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Shining Over You por Yoru Eiri

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Notas del fanfic:

Ok, es algo que se me ocurrió mientras llovia, así que no esperen nada bonito

Notas del capitulo:  Para un mayor deleite del mismo, escuchen la canción "Shining Over you" de Hyde
 “Siempre pensé que los días lluviosos como este me deprimían de sobre manera; siempre que veía por la ventana sentía que un sentimiento de tristeza me embargaba lentamente y me despedazaba, luego me daba cuenta de que no era la lluvia, sino los gritos de mi madre. Lo se, es algo muy tonto.”  Seguía escribiendo frente a su escritorio, no había caso en mirar afuera porque la densa lluvia no le dejaba ver nada más que agua y hojas meciéndose.   “He escuchado que el clima se está volviendo loco, y creo que es algo muy acertado. Estamos entrando a Octubre y llueve como si fuera Junio. Pero, lo comprendo, aquí en Japón llueve a diario.  Últimamente he pensado mucho en ti, me pregunto si vendrías a visitarme? Pero, bueno, cambiaré el tema... Hablé con Megumi la semana pasada y me dijo que le está yendo de maravilla con su nuevo esposo, y en verdad me alegra que al fin haya podido consolidar una familia. Y es que ella era demasiado para mi; yo parecía su hijo adolescente, no lo crees así? Pareciera que fue apenas ayer cuando decidimos hacer la farsa juntos; disimular que nos habíamos casado para después romper en un misterioso divorcio, apuesto a que tu también te divertiste mucho en esa época”  Miró de nuevo la densa lluvia.-Si tan solo...- suspiró pausadamente. Para volver al trabajo que estaba haciendo. Escribía una carta, pero también escribía una canción, algo triste de contenido religioso y reclamos hacía Dios. -Si tan solo... Había hojas de papel tiradas por todo el estudio. Un espacio enorme para una sola persona. No había nada peor que la soledad que sentía en ese momento. “Hoy es tu cumpleaños, y quiero darte algo especial. Como todos los regalos que me has dado en mis cumpleaños desde que nos conocimos. Aún guardo esas extrañas fotos que tomabas en las vidriarías y en los templos góticos; las atesoro demasiado. Quizá cuando muera podré hacer que me quemen con ellas para irte recordando en mi camino al más allá, si es que hay. Me levanté temprano para escribirte esta carta, lo sabías? Deberías apreciarlo porque sabes que no soy una persona que guste levantarse temprano. Iba ir a visitarte, pero me agarró la lluvia y entonces decidí escribir la carta aquí. Porque te consta que siempre escribo la carta cuando estoy contigo; pero hoy será una pequeña excepción”  Dejó de escribir la carta para tomar un poco de café negro; hacía frío en las afueras por eso debía calentarse de alguna manera.  Escuchaba un disco, uno de los que más le habían agradado mientras grabó con su grupo de rock: Heavenly. No es que fuera su favorito, pero adoraba escuchar esas canciones cuando se sentía de esa manera. Todas esas canciones, no, más bien todas las canciones que escribía eran para Tetsu; todas las había escrito pensando en él; unas resultaban de días románticos, otras de peleas sin sentido y otras simplemente porque se sentía tan enamorado. Desde la primera vez que lo había visto, se había enamorado de él, y nadie más lograría hacer lo que hacía Tetsu. “Creo que la lluvia está cumpliendo su cometido... me estoy deprimiendo. Pero si abro un álbum y me pongo a ver nuestras fotografías, me pongo feliz de nuevo.  Nunca he sido una persona que se deprima fácilmente, no me gusta hacer que los demás se preocupes por mi; bueno, solo me gusta que tu te preocupes por mi, porque siempre haces lo imposible para que vuelva a sonreír. Nuestra relación es la mejor que ha existido en el mundo artístico, en serio, mira que si nos comparamos con Brad Pitt y Angelina Jolie, nosotros somos como el monte Everest mientras que ellos son solo un montoncito de tierra.  Nunca jamás quiero dejar de amarte, te amo lo suficiente como para hacer hasta lo imposible, justo como tu lo haces por mi”  La lluvia comenzó a calmarse, pero aún había nubes en el cielo.  Escribió un pedazo de la canción que estaba a un lado de la carta; ya estaba terminada, solo hacía falta la composición. -Si tan solo... Pensó en que tal ves Kaz le ayudaría con la composición, así que no se alarmó con eso; mejor siguió escribiendo la carta que tenía frente a si mismo. “Es maravilloso mi trabajo en solitario, no digo que sea mejor que el de L’Arc-en-Ciel, pero definitivamente el nuevo disco será el mejor que he sacado hasta ahora. Se que no te gusta mi voz exageradamente rasposa en mis producciones en solitario, pero es que no hay nada que pueda hacer al respecto. Pero ve el lado bueno, ¡dejé de fumar! Se que eso te va a dar mucho gusto; esta semana lo decidí, dejaré de fumar solo porque a ti te molesta, y se que siempre que voy a visitarte te molesta que tire las cenizas por allí e inunde el lugar con el aroma del cigarro. Así que ya no más cigarro por mi bien y para complacerte en todo lo que quieras. Mi nuevo single se trata de ti, no te preocupes, no es tan aburrido como tu... era una broma. Vamos, será algo empalagoso y cursi; y después me van a preguntar todos: ¿A qué chica le escribió eso Haido-San? ¿Quién es el amor de su vida ahora? ¿Regresará con Megumi-San? Y yo simplemente les voy a contestar con una sonrisa y la boca cerrada. Siempre hago eso y mira que funciona. No como tu que siempre quieres dar explicaciones de todo lo que pasa a tu alrededor. Por eso, una que otra vez estuvieron a punto de descubrir nuestra relación. Menos mal que siempre estoy contigo y se que contestar”  Ya era la tarde, y el sol no se asomaría en todo el día, el cielo nublado lo afirmaba. -Si tan solo...- volvió a suspirar. Se puso de pie y recogió un par de cosas tiradas en el suelo para después dirigirse a su habitación. Se le haría tarde si no se daba prisa. Apagó el equipo de sonido y dejó de escuchar su música. Buscó un abrigo en su closet para salir a visitar a Tetsu, ya que era su cumpleaños y no lo podía dejar solo. Ya con el abrigo revisó por última vez el lugar, y antes de irse miró la fotografía que tenía a lado de su cama. Una fotografía de cuando tenía veintiséis años; estaba a un lado de Tetsu, ambos con el cabello largo y rojo, los dos parecían tan felices uno al lado del otro tomados de la mano. Claro que había tenido muchísimo cuidado con esa foto, si alguien de la prensa la viera, de seguro se armaría un caos. Ya con esa hermosa imagen en su cabeza y con el extraño cosquilleo en el estómago, volvió a su estudio para recoger la carta a medio escribir y la pluma con la que siempre escribía. Salió de su departamento y se colocó sus anteojos negros; nadie debía saber que era Hyde el que salía de ese lugar simplemente para encontrarse con su amante prohibido. Ya en su camioneta aceleró impaciente, miraba el reloj y se daba cuenta de que era ya más tarde de lo acordado.-Si tan solo...- solo decía eso; había acostumbrado decir eso, tan solo ese día. Frenó al momento en que miró el alto y retomó la escritura de su carta. “Mira que ya salí de mi departamento, ya voy para allá; no quiero que te sientas solo sin mi. Estaba viendo una foto de cuando grabamos el video de “Vivid Colors”, en verdad que nos veíamos bien y jóvenes, nada varoniles, pero lo importante es que nos amábamos con pasión. Y claro que con locura también. Porque en aquella época hacía cualquier cosa en los conciertos para estar lo suficientemente cerca de ti.  Recuerdo cuando te dije que te amaba y tu me dijiste que lo pensara; pasaron los meses y yo seguía pensando lo mismo hasta que accediste a darme una oportunidad y mira como terminamos.  Ken siempre nos miraba como bichos raros hasta que se acostumbro a que siempre andábamos de la mano”  Dejó la carta a un lado y aceleró, no quería llegar tarde, pero tampoco quería dejar la carta inconclusa.  Pensaba siempre en el pasado, quizás porque ya estaba envejeciendo. Eso decía la gente, que cuando uno envejecía recordaba el pasado. Pero él siempre tenía presente el pasado. Desde que Tetsu le había pedido que formara parte de una banda que apenas comenzaba a formarse y aceptó sin hacerse del rogar porque sintió amor a primera vista. Rió al recordar esas escenas, le gustaba recordar que antes había sido joven y no le importaba para nada lo que la gente hiciese o pensara. Ahora, todo eso le importaba, porque ya no era un niño con delirios de cantante, ahora era un artista muy reconocido en todo el mundo. Y aunque quisiese viajar al “Neo Universe” no podía escapar de esa vida en donde tenía que esconderse. Darle la mano a Tetsu por debajo de la mesa, pedir cuarto con camas separadas aunque solo se usase una, besarlo en la oscuridad del Tokyo Dome cuando las luces se apagaban, salir de paseo con unos enormes lentes de sol y una gorra, bañarse cuidando que nadie lo viera e inclusive ir al súper disfrazado de señora; varias veces había hecho eso, y si funcionaba. Estaba a punto de llegar a su destino, le tocó un alto de nuevo y se puso a ponerle fin a su carta. “Ya voy a llegar... te traigo un ramo de flores que de seguro te va a gustar porque yo lo escogí ayer en la noche. Simplemente terminaré la carta deseándote lo mejor, ojala y nunca olvides todas las cosas por las que hemos pasado, y también quiero desearte un feliz cumpleaños aunque yo sea más viejo que tu. Voy a terminar la carta como la termino cada año. Te amo, y nunca dejaré de hacerlo.  Hyde”  Aceleró de nuevo y llegó a su destino; parecía que las nubes no iban a moverse de lugar, pero aún así él se quedaría allí todo el día, porque era lo que acostumbraba hacer. Estacionó la camioneta y salió de ella con la carta y un ramo de flores en la mano.  Caminó a paso lento por el gran campo desierto. Solo fijaba su vista en un solo lugar.-No matter how far away you are…- cantaba aquella canción que había compuesto hace ya algunos años- I’ll be there, high up on the moon... Caminaba, simplemente caminaba por aquel campo por el que siempre caminaba para encontrarse con él.-Shining Over you...- terminó la frase con un gran dolor en el pecho. Y finalmente llegó al lugar a donde siempre llegaba para encontrarse con él; y allí estaba Tetsu esperándole.-Te traje flores- mencionó al momento en que se las entregaba con la mirada baja- también escribí tu carta... lamento haber llegado tarde Puso la carta con las flores; seguía con la mirada baja, no quería verlo, no quería hacerlo, aún le dolía.-Si tan solo...- volvió a suspirar con todo el dolor de su corazón-... si tan solo estuvieras aquí. Y finalmente soltó el llanto que siempre guardaba cuando lo recordaba; se arrodilló de nuevo frente a esa tumba que yacía a sus pies con el rostro entre sus manos.-Si tan solo no te hubieras ido... El tan solo recordar el accidente le partía el alma; recordar sus últimas palabras y saber que jamás volvería a sentir la protección que sentía cuando le abrazaba o besaba.-Sayonara... Sayonara- volvió a cantar la canción mientras lloraba- Sayonara Tetchan.. Fin         
Notas finales: Acepto toda clase de comentarios; no sean muy rudos, puesto que es mi primer fic de laruku

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