En una habitación (mas parecido a un salón de espectáculos), se escucha una melodía triste y angustiada, sin deseos de vivir. Se alcanza a ver un gran ventanal que permite la entrada de la luz del sol, también se puede apreciar la figura de un hombre, alto, cabello y ojos de color castaños, demuestra seriedad y frialdad, esta parado al lado de un piano.
Pero… ¿Quién toca esa melodía tan triste?, es un niño de 10 años, cabello plateado, de apariencia delicada…
De pronto se oye una interrupción por parte del hombre mayor…
-Yuri, detente esa melodía no es la que pide tu padre-golpeando la mano de Yuri con una regla.
-Lo se maestro -respondió Yuri en un tono de molestia y a la vez triste y adolorido- pero quiero demostrarle que yo puedo crear mi propia pauta sin tener que copiar la de mi padre *por que siempre le molesta que yo haga algo*.-
-Sabes perfectamente que tu padre no quiere que crees tus propias pautas o melodías por que son malas. Además de agregar que solo debes tocar la música que el te pida-.
Eleva un poco su tono de voz.
-Pero yo también puedo y no son malas usted las a escuchado, quiero aprovechar mi talento *no voy a llorar esta vez*-. Aprieta fuertemente sus manos.
De un momento a otro se escucha abrir la puerta del salón, entra un hombre alto de cabello negro canoso, edad 40 años, tez clara y apariencia seria, este hombre es el padre de Yuri. Quien interrumpe la discusión con un fuerte grito que hizo estremecer al pequeño.
-¡¿A caso escuche bien?! ¿Quieres aprovechar tu talento? no me hagas reír, tu no tienes talento no tienes nada-. Se acerca para golpear a Yuri.
-Por favor no digas eso-Yuri comenzaba a llorar- yo si tengo talento y te lo demostrare-.
Trató de tocar la melodía que el había creado, pero no pudo una mano firme le detuvo presionando fuertemente su brazo, de tal modo que le llego a lastimar.
El profesor había desaparecido ya no estaba parecía haber sido tragado por la oscuridad.
-¡No papá suéltame me lastimas!- comenzando a llorar nuevamente pero esta vez por dolor y no por desesperación.
-¡CÁLLATE!- grito el mayor jalando con más fuerza el brazo de su hijo- cállate, no eres nada o pensándolo mejor eres algo, si un títere que hará lo que yo diga-. Lo levanta a unos centímetros del piso.
-No por favor no digas eso- levantando su mirada para buscar la de su padre, recibiendo una bofetada y tirado al piso con brusquedad.
-No me vuelvas a mirar con esos horribles ojos, ese color rubí los odio, seria mejor que nunca hubieras nacido-.Aquellas palabras resonaron en toda la habitación.
De pronto todo queda a oscuras solo se escuchan los sollozos de un niño.
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-Era solo un sueño- se dice a si mismo un joven de cabello plateado, en una habitación completamente oscura- pero…*Aun así eso es parte de la realidad*-piensa muy agitado entre las sabanas.
Yuri estaba totalmente concentrado en su sueño cuando se escucho una voz.
-¡Yuri levántate si no quieres llegar tarde a tu primer día en el instituto!-.
-*no puede ser si lo es, tenia que ser mi adorada madrastra, eso de adorada no me convence, como ya es costumbre me despierta a gritos, no conocerá otro método, aunque con el despertador y mis pesadillas ya es suficiente, aun así a escuchar sus reproches o ¿gritos?*-intenta levantarse pero se enreda en las sabanas, lo cual provoca que caiga al suelo. -Ya se –respondiendo con un bostezo- además el despertador no a sonado todavía.*Me arrepiento de haber dicho lo ultimo*-siente un escalofrió que recorre su espalda.
(Una mujer de 1.65 de alto, cabello castaño y ojos de color negro, tez morena y delgada entra a la habitación, abriendo de golpe las persianas permitiendo que la habitación se iluminara.)
La luz llego de golpe a los ojos de Yuri, lo que provoco que el se refugiara nuevamente entre las sabanas aunque eso le costara un poco volver a la cama.
-Como que no, no me digas que otra vez lanzaste el despertador a cualquier parte-. Toma la sabana y se la arrebata.
-No fue así, aun no a sonado y por cierto donde esta *realmente no tengo idea donde fue a para el despertador*-Yuri se sienta sobre lo que queda de orden en su cama(es decir solo quedaba una sola sabana y un cubrecamas el resto a los pies de la cama) se cruza de piernas y se resfrega los ojos para espantar el sueño antes de que lo consiguiera se asusto debido a…
-Bueno en fin lo que haya pasado no importa ¡ahora levántate!-.
Luego de decir lo último se retiro dejándolo asustado por el grito.
Finalmente a las 7:30 decidió levantarse, ya era tarde, se ducho y en frente del espejo trataba de arreglar su cabello plateado (el cual no hubo caso de peinarlo), Sus ojos color rubí los vio mas hermosos que nunca
- * no se porque mi padre los odia tanto*-se dijo a si mismo, y por si fuera poco su piel clara, contextura delgada y delicada.
Después de ese contratiempo Yuri salio de su casa sin despedirse, y menos desayunar por el apuro de llegar al instituto.
El día era espectacular, el sol ilumina las calles, las personas al ver a Yuri se sorprenden del color de su cabello y su delgada figura (sus ojos no los distinguen por los lentes de sol), algunos hombres le silban creyendo que es una chica, al parecer no se dan cuenta de su vestimenta (lleva puesto unos pantalones negros con una chaqueta larga igual negra, con una camisa blanca), el día era espectacularmente hermoso el sol brilla las aves cantan todo era bueno para Yuri, hasta que recordó que podía ir en auto al instituto y no corriendo como lo hacia cada vez que se retrasaba…