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Your Flavor por Fake Flower

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Notas del fanfic:

Primer fanfic de Gazette que escribo. De hecho, ultimamente he leído muchos fics de esta pareja y terminó por gustarme mucho. No estoy en contra de las OTP (Aoi x Uruha y Reita xRuki), pero a veces me gusta salir de lo común... = = Cansa ver tanto fic a veces... D:

Gazette no me pertenece y esto fue escrito sin fin de lucro. :D

Dedicado: A Chixu (Chichu o Chichi), te quiero monga... :'D Me inspiraste para escribir esto, milagrosamente... ;D Te quiero mucho, mensa... (/*-*)/

Notas del capitulo: Nada que decir. Sólo que espero que les guste y dejen comentarios con su opinión... :D

 

X.X.X.X.X.X.X

    Kiss me.

    Le había dicho en un inglés no tan pronunciado mientras lo abrazaba por el cuello. ¿Cómo negarse a aquella petición? ¿Cómo decir que no? Temblando acercó su mano hacia la mejilla del rubio, tomándola con suavidad. Acercó su rostro, cerrando los ojos en el proceso sabiendo que su compañía ya debía de haberlos cerrados. Sus labios se tocaron, fue un leve roce que los dejó sin aire. Un leve roce fue más que suficiente para ambos. Sus labios sólo tocándose con suavidad mientras con tranquilidad se tomaban de las manos, disfrutando el contacto que había durado más de un minuto. Un leve roce.
    Se separaron breves centímetros, abriendo sus ojos para ver el sin fin de emociones expresados en ellos. Sus dedos entrelazados con tranquilidad, y la otra mano acariciando con suavidad la mejilla del que era, por un centímetro, más alto. Diferencia casi nula.
    Un poco de deseo, un poco de incredulidad, un poco de nerviosismo y un poco más de un sin fin de emociones más. El deseo siendo la emoción más fuerte entre todas las demás. Deseo que el moreno no pudo pasar por alto. Se acercó nuevamente al teñido, uniendo los pocos centímetros que los separaban, esta vez un beso más largo y apasionado, no era un simple roce de labios. Se saboreaban los labios, un dulce sabor un tanto amargo. Sólo una aventura, nada más. Ambos conscientes de que aquello no podía llegar a más, no siendo quienes eran.

    -A pesar de todo, te amo. –sonrió al separarse el más alto.
    -¿Crees que yo no? –fue la simple respuesta del moreno, separándose abruptamente del teñido.

    Éste sólo lo observó en silencio. Ambos estaban al tanto de lo que sentía el otro, aun así no podía ser. Una relación seria era algo que estaba fuera de la agenda.
    Pero…

    -Yuu…

    Nunca lo llamaba por su verdadero nombre. Hacia mucho que había perdido su identidad. No volteó, no volteó porque los brazos del más alto rodearon su cuerpo, abrazándolo por la espalda. Su cabeza apoyada en ella, respirando aquel perfume al cual se había vuelto adicto. Cerraron sus ojos.

    -A pesar que esto no pueda ser algo serio… -murmuró, su voz ronca y ahogada. ¿Sollozaba?

    Apretó sus manos, sintiendo el deseo de poder voltearse y abrazarlo.

    -Soy feliz de compartir el tiempo contigo de esta forma. –sonrió.

    No. No estaba bien. Ocultarse del mundo no estaba para nada bien. ¿Por qué debían de negar aquello que era más que obvio? ¿Por qué debían de sacrificarse de esta forma? Se separó del teñido, volteando su cuerpo para poder abrazarlo y hundir su rostro entre el cuello y el hombro de su compañero.

    -Akira. –murmuró, su aliento chocando contra la fría piel de Reita. –No podemos seguir de esta forma…

    Y Reita temió lo peor. Terminar con aquella “relación”, aquella pasión desenfrenada que vivían noche tras noche en secreto. Contuvo el aliento por segundos, esperando que el moreno siguiera con lo suyo.

    -No podemos seguir negando lo que esta más claro que el agua.

    Un suspiro de alivio fue liberado inmediatamente. No se había dado cuenta que había contenido el aire durante aquellos segundos de intriga y ahora podía respirar en paz, sabiendo que Aoi no pensaba abandonarlo ni nada parecido. Sintió como la cálida mano de Aoi tomaba la suya con tranquilidad. Un pequeño beso en su cuello le daba la confianza suficiente para poder hablar.

    -¿Entonces…? –no terminó de hablar, temía a su propia pregunta.
    -Eso quiere decir que estoy harto de escondernos. Akira, ¡No podemos seguir así! –se separó del teñido. –No podemos seguir viviendo pensando que esto es sólo una aventura cuando en verdad ambos lo deseamos de otra forma.

    “Cuando en verdad ambos pensamos en esto de otra forma.

    Akira sonrió, sonrió desde el fondo de su corazón sabiendo que jamás se arrepentiría de esto. Cerrando sus ojos tomó con suavidad las manos del moreno.

    -Pase lo que pase seguirás conmigo, ¿Verdad?

    El egoísmo era más grande. Si bien ambos sabían que esto ponía en riesgo su posición en la banda, ambos sentían que esto era más importante. Que el deseo de sentirse era más importante.

    -Aquí estaré. –sonrió, acariciando el rostro del más alto. Un leve beso depositado en sus labios.

    Nuevamente sintiendo el sabor tan característico de Reita. Aquel sabor que lo volvía loco. Entre dulce y amargo, agridulce. Levemente separados, sus respiraciones agitadas a pesar de lo breve que había sido. ¿No era fantástico? ¿No era maravilloso sentir aquello tan sólo con un beso? Sólo ellos sabían que era lo que sentían cuando llegaban a más. Cuando entre cobijas se encontraban.

    Cuando entre cobijas despertaban, desnudos, aquel olor aun presente. Aquel sabor aun en sus cuerpos.



    -El comentario no debe durar más de dos minutos, ¿Entendido?

    Había dicho aquel hombre, mirando unos papeles mientras hablaba. Los demás habían asentido murmurando un “sí”, mientras se estiraban perezosamente. Algo que detestaban sobre esto era el hecho de tener que levantarse temprano para cumplir con todo el itinerario. Aun algo soñolientos, avanzaron hasta el estudio donde grabarían el comentario, repentinamente despertando de aquel sueño. Era algo extraño, pero cuando querían hacer algo bien eran capaces de despertar hasta del más profundo sueño.

    -5, 4, 3, 2, 1… -un leve “acción” se escuchó y el comentario comenzó a ser rodado.

    Sólo hablaba Ruki, quien compartía palabras de vez en cuando con Kai. Los demás se mantenían en silencio, de vez en cuando moviendo sus cuerpos para no entumecerse o riéndose de lo que decían los otros dos. Ninguno notaba la cercanía de la segunda guitarra con el bajo del grupo. Ninguno notó que tras sus cuerpos sus manos estaban entrelazadas. Ninguno notó el leve rubor en sus mejillas o la sonrisa de paz en sus rostros.
    O aquella pasión en sus ojos.

    Y el comentario había acabado, ¿Y ellos? Ellos habían escuchado la mitad de éste. La otra mitad habían estado más preocupados de sentir la calidez de sus manos, o aquellos apretones que daban a entender cuanto deseaban tocarse.
    Típica pareja recién enamorada.
    Pero… ¿No llevaban meses en lo mismo? Meses en una aventura, y un día en lo que parecía ser una relación seria.

    -Práctica de dos horas y luego descanso. No tienen nada programado en la tarde, así que están libres.

    Fue lo último que escucharon por parte de aquel hombre. Una sonrisa se dibujó instantáneamente en todos los rostros. Ya un poco más despiertos, tomaron los instrumentos con tranquilidad mientras hablaban sobre las canciones o los cambios que podrían hacer. Aoi manteniendo su opinión siempre presente, escuchando las ideas de los demás. De reojo mirando a Reita, quien se mantenía alejado junto a su bajo. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro al notar que el moreno lo observaba.
    Las ganas de besarse siendo reprimidas en ese mismo instante.


    La práctica había sido como cualquier otra. Siempre era igual, la misma rutina, de vez en cuando algunas bromas por parte de Aoi, algunos comentarios de Kai y el silencio de Reita.
    Y como siempre, uno a uno fueron saliendo de la habitación. Primero Ruki, quien salía junto con Uruha. Luego Kai, quien siempre se despedía con una sonrisa en el rostro. Siendo ellos dos siempre los últimos en salir.

    Se abrazaron en silencio, sintiendo como la presión sentida minutos antes desaparecía. Siempre igual, siempre temiendo caer del barranco de un momento a otro. Siempre caminando por la cuerda floja, cuerda que de un momento a otro podía ser cortada.
    Su rostro escondido entre su cuello y hombro, inhalando aquel aroma que era como su droga. Pequeños besos depositados en su cuello. Una mano recorriendo su espalda y la otra revolviendo sus cabellos.

    -Te amo. –murmuró el moreno, besando su cuello.
    -También te amo. –respondió en un susurro,  ladeando su cabeza para que el moreno tuviera mejor acceso.

    Era difícil. Mantener aquella relación les era bastante difícil. Sabían que si contaban la verdad era probable que ellos los apoyaran, pero… ¿Y si no era así? Aun existía aquella posibilidad, y por muy pequeña que fuese era lo suficientemente fuerte como para impedir que ambos hablaran. Confesaran.

    Se besaron con tranquilidad, sin sentir como la puerta se abría. No notaron la mirada de horror en los rostros de sus compañeros de banda. No escucharon como las bolsas se caían, rompiendo el silencio. No escuchaban, no veían, no notaban la presencia de los demás en la habitación. No se habían percatado de que aquello que había sido un secreto, ahora había sido revelado. Y durante esos segundos que duraba el beso, sus vidas eran color de rosas.
    Pero al separarse, aquel rosa poco a poco se fue tiñendo de un color negro, y la mirada de horror en sus ojos quedó grabada por siempre en las mentes de los otros tres.
    En silencio se observaban. Instintivamente, Aoi tomó la mano de Reita, como si con ello quisiera decir que ahí estaba, que no se iría, que no lo negaría. Y los demás sólo los observaron en silencio, minutos sin poder auricular palabra alguna. Minutos en que, boquiabiertos, trataban de asimilar la situación.

    -Es una broma, ¿Cierto?

    Fue lo primero que se escuchó luego de haber estado durante cinco minutos tan sólo observándose. El dolor se pudo leer en la mirada de ambos. Se apretaron las manos, sabiendo que ya no había otra opción. Sin hablar, Aoi sólo negó con la cabeza, dando a entender lo contrario. Ruki cerró sus ojos, negando fuertemente con la cabeza mientras volteaba su cuerpo. Uruha sólo cerró sus ojos, abrazándose a sí mismo mientras que Kai sólo sonreía nervioso, mirando a Aoi y a Reita como si fueran extraños.

    -¿Hace cuánto…? –no terminó la pregunta, no tenía el valor.
    -Tres meses… más o menos. –respondió Aoi, su mirada clavada en el suelo.

    No tenía el valor suficiente para verlo, para verlos. Reita a su lado imitaba su acción, ni siquiera podía responder a las preguntas porque en un punto, su voz se perdía, no salía. Abría la boca pero ninguna palabra salía de ella.

    -¡¿TRES MESES?! –gritó Ruki, volteando bruscamente. -¡¿TRES MESES Y NO FUERON CAPACES DE DECIRNOS!?

    Desviaron sus miradas, sus manos temblando ante la ira de Ruki. En el fondo siempre habían estado conscientes de que algo así podía pasar. ¿A quién querían engañar? ¿Qué reacción podían esperar si un día ellos se enteraban que ambos eran homosexuales y tenían una relación dentro del grupo? Ambos contuvieron el aliento, sin ser capaces de respirar.

    -¿No tienen nada que decir? –preguntó Uruha, su voz calmada aunque se notaba el temblor en su voz.
    -¿Qué podemos decir? –respondió el moreno, por primera vez levantando el rostro.

    Terror en su mirada al ver el rostro de los otros tres. Desesperación. Y Aoi sabía perfectamente porqué sentía eso. ¿No estaba poniendo en riesgo a la banda? Kai abría y cerraba la boca, meditando en lo que iba a decir.

    -¿Están conscientes de lo que puede ocurrir si…?
    -Lo estamos. –le cortó Reita. Levantó su rostro. –Estamos consciente de ello. Hemos estado escondiéndonos de esto durante meses… -sonrió con tristeza, triste de recordar lo duro que había sido.
    -¿¡Escondiéndose!? ¡Por Dios! –gimió Ruki, no sabía qué hacer.

    No tenía ni idea de lo que podía hacer. Saber esto le provocaba terror, ¿Y cómo no? Los miró con confusión, confusión mezclada con rabia. Habían luchado tanto como para que todo terminara por culpa de… ellos. No, no podía ser, simplemente no podía. ¿Qué diría el sello? ¿Los admiradores? ¿Su manager? Sin poder soportar su propio peso, Ruki se dejó caer en la silla más cercana. Sintió como Uruha se dejaba caer segundos más tarde. Cerró sus ojos, intentando pensar en alguna solución. ¿Qué podían hacer? ¿Cuál era esa solución? Sentía como la presión crecía dentro de su pecho.

    Y ellos no estaban en mejor estado.
    Su mano temblaba. Habían llegado a la orilla del barranco mucho antes de lo esperado. Su respiración agitada y las lágrimas amenazaban con salir. “Si tan sólo hubiéramos esperado un poco más…”, pensaban con arrepentimiento. Si tan sólo. Sintió como los fuertes brazos de Aoi lo abrazaban con ternura, intentando de algún modo tranquilizarlo. Sonrió. Sonrió porque aquello no había hecho más que asegurar que ahí estaba. ¿No se lo había dicho la noche anterior? Apoyó su cabeza en su hombro, sus manos aferrándose desesperadamente a la camisa del moreno. Sentía su mano acariciar sus cabellos con dulzura. Y, por breves segundos, había olvidado la situación en la que se encontraban.
    Depositó un leve beso en su cabeza.

    -Te dije que siempre estaría a tu lado. –susurró en su oído.
    -Lo sé. Pero por un momento pensé… -no terminó su frase, ¿Qué sentido tenía?
    -Idiota. –sonrió, una sonrisa un tanto forzada debido a la situación.

    Y Kai los observaba en silencio, simpatizando con aquella imagen, con aquel marco de dolor que parecía envolver a esos dos hombres abrazados en medio de la tempestad. Y las lágrimas no pudieron ser suprimidas. Entre una sonrisa, secaba sus lágrimas con torpeza, sabiendo perfectamente que lo de ellos no podía ser. No podía ser…
    Fijó su mirada en el suelo. Podía pedirles que mantuvieran aquello en silencio, pero existía el riesgo de que, por un descuido, los medios se enteraran del tipo de relación que ellos compartían.
    No podían arriesgarse. Había mucho que perder.
    ¿Pero no se perdía la misma cantidad? Analizando ambos casos, ambos puntos de vista… podría ser uno o el otro el que estaba siendo egoísta.

    -Aki… -murmuró Aoi, abrazándolo fuerte.

    Habían sido unos tontos al dejarse llevar. Unos verdaderos tontos.
    Reita lo abrazó fuerte. ¿Qué era más fuerte? De reojo, ambos miraron a su grupo, sus compañeros. Dejando escapar un suspiro, una leve sonrisa triste en sus labios y dolor en sus ojos…
    Se separaron.

    Primero sus cuerpos, luego sus manos, por ultimo sus dedos que aun se mantenían conectados.

    -Así son las cosas. –pensó Aoi, cerrando sus ojos mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas. Había cruzado el umbral de la puerta sin voltear.

    Quedando el teñido atrás, con mirada fija en el suelo, vano intento de ocultar sus lágrimas.
Quedando el teñido atrás, en el mismo lugar donde habían cometido tan grave error. La calidez del cuerpo de Aoi aun presente.

    “Y el sabor de tus labios aun en los míos.

 X.X.X.X.X.X.X

Notas finales:

Los comentarios son amor... <3

Lo otro, no muy convencida del final... En serio, el foco de la inspiración se prende a veces... y la mayoría del tiempo siempre se quema... Detesto que me pase eso. Y siempre me da sueño, porque sólo a mi se me ocurre escribir a las 1 de la mañana los días que estoy MÁS cansada... :D

¡Saludos! 


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