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Penas Sencillas por KakaIru

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Notas del capitulo:

Holaa!! Antes q nada quiero agradecerles x leer este pequeñisimo fic! O_O Iba a decir algo pero lo olvide.... mmm.... Ah sí!!! n_n Ya me acordé! n_n Les iba a decir q este capi salio rapidito pq ya lo tenia escrito, y el ultimo saldra en poco tiempo pues esta casi listo! n_n

En fin, espero q les guste!

Capi dedicado a tod@s l@s fans de esta superlinda parejita!!!

GaaraxLee

P.D.: me acorde d q era lo realmente importante q iba a decir!! Era q las declaraciones en sí no son 'declaraciones de amor' como tal, sino mm... como explicarlo... respuestas a ciertas interrogantes...  bueno, eso lo veran mas adelante... les dejo q lean... n_n 

 

 

 

Vierte, corazón, tu pena

Donde no la puedan ver

Por orgullo y por no ser

Motivo de pena ajena

 

-José Martí-

 

 

_

 

 

Se detuvo al llegar a su departamento temporal. Se acercó a la mesa y se sentó en una de las sillas laterales. Apoyó ambos codos en la mesa y su cabeza sobre ambas manos. Cerró los ojos y dejó que sus recuerdos vagaran, pero cada cosa que venía a su mente le recordaba a aquella declaración recién hecha.

 

Gaara suspiró.

 

De pronto no podía sacárselo de la cabeza.

 

¿Por qué?

 

¿Y por qué Lee se había enamorado de él? Por Dios que Gaara entendía que enamorarse de un ser como él era un acto, sino temerario, un poco suicida. Él se conocía a sí mismo y estaba consciente de que, se le viese por donde se le viese, no había nada en él capaz de despertar amor en otra persona, siquiera algo parecido.

 

En cambio Lee le había dicho que le gustaba.

 

Y Gaara se había sentido confundido y desorientado. ¿Cuántas personas que conociera le habían dirigido semejantes palabras?

 

Decidió no pensar demasiado en ello...

 

Dormir, o al menos descansar un poco, eso estaría bien, pues Shukaku había comenzado a molestarlo y él se sentía demasiado cansado como para hacerle frente. Sólo por esa vez él se permitiría un mínimo de descanso, sólo para aclarar la mente.

 

_

 

 

La noche cayó rápidamente. Lo normal, como siempre la hermosa y blanca luna, el cielo esta vez despejado, ni una nube ni una estrella, los árboles moviéndose cadenciosamente al compás de la melodía del viento. En la villa esa misma melodía acompañada por las risas y frases dichas por los aldeanos. Una bella y adictiva canción. O no, talvez no lo era. Ese cadencioso sonido provenía de uno de los bares de la aldea, esa única noche lleno de shinobis festejando causas que desconocían y que tampoco querían conocer.

 

Tsunade lo había dicho ¿no? Festejar algo que había sucedido hace tiempo y que nadie recordaba, y que quizás ni siquiera existía pero como todos deseaban ese merecido descanso nadie se quejó. Después de todo ¿a quién no le gustaba festejar, estar con los amigos, reír y pasarla bien?

 

A él.

 

Gaara se revolvió en su asiento y se hizo hacia adelante cuando Kankuro pasó demasiado rápido y demasiado cerca de donde él se encontraba.

 

 

En primer lugar, ¿por qué había aceptado asistir a la fiesta? A decir verdad no lo sabía, simplemente había ido y se había acercado a la barra, había pedido algo sin alcohol y sólo estaba ahí, en silencio, aparte de todos los demás pero inconscientemente buscando a alguien con la mirada.

 

Pero a ese alguien... no lo encontró.

 

Dio un sorbo a su vaso y, tan concentrado en sus pensamientos, no prestó atención al sabor de la bebida, que extrañamente había variado. Otro sorbo y luego otro, muchos le siguieron y sus ojos se cerraron de pronto, muy pesadamente. Su cabeza dio vueltas y sus sentidos parecieron embotarse.

 

Trató de ponerse en pie y, a pesar de que se le hacía algo difícil mantener el equilibrio, le pareció divertido moverse de esa forma tan extraña, como si no pudiese controlar su cuerpo y todo diese vueltas a su alrededor.

 

Levantó la mirada y sus ojos  se encontraron mirando fijamente una mancha blanca con un puntito negro. Y de pronto la mancha comenzó a hablar. Gaara le miró, curioso. ¿Desde cuando las manchas hablaban? ¿Y qué había dicho?

 

-Tú también estás borracho...- dijo la mancha, suspirando.

 

Gaara iba a responder. No porque estuviese molesto, realmente él ni siquiera podía entender qué significaba la palabra 'borracho', pero algo dentro de él  le indicaba que debía enfadarse. Pero, haciendo caso omiso de su aturdida mente, bajó la mirada al suelo que, ridículamente, se movía. Gaara parpadeó repetidas veces.

 

Volvió a mirar a la mancha y pudo distinguir entonces los contornos de algo que asemejaba la figura de un ser humano.

 

-¿Qué...?

 

Pero su pregunta se vio interrumpida cuando sintió sus ojos cerrarse pesadamente.

 

"¿Qué me sucede?", se preguntó a sí mismo el pelirrojo. "¿Por qué me siento así? No quiero dormir pero por qué no puedo abrir los ojos. ¿Qué me está pasando?"

 

Y como toda respuesta obtuvo un lejano: "Descansa, Gaara", y se sumió en la divina y atrayente inconsciencia.

 

_

 

 

Lee caminó pesadamente hasta donde provenía la pegajosa música. Sus ojos recorrieron el bar que rezaba, con letras grandes y llamativas: 'Bar de Konoha. El único en la aldea. Debes ser mayor de edad para entrar, sino lo eres ni lo intentes'.

 

Suspiró.

 

¿De qué le valía a él estar dentro con todos los demás si no se sentía de ánimos suficientes como para celebrar?

 

Dispuesto a marcharse de vuelta por donde había llegado una voz lo detuvo.

 

-Lee, ¿estás ocupado?- preguntó el conocido sensei.

 

El aludido negó. ¿Ocupado? No, no lo estaba. En ese instante él más bien quería algo que lo mantuviese alejado de esos pensamientos que indistintamente terminaban concentrándose únicamente en Gaara. No, él no quería pensar más en Gaara y en su rechazo.

 

"No"

 

Recordó ese crudo monosílabo.

 

"No"

 

Sintió ganas de llorar.

 

"No"

 

Y se maldijo por ser tan débil de corazón.

 

-No- se vio obligado a decir, y hubiese preferido responder otra cosa.

 

Kakashi sonrió debajo de su máscara e hizo unas señas al chico indicándole que le siguiera. Se adentraron en el concurrido bar y los ojos de  Lee se abrieron como platos al contemplar esa cabellera pelirroja reposada delicadamente sobre la barra del bar.

 

-¿Qué hace Gaara-kun aquí?- preguntó Lee mirando a Kakashi con algo de enojo.

 

-Tsunade- fue toda la respuesta del sensei, quien simplemente pasaba de la situación como si tal cosa.

 

-Gaara aún no es mayor de edad, no puede beber- le reprendió el pelinegro.

 

Kakashi estuvo a punto de soltar una carcajada pero se contuvo. ¿Lee lo estaba reprendiendo? ¡Si se suponía que el maestro era él! Kami, todo eso era tan gracioso. Pero bueno, él estaba muy cansado, quería llegar a su casa y lanzarse sobre su cama sin miramientos. Pero aún tenía que hacerse cargo de los 'caídos'. Lo bueno es que sólo quedaba Gaara. Bien, si Lee se preocupaba tanto por él entonces que se lo quedara.

 

-Bueno, entonces te pido un favor- dijo el peliplateado sensei en un tono que, ciertamente, no asemejaba a un favor sino a una orden-, lleva a Gaara hasta su casa y hazte cargo de él.

 

Lee se detuvo en seco al escuchar la petición.

 

No.

 

Es que el mundo estaba en su contra ese día.

 

¡Se suponía que él quería olvidarse de Gaara!

 

-Pero...

 

-¿Pero qué?- le detuvo Kakashi- Deja de estar haciendo nada y llévalo a casa. No sé donde diablos se pudo haber metido su hermano...- murmuró antes de abandonar el local.

 

Y allí sólo quedaron Gaara y él.

 

Lee le miró.

 

Un poco alejado el dueño del bar hablaba con algunos de los empleados. Lee suspiró, se acercó a Gaara, lo tomó en brazos y salió rumbo al departamento del Kage.

 

_

 

 

No, el no iba a aprovecharse de Gaara, eso era imposible e impensable. Primero que nada porque él amaba a Gaara y no se iba a aprovechar de su vulnerable situación, y segundo porque... porque... no había segundo, pero de igual forma él tenía que apartar de él esos pervertidos pensamientos.

 

¿Pero desde cuando Gaara se había vuelto tan seductor con sus simples ropas, acostado sobre la cama con las mejillas sonrojadas, los húmedos labios entreabiertos y una de sus manos sobre su pecho, respirando suavemente?

 

Lee sacudió su cabeza.

 

El departamento de Gaara estaba vacío. Su habitación estaba vacía. Allí sólo estaban ellos dos, nadie más. Gaara estaba dormido, borracho, si Lee le hacía algo de seguro ni se enteraría.

 

Lentamente el pelinegro se acercó al otro, quien descansaba cómodamente sobre su cama.

 

Con sus manos acarició los rojizos cabellos, la blanca y tersa piel de sus mejillas, la suavidad de sus labios, y de repente sintió unas ganas inmensas de besarle. Pero se contendría, por supuesto, porque antes que nada Gaara era la persona a la que amaba, además era el Kazekage y merecía respeto.

 

Acercó su rostro al del otro. Contempló el 'kanji' en su frente y suspiró. Cerró los ojos y juntó ambas frentes.

 

El frío de la medianoche comenzaba a inundarlo todo.

 

Abrió nuevamente sus lagunas negras y perdió el aliento al ver frente a él esas gemas azules y frías como el hielo que parecían estudiarle.

 

Se contemplaron largo tiempo. Finalmente, completamente apenado, Lee se hizo a un lado.

 

-Gaara-kun...- su voz sonaba temblorosa y débil- estás despierto... ¿desde cuando?- preguntó completamente sonrojado.

 

El pelirrojo bostezó y contempló a Lee detenidamente.

 

-Hace unos segundos- respondió, y el pelinegro se extrañó por el tono de su voz.

 

-¿Estás bien?- Lee lucía un poco preocupado.

 

-Sí.

 

De repente una idea surcó su mente. Si Gaara estaba borracho significaba que no podía mentirle, ¿o sí? Era algo como que los borrachos no mentían nunca, o los niños o algo así. Pero lo realmente importante era que, si tal dicho era cierto, entonces él podría aclarar sus dudas de una vez y por todas. ¿Estaría bien aprovecharse de la situación? Bueno, tampoco era como que él le iba a hacer algo malo...

 

-Gaara-kun...- le llamó, y el menor de ambos chicos le observó detenidamente-, tú...- estaba nervioso- tú ¿estás enamorado de alguien?

 

Soltó sin más.

 

Cerró los ojos en espera de algún ataque, alguna reacción violenta y agresiva. De seguro Gaara le iba a soltar uno de sus ataques de arena y, cómo mínimo, le hacía un Funeral del Desierto. Pero entonces...

 

-Sí.

 

Y Lee abrió los ojos con suma sorpresa, su corazón latiendo desesperadamente. ¿Había escuchado bien?

 

Miró a Gaara detenidamente. El chico se había sentado en la cama y le dedicaba una mirada cansada y algo fastidiada (talvez por el cariz que estaba tomando la conversación). Aún así hubo algo que llamó la atención de Lee, y fue un brillo inusual en la mirada del otro, pero supuso que se debía a la cantidad de alcohol que había ingerido y que, de momento, lo mantenía desinhibido y dispuesto a hablar sin trabas sobre sus emociones.

 

Con un poco más de seguridad, Lee se animó a hacer otra pregunta...

 

-Y la persona a la que amas es... ¿un chico o una chica?- su rostro estaba rojo cual tomate. De seguro Gaara no iba a responder a eso. Aún así...

 

-Es...- Lee le miró, ansioso, a punto de saltarle encima y apresurarle- es un chico.

 

Y Lee sintió que llegaba a tocar el cielo con las manos. Casi se pone a llorar ahí mismo. ¿Podría ser que Gaara estuviese enamorado de él? Oh, Kami-sama, si eso era cierto él sería la persona más feliz en el universo entero.

 

De pronto sintió que era el momento de hacer la pregunta decisiva. La que definiría su situación en adelante. Inhaló una enorme bocanada de aire, cerró los ojos y se armó de todo el valor que pudo concentrar en su persona.

 

-Gaara-kun- comenzó- tú... ¿de quién estás enamorado?

 

Y espero pacientemente por la respuesta.

 

Hasta que sintió a Gaara demasiado cerca de él, y con el corazón en la mano le encaró. El pelirrojo había juntado sus cuerpos y había colocado sus manos a ambos lados de la cabeza de Lee, de pronto se había acercado a su oído y, con voz lenta y sensual, había comenzado a hablar en susurros...

 

-Yo...- la voz de Gaara hizo que miles de escalofríos recorrieran el cuerpo de Lee- yo estoy enamorado de...

 

Lee sintió derretirse ante la expectativa. Su corazón latía con demasiada violencia y su alma no paraba de moverse dentro de su cuerpo. Lee pasó sus manso por la cintura del pelirrojo y lo abrazó aún antes de escuchar su respuesta. Y Gaara, movido por las acciones del mayor, finalmente lo dijo:

 

-Estoy enamorado de... Naruto.

 

Lee se congeló en su sitio; ojos abiertos; boca herméticamente sellada; lágrimas a punto de caer; corazón detenido; aliento suspendido; manos a ambos lados de su cuerpo; ganas de vivir esfumándose a cada segundo de silencio...

 

Finalmente Gaara se había separado de Lee y le miraba, sus ojos reluciendo en la penumbra de la habitación, en sus labios una sonrisa de superioridad ante el cuadro que tenía frente a sí. Contempló el rostro de Lee, pálido, pero innegablemente triste, más bien desolado.

 

Una pequeña risita.

 

-Lee...- dijo Gaara tomándolo por el mentón y alzando su rostro, el cual Lee había bajado tratando de ocultar sus lágrimas- ¿Qué esperabas?- preguntó con crueldad.

 

Lee no dejó de llorar…

 

¿Por qué? ¿Por qué Gaara había tenido que decir eso? ¿De Naruto? Ahora más que nunca se arrepentía de haber averiguado semejante verdad. ¿Por qué no simplemente se había quedado con su negativa? Ahora sabía mucho más de lo que realmente quería saber. ¡Gaara enamorado de Naruto!

 

Es que la vida era injusta...

 

Más lágrimas cayeron de sus enormes ojos negros.

 

Gaara seguía sonriendo.

 

-¿Realmente creías que podía estar enamorado de ti?- preguntó Gaara, clavando con sus palabras mil estacas en el corazón del pelinegro.

 

Lee permaneció en silencio.

 

Gaara acercó ambos rostros.

 

-Es imposible que alguien como yo llegue a fijarse nunca en alguien como tú- respondió a su propia pregunta-. Eres el ser más horripilante que conozco, eres raro, eres débil, eres un bueno para nada.

 

Ante cada frase el corazón de Lee se desgarraba.

 

Las  lágrimas cayendo como cascadas de sus ojos negros. Horripilante. Raro. Débil. Bueno para nada. ¿Podía Gaara herirlo más?

 

-No me acercaría a ti siquiera para burlarme...

 

Sí, sí podía ser más hiriente.

 

-Pobre Lee, ¿pensabas que yo te amaba? Sin duda alguna te estimas demasiado. O bien me subestimas. Realmente no tengo tan mal gusto, ¿sabes? Me causa repugnancia tan sólo mirarte. Te veo y siento que se me va el aliento, jamás había contemplado a alguien tan desagradable. Aunque no eres tan malo ya que a veces me haces reír, con tus ridiculeces y tonterías.

 

¡Basta!

 

Lee volteó el rostro, herido en lo más profundo. Gaara no sólo lo estaba rechazando, lo estaba insultando, se estaba burlando de él. ¿Por qué? ¿Qué era eso tan malo que le había hecho como para que el otro actuara de esa forma con él? Por momentos... sintió que no se lo merecía.

 

-¿Por qué?- se atrevió a preguntar el mayor, tomando una de las manos que Gaara mantenía sobre su mejilla- ¿Por qué me dices esas cosas tan horribles?

 

El pelirrojo se alejó de él y se sentó sobre la cama. Cerró los ojos y contestó.

 

-Porque te aborrezco.

 

Y esa sencilla frase fue lo último que pudo soportar el corazón de Lee.

 

Lentamente limpió las lágrimas que brotaban de sus ojos.

 

-Entiendo- dijo, y se dirigió a la salida.

 

Gaara le vio marchar. Se tendió a lo largo de su cama y una sonrisa socarrona se instaló en sus labios, unos minutos de silencio y rompió en una fuerte carcajada.

 

_

 

CONTINUARA......................

 

Notas finales:

Holaa!! Sí, ya, me quieren matar/asesinar/torturar y/u/o afines, y yo les pido misericordia!! No quiero morir!! T-T

Además, este fic va a ser GAALEE, nada d GaaNaru, y pues, ya veran pq Gaara dijo eso... aunq d seguro ya se lo imaginan... -.-U

En fin, tengo mucho sueño, son las 3:15 am y a las 7 entro a clases, así q me despido!!

Espero q quieran leer la última delcaracion!! ú_ù

Besotes!!!!! Y muchisimas Gracias x leer!! ^3^ 

P.D.: los reviews q me quedan x responder los contesto cuando salga d clases u_u 


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