado que se encontraba. Enojado y… ¿por qué no decirlo?, celoso, terriblemente celoso. Porque Gaara estaba disfrutando del festival con su Lee, derecho que le correspondía a él y no al Kazekage.

 

-¿Por qué?- preguntó Neji en voz baja. No esperaba que alguien le respondiera, pero es que de verdad necesitaba hacer esa pregunta, al espacio, al cosmos, a lo que fuese, ni siquiera necesitaba una respuesta, únicamente quería dar palabras a sus dudas.

 

Sus dudas que iban en aumento. Todo comenzó con una simple pregunta, hecha a sí mismo unos meses atrás, mientras descansaba de uno de los entrenamientos y veía a Lee, incansable como siempre, haciendo flexiones sin parar.

 

La pregunta había sido:

 

“¿Por qué te la pasas viéndole?”

 

Y era verdad, de un tiempo para allá Neji lo único que hacía era contemplar a Lee; lo hacía de modo inconsciente, dirigiendo la mirada automáticamente a donde el chico se encontraba sólo para verlo enfrascado en alguna nueva técnica. La respuesta a esa pregunta no la obtuvo sino mucho tiempo después. Al principio se decía que únicamente quería ver sus progresos, pues Lee había estado a punto de abandonar su vida como ninja (y no precisamente por voluntad propia) pero había logrado salir adelante aún contra todo pronóstico, adelantando un paso al destino. Y para él, conocedor del destino de todos, eso le resultaba tremendamente extraño, insólito, anormal, inconcebible… Y sin embargo allí estaba Lee, brillando en lo que él mismo llamaba la Flor de su Juventud.

 

El Loto de Konoha florece dos veces…

 

Lee había vuelto a florecer. Y los ojos de Neji parecían no querer apartar la mirada de ese nuevo y reconstruido loto.

 

Lee había estado deslumbrante, y cuando esa vaga respuesta de Neji a su primera pregunta se hizo demasiado insulsa tuvo que replantearse la situación.

 

“¿Por qué te la pasas viéndole?”

 

Porque quería aprender de él (esa fue su segunda respuesta), quería tomar su ejemplo, porque él también quería cambiar su destino. Ese sería su camino del ninja. Pero pronto se dio cuenta de que esta nueva excusa no era suficiente.

 

Ni siquiera para explicar su camino del ninja.

 

Entonces fue cuando Gai-sensei terminó de abrirle los ojos:

 

-Neji, ¿a quién te gustaría proteger?

 

Claramente el destino de Neji ya había dictaminado a quién debía proteger. Pero él no estaba de acuerdo, al menos no del todo. Dentro de su corazón sabía que quería proteger a otra persona, y este hecho lo desconcertaba. Que él lo quisiese. Sí, en esa sencilla palabra estaba la clave de todo. Él quería, él podía querer a quién desease, y Neji quería, con todas sus fuerzas, a ese chico que vivía de entrenamiento en entrenamiento. No supo en qué momento Lee se había ganado un espacio en su corazón.

 

Talvez fue cuando lo conoció, cuando descubrió que no tenía ningún talento pero aún así trataba de derrotarlo. Su niño del trabajo duro. O talvez cuando la angustia se posó en su pecho al verlo luchar contra el psicópata de la arena en el examen a chuunin. En ese momento Neji rezó porque le tocara combatir con Rock Lee para así terminar todo sin que el chico sufriese demasiado daño. Él no quería que nadie más lastimara a Lee. Pero se había entrometido ese odioso pelirrojo.

 

¡Con cuanto odio lo había contemplado! ¡Con cuanto resentimiento lo había visto deambular por la villa luego de haber quebrado la pierna y brazo izquierdos de Lee! ¡Y luego el incidente del hospital! Nadie le había dicho nada a Lee (pues no sabían cuál sería su reacción) pero a Neji le habían entrado ganas de ir a buscar a Gaara y matarlo con sus propias manos, hacerle sufrir lo mismo que él había hecho sufrir a su Lee. Pero se había detenido únicamente porque su sensei se lo había prohibido, diciendo que si realmente quería derrotarlo que superase las peleas del examen.

 

Pero Neji no las había superado.

 

Y la venganza fue echada a un lado.

 

La recuperación de Lee era más importante.

 

_

 

 

Habían estado caminando durante horas, alejándose de la villa más y más con cada paso. A lo lejos podían escuchar la algarabía de la gente, la música, las risas, los gritos de los niños.

 

El cielo se pintaba tan azul y tan claro, con los pájaros cantando, las nubes viajando libres a voluntad, gordas y blancas como algodón, que era como si también estuviese de fiesta. Se notaba que en la villa estaban todos tratando de descansar. Se respiraba tranquilidad. Y el festival era un verdadero alivio para los muchos ninjas que diariamente tenían que cumplir sus peligrosas misionas.

 

Lee soltó un suspiro.

 

A él también le gustaría estar disfrutando del festival. Pero, en cambio, debía estar cumpliendo misión siendo el guía de Gaara.

 

No era que realmente le molestase sino que la actitud del chico no ayudaba para nada.

 

A decir verdad, luego de lo sucedido durante el examen a chuunin, no habían vuelto a hablarse ni verse, estando ambos muy lejos uno del otro y sin nada en común (siquiera una amistad) para verse. Era como si Lee hubiese olvidado la presencia de Gaara y viceversa.

 

-Ven aquí- le ordenó Gaara a su acompañante mientras se sentaba a la sombra de un enorme árbol. La brisa movía los rojos cabellos. Gaara cerró los ojos sintiendo el viento acariciar su rostro. En ese instante se sentía muy bien.

 

Lee le obedeció en silencio.

 

Comenzaba a odiar las órdenes de Gaara. Él era su guía, no su esclavo. Pero para Gaara parecía no haber diferencia.

 

Volvió a suspirar.

 

-¿Qué sucede?- preguntó Gaara abriendo sus hermosos ojos azules, contemplando algún punto frente a él.

 

-¿Por qué lo preguntas?- respondió Lee con otra pregunta. No conocía mucho a Gaara pero sabía de sobra que era una persona extraña a la que no convenía poner de malhumor pues no dudaría en asesinarle.

 

-Según creía entender eres una persona ruidosa, pero desde que salimos has permanecido prácticamente mudo- Lee se sorprendió de que el chico hubiese notado un hecho como aquel.

 

-Lo siento, Gaara, es que… me da cierta vergüenza- dijo Lee muy bajito pero siendo escuchado perfectamente por el pelirrojo que le dedicó una mirada extraña, mezcla de duda y curiosidad.

 

-¿Y eso por qué?- ¿era su imaginación o Gaara y él estaban teniendo una conversación “decente”? Y Gaara estaba de pronto tan hablador, articulando más de una frase por hora. El problema es que era tan directo.

 

-Creí que eras de esas personas que no le gusta hablar demasiado, me habían dicho que eras alguien muy tímido y por eso no te relacionabas con nadie- respondió Lee con cierta vergüenza (nuevamente). Le molestaba hablar tan cordialmente con él pero algo en sus palabras le transmitía cierta confianza.

 

Gaara alzó una invisible ceja.

 

¿Tímido? ¿Él tímido? Vamos, ciertamente él no era el rey de la comunicación, y Lee tenía razón al decir que era de los que no gusta de hablar demasiado. ¿Pero de allí a decir que era tímido? ¿En qué momento? Según recordaba él siempre había dicho lo que pensaba. Frases como: ‘Me amo sólo a mí mismo y peleo sólo por mí mismo’ ‘Existo para matar a los demás’ ‘Asesino sin remordimientos’ ‘Tu existencia no significa nada para mí’ ‘Kankuro te mataré si vuelves a abrir la boca’ y más de ese estilo era lo que realmente pensaba, no una manera de parecer un sicótico. Pero nadie parecía verlo de esa forma. Y eso lo molestaba. Lo molestaba mucho.

 

-¡Pero puede que no tuviesen razón!- se apresuró a explicar Lee al ver la cara asesina que había puesto Gaara de un momento a otro. Ahora entendía a qué se referían todos cuando hablaban de la bipolaridad del Kazekage. Y es que realmente en un momento estaba alegre (si es que se le podía llamar así) y luego cambiaba la mirada a una asesina y que realmente asustaba mucho.

 

-¿Tú también me tienes miedo?- preguntó Gaara en el mismo tono con el que hablaba a sus enemigos.

 

Lee detuvo sus pensamientos sobre el Kazekage al escuchar esa pregunta. ¿Miedo? ¿Si él le tenía miedo al Kazekage? ¡Jamás! ¡Él no le temía a nada ni nadie, ni siquiera a esa persona que había asesinado desde pequeño sin que le temblara el pulso! Si Gaara creía que por ser el Kazekage (y tener al Shukaku, cabe mencionar) Lee le iba a tener miedo estaba muy equivocado.

 

-¡No!- respondió con convicción.

 

Gaara se guardó una sonrisa.

 

-No tengo razón para tener miedo- siguió Lee.

 

Gaara volvió a alzar una ceja (que no existía). ¿Realmente Lee no tenía razón alguna para temerle? Mmm… no estaba del todo seguro de esta última afirmación. Aunque si él atacaba a Lee no sería para matarlo, de eso podía estar seguro, sus planes tendrían un fin más… placentero.

 

Gaara sacudió la cabeza alejando esos pensamientos tan extraños (y pecaminosos) de él. Pero es que ver la sonrisa de Lee, ver la forma en que caminaba, la forma en que se detenía un momento para observar el cielo o los árboles a su alrededor, la manera en que movía los labios cuando hablaba que le daban ganas de querer besarlo… ¡Demonios! Gaara se estaba volviendo loco (un poco más loco de lo que era).

 

-¿Qué sucede?- y para colmo Lee tenía que ser tan exageradamente inocente.

 

-Nada- mintió el Kazekage desviando la mirada al cielo.

 

-Eso está bien…- dijo Lee de pronto.

 

-¿Qué cosa está bien?- preguntó Gaara con curiosidad, ¿qué significaba ese ‘está bien? ¿Acaso Lee había leído sus pensamientos y le estaba dando permiso para hacer eso que quería hacer? No, eso era imposible.

 

-El silencio- respondió el ingenuo chico ganándose una mirada extraña por parte del pelirrojo; Lee soltó una risita- Después de todo Konoha se está poniendo muy ruidosa, con todo lo del festival. Gai-sensei me dijo que en la noche se pondría mucho peor, pero que realmente es algo divertido –Lee había ganado confianza rápidamente, Gaara le miraba complacido- No suelo divertirme mucho y Gai-sensei siempre me riñe por ello, pero es que únicamente tengo pensamientos para el entrenamiento, no puedo evitar pensar que los demás me están dejando atrás- Gaara se mostraba claramente satisfecho con el cambio de Lee-. Pero supongo que no está mal entretenerse de vez en cuando- continuó Lee con su monólogo-. La verdad no sabía qué hacer, nunca he estado en un festival, ni siquiera sé qué ropa usar, es por eso que Gai-sensei me compró ésta. No estaba seguro de si me quedaría bien, pero tal parece que sí, a Sakura parece que le ha gustado y a Ino también, e incluso a Tenten. Esta noche no sé qué ponerme, pero supongo que mi sensei me dirá- Lee volvió a sonreír-. Gai-sensei es una persona extraña e inusual pero es una gran persona, es el que más admiro y mi modelo a seguir. Por él me corté el cabello y adopté su (extravagante) estilo. Es una persona muy fuerte. Definitivamente quiero ser como él. Pero hay algunas cosas en las que nos diferenciamos. Más bien yo diría muchas. Algunas son sólo nimiedades, como que a mí no me gusta la leche y a él sí, o que a Gai-sensei le gustan los días lluviosos y yo los odio, o…

 

¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo era posible? Gaara miraba a Lee con ojos alucinados. ¿Será posible? ¿Es que Lee no se cansaba de hablar? ¿Cómo era que se había mantenido callado todo ese tiempo?

 

Gaara amó más que nunca el silencio de su aldea.

 

Y Lee hablaba y hablaba y parecía no querer detenerse. ¿De qué estaba hablando exactamente? Ni siquiera podía prestar atención. Algo sobre su sensei, la sopa de miso, las misiones, los osos ¿panda? Dios, era como si Lee quisiese cobrarse todo el tiempo que estuvo callado hablando sin parar. Gaara dudó que siquiera respirara.

 

Y el sonidito de su voz ya estaba empezando a hartarlo. Si Lee no se callaba no se haría responsable de sus actos.

 

-Lee…- susurró Gaara.

 

-¿Sí?- detuvo Lee su larga perorata.

 

-Cállate- habló Gaara de forma tajante obteniendo el efecto deseado.

 

Lee le miraba ¿confundido? ¿asombrado? ¿dolido? No, dolido definitivamente no estaba. Si hubiese estado dolido no le hubiese sonreído de esa manera, con una sonrisa llena de sencillo entendimiento, capaz de derretir un glaciar (e incluso un corazón como el suyo).

 

-Ah, lo siento Gaara- se disculpó Lee- he estado hablando y hablado sin parar. Seguramente tú querías decir algo, ¿no?

 

Lee lo había entendido todo mal.

 

Gaara suspiró.

 

-No era eso precisamente lo que quería hacer…- respondió Gaara.

 

-¿Entonces qué quieres hacer?- los ojos de Gaara se abrieron con sorpresa para entrecerrarse pícaramente segundos después al tiempo que una sonrisa traviesa adornaba sus labios.

 

Hubiese sido mejor que Lee no hiciese esa pregunta.

 

-¿Quieres saber lo que realmente quiero hacer?- preguntó Gaara acercándose peligrosamente a Lee hasta casi acorralarlo contra uno de los árboles.

 

-Ah… pues, claro- respondió Lee aún sin entender mucho de la actitud de Gaara. ¿Por qué el pelirrojo lo veía de esa manera tan… insistente? (¿insistente? Esa no era la palabra pero Lee era demasiado inocente como para penar otra cosa)

 

-Pues…- Gaara se acercó un poco más, teniendo el rostro de Lee tan cerca que podía ver el reflejo de su rostro en sus ojos- esto.

 

Y unió sus labios con los de Lee.

 

Y Lee estaba… shockeado… ¿Realmente Gaara lo estaba… besando? ¿Por qué? Lee aún no acababa de entender. Mientras los labios de Gaara se movían sobre los de Lee aún sin obtener respuesta. Así que decidió arriesgarse a algo más. Pasó una de sus manos por debajo de la remera de Lee.

 

-¡Ah!- exclamó Lee con sorpresa al sentir las frías manos del Kazekage. Este momento fue aprovechado por el pelirrojo para colar su lengua dentro de la boca de Lee, que seguía sin comprender las acciones del otro chico.

 

Y Gaara se sentía en el paraíso. Besar a Lee se sentía tan rico. No era como besar a algunas de esas chicas a las que había besado antes, Lee sabía muy diferente a las personas de Tsuna. Y su inexperiencia era casi estúpida pero a él le gustaba igual, que se comportara como un primerizo (que lo era) en esas cuestiones. Lee no respondía al beso, pero no importaba, eso estaba bien para él. Pero ahora que tocaba la piel de Lee, tan cálida y suave… no sabía si podría controlarse.

 

-Ah… Gaara…- habló Lee como pudo tratando de apartar las manos del Kazekage y aún siendo besado por el mismo.

 

A Gaara le encantó el tono usado por Lee y la forma en que había dicho su nombre. Lo hacía excitarse, y ya estaba bastante excitado. Pero Lee seguía tratando de quitar sus manos, ¿por qué si él lo único que quería era seguir acariciándolo? Bueno, él era el Kazekage, y si quería acariciar a Lee lo haría, ¿quién se lo iba a impedir?

 

El mismo Lee…

 

-Gaara… ¿qué haces?- preguntó un jadeante Lee.

 

-¿Qué crees que hago?- respondió esta vez Gaara separándose un poco (sólo un poco) de Lee y aprovechando para mirarlo.

 

Lee se veía muy incitante. Con las mejillas rojas de la vergüenza, los ojos entrecerrados, la remera subida dejando ver un pequeño ombliguito y un hilillo de saliva descendiendo por la comisura de sus labios.

 

Gaara deseó besarle de nuevo, e iba a hacerlo cuando la voz de Lee lo detuvo.

 

-¿Por qué?- preguntó, y para Gaara fue muy fácil responderle.

 

-Porque quiero- y se lanzó de nuevo contra Lee, volviendo a besarlo pero esta vez con más fuerza.

 

Gaara hubiese podido decir ‘porque me gustas’ y la cosa talvez hubiese terminado pero mejor, pero esas palabras ni siquiera le habían pasado por la mente.

 

-¡Pero yo no quiero!- gritó Lee tratando de detener las manos de Gaara que trataban de sacarle la ropa por la fuerza.

 

-No me importa…- susurró Gaara contra los labios del pelinegro.

 

Lee se debatió centre los brazos de Gaara, tratando inútilmente de alejarlo, pero el pelirrojo lo tenía en una posición muy incómoda; Gaara había pasado uno de sus brazos por la cintura de Lee, mientras que con la otra mano trataba de subirle la remera (cosa que estaba a punto de conseguir), prácticamente se había sentado sobre Lee y mantenía ambas piernas alrededor de sus caderas mientras le besaba intensamente.

 

Gaara pensó que no se detendría… Hasta que un fuerte puño lo hizo separarse (dolorosamente) de Lee.

 

El puño había sido lanzado por el pelinegro quien aprovechó la momentánea confusión del Kazekage para salir corriendo hacia Konoha.

 

Gaara le vio partir. Hubiese podido detenerlo de haberlo querido pero simplemente lo dejó ir.

 

Tendido aún en el suelo y de cara al cielo contempló el leve ondear de las nubes. Se tocó sutilmente los labios rememorando el sabor de Lee que tanto le había gustado. Sonrió (por segunda vez ese día, cosa muy extraña en él).

 

-Rock Lee…

 

_

 

 

Lee corrió, y corrió, y corrió, y siguió corriendo hasta que algo lo hizo detenerse, más bien alguien.

 

-¿Qué te sucede, Lee, acaso estás ciego?- preguntó una voz que Lee conocía muy bien.

 

-Lo siento- susurró Lee tratando de que su llanto no fuese muy evidente.

 

No funcionó.

 

-¿Estás llorando? (vaya pregunta tonta, era obvio que sí)

 

-No- mintió Lee, pero el chico (sin esperar protesta alguna) lo tomó en brazos y se lo llevó a su departamento.

 

Lee únicamente pudo ver como una rubia cabecita lo levantaba en brazos y salía corriendo a toda velocidad. Intentó gritar que se detuviese pero un fuerte sollozo se lo prohibió. Volvió a llorar.

 

_

 

 

Una vez que Lee fue colocado (como si se tratara de un adorno) sobre la cama pudo darse cuenta de que efectivamente y como pensaba, se encontraba en una habitación (bastante desordenada, cabe destacar).

 

-¿Y bien? ¿Me vas a decir por qué estabas llorando?- preguntó un preocupado chico de mirada azulada.

 

Como imaginaba la única acción que podía tomar ese chico era secuestrarlo, encerrarlo en su habitación y pedirle cuentas. Supuso que el otro no le dejaría salir a menos que le contara la verdad. Pero la verdad era tan extraña, un poco bizarra, ni él mismo podía entenderla. ¿Por qué Gaara lo había besado? Por más que se devanó los sesos tratando de hallar una respuesta (satisfactoria) no pudo dar con ninguna. Y ahora él le pedía una explicación. ¿Cómo explicar lo que había tenido lugar minutos atrás en el bosque?

 

-Naruto…

 

-Naruto nada, no me vengas ahora con esos cuentos de que te cayó algo en el ojo o que no es de mi incumbencia porque no lo voy a aceptar- Lee cerró al boca automáticamente y bajó la vista tristemente- ¿Qué fue lo que te dije cuando te fui a ver esa vez al hospital?

 

Naruto se refería a esa vez, cuando Lee había peleado con Gaara. Había sido mucho tiempo atrás pero lo recordaba a la perfección, la manera en que Naruto había sentido el dolor de Lee como propio, la forma en que ambos se habían identificado, y de cómo Naruto le había prometido ayudarle en todo (aún pensaba que Lee no volvería a ser un ninja), asegurándole que podía contar con él en todo momento, que lo apreciaba y que desde ese día podía considerarlo como un amigo en el cual confiar.

 

Y Naruto lo había sido, había cumplido cada palabra sin faltar nunca a su promesa, y Lee había podido confiar en él, encontrando en el rubio a un buen amigo que se preocupaba por él sinceramente.

 

-No es nada- trató Lee de restarle importancia.

 

-¿Que no es nada?- repitió Naruto- Lee, ¡te conozco! Sé que pocas cosas (por no decir nada) pueden hacerte llorar. ¿Y me dices que no fue nada?

 

-Lo siento…- se disculpó Lee; no era una disculpa por causarle tantas molestias, sino por no poder decirle la verdad.

 

-¿Por qué?- preguntó Naruto tratando de saber porqué Lee no podía contarle la verdad.

 

-Es que ni yo mismo entiendo lo que sucedió- el rubio sólo se acercó a Lee y lo abrazó, consolándolo en el momento en que las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.

 

Dejó que Lee llorara lo que necesitara.

 

Y Lee realmente necesitaba llorar. No conocía mucho del tema pero Gaara había intentado… ¿violarlo? Si se suponía que el Kazekage lo odiaba, ¿era esa su manera de vengarse? ¿Y por qué? ¿Por una rencilla del pasado? ¿Algo sin importancia? En ese momento recordó esa vez que Gaara había ido a asesinarlo al hospital. Nadie le había mencionado el asunto creyendo que Lee no se había dado cuenta, pero lo cierto es que en ese momento él no se encontraba del todo dormido y había escuchado las palabras del Kazekage cuando Naruto le preguntara por qué quería asesinarlo. Y Gaara había respondido:

 

“Porque le quiero muerto”

 

¡Qué razón tan tonta! ¡Lo quería muerto! Pero Gaara lo había besado y casi lo había violado. Y aún no entendía porqué. Qué cosa pasaba por la cabeza del pelirrojo para hacer algo como eso.

 

No es que de repente se hubiese enamorado de él, pensaba Lee, de él que no era nada atractivo, más bien horrible. ¿Por qué entonces? ¿Por venganza? ¿Su aspecto era tan desagradable como para que alguien únicamente intimara con él sólo para vengarse? Pensar esto lo hacía sentirse terriblemente mal, pero no se le ocurría otra razón. Seguramente debía ser eso.

 

-No llores más Lee…- trataba Naruto de consolarlo, pero el llanto de Lee no cedía así que lo abrazó más fuertemente.

 

Con una de sus manos revolvió el largo cabello de Lee. Notó entonces su aspecto desaliñado, su camisa mal colocada, sus labios enrojecidos… y sacó sus propias conclusiones (nada erradas). Apretó los puños.

 

Mataría al infeliz.

 

También a él le daban ganas de llorar sólo por pensar lo que había sufrido su amigo. Le alzó el rostro y depositó un casto beso en la mejilla del pelinegro. Lee sólo le sonrió, triste y quedamente, agradeciendo el gesto.

 

-Oye dobe, yo también estoy aquí- habló una voz de repente.

 

Lee abrió los ojos con sorpresa. ¡Sasuke también estaba ahí! Y él ni siquiera lo había notado. Suspiró. Sasuke lo había visto llorar.

 

-Sasuke-baka, ¿por qué rompes con la magia del momento?- le reprochó Naruto.

 

-Porque eres mío y de nadie más- respondió el otro como si nada. Lee le miró aún más sorprendido. ¿Naruto y Sasuke andaban juntos?

 

-Insensible- murmuró Naruto con una pequeña sonrisa en los labios. Le gustaba que Sasuke se pusiera celoso porque le decía ese tipo de cosas que lo hacían sentir querido.

 

Lee dirigió una mirada a Sasuke y luego otra a Naruto. El amor se notaba a leguas. Ahora entendía porqué Sakura se veía tan triste el día anterior. Se había dado cuenta de que Sasuke estaba enamorado de otra persona, y para colmo de otro chico, y para mal de males justamente de Naruto. Definitivamente la pelirrosa no tenía ni pizca de suerte.

 

-Bueno, no quiero molestarlos más- dijo Lee en voz baja deshaciéndose del abrazo de Naruto y colocándose de pie lentamente. El rubio dirigió una (falsa) mirada molesta a su novio. Sasuke se hizo el desentendido.

 

-No tienes que irte- dijo Naruto desde su sitio.

 

-Es que…- Lee dudó un poco- debo hablar con Tsunade-sama.

 

CONTINUARA.............
Notas finales:

Ok!!!! Aca se acaba el capitulo!!!! Qué hará Lee ahora??? Gaara dejará el asunto con Lee por la paz?? Y que hara ahora Tsunade cuando sus dolores de cabeza parecen aumentar??? Si quieren saber pues... a esperar el próximo capi!!!!

Y de antemano gracias por leer, y si me dejan un review un gracias mucho mas grande!

Cuidense y sigan leyendo por favor!!!!!!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).