-Te vez un poco pálido Fye-San-comenta Shaoran al verle la cara y sentándose del otro lado, mientras que Kurogane observaba desde el umbral de la puerta.
-Estoy bien chicos, sólo es eso, que no dormí bien-trata de tranquilizarlos-Ahora será mejor que vayan a dar esa vuelta por el lago que tanto te tenia emocionada ayer Sakura-chan-dijo este desviando la conversación de él a un deseo de la chica.
Los chiquillos fueron convencidos con facilidad, pero esta vez Mokona se quedó cerca de Fye, observándolo dormir y lo pálido que se veía.
El manju blanco se dirigió a una de las paredes y de su gema salió una luz brillante.
-Hola Mokona, cuanto tiempo sin verte-saluda Yuuko desde la imagen reflejada
-Hola Yuuko-saluda Mokona-Mokona esta preocupada…-comienza a decir mientras las orejas las tiene gachas.
-¿qué sucede?-inquiere la mujer dejando un momento lo que hacía-¿qué es lo que te preocupa tanto mi querida Mokona?-inquiere para darle paso a la bola de algodón le hable.
-Es que me preocupa el estado de Fye… ha estado muy raro últimamente-dice al tiempo que dirige una mirada al rubio dormido
-¿Raro? Oh… eso si es un problema, para que digas que él esta raro… veamos…-dice la bruja dirigiendo la mirada al bello durmiente para evaluarlo-Mokona… debo admitir que no lo veo nada bien… incluso me atrevería… a decir que el chico esta en grave peligro-responde después de ver Fye.
-¿grave peligro? ¿Yuuko puedes hacer algo?-inquiere Mokona con preocupación.
-No, yo no puedo hacer nada, todo depende de él-dice la bruja bebiendo un poco de sake-Por ahora debe descansar y recuperar fuerzas… ah… a partir de ahora tendrá el trabajo aun más duro…-dice exhalando un suspiro-Si no tiene cuidado… estoy segura que morirá-finaliza de un modo muy fatalista.
Después de esas palabras Yuuko se marcha y Mokona se acuesta al lado de Fye, esperando que el rubio se recupere pronto.
“¿Podría morir? ¿Acaso esta bromeando esa bruja?” se preguntaba Kurogane quien había oído toda la conversación de Mokona con Yuuko, pues no se había retirado de la puerta; entra a la habitación y observa al rubio un momento para después retirarse.
Después de la consulta con Yuuko, Mokona le pidió a Fye descansara un poco más, a lo que este accedió para no preocuparla más.
Al fin había llegado el día en que los viajeros tenían que retomar su camino, seguir andando pese a que todos sabían que ahora las cosas serían distintas.
Se levantaron muy de mañana, se alistaron y salieron al jardín… Fye por su parte aun se sentía mal, pero tenía la suficiente energía como para engañar a los chiquillos y al manju blanco.
-¡Ah! Reanudaremos nuestros viajes-dice Fye mientras se estiraba perezosamente, evitando mirar hacia el castillo para evadir las sensaciones que le causaba el que Kurogane se quedaría ahí… al lado de Tomoyo…
Los chicos asienten, no pueden ocultar que les entristece el que Kurogane ya no vaya con ellos, pero también están concientes de que ese era el deseo del guerrero… el regresar a su mundo, por eso les acompañaba.
-Mokona Modoki…
-Hey, ¿qué crees que estas haciendo manju blanco?-dice Kurogane acercándose al grupo de viajeros
-Kurogane-san-susurra el castaño al ver al hombre, quien traía la espada al hombro.
-¿Acaso planeaban dejarme atrás?-inquiere este con una ligera mueca de disgusto, la cual después fue sustituida por una leve sonrisa; esas palabras confundieron mucho a los chicos.
-Pe… pero Kuro-pon… ¿estas diciendo que…?-Fye estaba contrariado, ¿no se suponía que el deseo del ojirrojo era el regresar a su mundo?
-Las plumas de Sakura aun no han sido recolectadas por completo, y no creo que puedan hacerlo solos-dice el hombre con una sonrisita un poco burlona.
Shaoran ríe divertido ante las palabras de Kurogane, Sakura por su lado se acerca y le da un beso en la mejilla de agradecimiento, mientras Mokona brincaba cantando un “kurorín vendrá con nosotros”
-No puedes-la voz un poco seria de Fye rompió ese ambiente, todos voltearon a verlo.
-¿por qué dices esos Fye?-inquiere el guerrero mirándolo a los ojos, con el seño fruncido
-Tú realmente no tienes motivos para venir con nosotros-dice como explicación ante la pregunta del hombre de negro-Recordemos que tu deseo era regresar a tu mundo, regresar al lado de la princesa Tomoyo y no veo le porque tengas que dejarlo todo de nuevo-dice este tratando de controlar sus propias emociones… pues no se puede negar que la idea de que Kurogane les acompañara le hacia ilusión.
Kurogane se queda callado un momento, observando al rubio extrañado de sus palabras y sobre todo de su forma de hablar.
-Pues eso tiene solución… a quedado claro que podemos regresar al mismo mundo… aunque nos tardemos mucho tiempo-dice este con convicción.