Kyouya no dejaba de teclear y capturar datos, mientras pensaba en las palabras de Honey, puede que haya tenido razón, tal vez unicamente estaba confundido, pero no podía evitar sentirse bien al ver a Tamaki y estar con él; entonces... ¿qué era lo que en verdad sentía?
KYOUYA: (piensa): bueno, tal vez luego deba pensar en lo que siento por Tamaki, por ahora solo me importa lograr su perdón. (cerró su computador, y tomó su cartera listo para irse.
KAORU (se dirige a Kyouya junto con su hermano): Kyouya-senpai, queremos decirte que lamentamos mucho lo que ha sucedido, jamás quisimos que llegara tan lejos todo esto (le dice disculpándose)
HIKARU: no estuvo bien que te retaramos a jugar con los sentimientos del señor, hicimos mal, y por eso queremos pedirte una disculpa.
KYOUYA: no se preocupen, de hecho esto me ha servido, me he dado cuenta de muchas cosas, en cierto modo yo les agradezco (les contestó con una agradable sonrisa en seña de que los disculpaba)
GEMELOS: en ese caso, gracias por disculparnos (los gemelos se van felices que de Kyouya no estuviese molesto)
HONEY: adios Kyo-chan, piensa en lo que te dije (se despidió desde los hombros de Mori, quien ya salía)
KYOUYA: si, gracias, Honey-senpai, hasta mañana.
TAMAKI: hey Kyouya, ¿listo para ensayar? (le preguntó el rubio sacando de su cartera el poema.
KYOUYA: ¿ensayar? claro (Kyouya no supuso que Tamaki querría quedarse a ensayar, pero al ver su disponibilidad accidió.)
Luego de haber recitado el poema unas cuantas veces, vieron la hora de marcharse.
KYOUYA: ¿ensayaremos mañana temprano?
TAMAKI: si, hay que llegar media hora antes de que inicien las clases para que ensayemos.
KYOUYA: entonces... ¿ya te irás a tu casa?
TAMAKI: de hecho... yo me preguntaba si tienes tiempo de ayudarme con unos temas de la clase de física, son unas cosas que no entiendo
KYOUYA: claro que tengo tiempo, ¿quieres que vaya a tu casa o quieres venir a la mía?
TAMAKI: preferiría qui vinieras tú a la mía, si no tienes inconveniente.
KYOUYA: claro que no, vamos.
Ya en la casa de Tamaki, se dirigieron a su habitación, donde tranquilamente podrían estudiar.
KYOUYA: Tamaki (le llama mientras tomaban un descanso)
TAMAKI: ¿si?
KYOUYA: ¿me falta mucho para tu perdón?
TAMAKI: (suspira): puedes estarte tranqulo, ya te perdono, no es necesario que te sigas martirizando en conceguir mi perdón, quedas disculpado.
KYOUYA: ¿en verdad?
TAMAKI: en verdad (le responde sonriente)
KYOUYA: ¡gracias! (lo abraza, pero Tamaki no respondió el abrazo)
TAMAKI: por favor, no me abraces (le dice con una voz más frívola)
KYOUYA: ¿Tamaki?
TAMAKI: ya te había dich que tendrías mi perdón, pero el cariño que sentí hacía tí ya ha muerto.
KYOUYA: no es cierto, sé que aún me quieres, y no me daré por vencido hasta hacer que me vuelvas a querer como antes.
TAMAKI: has lo que quieras, yo ya me he resignado a que tú no eres más que Kyouya.
Con una sonrisa, Kyouya salió de la habitación de Tamaki para volverse a su casa; lo que ahora seguía era, como él ya había dicho, reconquistar a Tamaki, costase lo que costase, obviamente no iba a ser nada sencillo.