Capítulo III: Anata no tame no kono inochi (Mi vida por tí)
Reita ya estaba en su dormitorio recostado, esa misma mañana lo habían dado de alta y ahora se recuperaba, en dos días más tendrían ensayo así que quería descansar lo más que pudiera, estaba siendo atendido por Kai quien se paseaba de un lado a otro.
- ¿Por qué no te quedas quieto un segundo?- dijo el rubio quien con la mirada seguía al baterista.
- Porque estoy preocupado por Aoi- dijo aún caminando como un león enjaulado. El rubio bajó la vista aquel nombre sonaba como el más cruel quejido.
- Rei… sabemos muy bien que el se arrepiente por lo que hizo y que si no te quisiera como tu crees no se preocuparía tanto por ti- Dijo el líder del grupo sentándose al fin en la cama del bajista.
- No sé si creerle Kai, el esa noche jugó conmigo y ¿Cómo saber si esas palabras eran un juego también? - contestó mirando hacía cualquier parte de la habitación
- Esa vez estaba borracho, mira conozco bien a Aoi y te voy a demostrar que el sí te ama como te dijo ayer en el hospital, cuando el entró al baño donde tu estabas te tomó en sus brazos, no paraba de llorar y decir tu nombre, no te soltó en ningún momento, no quiso ir con nosotros en el auto, te acompañó en la ambulancia y si no fuera porque tenían que atenderte él habría estado contigo hasta que despertaras, en la sala de espera se repetía una y mil veces que fue un estúpido tanto así que no comió en todo el día, durmió a tu lado, no te dejó ni un momento solo, aquellas muestras de preocupación dan a saber a cualquiera que a el si le importas, aquellas palabras no eran mentira-
Reita lo miraba atónito, procesaba cada una de las cosas que Kai le había dicho, su corazón latía a mil, juguetonamente Kai le desordenó el pelo al rubio y dijo antes de salir de la habitación.
-Píenselo Akira, el te ama.
No pudo contener el llanto, se odió por haber dudado de las palabras de Aoi, nunca pensó que había hecho todo eso solo por el, se levantó y se dio una ducha, no podía seguir así, salió de su apartamento si antes decirle a Kai que volvería en un rato más.
- y bien… ¿Me vas a decir?- Ruki se sentaba al lado de un triste Uruha quien se encontraba en el apartamento del primero.
- Decirte… ¿Qué?- Tomó despreocupadamente la cerveza que le ofrecía el menor.
-Vamos… lo sabes muy bien Shima.
El guitarrista miraba la nada, con su vaso intacto comenzó a llorar, el vocal lo abrazaba fuertemente, sabía que para el, Aoi era más que un amigo o compañero, lo había deducido hace meses a tras pero no había querido insinuar sus sospechas porque era muy luego como para afirmar algo, suavemente limpió las lágrimas del mayor.
- Deberías tratar de olvidarlo, sé que no es fácil pero sería lo mejor para los dos.
-¡No sé como!, he pasado tantos momentos a su lado que es muy difícil dejar todo en el olvido de un día para otro, nunca pensé que amara a Reita, ninguna vez mostraron interés mutuo, pero… Aoi…, lloraba tanto por él, su preocupación, ¡todo!, ¿Por qué no pude ser yo quien estuviera internado en esa clínica? Que fuera yo por el quien su mente y corazón estuvieran pendientes… ¿Por qué?- lloraba, aún más que antes.
-No digo que sea para mañana pero con el tiempo si podrás, los sentimientos no se mandan Uru, y veo que Aoi no es para ti - Le dio un amistoso beso en la mejilla y lo volvió a abrazar.
-Daría mi vida por ser Akira, aunque sean 5 minutos…- Cayó dormido en los brazos de Ruki quien sorprendido procesaba las palabras que había dicho su compañero.
Tocó la puerta sin respuesta alguna, insistió varias veces más. Un molestoso ruido lo sacó de sus pensamientos, pateó las botellas que se encontraban tiradas en todo el piso del living, se ordenó la ropa y se dirigió a la puerta, se quedó estático en el umbral, quizás por los efectos del alcohol en su sangre estaba alucinando pero unos labios besaban los suyos desenfrenadamente, cerró la puerta tras de si, lo besaba de igual manera, que imprevisto… lentamente sus manos fueron hacía aquella venda que le molestaba en su actuar, la soltó dejándola caer en el suelo, sus manos estaban en la espalda de Reita quien se separó de Aoi para tomar aire pero un intenso olor a alcohol lo invadió, ¿Cómo no se dio cuenta antes?, estaba borracho una vez más y el…, lo había besado aún así, no, no volvería a pasar, esta vez no, se separó completamente del guitarrista, después que se le pasara la borrachera lo olvidaría todo, era mejor así, rápidamente abrió la puerta y se marcho, fue todo tan repentino, no quería ser un vil juguete del mayor de nuevo, caminaba sin rumbo alguno, salió del recinto con la mirada y el corazón perdidos en algún lugar.
Miraba por donde se había ido, estático sin decir palabra, ¿Qué había sido todo eso?, ¿acaso fue verdad o acababa de ver un fantasma de Reita que entró en su apartamento y lo besó frenéticamente?… tomó la venda del suelo, se dirigió a su habitación y cayó dormido, el alcohol le había dado una mala pasada, sin darse cuenta en el sueño soltó aquel objeto de su mano quedando este bajo la cama de Aoi.