Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The impossible dream por Aphrodita

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Saint Seiya no me pertenece, todo de Kurumada sama

Notas del capitulo:

A pesar de que mis songfics apestan, verdaderamente, necesitaba utilizar la letra de esta canción para un fic. Mi primer songfic con letra en ingles.

Frank Sinatra es un cantautor que respeto muchisimo, mejor dicho "era un cantautor". Sus letras son ideales para songfics, y aunque Moon River es mi tema favorito, hallé una en particular que para mi expresa y encierra el sacrificio de Seiya como Santo de Athena... Ahí la comparación.

Para aquellos que como yo, no cazan una del inglés, al costado de dicha letra su versión en castellano, su traducción.

Este songfic, que lo hago con mucho cariño, se lo quiero dedicar por entero a una princesa, Sweet Neko... Dulzura, verdaderamente, este fic que nace de mi corazón te lo quiero regalar como regalo atrasado de cumpleaños, te juro, que de haber tenido inspiración para la pareja Hyoga&Shun te hubiese hecho un fic *_* Gomen.

En fin, los dejo con esto... Le di tantas vueltas al fic... Que conste que a pesar de que no me salió bien, lo he hecho con mucha ilusión por lo que representa para mi Frank Sinatra.

The impossible dream


Aphrodita


One Shot / Song Fic


To dream the impossible dream
To fight the unbeatable foe
To bear with unbearable sorrow
To run where the brave dare not go ...


Soñar el sueño imposible
Luchar contra el enemigo invencible
Soportar con dolor intolerable
Correr donde los valientes nos se atreven...


Se encontraba observando, a través de su ventana, la lluvia caer copiosamente sobre el ya inundado césped del jardín de la mansión. ¿Dejaría de llover algún día?. Apoyó su barbilla sobre sus brazos; en las noches gustaba de ver las estrellas, mas esa torrencial lluvia no se lo permitió. ¡Ni siquiera eso! Ni siquiera podía quitarse esa amargura observando un rato las estrellas, sin pensar en nada, sin sentir nada, o por lo menos intentándolo aunque nunca lograse su cometido.

Estaba agotado, cansado... ¿De qué? Ni el mismo Seiya lo supo, pero aquel Pegasus que había combatido y derrotado hasta los mismos Dioses se sintió realmente vencido por ese desgarrador sentimiento que los humanos denominan como “Amor”.

Y su pesar no pasaba por verse loca y perdidamente enamorado de un hombre, de alguien con su mismo sexo, ni tampoco que fuese un amigo al que por muchos años consideró solamente un hermano. Su dolor y su agobio radicaban en que él, no era nadie... No, no lo era.

Aquel Santo que no había claudicado jamas y no se había atemorizado ante sus enemigos, se encontraba derrotado por aquellos enemigos internos. Si, a pesar de ser muy valiente en el campo de batallas, a pesar de que había soportado duras pruebas, en su vida cotidiana no alcanza a soportar lidiar con discusiones o con sentimientos tan encontrados como el amor, la desesperanza y la tristeza.

Seiya creyó, que no era lo suficientemente bueno para Shun, al fin y al cabo ¿Quién podría serlo? Se trataba de Andrómeda, no de cualquier ser terrenal.

Las horas pasaron, y la lluvia menguo un poco, observó su reloj y comprobó muy a su pesar que la hora de dormir había pasado hacia bastante tiempo. Casi todas las noches era lo mismo, pasaba el tiempo observando la nada, intentando no pensar, no sentir, hasta que el día lo sorprendía.

Escuchó ruidos en el pasillo, y sin mas opciones se quitó el piyama, se vistió, paso por el baño para quitarse las pruebas de un muy mal sueño, y bajó con su mejor cara para desayunar con sus amigos y hermanos, compañeros de armas.

Ikki discutía con Hyoga por el uso de la tetera, mientras que Shiryu, como siempre hizo de mediador entre ellos y le cedió su lugar al Phoenix, para evitar males mayores... Pero los ojos del morocho -a pesar de que esa escena cotidiana solía ser graciosa y merecedora de espectadores- el menor de los Kido, posó su vista sobre el peliverde, que ajeno a la discusión comía un suculento desayuno, al verlo Shun le sonrió abiertamente y con un gesto lo invitó a sentarse.

Esas espontaneas sonrisas de Andrómeda, a pesar de ser cotidianas y normales en él, para Seiya eran una bendición, un tesoro que guardaba con recelo. ¿Que importaba si esa misma sonrisa se las dedicaba a todos por igual? Para el Pegasus eran demasiado... “Demasiado para tan poco” Nunca se creyó merecedor ni del más mísero gesto de cariño por parte del peliverde, gestos que jamas podrían haberse tachado de míseros, pues “todo” Shun, era algo sublime, desde sus sonrisas, hasta sus palabras y sus risas.

Todos sentados en la redondeada mesa, ensimismados con sus desayunos. Diálogos banales, los ojos esmeraldas de Shun posándose en cada uno de ellos, y Seiya deseando que esos mismos ojos lo hiciesen sobre él, para que notase en parte su profunda admiración, pero avergonzado cuando Andrómeda notaba la insistente mirada del otro sobre él.

- ¡Bueno!... –Canturreó el peliverde poniéndose de pie con su taza para depositarla en la bacha –Me iré a correr... –Si, por mas lluvia, o por mas barro, nada ni nadie detendría las correrías matutinas de Shun.
- Pero otouto, si se larga a llover te empaparas... –Reprochó Ikki paternalmente.

Andrómeda le dedicó una caricia en su mejilla que Seiya envidió con todo su corazón... Si tan solo él fuese “Ikki”, aunque claro, no podría tener esos pensamientos pecaminosos que algunas noches lo asaltaban.

La dulce voz del peliverde, bendijo al morocho que lo observaba con profunda admiración.

- ¿Me acompañas?... Seiya...

“¿Me acompañas? Seiya” Aquella petición ¡Sublime petición! Solo encerraba el interés deportivo, por llamarlo de algún modo, de Shun, no mas... Y al Pegasus no le importaba, con tal de estar a su lado, fuese cual fuese el motivo, él era feliz.

- Vamos Shun... Tengo ganas de entrenar... –Interrumpió una voz mas firme.

Seiya dejó de observar al peliverde para dirigir su mirada a quien había osado interrumpir su mágico momento: Hyoga.

- ¡Perfecto!... –Vitoreó Shun alegre por tener compañía, dejando por sentado, quizás, que no le importaba quien fuese con él. --¿Vienes Seiya?... –Volvió a reiterar.
- Pues yo... –Le decepcionó descubrir que no podría estar a solas con Shun, no con Hyoga al lado, el Cisne acaparaba toda la atención de Andrómeda --La verdad que no he dormido bien en la noche y temo... Cansarme demasiado rápido...
- Vago... –Susurró Ikki pero fue perfectamente oído por sus compañeros.
- Además Seiya... –Interrumpió Shiryu con una velocidad sospechosa –Recuerda que me prometiste ayudarme con los papeles de la fundación... Cuando Saori marchó al Santuario tu juraste y perjuraste que me darías una mano...
- ¡Sí! ¡Ufá!... Lo sé... –Se quejó el Pegasus extremadamente infantil, supo que ya no tenia escapatoria a la responsabilidad, pero también optó por ser sincero –Me aburre...
- Ya terminé de desayunar... Me voy a la oficina, te estaré esperando Seiya... –Puntualizó el Dragón y antes de atravesar el marco de la puerta vaivén reiteró con énfasis –Te estaré esperando.

En pocos minutos, Hyoga subió, bajó las escaleras preparado con ropa para ejercitarse y partió junto a Shun, rompiéndole las ilusiones al pequeño de los Kido.

¡Horror! Se había quedado a solas con el terror de la casa, con la pesadilla andante Ikki Kido.

Bueno, el Phoenix no era un monstruo, pero tenia la facilidad de, con simplemente la mirada, acurrucar al Pegasus contra la pared, el asiento, o lo que fuese que tuviese el morocho mas cerca en ese momento.

Enfrentados, cara a cara, Seiya ni siquiera fue capaz de levantar su vista, y no por miedo a... ¿Cómo decirlo? A recibir un golpe, o siquiera un reto, sino porque el peliazul últimamente andaba muy perspicaz; no por nada era el mayor, ya los conocía a los otros cuatro como si los hubiese parido él mismo.


To right the unrightable wrong
To be better far than you are
To try when your arms are too weary
To reach the unreachable star ...

Corregir los abusos incorregibles
Ser mucho mejor de lo que eres
Tratar cuando tus brazos están cansados
De alcanzar la estrella inalcanzable...


Seiya lo supo, pudo sentir la mirada punzante de Ikki sobre su persona, dudó en levantar la vista, pero cuando lo hizo se topó con esa mirada azul. Solo bastó un suspiro de parte del Pegasus para que el Phoenix soltase eso que llevaba guardado.

- Lo sabes...

El morocho nada acotó, observó al peliazul beber un sorbo de su taza mientras él se puso de pie para dejar la suya sobre la mesada de la cocina.

- Lo sabes perfectamente... –Reiteró Ikki imitando a su compañero, y a la par de él, soltó la bomba –No eres para mi otouto...

Esa afirmación, tan firme y directa, se caló profundo en su corazón. Cuando Ikki marchó de la cocina, Seiya tuvo que realizar un esfuerzo sobre humano para no caer de rodillas, metafóricamente; se sostuvo de la mesada para luego cerrar sus puños fuertemente al igual que sus ojos, reteniendo aquellas caprichosas lagrimas que osaban no obedecerlo.

Lo supo, él no era para Shun.

Dejó su dolor en la cocina, y afrontó sus obligaciones diarias, no le molestaba estar con Shiryu o ayudarlo, simplemente se aburría de ver hoja tras hoja sin comprender una sola cosa, al fin y al cabo, el que llevaba a cabo las tareas más importantes de la fundación era el Dragón, no él.

Sin embargo, a pesar de que no le molestaba acompañarlo, si le incomoda de sobremanera. Ultimamente el pelilargo se había vuelto algo... Extraño con el Pegasus, y este lo notó con el tiempo.


This is my quest,
to follow that star
No matter how hopeless,
no matter how far...

Esta es mi búsqueda,
ir detrás de esa estrella
Sin importar la desesperanza,
Sin importar la distancia...


Llegó a la oficina que en realidad era una biblioteca y lo encontró a Shiryu con sus gafas puestas leyendo detenidamente cada hoja, levantó su vista y la posó sobre el menudo pero bien formado cuerpo del morocho... Sonrió apenas y le señaló una pila de papeles.

- Tenemos trabajo atrasado... –Pronunció débilmente.
- ¿Tengo que acomodarlo por fecha?... –Investigó el Pegasus sentándose frente al Dragón.
- Si... Por fecha, no olvides que los blancos, los originales debes separarlos de los verdes...

Acotó el pelilargo poniéndose de pie para ir en busca de una carpeta.

- Shiryu, este no tiene fecha, tienen... Letras... –Se extrañó el morocho sin siquiera suponer que debía hacer lo mismo que con las fechas, ordenarlo alfabéticamente.

Aquella interrupción aprovechó Shiryu para acercarse a él... Le susurró un sencillo “Acomódalo alfabéticamente” en su oído que estremeció a Seiya de pies a cabeza.

Un silencio pesado se instaló entre los dos, pasaron las horas y cada uno siguió en lo suyo, pero el Pegasus no pudo quitar de su cabeza las palabras de Ikki... No pudo siquiera evitar demostrar su tristeza a través de sus ojos.

Finalmente el Dragón interrumpió ese abrumador silencio para inquirir curioso.

- ¿Qué te ocurre, Seiya?

El aludido solo negó con su cabeza dando a entender que todo estaba bien, sin embargo su porte indicó todo lo contrario.

El pelilargo suspiró y se puso de pie, caminó hasta donde estaba su morocho amigo y tomando su barbilla susurró.

- Sabes que no me gusta verte así... Lo sabes...

El morocho tragó grueso, supo a que se refirió Shiryu con aquel cálido “Lo sabes” ¡Claro que lo sabia! Lo supo perfectamente, lo que ocurría con el Dragón, solo que hasta en ese entonces había decidido luchar por su verdadero amor, sin embargo allí se encontraba, derrotado, y a merced del pelilargo ¿Qué mas daba? ¿Qué podía pasar si le correspondía a Shiryu? Quizás, hasta ¿quien sabe?, Lograba ser feliz.

Al notar que a diferencias de otras veces, el Pegasus no opuso resistencia, el Dragón se decidió a robarle un tierno beso, como en tantas oportunidades había hecho sin lograr su verdadero cometido.

Seiya, con sus defensas bajas, no pudo mas que responder aquel gesto de amor y cuidado, aquel gesto que jamas llegaría por parte de su querido amigo Shun.

El pelilargo decidió ser mas osado, e irrumpió la boca del morocho con su lengua, probando su verdadero sabor, maravillándose, y volviéndose peligrosamente adicto.

En ese lapsus Seiya cayó en la cuenta de que durante mucho tiempo buscó la forma de llegar a Shun sin conseguir nada, había ido en su búsqueda sin importarle nada, y se hallaba con sus manos y corazón vacíos. Y lo tenia allí, a Shiryu, dispuesto a entregarle su amor.

Fue en ese momento, que Andrómeda vio esa escena, quedándose asombrado, de pie espiando infantilmente. Nunca, jamas se atrevió siquiera a suponer que podría llegar a perder su preciada oportunidad.


To be willing to give
when there's no more to give,
To be willing to die
so that honor and justice may live ...

Estar dispuesto a entregar
cuando no hay más para dar,
Estar dispuesto a morir
para que el honor y la justicia puedan vivir...


Camino rápidamente, casi corriendo, hasta la habitación de Hyoga... Era en momentos como esos que necesitaba tanto del Cisne, y aunque se sintió estúpido, infantil, inmaduro, no pudo evitar derramar aquellas desgarradoras lagrimas, para finalizar cuasi riendo por su estado catatonico.

- Gracias Hyoga... –Secó sus lagrimas cobijándose aun más en los brazos del rubio –Eres demasiado comprensivo conmigo...

Le falto acotar: “Para ser heterosexual” Porque era la verdad, un hombre hetero quizás jamas se hubiese atrevido a consolar de esa forma a otro hombre sabiendo sus preferencias sexuales, pero el ruso se lo hizo saber.

- Shun, para mí siempre fuiste como mi hermano menor... Te quiero, y siempre te comprenderé y haré por ti lo que este en mi alcance para verte bien.

Shun agradeció aquellas palabras, ojalá Ikki fuese igual de comprensivo, pero lo cierto era que lo juzgaban al Phoenix sin siquiera darle una oportunidad... El peliazul estaba al tanto de todo el embrollo de sentimientos, y es por ello que le profesó a Seiya aquellas palabras, ya que no soportaba ver a su querido otouto dolido por su aparente indiferencia... ¡Pero no era indiferencia! Se podría decir “Cobardía” por parte del Pegasus.

- ¿Qué harás Shun?... –Investigó Hyoga con una imperceptible sonrisa de consuelo en sus labios.

El aludido se separó un poco de su amigo, y lo observó, aun sus lagrimas seguían allí, latentes, a punto de escaparse.

- Ya... Lo perdí, para siempre...
- Shun...
- No puedo Hyoga... –Interrumpió Andrómeda con efusividad –Se trata de Shiryu, jamas haría algo que lo lastimase.
- Comprendo... Pero... ¿Y que de tu felicidad?

El peliverde negó con su cabeza y bajó su vista.

- No me queda nada por hacer...
- ¿Por qué no intentas hablarlo? Hablar siempre da sus frutos...

Shun entrecerró sus ojos, y a pesar de su dolor, atinó a bromear.

- Té juntas demasiado con Shiryu, te ha pegado su filosofía.

Hyoga sonrió abiertamente, y volvió a tomar entre sus brazos a quien consideraba su pequeño hermano.

- ¿Qué harás?...
- Hablaré... –Respondió Andrómeda luego de meditarlo –Creo que... O sea... –Se trabó con sus propias palabras –Si no se lo digo, moriré de angustia... Y en tal caso, no espero que me corresponda, solo que comprenda lo que siento, por si alguna vez...
- Shun... Eres necio, Seiya solo tiene ojos para ti...
- ¡Se estaban besando!... –Exclamó el peliverde al borde de las lagrimas nuevamente, tomando distancia con su amigo.
- A veces un beso no significa la gran cosa.
- ¿Cómo puedes decir eso? Un beso es algo... Importante... –Contradijo Shun –Además Shiryu... Lo conozco a Seiya, y tú lo sabes... Aunque muera por mí, como tu siempre dices... –Puntualizó –Jamas haría algo que lastimase a otras personas...

Y por eso mismo se había enamorado perdidamente del Pegasus... ¿Quién no? Si portaba con todas las cualidades humanas; era molesto, impertinente, bromista, tenia sus cosas negativas pero las positivas pesaban tanto, pero tanto... Solo que el morocho no se daba cuenta de quien era realmente, solía olvidarse quien era.


And I know - if I'll only be true
to this glorious quest -
That my heart
will lie peaceful and calm
when I'm laid to my rest.

Y sé - si pudiera ser fiel
a esta búsqueda gloriosa -
Que mi corazón
estará calmo y en paz
cuando me pongan a descansar.


Seiya se encontraba observando las estrellas desde su balcón, por fin había dejado de llover y podía ver las luces resplandecientes en la bóveda celeste, cuando sintió una clara presencia a sus espaldas. Su corazón latió con furia cuando notó que se trataba de Shun.

- Se—Seiya... –Dudó Andrómeda jugando nervioso con sus manos.
- Shun... –Se sorprendió volteando para quedar con su espalda contra la baranda.
- Yo... venia a felicitarte por... Lo de Shiryu... –Mintió, en realidad había aprendido de Hyoga a “Tantear el terreno” como solía decir el Cisne.
- ¿Eh?... –Se desconcertó el Pegasus frunciendo su frente.
- Los vi... Esta tarde, cuando volví con Hyoga de entrenar, fui a buscarte...

“Fui a buscarte” Aquello sonó cálido, por lo menos así le pareció al morocho.

- ¿Nos viste?...
- Ajá... Los vi... Y los felicito... –Dijo esto ultimo abriendo sus ojos y curvando su rostro en una falsa mueca de alegría.

Seiya no supo que responder, acaso, a Shun ¿No le asqueaba saber que dos de sus amigos eran homosexuales? Aparentemente no, y no era de extrañarse en Andrómeda, quien era sinónimo de tolerancia. El dulce peliverde para con todo y todos era comprensivo.

- Te equivocas... –Contradijo el Pegasus con un semblante opaco.
- Yo los vi... –Acusó Shun dolido por la mentira ¿Por qué se lo ocultaba? ¿No confiaba en él? Acaso.
- Habrás visto el beso pero... –El morocho se rascó la mejilla intentando reconciliarse con las huidizas palabras –No pude corresponderle...
- ¿Por—Porque?
- Porque... Mis sentimientos... Están depositados en otra persona...

Tal vez porque había bajado su vista al suelo, pero Seiya no pudo ver el brillo en los ojos de Andrómeda, ni su sonrisa de repleta felicidad. Sin dudas, el peliverde se acercó aun más al Pegasus y buscando su esquiva mirada se atrevió a depositar un beso en sus labios.

- Shun... –Susurró el morocho completamente asombrado.
- Tal vez no sea yo esa otra persona, pero quería decírtelo antes de que...

Pero Seiya no lo dejó completar su oración, le robó un beso, colgándose de su cuello y permitiendo que Shun rodease su cintura con sus brazos.

“Creí, que eras una estrella inalcanzable para mí”

No necesitaron de las palabras, al final de cuentas, lo que había sido un sueño prácticamente imposible, se había hecho realidad.

Superando obstáculos, producidos por el temor de no ser correspondidos, descubrieron su amor.

Quien había luchado contra los mismos Dioses mostrando su valentía, no había tenido las fuerzas suficientes para luchar por su felicidad, e irónicamente Shun si se había atrevido a ello.

Aunque a su manera, en silencio, Seiya había librado su batalla interior y completamente personal por alcanzar su estrella, su sueño imposible...

Porque ningún sueño lo es, si se cree en él con todo el corazón... Nada es imposible si se lucha con ambición... Y el Santo del Pegasus sabia mucho de eso.


And the world will be better for this
That one man,
scorned and covered with scars,
Still strove
with his last ounce of courage
To reach the unreachable star ...

Y el mundo será mejor porque
Un hombre,
despreciado y lleno de cicatrices,
Peleó aún
con su última pizca de coraje
Por alcanzar la estrella inalcanzable...


FIN






Notas finales:

ToT... Ainss! Más feo no pudo haberme quedado ¿No? Jajaja! XD Dhu!

Gracias por leer esta cochinada de fic  Nos leemos, espero que con uno mejor.

Que conste Sweet_Neko que lo hice con todo mi corazón, pero eso no asegura que salga bien :S el talento es algo que no tiene nada que ver con cariño XD Aun así, contradictoriamente, me gustó utilizar esta canción, que como dije antes, para mí representa lo que es Seiya.


29 de Marzo de 2007 – 01:17 a.m. hs. – Argentina


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).