Capítulo II: Taion (Temperatura corporal)
-Aki...ra...- apenas pudo pronunciar su nombre su garganta reprimió un grito y sus lágrimas se habían agolpado en sus ojos.- RESPONDEME AKIRA!- lo tomó entre sus brazos, apoyó su cabeza en el pecho de Reita y lo abrazó, tenía miedo, miedo a que lo dejara solo, sus lágrimas empapaban la ropa del menor.
- Llamaré a una ambulancia- Ruki y los demás hacían presencia ante el grito de Aoi, fue el único que pudo reaccionar, Kai y Uruha estaban en completo shock.
-¿Qué... qué le paso?- al fin el baterista pudo articular palabra.
- ¡NO LO SÉ!- tomó un poco de aire y continuo- Cuando entre... el estaba así- respondió Aoi aún con el inconsciente Reita en sus brazos.
Rápidamente se llevaron a Reita de urgencia, y por más que trataron de convencerlo, Aoi no se despegó de el ni un segundo, no quería dejarlo solo e irse en el auto con los demás, tenía que estar en todo momento a su lado.
- ¡Todo es mi culpa!, ¡mi maldita culpa!, si tan solo no hubiera hecho esa estúpida apuesta el no estaría aquí sufriendo- Se recriminaba un alterado Aoi quien se encontraba sentado en la sala de espera junto con Uruha quien lo acompañaba para que no hiciera alguna tontera.
- Calma Aoi, el va a estar bien, no se va a morir ni nada por el estilo- Decía un modo de apaciguar la ira del otro guitarrista.
- ¡Tenía fiebre Uruha!, ¡estaba mal! Como no me di cuenta antes- El moreno tenía sus manos en su rostro.
- No te atormentes más- abrazó cariñosamente a su compañero- Ahora vamos a comer algo o si no terminarás aquí, pero internado- Dijo el castaño quien se levantó y le extendía una mano al mayor.
-No Shima... me quedaré aquí hasta que el doctor venga, quiero estar cuando se despierte- Dijo Aoi a modo de respuesta, lanzándole una mirada para que se despreocupara.
- Esta... bien, estaré en el Café con Ruki y Kai por cualquier cosa- Sin más se marchó, un sentimiento de tristeza lo invadía, acaso... Yuu...
Aoi al poco rato ya estaba dentro de la sala donde tenían a Reita recuperándose, este estaba profundamente dormido en una camilla con varios artefactos que hacían un sonido típico de hospital, los médicos dijeron que por la hemorragia que tuvo y por la fiebre se desmayó, pero que al medio día de mañana lo daban de alta.
El guitarrista se acercó silenciosamente al rubio tomando su mano entre las suyas, sintió la falta de calidez que tenía en ese momento, con su otra mano libre apartó el flequillo de la frente del bajista, suspiró, no podía creer que por su actitud inmadura la persona más importante para el estuviera así, ¿La más importante?, una cruel lágrima surcó su rostro hasta llegar a la comisura de sus labios, se acercó al más alto y depositó con ternura y suavidad un pequeño beso que transmitía todos sus sentimientos, apoyó su cabeza en el pecho del dormido y lentamente cayó también en un profundo sueño, aún con su mano entre la suya.
-¿Dónde está Aoi?- Preguntó Ruki viendo llegar solo a Uruha.
-Se quedó esperando a que pudiera pasar a la sala- contestó con un tono de tristeza en su voz.
- Le va a dar una decaída si no come algo, ya está atardeciendo y no se a movido de ahí- decía Kai mientras comía de su sándwich.
- Lo sé... pero no quiere dejarlo solo, intenté convencerlo pero fue inútil- ya no quería hablar más sobre el tema.
- Ahora come tú, después hablaremos con el- El vocalista se dio cuenta del tono de voz de Uruha, algo pasaba y quería saberlo ahora.
Algo se movió suavemente lo cual hizo que despertara, se refregó los ojos y se dio cuenta que aún estaba al lado de Reita, el se había acomodado en el sueño haciendo que se despertara, pasados algunos minutos sintió como la mano del rubio se movía entre las suyas aflojando un poco el contacto, el guitarrista notó que lo observaban, los ojos de Reita se posaban en los suyos.
-¿Cómo... te sientes?- articuló entre cortadamente palabras el moreno.
El rubio no respondió y dirigió su mirada al frío techo blanco, ese gesto le dolió, sí le dolió en el alma, entendía la indiferencia del bajista, sabía la razón de su actuar, se levantó y le dijo antes de irse dándole la espalda al más alto.
- Sé que estabas sufriendo por lo de aquella noche, lo siento nunca pensé que todo iba a terminar así, cuando te dije eso fue para ponerte celoso, quería que pensaras en mi- hizo una pausa, el rubio estaba completamente sonrojado, atónito ante esas palabras, el moreno continuó-Sabes... el beso que te di esa vez... también me gustó- Salio de la sala sin mirar a tras.
Una vaga y solitaria lágrima escapaba de los ojos de Reita, el..., la persona que amaba declaró sus sentimientos, pero... ¿Qué pasa si estaba jugando de nuevo?, ¿Cómo saber si no mentía?, ¿Si sus palabras eran verdad?, Con estas mil preguntas en la cabeza se quedó dormido nuevamente.