Todo parecía un sueño para él. Tantas cosas le habían sucedido en tan poco tiempo y simplemente no las pudo controlar.
Necesitaba pensar, aprender, diferenciar entre lo verdadero y lo falso; y pareciera que la tonadita en su mente no le ayudaba. La había escuchado en la alguna parte, pensaba mientras la tarareaba en lo bajo; pero, ¿dónde?
Imágenes comenzaron a cruzar por su mente. Ahora recordaba algo. Lo recordaba a él, a su querido y amado Mimar. Su linda sonrisa y su mirada provocativa, como lo extrañaba. Poco a poco comenzó a recordar más cosas; los lugares que visitaron, los fines de semana en casa, los cumpleaños, las sorpresas, los regalos... el amor que sentía por él.
Todo eso lo recordaba, pero en ese momento todo pareció lejano y un extraño sentimiento le embargó. Sabía muy bien que algo había pasado, pero no sabía qué.
Se recostó un momento. Le comenzaba a doler la cabeza y la misma tonadita seguía zumbándole en la mente.
Cerró los ojos tratando de despejarse un poco, hasta que de pronto, sin darse cuenta comenzó a dormitar.
Comenzó a ver sus pensamientos como escenas presentes a su vista. Vio que algo andaba mal, se percató de la lejanía de su amante durante semanas y un día, sin previo aviso, vio las maletas en la puerta; su amado le dejaba.
Vio la pelea, los gritos, el escándalo; Mimar quería su espacio, su tiempo de experimentar, pero él no quería dejarlo ir. Todo siguió por horas... hasta que por fin la decisión se tomó: Mimar se iría por un tiempo para así poder encontrar su individualismo; después de todo volvería.
Abrió los ojos. Ya lo recordaba. Una tristeza le invadió, su querido y adorado nunca volvió. Se había enamorado de alguien más.
Sintió ira, coraje, impotencia... no podía hacer nada ante la decisión de quien amaba.
No, mentira. Si podía hacer algo y lo hizo. Ahora recordaba donde había escuchado esa tonada de música...
-Estaban en su apartamento cuando los maté -sonrió mientras carcajeaba y comenzaba a descontrolarse- ¡los maté mientras dormían! -gritaba de excitación mientras unos enfermeros lo sometían.
-¿Quién es este tipo? -preguntó una enfermera a un doctor, mientras veía por la puerta de la habitación la escena.
-¿Eres nueva? -preguntó el hombre, y ante la respuesta afirmativa, agregó- Este hombre cometió un asesinato doble, fue encontrado sentado en seguida de los cuerpos mientras tarareaba una canción...
-¡Que horrible!
-Si, y lo peor es que cada 24 horas lo olvida y divaga hasta que lo recuerda y comienza a gritar como ahora...
Los gritos se siguieron escuchando incluso afuera del lugar, donde un cartel en la entrada anunciaba:
"Reclusorio para personas con problemas mentales".