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Reencuentro inesperado por Akide

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- ... ¿Diga?
- Hola Rukawa!!
- Ah.. hola...
- ¿Qué tal va por América?
- Bien... lo de siempre...
- ¿No mantienes el contacto con nadie más de Japón?
- Sólo con mi madre...
- Oh, ya veo. Yo éste último mes he estado algo liada, siento no haberte llamado.
- No pasa nada...
- Yo veo a los del equipo cada semana. Realmente todos han cambiado mucho durante estos años... Oye Rukawa vendrías a verles de nuevo?
- ...
- Es que yo en realidad te llamaba para decirte algo..
- ...hm?
- El entrenador Anzai falleció ayer, su salud empeoró mucho.
- Oh...
- Es que en estos cinco años... había envejecido mucho.
- Ya...
- ¿Vendrás entonces? El entierro es dentro de un par de días. Si te vienes mañana yo misma te vendré a buscar al aeropuerto.
- Aunque estoy un poco liado le debo mucho a Anzai.
- Él sólo te ayudó a llegar hasta tu meta y estaba muy orgulloso de ti!!
- Hm... Bueno, entonces hasta mañana.
- Sí!! Me alegrará mucho verte!!
[PIIIIIIIIIIIIIIIIII.....]

*Aeropuerto de Tokyo, 15:00 P.M.*
- Rukawaaaaaaaaaaaaa!!
Ayako se abalanza sobre Rukawa con una gran sonrisa en la cara. Entre los dos cogen todo el equipage y lo suben al coche de Ayako, ya que Rukawa iba a pasar la noche en su casa.
- Irás a ver a tu madre?
- Estubo en América la semana pasada y he preferido no hablarle de éste viaje, no quiero pasar más que ésta noche en Japón.
- Lo entiendo! Ryota aún no habrá llegado.
- Vivís juntos?!
- Sí... es cierto te conté que llevabamos tres años saliendo... pues, recuerdas que te dije que éste mes había estado algo liada? Fué por el traslado.
Llegaron a casa y Ayako pensó que Rukawa tendría hambre después del viaje, así que preparó algo para comer. Al rato llegó Ryota, entró corriendo ya que tenía ganas de ver a Rukawa de nuevo. Le saludó muy enérgicamente y luego besó a Ayako. Se les veía muy enamorados a los dos juntos. Entonces contaron a Rukawa que habían preparado una fiesta para esa noche puesto que hacía mucho que no se reunia todo el Shohoku.
Cuatro horas más tarde empezaron a llegar. Primero entró Hanamichi, con Haruko pegada a él, y saludaron muy amablemente al huésped. Rukawa pudo estar a su lado por unos momentos sin tener la incómoda sensación que le provocaban antes (ya ninguno de los dos le miraba acosadoramente). Luego entraron Gori. Mitsui, Kogure y algunos más. Todos estaban muy emocionados. Pasaron la noche poniendo al día a Rukawa y él contando (con cortas frases) algunos acontecimientos y cómo llegó a ser la gran estrella revelación de USA. Durante el transcurso de la noche fueron apareciendo botellas de sake y un karaoke casero que animaron la noche.

Al día siguiente se pasaron toda la mañana durmiendo en sus respectivas casas. Por la tarde se encontraron todos en el funeral de Anzai. Todos parecían muy apenados, incluso Rukawa. Cuando la ceremonia terminó los chicos de Shohoku se fueron despidiendo de Rukawa y dándole tarjetas con sus teléfonos para no volver a perder el contacto después de haberse reencontrado. Solo faltaba Ayako por despedirse cuando Rukawa vió a alguien que llamó su atención.
- ¿Rukawa te llevo al aeropuerto?
- Llamaré a un taxi.
Ayako se dió cuenta de la presencia de esa persona y decidió irse sin insistir más.
- Como quieras. ¡Bueno pues ya te llamaré! Espero que vuelvas pronto por Japón.
- Hm... puede.
Se despidieron con una enorme sonrisa por parte de Ayako y un leve gesto amistoso por parte de Rukawa. Cuando ella se alejó esa persona se acercó hasta él.
- Rukawa..
- Sendoh.
- Todos los de Ryonan hemos venido a la ceremonia pero ahora los demás ya se han ido. Me ha sorprendido encontrarte aquí.
- Hm.
- Se te ve muy bien con veinte años... -dijo pensativo- Oye Rukawa, cerca de aquí hay una cancha. ¿Te apetece?
- De acuerdo.

Se fueron andando sin decirse nada, era extraño después de tanto tiempo. Al llegar a la cancha se pusieron a jugar. En pocos minutos Rukawa apaleó a Sendoh de mala manera.
- Pffff... ¡Se nota tu nombre! Recuerdo tus ánsias por superarme siempre, y ahora, ... Jajajajajaa!!
Rukawa le miró y sonrió, de tal forma que Sendoh no se percatara de ello. Sendoh sabía todo aquello que había sucedido en la vida de Rukawa ya que leía todos los periódicos deportivos, además de preguntarle a Ayako con regularidad. Por su parte Rukawa no había nada de Sendoh en todo ese tiempo.
- Te fuíste porque querías ser el mejor y lo entiendo. Sin embargo te marchaste cuando tu ya eras más importante para mí que el baloncesto.
Rukawa cambió la expresión de su cara, parecía algo nervioso.
- ¿Estas prometido verdad? -preguntó molesto.
Sendoh reaccionó dándo un paso hacia él para acortar la distancia entre ellos. Entonces le abrazó con fuerza y se acercó a su oido para susurrale algo.
- Aún después de cinco años, cada día voy hasta Shohoku a ver si encuentro al Rukawa de quince años practicar solo. Ahora pareces algo distinto aunque después de un rato contigo me he dado cuenta de que eres el mismo niño, sólo que aún más hermoso.
Los labios de Sendoh rozaron los de Rukawa.
- He estado siempre tan obsesionado con ser el mejor y nunca he pensado en nadie pero ahora...
- Rukawa yo quiero que seas feliz, no dejes que ésto convierta todos tus esfuerzos en vano. Sólo dos partidos más y habrás llegado más alto que nadie en el baloncesto.
Rukawa asintió. Juntos cogieron un taxi hacia el aeropuerto. Al día siguiente tenía un partido decisivo, si ganaba habría igualado al mejor jugador de la historia. Pusieron las maletas en la cinta y se dirigieron a la entrada.
- ¡Rukawa gana los dos partidos!
Éste le miró y asintió. Se dió la vuelta sin despedirse y cruzó la puerta de embarque. Sendoh le miraba andar por el pasillo, se sentía destrozado viendo como se alejaba de él de nuevo pero tenía que ser así. Cuando su imagen desapareció se dio la vuelta y allí mismo, delante de la puerta, se agachó. Al cabo de unos segundos oyó unos pasos acelerados y alguien le agarró por detrás.
- ¡¡Rukawa!!
*El avión a Los Ángeles acaba de despegar*
- ¿Pero que haces? ¡Rukawa!
Al levantarse tan enérgicamente tiró a Rukawa al suelo.
- Sendoh... te he encontrado.. ya no me importa ser el mejor...
Sendoh lo levantó del suelo y lo abrazó con fuerza.
- ¡A mi si que me importa! ¡Quiero que cumplas tu sueño! ¿Qué vas a hacer Rukawa?
- Me da igual eso ya no me importa...
Se besaron y se dirigieron a la casa de Sendoh. Era un piso grande y espacioso. Al ver la cama Rukawa se avalanzó sobre ella ya que había tenido un día bastante agitado. Mientras Sendoh se estaba dando una ducha. Cuando volvió lo encontró dormido. No entendía nada pero tenía a Rukawa a su lado. Se hechó a dormir a su lado pensando: "Está hermoso, no ha cambiado nada." Se sentía feliz. Le miraba fijamente y no podía dormirse. Al cabo de un rato Rukawa se despertó y cogió su mano. Sendoh sonreía todo el tiempo, parecía absorto por la imagen de Rukawa. Éste se escurrió bajo las mantas y le bajó lentamente los calzoncillos. Cogió su miembro y se lo introdujo en la boca, se estubo un rato moviéndola hasta que Sendoh salió corriendo de la cama y se fue al baño. En cinco minutos estaba de nuevo en la habitación. Rukawa estaba recostado en la cama y le miraba con la misma mirada intensa que solía poner en los partidos. Al ver esa cara y pensar que hacía unos minutos ese rostro le había hecho sentir ese placer no pudo evitar lanzarse sobre él. Bajó rapidamente los pantalones de Rukawa y le abrió las piernas e introdujo su dedo por el ano de Rukawa. Rukawa le miraba fijamente. Poco después introdujo muy lentamente su miembro. Miró a Rukawa que había cerrado los ojos. Se le escapaban pequeños gemidos de dolor y placer al mismo tiempo. Estubieron así mucho rato hasta que Sendoh se sintió agotado y se tumbó al lado de Rukawa.
- Kaede, me haces tan feliz...
Rukawa sonrió y se durmió abrazado a Sendoh, entre sus brazos se sentía protegido. Quiso vivir en ese instante por la eternidad pero la mañana apareció.

Al despertar Rukawa, Sendoh estaba en la ducha. Así que fue a buscarle, aún con los ojos medio cerrados. Se ducharon juntos y se vistieron. Al terminar Sendoh cogió a Rukawa de una mano y con la otra la bolsa de mano. Metió a Rukawa en su descapotable rojo y lo llevó al aeropuerto.
- ¡Si no coges éste avión no llegaras al partido! Debes ir a ganarlo.
- ...
Rukawa parecía decepcionado.
- Estaré esperándote. Si ganas te haré un hueco en mi casa pero si pierdes no me vengas a ver nunca más.
Rukawa sonrió, sonrió de verdad. Cogió la bolsa de mano y se fue decidido.
- ¡Hasta mañana Sendoh! -dijo a lo lejos.
Sendoh se quedó anonadado viendo a Rukawa marchar. Entonces sonrió y se dijo a sí mismo:
- Hasta mañana Rukawa.

~OWARI~

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