Decirle adiós… con esa mirada tan desdichada… mirándolo entre sus cabellos de color único, sus ojos posados en el, con unas ganas inmensas de llorar, conteniéndose por dentro, mas dolor, mas deseo, un amor mas que deberá desechar. Escucha los gritos de Alberto y solo lo mira por encima del hombro. -CONDE!! CONDE!!- Finalmente el silencio, la pesadez… camina hasta el sillón y se sienta, soltando al fin, pequeñas lágrimas… “Ha llegado el momento… Edmond…” Su llanto se vuelve una risa histérica, psicópata y escalofriante, asustando incluso a su mas fiel servidor, ha dejado de ser el mismo un poco mas. Otro pedazo de Edmond se ha perdido y algo más de Gankutsuou se ha posesionado de su cuerpo. “Te amo…
Te amo tanto que dueleTe amo tanto que me mata” Fin