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“Cuando No Es Como Debería De Ser”
Después de cinco días de estar ciego, embarazado y desmemoriado, extrañamente se sentía bien… Conocía a algunas personas, que según tenía entendido y por lo que había visto, eran sus amigos. Hermione, Blaise, Ronald, Marcos y Darikson. Sentía los suaves rayos de sol sobre su piel por lo que se permitió mostrar una tonta sonrisa al tiempo que olfateaba una colonia con un olor parecido al de la madera. Dejo que el ahora desconocido pasara mientras el se hacía el dormido sentado en el mullido sillón enfrente de la ventana y de espaldas a la puerta.
No se preocupo ya que Hermione le había dicho que solo personas de su entera confianza podían pasar al cuarto, ya que su magia inconcientemente había creado un campo de energía, y que por eso también se sentía muy cansado, mientras que Darik le buscaría “donadores”, cosa que no entendió pero tampoco se la dio a conocer a la muchacha, prefería preguntárselo al policía.
Una segunda presencia hizo que abriera lo ojos de forma lenta captando el suave y casi imperceptible olor a violetas del recién ingresado.
Ambos se pararon a un lado suyo, mas sin embargo no dijeron palabra alguna, cosa que el tampoco hizo manteniendo los ojos entrecerrados. Se levanto con cuidado del sillón y se recargo un poco en la pared junto a la ventana que tenía enfrente haciendo que solo la mitad de su cuerpo se iluminara mientras la otra parte se sumía en una oscuridad casi irreal.
-Hola Draco, mi nombre es Remus Lupin y la persona que esta conmigo es Theodore Nott.- Draco camino recordando de forma mental los pasos que lo alejaban de su cama, para cuando llego a ella se recostó con suavidad dejando que sus ojos brillasen de forma extraña al encontrarse, sin saberlo, con la figura del licántropo.
Un fuerte dolor provino de su vientre al mismo tiempo que imágenes inconexas llegaron a su mente provocándole un tremendo dolor de cabeza que lo obligo a sentarse de manera abrupta sorprendiendo a sus dos acompañantes, mientras de sus labios empezaban a salir pequeños gimoteos solo dejando salir una frase completa de su boca.-Alguien traiga rápido por Granger.
Este salio rápido por la puerta mientras el licántropo empezaba a pronunciar lo que parecía latín.
Otra ola de imágenes le llego nuevamente, pero esta pereció detenerse en una imagen en específico que provoco que Draco cayera en la inconciencia.
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Se encontraba acostado en el piso oyendo una canción de un grupo llamado Cold Play, o algo por el estilo cuando un peso extra lo saco abruptamente de sus pensamientos, la cabeza de su “invitado sorpresa” descanso sobre su pecho.
Triste…
El ambiente era tan triste, se suponía que estaba con él… ¿entonces porque estaba tan triste?
Abrió los ojos con algo de pesadez encontrándose con la verde mirada, la suave piel tostada, los mechones largos de cabello negro y los labios rozados además de la cicatriz en su frente con la tan famosa forma de rayo.
Harry Potter, el salvador del mundo mágico, El niño que vivió, El chico dorado, San Potter… estaban ambos juntos y eso que supuestamente él era su segundo mayor enemigo.
Ahora era el primero después de la muerte de Voldemort, además de ser el único Malfoy con vida, el príncipe Slytherin, Hurón y un traidor a los sangre pura que por así decirlo eran alguna especie de renegados para las familias que aun a duras penas se mantenían, enamorado de su “acérrimo” rival Harry Potter, sentía que algo le apretaba en su pecho, era algo muy doloroso, y por alguna razón no se atrevía a decírselo a Harry.
“Harry”, que lindo sonaba. Un beso de esos deseables labios y se sentía como si de repente ya no tuviera ninguna defensa, ningún secreto, a pesar de que eso no era del todo cierto, pero en vez de serle agradable le provocaba una angustia terrible que de forma lenta le aguijoneaba el pecho.
Cerró los ojos dejándose llevar, para sentir el pesado cambio de ambiente y encontrarse tirado en el lodo, sin Harry encima y con la túnica negra completamente manchada de sangre que se perdía en la oscuridad de la noche y de la propia tela, algunas manchas eran suyas, las otras de mortifagos, aurores o criaturas y uno que otro extraviado muggle o squib, el cuerpo lo sentía pegajoso y se levanto de su lugar esquivando una maldición que se dirigía a su pecho obligándolo a ponerse de cuclillas.
Su mirada plateada se topo con una café que lo miraba desde el otro extremo del campo.
Era una chica.
Sabia que la conocía pero su nombre no aparecía en su mente, la chica de unos 17 años, de cabellos rojos y rostro con pecas llamaba extrañamente su atención. Tenía un fuerte lazo con ella lo sentía, pero no sabia exactamente de que o por que, aunque era algo muy fuerte. Estaba enamorado de ella… pero había algo más, algo que se reflejaba en la mirada de ella, algo especial, algo como…
… Como que un mortifago se le estaba lanzando encima y el no lo había notado, el mortifago lo petrifico con rapidez haciendo que Draco se obligara a notar que en realidad no quería hacerle daño… lo esta deteniendo, era como si hubiera recibido ordenes de no dejarlo ir en ayuda de la pelirroja… y Draco no dudaba que fuera eso… pero ¿quién?
Vio a un grupo de mortifagos, sería algo más que una docena, que lanzaban todo tipo de hechizos a la pelirroja, pero pronto se vio enfrascado en una pelea, en la que intento de no perder de vista a la muchacha, intento levantarse pero su cuerpo no le respondía, presentía algo… algo muy malo, y como si lo hubiera convocado con el pensamiento un rayo de tonalidades azules atravesó el campo desde su espalda derribando a la muchacha y haciendo que los mortifagos que seguían de pie se retiraran al ver que no tenía caso ensañarse con el cuerpo.
Por escasos segundos se quedo como piedra… su corazón parecía haberse detenido y las lágrimas se agolpaban en sus ojos. El mortifago que parecía estarle cuidando cayo al piso fulminado por un rayo verde que no dudo fuera un Avada, pero el no se percato de quien lo había lanzado en ningún momento. Su mente pareció recobrar la conciencia y rápido miro en dirección del cuerpo boca abajo de la pelirroja y sin pensarlo dos veces, corrió.
Corrió tan rápido como pudo hasta llegar a donde ella estaba, ignoro hechizos y no supo por milagro de quien pero llego sano a donde se encontraba ella, vomitando sangre con lo que seguramente serían parte de sus órganos internos, por los pequeños trozos que sobresalían del espeso liquido rojo. La abrazo por la espalda con suavidad que la pelirroja correspondió con una amorosa mirada, mientras expulsaba todo en el piso fangoso apoyándose débilmente en sus manos.
La abrazo con un poco mas de fuerza, volteando el cuerpo de la pelirroja hasta dejar la pequeña espalda recargada en su pecho, sin importarle que ella siguiera vomitando los restos de su interior encima de él, mientras, como un eco lejano escuchaba el nombre de “Ginny” incontables veces hasta que reacciono dándose cuenta que era el quien pronunciaba ese nombre de aquella manera tan desgarradora, como cuando alguien pierde lo mas valioso.
Y de cierta forma sabía que lo era…
No sabía por que, pero sabía que lo era…
El pequeño gemido de la muchacha capto nuevamente su atención, mirando a sus ojos cafés con preocupación y miedo.
-Cuídalo.-Los ojos de la chica se cerraron mientras el sentía un terrible dolor en el pecho junto con un gran impulso que lo mando de espaldas contra el lodo siendo lo ultimo que viera, una muchacha a poca distancia de él, de cabellos dorados, con piel pálida manchada de sangre con algunos cortes profundos en su cuerpo cubierto por unos jeans de mezclilla y una camisa de color fucsia, sin túnica alguna y una aterrada mirada celeste, siendo atacada por un hombre lobo quien en un rápido movimiento mordió el cuello haciendo que se desangrara de forma acelerada al tiempo que se convulsionaba, el hombre lobo la miro con aburrimiento tirándola al piso como si de una muñeca de trapo se tratara.
-Hermana…
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Despertó sudoroso y con la respiración hecha un caos mientras intentaba no llorar cosa que no logro ni un poco siendo abrazado por el hombre que había dicho llamarse Remus que inmediatamente identifico por el característico olor de su colonia.
-Tranquilízate, Hermione dijo que no debías de ponerte nervioso ni mucho menos, yo fui uno de tus profesores en Hogwarts, además de que soy, o mas bien fui el padrino de Harry y también el de tu hermana.- Draco contuvo el aliento mientras recordaba de esa horrible escena.
-¿Cómo…?-Remus no supo a que se refería hasta que Draco, tomando aire de nueva cuenta puedo continuar.- ¿Cómo murió Potter? Y quiero toda la verdad.- Remus se mantuvo en silencio meditando si decirle o cambiarle el tema.
-Draco, yo… no puedo, lo siento…
-No me importa.- El rubio cambio su rostro a una expresión enojada.-O me dices como se suicido dejando a mi hijo sin padre o te largas y no regresas nunca, y no me va a interesar nada que ver contigo.
-Esta bien, te diré de que manera…-Draco puso especial atención a todas y cada una de las palabras calmadas que salían de la boca de su ex-profesor, esperando ansiosamente la revelación.-Se corto las venas e invoco un hechizo para hacer que cada una de las gotas de sangre en su cuerpo salieran dejando de esa forma su cuerpo seco, según el medico debió de haber durado una cinco o seis horas desangrándose estando aún conciente.
-¿Y que paso con su esposa?-Su profesor se quedo callado al tiempo que una enojada y algo irritada voz ingresaba al cuarto junto con un sonido de tacones en pasos seguramente elegantes, por la distancia que abarcaban, interrumpiendo de esa manera cualquier tipo de respuesta del licántropo.
-Draco Malfoy. Cuando me dijeron que estabas aquí no podía creerlo, pensé que ya estabas muerto pequeño bastardo.- Remus la miro con desprecio mal disimulado mientras que Draco se sentaba en la cama siendo atraído por el leve arrastrar de palabras que simulaban enfado e indignación, aunque muy en el fondo se apreciaba alegría y preocupación.
-Señorita Parkinson será mejor que no se retire, como vera el señor Malfoy no esta en estado ni de soportar su presencia ni mucho menos sus comentarios.- Draco se levanto lentamente, siendo auxiliado de forma inmediata por el licántropo mientras la rubia bufaba molesta caminando a donde su ex compañero sujetándolo por la cintura retirando los brazos de Remus mientras lo sentaba a un lado de la ventana en el cómodo y mullido sillón.
-Inútil, pensé que ya estabas muerto y eso no se le hace a Pansy Parkinson.-El rubio se recargo en el respaldo alto mientras recargaba su rostro sobre su mano izquierda mostrándose pensativo y curvando sus labios en una sonrisa misteriosa y muy familiar para la Sly.
-Muy razonable tu comentario, ya que de cierta forma estoy muerto… pero querida Pansy… de cierta forma me agrada tener a una víbora a mi lado.-La rubia sonrió al igual que el rubio, mientras Remus observaba semi aterrado (Slytherins… y Griffindors… como que no cuadra mucho, así que el que Remus aprecie este modo de comunicación es algo muy raro) la rápida conexión que ambos habían hecho apenas cruzaron palabra, al tiempo que Zabini y Theodore ingresaban a la habitación mientras Darikson se mantenía en el marco de la puerta con los brazos recargados en el pecho y la mirada fija y ausente en un punto vacío de la habitación.
-Remus, Hermione te esta esperando en su consultorio dijo que no te tardaras.-Remus salio de la habitación dejando a los cuatro Slytherins y al policía que paso cerrando la puerta tras de si, y no hablo de nuevo hasta asegurarse de que solo había cinco personas en la habitación.-Ustedes tres salgan, Draco y yo tenemos que hablar.- Los tres asintieron y salieron de la habitación volviendo a cerrar la puerta, el policía se acerco a Draco hasta tenerlo a poca distancia y con aire confidencial le dijo.-Draco, voy a convocar magia elemental, esto ayudara a que recuperes con mayor rapidez tu memoria pero no recordaras nada de lo que te he dicho y te voy a decir en estos quince minutos ¿de acuerdo?…-El rubio asintió mostrando un poco de duda en su rostro.
-¿Si eres un Muggle como vas a hacer eso?... tengo entendido de que no tienen magia…- Darik le acaricio los cabellos mientras recargaba su otra mano en el notable estomago del rubio, y cuyo bebe respondió con un suave movimiento, quien sonrió ante el gesto.
-Draco… ah, si tuvieras todos tus poderes y tus recuerdos sabrías que no soy lo que digo pero tampoco soy lo que parezco. Aunque tampoco te lo puedo decir, al menos de momento, sabes en el fondo que te quiero mucho, que amo a la criaturita que llevas dentro sin siquiera haberla ya conocido, y que daría la vida por ustedes si fuera necesario.-Las palabras sonaban tan llenas de amor y ternura que Draco no pareció creerlo ya que parecía que Darik le tenia un tipo de devoción o amor enfermizo que le gustaba mucho, ya que en estos días y sin la aparición de su “acosador” solo contaba con palabras amistosas o cariñosas.
Además, que Draco había analizado el comportamiento de sus demás… ¿amigos?, escasos conocidos hallando que la mayoría solo le tenía algun tipo de aprecio… o al menos solo eso demostraban, así que las palabras amorosas del policía, y las numerosas muestras de amor por su pequeño (Draco presentía que era varón) le abrían un nuevo mundo que lo hacía sentir muy cómodo solo sabiendo que contaba con su presencia.
-Darik… tal vez esto te suene un tanto extraño, pero… me gustaría que tu me vayas explicando todo esto, por que la verdad no lo entiendo.-El policía le dio un suave beso en la nariz mientras sonreía con alegría, sin importarle que el rubio no lo viera, ya que tener la confianza del Malfoy, aseguraba que sus pasos iban por buen camino.
-Después de esto, te juro que te vendré encajando cada una de las piezas. Me iré por un tiempo, necesito hacer algunas cosas, pero ya tengo todo preparado para no dejarte solo ¿ok?- Draco no dijo ni demostró nada.-Bien es hora… solo necesito que estés tranquilo… y por mas que duela, no te desmayes…
Draco asintió y apretó con fuerza los dientes ante la primera oleada de dolor que azoto su pecho.