II Capítulo: Una chica nueva
Todos conversaban mientras esperaban a la profesora de matemáticas.
Ellos fueron al colegio aunque Duo seguía con algo de dolor (acaso creyeron que estando los dos solos en el departamento no iban a hacer nada?), Heero había insistido mucho que se quedara en cama y que él después le prestaba la materia, pero Duo no quería quedarse en casa solo así que se levantó sin prestar atención a cualquier protesta de Heero.
-Estas bien?
-Si, estoy bien.
-Pero, seguro que estás bien?
-Hai.
-Enserio? Estás bien?
-Si! Me has preguntado toda la mañana, desde que veníamos camino al colegio si estoy bien.
-Tienes razón- sonrió tontamente.
Esperen... Heero sonriendo? Si, sonreía y se preocupaba por él. ‘Que pasará si le tomo la mano?...’ sin pensarlo dos veces le tomó la mano haciendo que Heero se pusiera rojo como tomate. ‘Jejeje esto es entretenido’ pensó... ‘y si le doy un beso delante de todos?’ se fue acercando despacito, despacito hasta quedar muy cerca de su boca pero...
-Chicos, hoy tenemos una nueva compañera en el curso- la voz chillona de la profesora le interrumpió sus intenciones.
-Hola, soy Hilde, mucho gusto.
-Ella es venida de la Tierra, ojalá la traten acogedoramente para que se sienta como en casa, muy bien Hilde... siéntate...
-Que le parece allá detrás del joven con trenza? Parece no haber nadie...- se fijó inmediatamente en Duo, el chico era muy bonito.
-Si, buena idea.
El uniforme constaba de una faldita corta que dejaba ver las bonitas piernas de la niña, la blusa ajustada a su cuerpo dibujaban las curvas de la muchacha, tenía ojos azules y cabello corto, era muy bonita, y todos los chicos se dejaron encantar por ella.
-Si, es muy bonita, pero si se ha de enamorar de alguien lo hará de Duo...- se escuchó un comentario, este comentario hizo sonreír a Hilde, pero Heero y Duo se sintieron incómodos.
‘No permitiré que esa niña se acerque siquiera a mi Duo’ pensó Heero con un brillo de muerte en sus ojos.
-Hola, soy Hilde, y tú como te llamas?
-Yo...
-…l se llama Duo...- si las miradas hubieran sido dardos se deberían dar Heero y Hilde por muertos.
-Ah, Duo, que lindo nombre, mucho gusto.
-Si, para mi también es un placer.
-Hn- gruñó Heero.
Durante la clase ninguno pudo poner atención, entre las miradas de odio de Hilde y Heero, y Duo que intentaba hablar para que el ambiente no fuera tan tenso.
-No saco nada hablando... no me prestan atención... o sea Heero nunca me prestó atención, pero ahora empeora las cosas que esté mirando a Hilde de esa manera.
-Ay! Duo, se me calló el lápiz, podrías pasármelo por favor.- dijo dulcemente Hilde, sacando a Duo de sus pensamientos.
-Si claro...
-Yo lo haré- Heero se agachó y le pasó el lápiz a Hilde.
-Gracias- dijo casi mordiendo al soldado estoico.
Tocaron a recreo, ‘uf, por fin’ pensó Duo creyendo que las cosas mejorarían, la verdad es que fue muy ingenuo.
-Duo acompáñame a la cafetería, tengo frío y quiero un café y tal vez algo para comer- dijo Hilde colgándose del brazo de Duo.
-Si... pero...- miró a Heero para ver si daba su consentimiento y como esperó que fuera Heero se metió al medio de los dos, separándolos.
-También voy con ustedes, sería bueno tomarme un café.
-Quieres uno?- invitó Hilde tomando al norteamericano del otro brazo.
-No, yo te invito- dijo Heero volviendo a separarlos, ese show se extendió hasta la cafetería y de vuelta a la sala.
Cuando llegaron al departamento Duo se tendió en la cama, estaba tan cansado... le llamaron la atención 6 veces por culpa de ese par, no puso atención en ninguna clase... aunque nunca ponía atención, dejémoslo como que esta vez no pudo dormir en clases y aparte fue el centro de atención de todo el colegio y lamentablemente no como le gusta serlo, si no lo fue por el teatro que montaron sus amigos. T.T
-No me agradó esa muchacha, no me gusta como te mira- maldito comentario.
-No, si no me di cuenta- dijo un sarcástico Duo- la próxima vez que estés celoso por favor que no se te haga tan notorio.
-Yo no estaba celoso.
-No? Y que fue eso de que no me dejaras ir solo con Hilde a la cafetería?
-Es que te tenía agarrado del brazo y a mi me molestó eso, además la forma que te mira...
-Y eso no son celos?
-Bueno... yo...
-Yo responderé por ti, si, son celos.
-Duo... estás enojado?- susurro preocupado Heero.
-No... sólo cansado. -_-
Cerró los ojos, esperaba dormir toda la noche, entre Heero y esa niñita le habían hecho el día muy pesado.
Sintió como unas manos fuertes y tibias masajeaban sus hombros, esto lo relajó mucho, dejó que le quitaran la camisa y le untaran un poco de relajante muscular, para hacer más efectivo el masaje.
Esto dejó a Duo casi al punto de dormirse, pero mientras esas manos bajaban por su espalda, él se iba excitando ‘no... ahora no que estoy tan cansado... abajo chico, abajo...’ se decía, mientras su miembro de erguía en forma de victoria a su autocontrol. Empeoró la situación que esas manos que antes masajeaban ahora lo atraparon en un fuerte abrazo y unos labios decididos comenzaron a besar su espalda.
No tenía fuerzas para negarse, cada beso, cada caricia lo excitaban aún más, las manos bajaron a su pantalón y hábilmente lo desabrocharon y bajaron junto a la ropa interior, dejándolo completamente desnudo. Heero lo levantó y lo hizo sostenerse en sus piernas, Duo sintió un dedo que lo invadía, entraba y salía echándole una especia de lubricante, al parecer Heero no quería arriesgarse que Duo sufriera lo que había tenido que sufrir esos últimos días. Luego metió dos dedos, haciendo gemir a Duo, esto provocó que apareciera en los labios del japonés una sonrisa. Metió tres dedos, Duo ya no aguantaba más.
-Por favor... ah, te quiero dentro.
-Misión aceptada (’)
Penetró completamente a Duo, lo extraño que este no gimió con dolor, sólo con placer, esto agradó a Heero.
-Estás bien?
-Sí... por favor, continúa...- dijo entre gemidos.
Duo abría lo más que podía sus piernas para recibir plenamente a Heero y este aumentaba cada vez más el ritmo, era necesario, lo desfavorable del lubricante es que disminuye el roce y ambos lo sintieron.
-Vamos, más... más fuerte... más...
-Ay! Duo... sí...
Heero tomó el miembro de Duo masajeándolo y bombeándolo al ritmo de sus arremetidas, cada vez más violentas, más fuertes y rápidas.
El japonés sentía que él ya venía, pero a su compañero le faltaba algo para llegar al clímax, decidió esperarlo hasta que sintió ese líquido tibio en sus manos, acompañado de un grito ahogado por parte de Duo, luego vino él.
Salió lentamente de Duo, se alegró que este no le hubiera dolido, pero de todas maneras estaba preocupado.
-Te duele?
-No... tranquilo, esta vez fue sin dolor- le sonrió agotado.
-Que cansado estás- lo acurrucó en sus brazos y los tapó a ambos.
-Todo es culpa tuya y de Hilde...
-Lo siento, pero odio que alguien más te mire con otros ojos.
-Celos amor mío, celos- diciendo esto se durmió.
-Si, celos... y es por que te amo...- también se durmió.
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