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Inocente Casanova por Neferyami

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Notas del fanfic:

Este fic contiene espoilers de la película fullmetal alchemist: el conquistador de Shambala. Fullmetal ahcemist pertenece única y exclusivamente a su autora.

Categoría: AU. Drama, Romance, Angst, Humor... Yaoi (Chico x Chico) RoyxEd, AlxEd, HeidxEd...es decir, el uke es Edward XD

Espero que les guste, contiene todas los tipos de pareja.

Disfruten!

 

Inocente casanova

 

Prólogo

 

 

 

 

Miró hacia abajo. Otra parte de la nave había caído, estrellándose contra uno de  los edificios de la cuidad subterránea.

- Alphonse...- llamó Roy. El menor de los Elrics se encontraba de rodillas en el piso, sollozando destrozado. Tan solo unos segundos atrás Edward se había despedido de ambos, para cerrar la puerta que conectaba a ambos mundos. Entendía sus acciones, pero al mismo tiempo no lo comprendía. Aún después de los gritos desesperados de su pequeño hermano, Ed no había dudado en marcharse nuevamente. Ambos hermanos se separarían otra vez y la misma historia se volvería a repetirse.

No. Él lo impediría.

- ¡Alphonse!- exclamó nuevamente logrando hacer reaccionar al menor quien lo observó. El ex-coronel suavizó su mirada al ver las lágrimas en el joven rostro. - Escucha, Al...ve con él.

Al lo miró sorprendido, y aceptó, aun perplejo, la mano de Roy cuando se la ofreció para ayudarlo a levantarse.

- Aún hay tiempo para que lo alcances. Ve por este pasillo, el cual creo que conecta con el que tomó Hagane- le explicó rápidamente- ¡Vamos! - continuó al ver la perplejidad de Al - Por el portal no te preocupes, yo lo destruiré.

Roy observó satisfecho como el pequeño sonrió agradecido y este estiró su mano para estrecharla con la de su superior.

- Muchas gracias, Coronel - le sonrió.

- Cuídate, Alphonse Elric - le digo estrechando su mano - Y cuida al tonto de Hagane, con lo bueno que es para meterse en líos.- Se soltaron y con un último agradecimiento, al corrió por el oscuro corredor de la nave.

Roy lo observó marcharse hasta que la figura del menor desapareció de su vista. Se acercó a una de las ventanas que miraban al exterior y divisó las siluetas de Winly y Chetza mirando todo preocupadas.

Entonces notó como la joven Rockbell posaba su mirada en él; al parecer se había dado cuenta que las observaba.

Por su parte, ambas mujeres, desde las calles de la cuidad contemplaban la gran nave en la que estaba sus amigos y como esta se adentraba en aquella luz dorada de la que antes había emergido.

Winly avanzó unos pasos sin despegar su mirada de aquello.

- Así que nos dejarás esperando otra vez. ¿No es así, Edward?- preguntó con tristeza al aire. Fue cuando reparó en la figura del coronel observándola desde una de las ventanas de la  nave. Sorprendida, lo llamó aún sabiendo que él no lograría escucharla. Mas grande fue su sorpresa, al ver como el Alquimista de Fuego  que había conocido levantaba una mano despidiéndose de ella y fijaba sus ojos unos segundos en Chetza, repitiendo la misma acción. Luego, se dio media vuelta y sonriendo se marchó.

Lo último que las dos vieron, fue la gran nave desapareciendo en el portal y como un instante después, una fuerte explosión lo destruía.

La cuidad quedó nuevamente tranquila.

Edward notó la pequeña luz que provenía del marco de una puerta y al intentar empujarla esta cedió, dando pasa a la luz del exterior.

Nuevamente estaba en Munich y su hermano permanecía en su mundo, pensó Ed con tristeza saliendo afuera.

Palideció visiblemente al ver a Noah recargando el cuerpo de Heiderich en sus piernas. Paralizado, observó la sangre que  emanaba del cuerpo y manchaba las ropas de éste.

Cuando Noah se le acercó cuestionándolo del motivo por el que había regresado, no supo que responderle. Él tan solo había vuelto para sellar la conexión que existía en este mundo al que no pertenecía. Nada más.

Fue cuando escuchó la voz de Al llamarlo desde una de las armaduras, y se acercó creyendo que era otra de las técnicas de transferencia de alma de su hermano. Pero ver salir a Al de la misma armadura fue un gran impacto, realmente creía que no volvería a ver nunca más.

- Hermano, yo tan sólo quiero estar contigo - le había dicho Al. Y el aceptó, contento, por que en realidad deseaba eso.

- Sin alquimia será difícil destruir el portal - lo comentó a su hermanito, que sonriendo le aseguró que encontrarían la forma de hacerlo. Pero vieron sorprendidos como el portal explotaba sólo, no dejando rastro alguno.

- ¡¿Qué sucedió, hermano?! - le había preguntado Al, pero el entendía menos que él.

Se giraron al escuchar unos golpes provenientes de una de las puertas de la nave. Preocupados por que fuera otra de las armaduras vivientes que intentaron atacarlos, se acercaron con precaución. Los golpes se repitieron nuevamente. Ambos hermanos se pusieron en alerta, y lentamente Edward se acercó hasta la puerta. Miró a Al y después de que este le asintiera, la abrió de golpe.

Apenas si pudo reaccionar cuando la figura de mustang apareció en el umbral y se desplomó sobre él. Antes de que cayera al cuelo, logró atraparlo.

- ¿Co-Coronel...? - preguntó asombrado viendo a Roy inconciente en sus brazos - ¿Qué...? ¿Cómo...?- pero calló cuando sintió algo líquido y espeso entre sus manos,  asustándose al ver sangre en ellas.

Olvidándose de todo, le gritó a Noah que buscara ayuda. La joven asintió sorprendida y salió corriendo. Tanto Ed como Al rápidamente acomodaron a Mustang en el suelo e intentaron detener la hemorragia con el abrigo rojo de Al.

Mientras Al procuraba hacer que el Coronel reaccionara, Edward se levantó del suelo y caminó lentamente hasta donde estaba Alfons. Se arrodilló junto a él con el corazón desbocado y la mirada perdida. Sentía en su garganta un fuerte desgarro que no le permitía tragar su propia saliva con facilidad. Observó su rostro, apacible y sereno, como si no hubiera sentido al morir, dolor o angustia. Fijó su vista en la mano de él, aquella con la que había apretado la suya antes de que fuera mandado a su mundo en el cohete, aquel en el que ambos tanto habían trabajado.

<<No me olvides>>le había pedido Alfons, y ahora observaba su cuerpo ensangrentado.

Entonces, temblando, tomó la mano de él  entre las suyas y sus ojos se abrieron asombrados. Alfons tenía pulso, muy leve, pero lo tenía. Aún vivía.

Sintiendo una desmedida sensación de alivio en su interior, sonrió inmensamente y aún más, cuando Noah volvió con unos hombres que cargaron cuidadosamente a ambos heridos hasta un par de autos y los transportaron a todos hasta el hospital más cercano.

 

 

Continuará...


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