Se encontraba recostado en el sofá del estudio. Su vista estaba fija en el techo, pensando en quién sabe qué cosas, y su rostro mostraba una expresión de cierta preocupación. No muy lejos de él estaba su pequeño guitarrista, perdón, Hiroto; quien se encontraba tratando de escribir algunas canciones para el siguiente single. Lograba escuchar el ruido causado por su lápiz al escribir, las hojas al ser arrugadas para luego terminar en el suelo, y las pequeñas rabietas del joven guitarrista; lo cual le hacía un tanto de gracia.
- “Nee, Hiroppon,… ¿Piensas en alguien en especial cuando escribes?” – Soltó tal pregunta al aire, y sólo se percató de lo que dijo al escuchar un “¿Ah?” sorprendido del pequeño castaño, el cual sólo pudo reír. Logró notar un leve sonrojo en sus mejillas.
– “Pues, la verdad, nunca antes me lo había preguntado.” - Escuchó algo sorprendido, ya que no pensó que le llegara a responder su pregunta, pero permaneció escuchando cuidadosamente y en silencio. – “Pero creo que sí. Alguien muy especial, que siempre está a mi lado, aunque no se dé cuenta. Alguien que no sabe cuanto lo puedo llegar a querer.” - ¿Un chico?, era lo único que lograba pensar mientras continuaba atento a sus palabras. – “Bueno, creo que te estoy aburriendo con estas cosas. No debería haberlo dicho. Perdón” – El guitarrista comenzó a reír; una risa nerviosa, como tratando de ocultar algo.
Soltó un suspiro, poco le importaba ser escuchado por el otro. Cerró los ojos, y continuó sumido en sus pensamientos. De pronto, sintió unos labios sobre los suyos; un beso tímido, tan sólo un suave roce. Abrió los ojos un tanto; muy sorprendido. ¿Su Hiroppon lo estaba besando?, debía ser una mentira, un sueño. Demasiado perfecto para ser real. El pequeño abrió los ojos y se apartó rápidamente, nervioso y con la cabeza gacha.
– “Pe-perdón, yo, yo no debí…”- Por la impresión, no tuvo tiempo de responder aquel cálido beso. Incorporándose, una sonrisa apareció en su rostro. Lentamente se acercó al más joven, hasta tomar suavemente sus mejillas con sus manos. Notó su mirada con cierto dejo de miedo y sorpresa, y fue acortando cada centímetro que los separaba, hasta unir sus labios en un suave beso. El más pequeño, al principio aturdido por tal reacción, pasó sus brazos por sus hombros hasta rodear su cuello, y él suavemente posó los suyos en su cintura. Sentía como las manos del castaño jugueteaban con sus rubios cabellos, mientras él suavemente lo recostaba en el piso. El beso se hacía cada vez más profundo, hasta que por falta de aire debieron separarse.
-“Te amo, Hiroppon.” – Y él sonríe, mirándolo con ternura. – “Hace mucho tiempo ya que guardo estos sentimientos por ti, es sólo que sentía miedo a que me rechazaras…”- Su vista fija en sus ojos, en su sonrisa. El pequeño no imaginaba cuanto lo amaba.
- “También te amo, Shou-kun~” – Dijo sonriendo, y tímidamente lo besó otra vez, transmitiéndole todos los sentimientos reprimidos por tanto tiempo.
- “¡Perdón por la tardanza!” – Se escuchó a un alegre Nao, abriendo de golpe las puertas. – “Eh, yo… yo…” – Comentó un tanto nervioso.
- “Chicos… Eh, debemos ensayar, y ya estamos bastante atrasados.” – Se escucha decir a Tora, sorprendido ante tal escena.
- “Sí, dejen aquello para la noche” – Dijo muy divertido Saga, pasando a conectar y afinar su bajo.
Sólo pudieron reír, y antes de levantarse rozaron suavemente sus labios otra vez.
Aquel sería un gran día.